miércoles, 20 de noviembre de 2013

TRAS LAS HUELLAS DE LOS MARQUESES: PRIMERA VISITA, EL PALACIO.

El Teatro en la actualidad.

Y como no podía ser de otra forma, vamos a iniciar estas visitas por lo que fue el Palacio y la primera residencia de don Andrés de Cabrera y doña Beatriz de Bobadilla en Chinchón.
Nos encontramos en el Teatro Lope de Vega, y nos encontramos aquí porque en este mismo lugar los primeros señores de Chinchón edificaron su Palacio. 
Era el año 1480 y los Reyes Católicos, en agradecimiento a sus servicios y a su participación en el nombramiento de Isabel como Reina de Castilla, segregan 1200 vasallos de las tierras de Segovia para crear un Señorío que donan a los recién nombrados Marqueses de Moya. Estos 1200 vasallos se segregaron de las tierras de Chinchón y su entorno que estaban encuadrados en el sexmo de Valdemoro. 
Los Reyes les autorizan a construir dos castillos, uno en Odón y otro en Chinchón, del que hablaremos cuando lo visitemos.

El teatro Lope de Vega en el año 1891, obra del arquitecto Fernando Arbós.

También construyen un precioso palacio, que describía así Antoine de Lalaing, Conde de Hoggstraten, en la crónica del "Viaje de Felipe el Hermoso a España" en el año 1501, cuando visitaron a los Marqueses doña Juana la Loca y Felipe el Hermoso:  "Según su tamaño es uno de los mejores arreglados de toda España, guarnecido por ricos tapices y vajillas de oro y plata dorada y otras cosas... y hay allí un jardín bastante hermoso, a manera de huerto, en el que hay muchas hierbas y plantas olorosas y útiles, y en medio una bonita fuente... ciento cuarenta áreas dotados de conejos y volátiles de varias clases de colores".

Y hablando de visitas ilustres, además de la reseñada anteriormente, no hay duda de que los marqueses invitaron a los monarcas a visitar sus tierras para que conociesen su palacio y su fortaleza de los que estaban tan orgullosos, y esta visita tuvo lugar, si son ciertas las informaciones de José Manuel Castellanos Oñate en su libro "Las estancias de los Reyes Católicos en la Villa de Madrid", los días 15, 16 y 17 de diciembre del año 1494. Durante estos días los humildes habitantes de Chinchón asistirían maravillados a los grandes fastos que se organizarían en la villa en honor de tan ilustres visitantes. Según algunos legajos del Archivo de Simancas se puede deducir que hubo algunas visitas más de los Reyes a sus amigos los Señores Chinchón.

Entrada al patio de butacas con el teón al fondo.

Y hasta aquí trasladó su hogar la familia Cabrera Bobadilla. A pesar de que los marqueses contrajeron nupcias a una edad ya "elevada" (27 años ella y 37 él) y que sus vidas fueron itinerantes como la de los propios Reyes, tuvieron numerosa descendencia: Pedro, que murió siendo joven; Juan, Caballero de Santiago, que hereda el título de marqués de Moya y se casó con doña Ana de Mendoza, hija del duque del Infantado; Fernando, que heredó el mayorazgo de Chinchón, Francisco, obispo de Ciudad Rodrigo y de Salamanca, Diego, Isabel, María, Juana, Pedro "el corsario", y Beatriz, sobre cuya existencia existen dudas. 
Llama la atención cómo los distintos hijos de los Marqueses de Moya usaron apellidos diferentes. Desde finales del siglo XIV y sobre todo desde la aparición de la ley de mayorazgos, la herencia que cada hijo recibía tenía su influencia en la elección del apellido. La fundación de un mayorazgo tenía por objeto el mantener unido un patrimonio que, en otras condiciones, a través de sucesivos repartos, habría condenado a la descendencia a un descenso en la categoría social. Para proteger esta perduración del linaje y para asegurar su lustre social, los testadores establecen todo tipo de cláusulas sucesorias, que coartarán la libertad de sus herederos. Así, no solamente se prohibía a los sucesores cualquier posible enajenación del patrimonio vinculado, sino que, además, se les imponía el uso de apellidos y armas y muchas veces, incluso, las personas con las que habrían de casar. Todo ello nos pone en evidencia la gran preocupación que aquellos hombres tenían por todo lo referente al linaje.
La situación anterior finalizó con la Ley de Registro Civil de 17 de junio 1870, que establecía, en su articulo 48, que todos los españoles serían inscritos con nuestro nombre y los apellidos de los padres y de los abuelos paternos y maternos.
El 20 de junio de 1505 se crea el Mayorazgo de Chinchón, según escritura firmada en la Ciudad de Segovia, ante el escribano Alonso del Mármol, nombrando heredero del mismo a su hijo don Fernando.
Y en esta crónica, nos vamos a permitir una pequeña licencia, que no está contrastada en la historia. Hay constancia, según algunas crónicas, así lo recoge Vicenta Márquez de la Plata en su libro “Mujeres renacentistas en la Corte de Isabel la Católica”, que Cristóbal Colón se entrevistó con doña Beatriz de Bobadilla para que ésta le facilitase una entrevista con la Reina Isabel. El navegante entró en contacto con la marquesa por indicación del Conde de Banavente quien le facilitó una carta de presentación. No sabemos dónde se realizó esta entrevista ni la fecha exacta de la misma, pero su  verosimilitud no puede ponerse en duda si tenemos en cuenta la proximidad de la marquesa con la Reina y de la ascendencia que tenía sobre ella, y de todos era conocido el dicho de la época, según el cual, "Después de la reina de Castilla, la Bobadilla". Cabe la posibilidad que esta entrevista se realizase en su Palacio de Chinchón y que el Almirante acompañase e los Señores de Chinchón en uno de sus viajes que hicieron hasta Granada, para entrevistarse con la Reina.
En este mismo blog, publiqué hace poco una "entrevista imposible" de este encuentro que, lógicamente, es una dramatización ficticia, y la podéis leer en:

Telón de boca del escenario, obra de Luis Muriel.

Hay otro visitante ilustre de este palacio, aunque posterior a los marqueses. Siendo don Diego Fernández de Cabrera y Bobadilla el III Conde de Chinchón,  invitó a pasar unos días en el Palacio a don Pedro Fernández de Castro, Andrade y Portugal, IV Marqués de Sarria, VII Conde  de Lemos, IV Marqués de Sarria y V Conde de Villalba. Al marqués le acompañaba su protegido don Félix Lope de Vega y Carpio, quien desde 1598 era su secretario y que estaba terminando de escribir una comedia que tituló "El Blasón de los Chaves de Villalba". El manuscrito autógrafo de esta comedia está fechado en Chinchón, el 20 de agosto de 1599. La obra se la dedicó el autor, después de hacer la primera lectura pública en las veladas de esos días en el palacio de los Condes de Chinchón, al pequeño hijo de su anfitrión, don Luis Jerónimo, que contaba entonces con la edad de 10 años y que después llegaría ser el XIV Virrey del Perú;  

Placa conmemorativa de la edificación del teatro por la Sociedad de Consecheros de Vino, Vinagre y Aguardiente de Chinchón.

Y es en recuerdo de esta visita por lo que se decide dar el nombre de Lope de Vega a este teatro, que fue construido por la Sociedad de Cosecheros de Vino, Vinagre y Aguardiente de Chinchón en el año 1891, siendo el arquitecto Fernando Arbós y el decorador Luis Muriel, que también es autor del precioso telón de boca, que representa una vista panorámica desde uno de los balcones de la plaza.  Podemos observar que aunque está pintado hace más de ciento veinte años, la vista es prácticamente la misma que se puede ver en la actualidad, con unas pequeñísimas variaciones; lo que demuestra que Chinchón se ha mantenido a salvo de los depredadores inmobiliarios y es una reliquia del pasado que todos estamos obligados a conservar.