viernes, 6 de mayo de 2011

TERRORISMO: DOBLE O TRIPLE MORAL.

Opinar sobre terrorismo es francamente difícil. Además, al hacerlo tienes que ser políticamente correcto, porque si no te van a llover críticas desde todos lados. Como muestra cualquiera de las secciones de opinión de los periódicos españoles.


¿Quienes son los terroristas? No contestarían lo mismo los americanos, los isrealitas, los españoles, los libaneses, los jordanos, los pakistaníes, los afganos, los ingleses, los franceses, los vascos, los palestinos, los árabes, los irlandeses, etc. etc. 
¿Es lícito usar las mismas armas que los terroristas, o sea, el “todo vale”? O dicho de otra forma ¿El fin justifica los medios? ¿Pueden los gobiernos de los estados democráticos tomar medidas excepcionales cuando la gravedad de la situación lo requiera? ¿Quien, cómo y cuando pùede tomar estas decisiones? ¿Dónde empieza y termina la legalidad?
Sin embargo, en las sociedades democráticas ha habido algunos casos de vulneración flagrante de la legalidad generalmente aceptada, que han sido silenciados por la opinión pública mientras que no han sido demasiado evidentes o los autores no han cometido demasiadas chapuzas. Pensemos en la actuación del Grupo GAL en España; cómo terminaron las Brigadas Rojas en Italia o la banda Baader-Meinhof en Alemania, y sin ir más lejos, la “muerte” de Bin Laden por los EE.UU. 
Oyendo las opiniones de los distintos comentarista en cualquiera de estos casos, descubres que la “moralidad” o “inmoralidad” de los mismos se juzgan en función de quienes los han realizado: Son correctas si son de los “nuestros” y punibles si las han cometido los “otros”.


Pero ya puestos, ¿Qué diferencia hay entre “matar”, “ajusticiar” o “asesinar” a un terrorista o “declarar” la guerra a un tirano, sabiendo que además del tirano pueden morir miles de inocentes? Esto puede ser más legal, pero ¿es más ético?
Pero ya digo que esto de hablar del terrorismo es muy delicado y hay demasiada hipocresía o miedo a llamar a las cosas por su nombre. En estos días estamos viendo cómo muchos reconocen que “Bin Laden está mejor muerto” pero se niegan a “ponerse en el lugar” del Señor Obama. 
Os dejo algunas opiniones leídas en distintos periódicos. Hay de todo y merece la pena perder algo de tiempo en ver las sutiles diferencias que se pueden apreciar...

Aquí tenemos algunos artículos de opinión:
En el diario Público, un artículo de Ignacio Escolar, titulado:  “Los GAL, el 11-M y la doble moral”


“...Podemos contar a casi todo el PP, sector mayoritario, que hace apenas unos meses quería llevar a juicio a Felipe González por sus dudas sobre volar a la cúpula de ETA en Francia y hoy se deshace en elogios por la determinación de Obama, cuya principal duda fue si mandar a los Seals con licencia para matar o bombardear con aviones la mansión Bin Laden”.




Ignacio Camacho en ABC, firma el artículo: “Los derechos de Osama”:

“Para algunos exquisitos progresistas de salón lo procedente hubiese sido detener a Osama con mucho respeto, trasladarlo con delicadeza a una prisión no demasiado incómoda y abrirle un juicio en el que pudiese exponer con detalle los motivos de su cruzada antioccidental, no sin antes consumir varios años en un prolijo debate internacional —con la correspondiente intervención de los garzones de turno— sobre la instancia o tribunal que debería juzgarlo. Lástima que a Obama, tan ocupado con las cosas del poder, se le olvidase mandar que le leyesen sus derechos”

 Elvira Lindo en El País, publica un artículo titulado: .“El plural”, donde dice:
"Un ciudadano escucha en las noticias que un cuerpo especializado del Ejército americano ha acabado con la vida del terrorista más buscado del mundo y se siente impelido a salir a la calle, a Times Square, a la Casa Blanca o a la Zona Cero y convierte esa noticia en un espectáculo. Ese individuo usa el plural al dirigirse a una cámara y decir, "lo hemos vencido, al fin hemos acabado con él, ese día tenía que llegar, lo hemos derrotado". Es ese plural el que ofende a las personas serenas, que no entienden la muerte, sea de quien sea, como celebración". 


Antonio Burgos, en ABC. titula su artículo: “Rebujito de Bin Laden”:

“Una nación entera se alegraba por una muerte. Y casi el mundo entero también celebraba esta pena de muerte sin juicio previo. Estos que se alegran de una muerte ordenada por Obama, aunque sea la muerte de un moro zarrapastroso y criminal, ¿hubieran hecho lo mismo si la hubiese mandado Bush? Lo que más me sorprende es que los que tanto se alegran son los mismos que dicen que Estados Unidos debe cerrar su chiringuito penal de Guantánamo; que son pocas todas las garantías para los criminales de la ETA; que el GAL fue la institucionalización del crimen de Estado. Los del Estado garantista se parten las manos aplaudiendo la ejecución sumaria de Bin Laden. ¿Esto no es terrorismo de Estado? No entiendo nada. Absolutamente nada. Será que, como estamos en Feria, me he pasado con el rebujito. Pero ni borracho me puedo yo alegrar como cristiano por una muerte. Aunque sea la muerte de un asqueroso moro asesino”.
  
La Gaceta, en su editorial, titula: “Lecciones de antiterrorismo”

“Es obvio que un Obama reforzado en su prestigio va a obtener rentabilidad política del subidón de popularidad. Pero está plenamente justificado porque ha devuelto el orgullo al país y, sobre todo, ha lanzado un mensaje decisivo para afrontar la guerra contra el terrorismo global: atacar a EE UU no sale gratis y masacres como el 11-S no quedan impunes.
En una España que parece estar en las antípodas nuestros gobernantes deberían tomar buena nota de tanto de esa claridad de ideas, como del patriotismo del que ha hecho gala un pueblo unido frente al enemigo común, superando sus diferencias ideológicas. Aquí, por el contrario, el Gobierno divide a los españoles, mientras pone alfombra roja a los asesinos para que lleguen a las instituciones”.


Juan José Millás, en El País, firma su artículo: "Pedro o No Pedro"


"La vida es cambiante, por eso resulta tan difícil educar a los niños. A ver cómo les explicas, por ejemplo, cuándo la presunción de inocencia está vigente y cuándo no. O cuándo el GAL es legítimo y cuándo hay que perseguir a sus autores. También la doctrina acerca de los criminales de guerra resulta muy ambigua. Hay criminales de guerra como Bush que no son criminales de guerra, de modo que si un comando de soldados iraquíes entrara en su casa y asesinara a su mujer, a sus hijos y a él mismo, la acción no sería calificada de un acto de justicia. No se habría "hecho justicia", como en el caso de Bin Laden. Cuando Felipe González declaró que había dudado si acabar o no de un bombazo con la cúpula de ETA, lo pusieron a parir los mismos que han celebrado el linchamiento de Bin Laden, porque el terrorismo de Estado de los GAL sí fue, durante un tiempo al menos, terrorismo de Estado".

En fin, opiniones para todos los gustos....