sábado, 21 de marzo de 2015

NO PUEDO PROMETER...


El candidato subió al estrado ante la expectación de todos los que se habían reunido en la plaza del pueblo. Estaba nervioso porque era la primera vez que hablaba en un mitin político y nunca acostumbraba a emplear palabras grandilocuentes en sus discursos. Y empezó así:

“Hoy no vengo a prometer,  porque os mentiría,  que voy a solucionar todos los problemas del pueblo. No puedo prometer que si me votáis,  se habrá acabado la crisis. No puedo prometer que se crearán los quinientos puestos de trabajo que faltan para que haya pleno empleo en el pueblo. No puedo prometer que si soy vuestro alcalde voy a conseguir que todos seáis más felices.
El lunes, después de las votaciones, si me habéis votado, seguirá habiendo ricos y pobres; listos y tontos; guapos y feos; inteligentes e idiotas. Pero desde entonces; desde el mismo lunes, el martes, el miércoles y todos los días de la semana, empezaré a trabajar para que haya menos desigualdades. Que los tontos sean menos tontos, que los pobres sean menos pobres, y a poder ser, que los guapos sigan siendo guapos y  que los ricos sigan siendo ricos, aunque tengan que pagar un poco más de impuestos, que para eso son ricos.
No os prometo nada, porque demasiadas veces hemos visto que las promesas no valen nada; pero os aseguro que voy a trabajar para hacer que este pueblo sea, cada día, un poco menos malo. Vamos a intentar que se cumpla la ley, y que todos los vecinos seamos un poco más solidarios…. “

Y siguió así durante unos minutos más, sin prometer nada. El domingo siguiente fueron las elecciones y las ganó el candidato que había prometido más; el que dijo “puedo prometer y prometo”, aunque en las elecciones anteriores había dicho lo mismo y no cumplió con ninguna de sus promesas.

Y es que nuestro candidato; el que nunca había utilizado palabras grandilocuentes en sus discursos, el que no estaba acostumbrado a dar mítines, como no quería engañar a sus vecinos, pensó que era mejor no prometer en vano. Y se equivocó.

NOTA: Mañana son las elecciones autonómicas en Andalucía. ¡Que Dios les coja "confesaos" a los andaluces! ¡Y que acierten en la elección, por la cuenta que les tiene!