lunes, 5 de octubre de 2015

EL SENTIDO DE LA VIDA


¿Sube o baja? (Todo es una ilusión)

Para poder seguir viviendo es necesario buscar un sentido a nuestras vidas. 
El sentido de nuestras vidas se puede medir en unidades de ilusión; pero a ciertas edades y circunstancias es francamente difícil encontrar dónde comprar ilusiones, porque no se pueden adquirir ni en El Corte Inglés, ni mucho menos en los bazares de los chinos de todo a un euro. 
Y como no se pueden comprar, las tenemos que ir fabricando nosotros mismos. De jóvenes parece muy fácil, y las encontramos a menudo en el amor, en el trabajo, en los estudios, en la diversión, en el deporte, en las vacaciones, y hasta en el descanso. Luego, cada vez se va haciendo más difícil conseguir unas pocas unidades de ilusión, y solo a veces, en nuestras aficiones, en nuestros recuerdos, en nuestros amigos y en nuestra familia, podemos seleccionar alguna que otra que nos sirve, no más, que para ir tirando.
Claro que también, a veces, nos sorprendemos a nosotros mismos, porque la ilusión también está en ese día espléndido que amanece cuando los telediarios habían anunciado lluvia, en las rosas que han florecido en otoño, en la sonrisa de un niño o en el canto del jilguero desde la jaula colgada junto a la ventana.
Sin embargo, hay que ser conscientes de que la ilusión es una esperanza que carece de fundamento en la realidad o una imagen sugerida por los sentidos que no es verdadera  realidad; por lo que muchas veces estamos viviendo, como ilusos, fuera de la vida real y nos vamos creando un mundo "de ilusiones" bastante alejado del mundo que nos ha tocado vivir.
Pero, posiblemente, esta sea la única posibilidad de sobrevivir. Hay quienes ponen su esperanza en una vida mejor y eterna; no deja de ser una ilusión de cuya realidad no tenemos ninguna constancia cierta, como no sea una fe un tanto irracional. Otros se sumen en unos recuerdos del pasado, que poco a poco van amoldando a sus deseos y despojándolos de todas las cosas malas que vivieron y así se van aislando de la dura realidad que les ha tocado vivir. Otros aceptan, incomprensiblemente, todos esos males, para regodearse en su pena y su dolor y sufrir con masoquismo todas las enfermedades y contratiempos que la vida les va trayendo; y cuando les llegan buenos tiempos se resisten a aceptarlos y siempre piensan que no pueden durar mucho.
Por eso, posiblemente, la única solución sea aceptar la realidad y ser conscientes de vivir de "nuestras pequeñas ilusiones". Porque, si queremos, siempre vamos a encontrar suficientes unidades de ilusión que irán dando sentido a nuestras vidas; solo hace falta abrir nuestros sentidos y nuestros sentimientos para contemplar todo lo bello que nos trae la vida, aún en momentos que todo parece hacerse triste y llegas a pensar que ya no quedan ilusiones para ti. 
Ya sabemos que son esperanzas que no tienen fundamento en la realidad, pero nos pueden ayudar a sobrevivir; ilusos, pero no hay otra solución.