martes, 15 de septiembre de 2015

TONTUNAS

Todos tenemos derecho a decir tontunas. En Chinchón se dice tontuna en vez de tontería, pero viene a ser lo mismo. Pues eso, que todos, de vez en cuando decimos cosas que se acercan bastante a lo que podemos entender por tontuna o tontería. Pero si lo decimos los que no tenemos ninguna influencia mediática, la cosa se queda ahí y solamente nos deja en evidencia a nosotros mismos, y no tiene demasiada trascendencia, por no decir ninguna.
Otra cosa distinta es cuando eso mismo lo dicen personas con presencia mediática, como pueden ser deportistas, artistas, periodistas o políticos. Entonces la tontuna traspasa la mera opinión para convertirse en polémica, e incluso, en motivos de enfrentamientos, por lo general innecesarios.

Me estoy acordando de Piqué con sus tontunas u ocurrencias, con las que, de vez en cuando, nos deleita. Y es que ese chico, que además de jugar muy bien al fútbol, enamoró a una diva de la canción, como es un poco gamberro y parece padecer un marcado síndrome de infantilismo, no se conforma con esa fama y quiere además dar la nota, casi siempre. Por supuesto es muy libre de expresar lo que piensa, hacer los chistes que le parezcan, y sacar, de vez en cuando, los pies del tiesto, y por supuesto que no tiene por qué arrepentirse de su forma de ser. Pero él, debe ser consciente de lo que dice y de lo que hace, y debe saber que "sus cosas" van a trascender a la opinión pública, y que los demás también van a demostrarle su adhesión o su rechazo. ¡Faltaría más! 

Y desde luego, que el público le pite en un campo de fútbol, puede gustar o no, pero nunca puede ser una cuestión de estado, y si alguien pretende hacer de ello un drama nacional, no dejara de ser otra tontería, y de grandes dimensiones.

Pero a mi me parece una tontuna mas grande que los políticos, y ahora estoy pensando en don Felipe González, se dediquen a propalar tontunas oportunistas, sobre la "nación catalana", posiblemente para emular las tontunas de los otros políticos, que en este caso parece que compiten en una carrera de despropósitos, en vez de aportar ideas sensatas de consenso y de cohesión. 


Lo dicho, que en estos tiempos se escuchan demasiadas tontunas, y no vendría mal un poco de cordura y sensatez, y dejar las tontunas para los tontos.