lunes, 28 de febrero de 2011

DECEPCIÓN E INDIGNACIÓN EN LOS OSCAR2011.

A mí no me gusta el cine y no entiendo demasiado, y menos aún de esto de los premios de Hollywood, de los Goyas, de los Globos y de todas estos galardones que, pienso, están más o menos amañados. Pero hoy, era imposible no enterarte de los que había pasado en “los Oscar” porque en todas las cadenas de televisión no paraban de dar la opinión de cada uno. A mí que me gustar informar a mis lectores del blog me surgió un pequeño dilema. ¿Cómo iba dar mi opinión de una cosa que no era entendido? (Cosa, por otra parte, que no me debería importar demasiado, porque es lo que hacen la mayoría de los informadores, que se atreven a opinar de lo divino y de lo humano, sin tener demasiada idea de la mayoría de las cosas)



Pero a lo que íbamos. Me enteré que el premio a la mejor película, al mejor guión original, al mejor director y al mejor actor principal se lo habían dado a “El discurso del Rey”, que el premio a la mejor actriz protagonista se lo había llevado Natalie Portman por el Cisne negro, que la película "Origen" había conseguido también cuatro estatuillas y que "La Red Social" se había tenido que conformar con sólo tres.
Como ya digo que no entiendo mucho de esto, he preguntado a mi hija, que sí sabe y entiende y me ha dicho que estaba indignada porque la película que de verdad se merecía el premio al mejor director y mejor película era la de "La red social"; que estaba de acuerdo con el premio al mejor actor y, sobre todo, al de mejor actriz a Natalie Portman por el papelón que hace en "El Cisne Negro".



 

Como también entiende algo de moda, de lo que yo ignoro absolutamente todo, le pregunté qué le habían parecido los vestidos de las actrices, y me asegura que aunque había muchos brillos y muchas gasas, no se había visto nada innovador ni nada excepcional, que todo había sido demasiado previsible. En una palabra, que el vestuario de Hollywood le había decepcionado.
Y de ahí el título de esta entrada en mi blog. No tiene demasiado que ver con lo que allí ocurrió, pero no me negaréis que si os habéis decidido a leerlo ha sido por la provocación del título.

 

Perdón. No volveré a incurrir en estas sucias estratagemas para conseguir mayor audiencia, como hacen las teles.