
Por lo que sabemos también huyeron del pueblo las autoridades civiles y religiosas, quedando la población totalmente desguarnecida e indefensa.

Un incendio calcinó esta noche la cubierta de un edificio protegido del siglo XVII en Chinchón (Madrid), que quedó totalmente destrozada por la virulencia de las llamas, informaron fuentes de Emergencias 112. El incendio no causó daños personales. En la fotografía anterior se puede ver la ubicación de esta casa en Chinchón.
Las llamas se iniciaron sobre las 20.00 horas del jueves y, tras la llamada de alerta a los servicios de emergencias, fueron movilizadas hasta cinco dotaciones de bomberos de la Comunidad de Madrid. Dos horas después de iniciarse, el incendio había sido controlado, aunque los bomberos seguían trabajando pasadas las 23.00 horas para evitar que las llamas se reanimaran.Los bomberos concentraron sus primeros trabajos en evitar que el fuego se propagara a las plantas inferiores del inmueble y a los edificios contiguos a éste en la calle Comadre.
La casa en que se encuentra el escudo, fue conocida como "Casa Dusmet", porque en ella vivió esta familia.
JORNADA UNO: Antecedentes.
Por tanto, a partir de noviembre de 1808 las tropas francesas habían tomado el control de todo el territorio a los alrededores de Madrid. Se había acantonado en Arganda y Aranjuez el primer Cuerpo de Ejército de España, al mando del Mariscal Víctor. Los pueblos cercanos a los acuartelamiento de los soldados estaban obligados a suministrar a éstos los víveres y suministros necesarios para su abastecimiento. Esta obligación era efectiva y periódicamente los soldados encargados de la intendencia del ejército pasaban por los pueblos a recoger estos suministros. Estaba establecido que los ciudadanos cobrarían del ejército el precio fijado para cada uno de los productos, pero en muchas ocasiones estos pagos se dilataban más de lo esperado. Según consta en un documento del archivo histórico los ciudadanos se veían obligados a dirigirse a las autoridades locales para que éstas reclamasen el pago al ejército, lo que llegaba a producir tensiones entre los particulares y los responsables municipales. Pero los soldados no se conformaban con estas provisiones y aprovechaban cualquier oportunidad para saquear corrales y graneros, lo que ocasionaba frecuentes denuncias de los sufridos campesinos que veían cómo tampoco las autoridades podían poner freno a tales desmanes. Al ser Chinchón cabeza del condado siempre vivieron en el pueblo las personas que se ocupaban de gestionar los intereses de los condes. Además, desde mediados del siglo XVIII algunas familias de alcurnia se asentaron en Chinchón, para estar cerca de la corte de verano en Aranjuez, ya que la familia real no les permitía vivir en el Real Sitio.

Como se puede ver fueron muchos los chinchonenses que cuando salieron de Chinchón, siguieron fomentando y colaborando en obras benefico sociales, muchas de ellas han llegado hasta nuestros días, como es el caso de esta "Beneficencia Española" cuyo hospital sigue en pleno rendimiento.
El sábado dia 29, a las 5 de la tarde, en el Teatro Lope de Vega de Chinchón, tuvo lugar la inauguración de los actos programados por el Colectivo de Artistas de Chinchón, (Cach) en torno al Proyecto La Condesa de Chinchón: Fusión de Historia y Arte.
de Chinchón, para la organización de estos actos.
concierto de música barroca, acorde con la época que se estaba evocando. 


A pesar de las inclemencias del tiempo, hubo una gran participación, con la unánime impresión de la alta calidad de las obras exhibidas y el excelente montaje de las exposiciones.
Sin duda, cuando vuelves a Granada, lo primero que evocas es el Palacio de la Alhambra. Allí los guias te dicen que es el ejemplo más genuino de la arquitectura nazarí, que constituye el final de una época de esplendor que comenzó en la Córdoba de los Omeyas en el siglo VIII. Esta arquitectura no se vería muy influenciada por los arquitectos que desarrollaron la mezquita cordobesa, muy anterior a la Alhambra, aunque sí presenta algunos de los elementos típicos de la arquitectura andalusí, como el arco de herradura con alfiz (marco amplio cuadrado en el que se envuelve al arco), las albanegras (enjuta de arco de forma triangular), además de elementos propios como el capitel de las columnas de la Alhambra.
A pesar de tener prohibido el arte musulmán la representación de figuras, los temas de decoración en la Alhambra son muy variados. Se utiliza la clásica decoración caligráfica, en concreto escritura cursiva y cúfica, en la que se pueden leer, además de las palabras de Zawi ben Zirí (fundador de la dinastía nazarí): «sólo Dios es vencedor», poemas de distintos poetas de la corte.
Uno de los elementos decorativos más impresionantes utilizados en la Alhambra es la bóveda de mocárabe, que está compuesta por celdillas o alveólos superpuestos, destacando por su utilización la Sala de los Abencerrajes y la Sala de las Dos Hermanas.
El Cardenal Francisco Mendoza y Bobadilla, (1508-1566) era hijo de D. Diego Hurtado de Mendoza y Dª Isabel de Cabrera y Bobadilla, la sexta hija de los Marqueses de Moya y primeros Señores de Chinchón. Era sobrino de Francisco de Bobadilla, Obispo de Salamanca, que había colaborado en la construcción de la Iglesia de la Piedad de Chinchón, quien en el año 1527, en contra de la opinión del emperador, le cedió el cargo de maestrescola o cancelario de la Universidad de Salamanca.
El Cardenal, que firmó inicialmente como Francisco Bobadilla y Mendoza y luego invirtió el orden de sus apellidos, estudió en Alcalá y Salamanca siendo Doctor en Teología y Letras. Fue Catedrático en Evora y Coimbra, Arcediano de Toledo, Obispo de Coria en 1535. Fue nombrado Cardenal en 1544 por el Papa Pablo III, visita Roma en 1546, es nombrado Obispo de Burgos en 1550 y Arzobispo de Valencia en 1556, muriendo al ir a tomar posesión. Estuvo casi siempre en la Corte y está considerado como una de las grandes figuras del humanismo aristocrático.
Era muy culto, llegando a poseer una gran biblioteca de la que regaló 935 libros a Felipe II para la biblioteca de El Escorial. Hostil al Arzobispo Carranza, protegió a los jesuitas y escribió una amplia obra teológica, destacando su doctrina sobre el "Cuerpo Místico". También escribió unos "Comentarios al Libro de los Reyes" y "Sermones de tiempo".
Aplicando la doctrina de Trento, fundó el primer seminario conciliar de España, organizó la curia diocesana y ordenó una labor de estadística con criterios modernos.
Pero su fama no ha llegado hasta nuestros días por ninguno de estos importantes méritos y conocimientos. Aún hoy es conocido porque, enfadado en 1560 por que se cuestionara la "calidad" de la sangre de su sobrino don Diego Fernandez de Cabrera y Bobadilla, III conde de Chinchón, en un tribunal de Ordenes Militares, escribió un memorandum dirigido a Felipe II donde ponía en tela de juicio la limpieza de sangre de la nobleza española, e intentaba demostrar que el excesivo rigor de las órdenes era infundado, toda vez que todas las grandes familias españolas estaban infectadas de sangre judía más o menos cercana. Este memorandum nunca se llegó a imprimir por prohibición expresa del Rey.
Sin embargo, corrió clandestinamente por medio de copias manuscritas, y fue llamado por el vulgo “El Tizón de la Nobleza de España», sin que tal nombre fuera impuesto por su autor, y sorprende que, siendo documento interesantisimo y digno de estudio, no haya sido hasta la fecha objeto de una edición crítica que compruebe la veracidad de sus afirmaciones. Como curiosidad, la mayor parte de la nobleza descendía (por los matrimonios entre ellos) de un judío converso almojarife de la reina Urraca de Castilla llamado Ruy Capón o de una "doncella de alegre vida" llamada Isabel Droklin, manceba del obispo Pedro de Castilla e hija de un albañil inglés y de una "espulga-manteles". No se le pudo perseguir por lo que decía en el libro pues ninguna de las afirmaciones que hacía era falsa.
Este libro está publicado por Heráldica. Genealogía. Historia de España. Barcelona.La Selecta. 1880 8º, 1 retrato, 205 p. Media piel, nervios, tejuelo, gofrados. Es una nueva edición de la obra publicada en 1848 por el Cardenal del Sacro Colegio romano, obispo de Burgos y Arzobispo de Valencia, que revela las bastardías e impurezas que corren por las venas de cada ilustre familia española. Precedida de una biografía del autor, y seguida de las páginas Linaje del Cardenal Mendoza y Aleluyas (Palau, 163884)