sábado, 28 de abril de 2012
viernes, 27 de abril de 2012
EL AMO. CAPITULO VI
- Pasa, Eugenio… no te quedes en la puerta…
- Perdone, D. Esteban, está abajo el tío Indalecio Buitrago, el padre de Rosa la criada, y dice que quiere hablar con usted.
- ¿Sabes lo que quiere?
- No. No ha querido decirme nada… dice que es un asunto particular que tiene que tratar personalmente con usted.
- ¿No será con la señora?
- No, ha dicho que con usted personalmente.
- Pues dile que suba, no tengo mucho tiempo, pero veremos qué es lo que quiere…
El Indalecio estaba a punto de cumplir los cuarenta y cinco, pero su aspecto era de ser mucho mayor. Había trabajado de jornalero en todas las casas principales de Recondo y era apreciado por su seriedad y por su disponibilidad. Se había casado con Rosario que sirvió en la casa de los padres de doña Elvira, y había tenido dos hijas, Mercedes, y Rosario, a quien todos llamaban Rosa y que servía en casa de don Esteban y doña Elvira.
Se había quedado en el quicio de la puerta con la boina entre las manos.
- Entra, Indalecio… entra y siéntate…
- Si no le importa, señorito, prefiero quedarme de pié.
- Pues tú dirás, Indalecio.
- A mi Rosa la ha dejado preñada su hijo.
Don Esteban levantó la vista del contrato que tenía sobre la mesa y que había seguido leyendo sin hacer demasiado caso a lo que le decía su visitante.
- ¿Qué dices?
- Pues eso, que mi hija Rosa, está embarazada de su hijo.
- ¿Estas seguro?
- Sí, don Esteban, estamos seguros…
- ¡Esto tenía que pasar! ¡Tarde o temprano, esto tenía que pasar! Esto no lo dijo en voz alta sino que lo pensó para sus adentros. ¿Y de cuanto tiempo está?
- De dos meses y medio… según dice ella.
- Puede ser una falsa alarma… y además ¿Cómo sabe que ha sido mi hijo?
- Ella dice que el la forzó y que no lo ha hecho con nadie más… Pregúntele a su hijo…
Pensó que no hacía falta preguntar nada. Durante unos segundos quedó pensativo. Miró al Indalecio que permanecía de pié delante de él, con la boina entre las manos, el semblante sombrío y los ojos bajos.
- ¿Y qué se puede hacer?
- Se podrían casar…
- ¡De ninguna manera! ¡Eso sí que no!
- Pues usted dirá don Esteban…
Como buen tratante, sabía que no debía adelantarse a ofrecer nada, sin antes escuchar las propuestas que le pudiera hacer el Indalecio, que seguro que serían más bajas que lo que él le fuese a ofrecer.
- ¿Qué habías pensado tú?
El Indalecio que era espabilado y había previsto que la conversación podría devenir a estos términos, calló durante unos segundos, levantó los ojos y miró fijamente al señor que no estaba acostumbrado a que un criado se atreviese a retarle con la mirada; tragó saliva y muy despacio, como midiendo cada una de sus palabras, empezó a hablar en un tono pausado.
- Yo creo que no sería bueno, ni para ustedes ni para nosotros que esto trascendiese en el pueblo. -Hizo una pausa y continuó-. Para nosotros será una vergüenza pero para ustedes será mucho peor, será un baldón para toda su familia, que siempre ha tenido buena fama en Recondo, y la fama de su hijo quedará en entredicho y, sin duda, será algo muy desfavorable cuando quiera encontrar esposa, y más conociendo la forma de pensar de las principales familias del pueblo.
El tono de su voz seguía siendo bajo pero sus palabras eran firmes y se veía que traía su discurso bien preparado. El señor le había escuchado sin atreverse a interrumpir y aunque procuraba disimular, en el fondo estaba totalmente de acuerdo con lo que su interlocutor estaba diciendo. Tenía bien claro que nunca autorizaría la boda de su hijo, y eso también lo sabía el padre ultrajado. Por otra parte, los dos eran conscientes de que todo podría tener arreglo con dinero, y eso, en este caso, no sería un obstáculo.
- Yo he pensado, continuó el tío Indalecio sin alterar su tono de voz, que lo mejor sería decir que mi Rosario se va a servir a una casa de la capital, que ustedes le han recomendado. Así se marcha del pueblo y nadie se entera de nada… Claro, que habría que hablar de las compensaciones…
- ¿Y qué habéis pensado?
Los dos hombres seguían mirándose frente a frente y los dos mantuvieron su mirada, como si se tratase de una partida de mus.
-Ustedes tienen muchas fincas y muchas casas. Mi Rosario dice que hace poco habían comprado una casa en Madrid… Yo he pensado que ella podría ocupar esa casa con lo que venga… Claro está que tiene que vivir… y los precios allí son más caros que en el pueblo, por lo que tendría que asignarla un sueldo como el de los criados de la casa, y cuando venga el niño o la niña, un fijo, todos los meses, para que pueda criarlo…
- Me parece bien. Pero el piso seguirá estando a nuestro nombre…
- Hasta que nazca el niño, entonces lo pondrán a nombre de Rosario…
Don Esteban no estaba acostumbrado a que un criado le impusiese condiciones, pero en este caso estaba en inferioridad de condiciones, porque su prestigio y la fama de su hijo pesaban más para él que la honra de su hija para el Indalecio. No quería dar la impresión de que iba a ceder en todo.
- Si acaso, la casa se pondría a nombre de lo que nazca….
- Bueno, eso no tiene mayor importancia, y si a ustedes le parece mejor… Pero también hay que pensar que ahora nosotros también vamos a tener unos gastos, y vamos a dejar de recibir el jornal de mi hija, y usted mejor que nadie conoce cómo están las cosas para los pobres como nosotros… Yo había pensado que como ustedes tienen muchas tierras que ni siquiera labran, nos podrían regalar una tierrecita, aunque sea de secano, para poder sembrar algo que nos sirva de ayuda y un olivar, aunque sea pequeño, para tener aceite para el año… y, para terminar, yo he calculado que con mil reales podríamos afrontar todos los gastos que se nos vienen encima… Claro, si a ustedes le parece bien….
- Eso es demasiado. No puedo aceptar estas condiciones…
- Pues, entonces, lo que le he dicho al principio, que se casen los chicos…
Todo lo demás fueron tiras y aflojas, porque lo dos hombres tenían claro que había poca cosa que negociar, los dos sabían que uno nunca aceptaría lo del matrimonio, y el otro que en lo tocante al dinero, al final, no iba a haber ningún problema.
- Tengo que hablar con mi hijo y con mi mujer; si te parece nos podemos reunir la semana que viene para cerrar todos los detalles.
- Mejor mañana mismo, porque si no lo solucionamos pronto, mi hija no va a poder disimular su tripa durante mucho tiempo.
- Y ella, ¿qué dice?
- Ella no para de llorar, y dice que lo que nosotros decidamos estará bien… ¿Y su hijo, qué dice?
- Yo no estaba enterado de nada, pero ahora mismo voy a hablar con él y me va a oír…
jueves, 26 de abril de 2012
miércoles, 25 de abril de 2012
ORBANEJA DEL CASTILLO, UN PUEBLO SINGULAR.
Desde Elines nos dirigimos a Orbaneja del Castillo. La mañana se había tornado lluviosa, como si quisiera poner el ambiente idóneo para visitar este pueblo, en la que el castillo sólo está en su nombre.
Es una de los pueblos más atractivos del Valle del Sedano ya en la provincia burgalesa. Colgado en una serie de terrazas de toba en la margen izquierda del angosto Cañón del Ebro, se combinan en él la vista de espectaculares parajes naturales y el sabor popular de sus construcciones. Por ello, su principal orientación actual es la turística, contando con diferentes alojamientos y casas rurales donde poder hospedarse para disfrutar de este magnífico lugar.
Frente al apiñado caserío, la margen derecha del río aparece coronada por un descomunal conjunto de estructuras calcáreas naturales que, desde la lejanía, asemejan ruinas. Es uno de los ejemplos más espectaculares de modelado kárstico dentro del cañón. Efectivamente, el relieve ruiniforme resultante evoca formas fantásticas, que asemejan ruinas, retazos de un castillo inexistente que el imaginario colectivo ha perpetuado en el topónimo del pueblo.
En Orbaneja del Castillo convivieron durante siglos mozárabes, cristianos y judíos. De la presencia de estos últimos y su famosa aljama tan sólo queda el recuerdo en algunos nombres de calles. Este lugar fue elegido por los Caballeros Templarios para levantar el Convento y Hospital de San Albín, encargado de ofrecer albergue y protección a los peregrinos del Camino de Santiago. Se trataba de una ruta alternativa al denominado camino Francés, que pasaba por San Martín de Elines y Santa María de Cervatos. Asimismo, los Reyes Católicos concedieron a esta distinguida aldea el título de Villa, por lo que sus habitantes quedaron exentos del pago de impuestos.
En Orbaneja del Castillo nace un proyecto de río que se queda sólo en eso, porque después de formar varios saltos y cascadas en su corto discurrir por las calles y terraplenes termina muriendo en el río Ebro que le espera unos metros alejado del pueblo.
Un aviso. Al pueblo no se puede subir en coche. Hay que dejarlo a la entrada, en la carretera y subir andando.
martes, 24 de abril de 2012
EL AMO. CAPITULO V
Aquella mañana Rosa estaba desprevenida. El señorito se acercó sigilosamente por detrás y tapó sus ojos con las dos manos.
- ¡Adivina quién soy!
Ella se sobresalto, pero él la soltó enseguida y empezó a reír abiertamente.
-¿Te he asustado? Perdona, no era mi intención.
Ella no supo qué decir, mientras le miraba con un sentimiento impreciso, que podía ser una mezcla de sorpresa, miedo, halago, y una pizca de divertida complicidad.
- No me has dicho si te gustó mi regalo de Reyes.
- No me ha gustado nada… además es un atrevimiento por su parte, señorito.
- No me digas señorito, mi nombre es Nicomedes, y tú puedes llamarme Nico, o como tú quieras… Ya sabes que eres algo muy especial para mí.
Se quedó parada sin saber cómo reaccionar, y eso era una debilidad que un depredador como él no iba a dejar de aprovechar. Se acercó lentamente a ella y acarició su cara con la punta de los dedos de su mano derecha. Puso la izquierda sobre su cadera y la fue deslizando hacía abajo, mientras su mano derecha descendía por su cuello hasta llegar al escote. Desabrochó lentamente el primer botón de su blusa, como no había holgura suficiente, desabrochó el segundo y su mano se deslizó hasta que logró acariciar su pecho.
Esta vez Nicomedes había decidido cambiar de estrategia. El acostumbraba a tomarlas por la fuerza, pero había llegado a la conclusión de que de esta manera nunca podría conseguir a la Rosa y pensó que siendo más delicado, tendría más éxito.
Estaban en el corredor superior de la casa, donde ella había subido para hacer la limpieza de la alcoba de los señores, que había salido para visitar a unos familiares. El ama de llaves también estaba fuera, el mayordomo estaba recluido en el despacho y las otras criadas, en la planta baja.
El la besó en los labios mientras con la mano izquierda subía su falda. Levantó su pierna y allí, de pié derecho, apoyada en la pared, la volvió a penetrar. Esta vez no llegó a terminar porque se oyó la puerta del despacho y Rosa entró precipitadamente en el dormitorio de los amos, mientras él procuraba retomar la compostura.
- Nicomedes, me alegro de verte, ven al despacho que quiero comentar contigo algunas cuentas de los aparceros…
Este segundo intento fallido fue el mayor acicate para acrecentar el deseo del joven. Por otra parte no le paso desapercibido que ella parecía haberse mostrado receptiva y que se había estremecido cuando la besó en los labios.
Ella tuvo una reacción desconcertante para ella misma. En vez de sentirse ultrajada se sentía halagada. Le había parecido que sus caricias y sus besos demostraban no solo deseo, sino verdadero cariño. Pero se quitó inmediatamente estos pensamientos que le llegaban a su mente. Era un guarro. Era un sátiro. Era un sinvergüenza, malcriado, egoísta y perverso que sabía qué hacer para pervertir a una joven inculta e inexperta como ella.
Pero tampoco se atrevió a decírselo a nadie. Por las noches, cuando se quedaba sola en su cuarto, siempre le venían las imágenes de esos dos días. Las primeras con horror y procuraba borrarlas de sus pensamientos. Pero las segundas parecía que se negaban a desaparecer y le parecía sentir aún el sabor de sus labios, el roce de su mano en el pecho y el calor entre sus piernas; y muchas noches se dormía con esta sensación, aunque fuese idealizada porque la realidad había sido muy desagradable en las dos ocasiones.
En Recondo se celebraban mucho los carnavales. Este año iban a coincidir con su cumpleaños y había conseguido que su madre le comprase un vestido con estampado de flores y una rebeca de lana azul. Sabía que el Julián, que iba tras de ella, la buscaría en el baile y posiblemente se decidiese a pedir permiso para hablar con su padre. Ella no se disfrazaría pero ese día no estaba mal visto que las chicas se pintasen los labios y abusasen un poco del colorete, y había decidido ponerse unas gotas del agua de colonia que él le había regalo en Navidades. Era el martes de carnaval y ella se bajó a la casa de los señores el vestido nuevo para salir vestida desde allí para ir al baile del Liceo.
La señora no había puesto ningún impedimento para darle la noche libre, aunque antes de salir tenía que arreglar el salón porque los señores iban a recibir a unos amigos esa noche. Las otras criadas que habían terminado antes ya se había marchado; ella se estaba lavando en el palanganero de su cuarto, sólo llevaba la enagua y se estaba secando, cuando unos golpes en la puerta hicieron volverse. Sin esperar la autorización para entrar él se asomó con un paquetito en la mano.
- Muchas felicidades, Rosita; quiero que tengas este regalo mío. Es solo una blusa para que te acuerdes de mí.
Ella se cubrió el pecho con las manos, pero él no la dio tiempo a reaccionar. Se acercó a ella, la abrazó con fuerza, la empujo sobre la cama y se tumbó sobre ella.
- No tengas miedo, seguro que te va a gustar.
Haciendo gala de las habilidades que había aprendido de Eloisa y que tantas veces había ya entrenado durante los últimos años, puso en práctica su repertorio de besos y caricias, que sabía eran un buen sistema para derribar los muros de su resistencia; aunque a él sólo le interesaba la culminación rápida de su deseo.
Eloisa se lo había repetido cientos de veces. No tienes que tener prisa, hay que disfrutar de cada momento; y a las mujeres nos gusta que nos traten con cariño y suavidad, no a lo bestia como quieres hacerlo tú.
Aunque ella al principio intentó resistirse, sabiendo que hoy nadie iba a llegar en su auxilio, le abandonaron sus fuerzas y le dejó hacer a él. No tardó mucho, pero esta vez, se quedó unos segundos tumbado junto a ella, acariciándola los pechos. Luego se levantó, se quedó mirándola semidesnuda encima de la cama, se acercó a ella, la besó en la frente y se marchó sin decir nada.
Ella había sentido algo especial. No había disfrutado ni de sus caricias, ni de sus besos, ni de la consumación del acto; pero su cuerpo había reaccionado de forma extraña; había estado mucho más receptivo, parecía como si se quisiese acoplar con el cuerpo de él, como si quisiera fundirse con él. Tardó más de media hora en reaccionar, después se levantó se lavó bien por todo el cuerpo como si quisiera borrar todos los vestigios de lo que había pasado, se puso el vestido nuevo y la rebeca, cogió la toquilla pero no se puso la colonia, y salió a la calle cuando empezaba ya a anochecer. Había quedado con su madre y con su hermana en el baile y cuando llegó recriminaron su tardanza.
- Es que he tenido que arreglar el salón de los señores… y además me duele un poco la cabeza.
No quiso bailar con el Julián ni con ningún otro y el dolor de cabeza era una buena excusa. Esa noche se quedó en la casa de sus padres porque no quería ver al señorito.
lunes, 23 de abril de 2012
DIBUJAMADRID EN CHINCHON.
Os invito a visitar el blog de Enrique Flores:
http://www.4ojos.com/blog/ en el que podréis ver toda la información sobre las jornadas de DIBUJAMADRID/CHINCHON que se han celebrado este fin de semana.
Dice en su blog: “No s juntamos 71 amigos y di una charla y un taller qie ha organizado impecablemente el Museo ABC. Noruegas, holandesas, aragoneses, zaragozanos, francesas, madrileños y extremeños nos reimos, aprendimos y descubrimos nuevas maneras de pinturrajear. Mañana toca repetir. Espero más risas y muuuchos más dibujos de este pueblo alucinante”.
Os dejo algunas de las fotografías que ha publicado, aunque en su blog podréis encontrar muchas más y una muestra de sus interesantes trabajos de dibujo e ilustración.
Según me confesó el propio Enrique Flores, las jornadas han sido todo un éxito. Mi enhorabuena a los organizadores.
VISTAS DE CHINCHÓN, proyecto 2012 del CACh.
El proyecto VISTAS DE CHINCHÓN comienza a tomar velocidad y a adquirir volumen.
Hasta la fecha se han venido incorporado un considerable número de artistas a la tarea de interpretar los espacios urbanos o paisajísticos de Chinchón, si bien esperamos que el número de participantes siga incrementándose.
El acto inaugural de la exposición tendrá lugar el sábado, 2 de diciembre de 2012, en el salón de actos de la Casa de Cultura del Ayuntamiento de Chinchón, comunicándose la hora precisa con la suficiente antelación.
La exposición permanecerá abierta hasta el día 22 de diciembre.
En función del número de obras presentadas podrán establecerse otras sedes expositivas de manera simultánea o sucesiva.
Se recuerda que la entrega de las obras deberá realizarse antes del 31 de octubre de 2012 al objeto de contar un un cierto tiempo para la elaboración del material gráfico de la exposición y la planificación del número de sedes que sean precisas.
Se recuerda que el formato de las obras podrá ser de 46 x 65 cm o de 65 x 46 cm, sin enmarcar. Las fotografías, dibujos, carteles, etc., podrán presentarse en un soporte rígido.
Se ruega que confirmen su participación quienes aún no lo hayan hecho.
Para cualquier duda o sugerencia os podéis dirigir al correo: colectivoartistaschinchon@telefonica.net
domingo, 22 de abril de 2012
LA COLEGIATA DE SAN MARTIN DE ELINES.
Llegamos a Elines muy de mañana. Nuestro guía había concertado la visita con don Bertín, el párroco, quien ese día estaba muy contento porque después, tenía una bautizo, cosa no frecuente en el valle de Valderredible, que poco a poco se va quendando despoblado.
Nos recibió don Bertín a la entrada del recinto para explicarnos esa maravilla que es la Colegiata de San Martín.
Don Bertín Gutierrez López es el párroco desde hace varias décadas y además de sus labores pastorales durante todo este tiempo se ha dedicado a cuidar y mantener la Colegiata de San Martín, lo que hace con un cariño que trasluce en sus explicaciones.
Inicialmente San Martín de Elines perteneció a un monasterio mozárabe del siglo X (queda algún resto en el claustro), luego pasó a ser colegiata y más tarde parroquia.
El templo es de una nave con presbiterio y ábside. En el costado meridional hay una poco habitual torre campanario cilíndrica (aunque el remate o cuerpo de campanas es posterior, del siglo XVII).
Existe un pequeño claustro a los pies del templo con grandes columnas que fue reconstruido con material reutilizado en el siglo XVI.
El Claustro
El claustro de Elines tiene forma trapezoidal y se encuentra al suroeste de la iglesia. En él quedan algunos arcos de herradura correspondientes a las puertas y ventanales de la primitiva iglesia mozárabe del siglo X.
Se ha organizado este recinto a modo de pequeño e interesante museo. En las pandas irregulares de este claustro existen varios sepulcros de abades. Destaca el del Abad Pedro, fechado en 1183.
De mayor valor es el llamado "Sepulcro del Caballero Peregrino", de estilo gótico. Queda cobijado por un arcosolio y apoyado sobre dos perros, que vienen a simbolizar la fidelidad. En el frontal principal encontramos a Cristo en majestad con el Tetramorfos rodeado del Colegio Apostólico.
La iglesia
Probablemente este templo pertenezca a las primeras décadas del siglo XII y, por consiguiente, habría que encuadrarlo en los años del románico pleno.
La cabecera es imponente gracias a sus proporciones y a la combinación de arcos murales.
De nuevo, al entrar en la iglesia, lo primero que siente el visitante es la armonía y el ritmo con que se combinaron los arcos dentro del contexto arquitectónico.