miércoles, 16 de abril de 2014

LAS CELEBRACIONES DE LA SEMANA SANTA.

La Iglesia Católica celebra durante la Semana Santa el recuerdo de la Pasión y Muerte de Jesús. Dentro de su calendario litúrgico, hace coincidir esta semana con el fin del primer trimestre del año o el principio del segundo, lo que es lo mismo, con la llegada de la primavera.


Estas celebraciones se centran en diversos actos litúrgicos que se celebran en los templos, aunque se mantienen las antiguas tradiciones de los recorridos procesionales de las imágenes de los pasos de la pasión por las calles de los pueblos y ciudades.
También tienen una cierta tradición las representaciones vivientes de la Pasión, que tienen su origen en los antiguos Autos Sacramentales de la edad Media y que actualmente se celebran en teatros o al aire libre en escenarios “naturales” repartidos por las calles y plazas de los pueblos.


Hay que reseñar que la Semana Santa, además de su carácter religioso, es un periodo vacacional en la actividad laboral, por lo que en estas fechas se producen muchos desplazamientos turísticos, siendo unos de los principales destinos, junto con la playa y la montaña, los lugares que han alcanzado una cierta notoriedad en sus celebraciones religiosas.
Aunque hay que añadir inmediatamente que las celebraciones religiosas que tienen tanta aceptación no son las litúrgicas propiamente dichas, sino las procesiones y las representaciones “vivientes” de la Pasión.



Sevilla, Salamanca, Cuenca, Valladolid, Málaga, Murcia, Cervera, Vergés, Valamaseda, Castro Urdiales, o Chinchón, son una muestra de los lugares donde se celebran las procesiones o las representaciones de la Pasión, que han alcanzado mayor fama en España.
Todos conocemos muchas de estas procesiones aunque sólo sea por televisión. Hemos admirado su boato, su lujo y su esplendor; imágenes que son verdaderas obras maestras de artistas de fama universal; pasos adornados con flores e iluminados con cirios; sacerdotes con lujosos ternos bordados en oro;  cofrades con túnicas de seda y señoras tocadas con mantillas negras y luciendo vistosas joyas.


También conocemos esas representaciones vivientes de la pasión en las que cientos de figurantes participan desinteresadamente en la representación junto a los protagonistas que encarnan a los principales personajes intentando dar el mayor realismo posible a su actuación.
Ahora, sólo queda preguntarse ¿Son estas celebraciones una demostración de lo que la Iglesia considera una verdades religiosidad? ¿O es otra cosa?
Muchas de estas celebraciones han sido distinguidas con el título de “Interés turístico nacional”. ¿Será que solo es eso, atracción turística, folklore, fiesta y tipismo…?



Nadie puede negar la belleza de las imágenes, la plasticidad de muchos de los actos que se celebran en estas fechas y la buena organización de la mayoría de ellos. Pero, ¿Es esto religión? ¿Trasmiten estas celebraciones de Semana Santa una religiosidad acorde con las enseñanzas del evangelio?


Lógicamente, cada uno de nosotros va a contestar a estas preguntas según su real saber y entender, y difícilmente nadie nos hará cambiar de opinión.