sábado, 25 de octubre de 2008

MUSEO RALLI DE MARBELLA.

Situado en la urbanización Coral Beach de Marbella,y dentro de un marco incomparable (un edificio de marmol blanco de grandes dimensiones) podremos encontrar la colección más selecta de pintura latinoamericana en Europa. Muestras de pintura argentina y escultura europea de Dalí y Maillot. Pintura de Chagall, Max Ersnt, Miró, Dalí, Henry Moore, Giorgio de Chirico, André Masón y muchos otros artistas de talla mundial componen una de las muestras más importantes del mundo por lo que a museos privados se refiere.

El museo fue fundado el día 26 de Noviembre de 1992.
ES UNA ENTIDAD PRIVADA SIN FINES DE LUCRO DEDICADA A PROMOVER EL CONOCIMIENTO DE LA OBRA DE ARTISTAS LATINOAMERICANOS VIVOS. ESTO NO EXCLUYE LA EXPOSICION DE OBRAS DE OTRAS CORRIENTES ARTISTICAS YA SEA DE ARTISTAS VIVOS COMO FALLECIDOS.
LA ENTRADA AL MUSEO ES TOTALMENTE GRATUITA. NO SE ACEPTAN DONACIONES NI SUBSIDIOS DE ORGANISMOS PUBLICOS NI PRIVADOS.

SU PROPOSITO ES BRINDAR PLACER Y ATRAER EL INTERES DEL PUBLICO TANTO POR LA CALIDAD DE LAS OBRAS EXPUESTAS ASI COMO POR LA BELLEZA DE SU EDIFICIO. ADEMAS LOS VISITANTES SON LIBRES DE CONTEMPLAR LAS OBRAS EN ABSOLUTA PRIVACIDAD Y ASI FORMAR SU PROPIA IMPRESION FUERA DE TODA INFLUENCIA. CONSECUENTEMENTE NO REALIZA VISITAS GUIADAS NI INSTALACIONES AUDIOVISUALES.
SIGUEN EL LEMA DEL FAMOSO PINTOR FRANCES NICOLAS POUSSIN QUIEN DIJO: "EL PLACER ES EL PROPOSITO DEL ARTE".

De mi reciente visita al museo os ofrezco algunas de las obras,




viernes, 24 de octubre de 2008

JUGAR A SER ESCRITOR


Hacer reír, tal vez llorar; soñar.
Volver a los juegos de infancia, recordar.
Envejecer junto a una ventana contando miles de estrellas; pensar que estás junto a ella, en el tiempo que era tu amada.
Vivir en tiempos futuros que no llegarán; pensar que no hay distancia en el espacio que os pueda separar.
Amar a varias mujeres sin engañar a ninguna; ser un hombre o una mujer, a tu voluntad.
Sufrir o gozar, estar sola y soñar con paraísos poblados de valquirias y amazonas.
Enamorarte de un gato, poner nombre a un colibrí, explorar el Serenguetti, pintar de rosa la aurora.
Viajar al centro de su alma, poner una sonrisa en sus ojos y en su cara, serle alguna vez infiel y, aún así, poder vivir para siempre enamorado.
Fabricar otras vidas. Jugar a ser un poco dios, creando mil universos para vivir, a solas, los dos.
Poder ser feliz cuando estás en medio de la nada... eso, es escribir.

Y, a veces, yo juego a este juego de ser escritor.

jueves, 23 de octubre de 2008

PRESENTACION DEL LIBRO "COCINA TRADICIONAL EN CHINCHON"

El próximo jueves, día 30 de octubre, en el Parador de Turismo de Chinchón se va a presentar el libro “La cocina tradicional en Chinchon”, como prólogo de las jornadas gastronómicas que va a celebrar el Parador hasta el día 2 de noviembre, inspiradas en las recetas del libro.
La presentación la hará don Luis Lezama Barañano, sacerdote, escritor y periodista, autor del guión de la Pasión de Chinchón, además de fundar y dirigir varios Restaurantes en todo el mundo y al que el pasado día 10 se le entregó el nombramiento de "hijo adoptivo" de Chinchón.
"La Cocina tradicional en Chinchón", no es solamente un libro de cocina. Las 131 recetas de platos tradicionales y los 28 postres que completan el recetario del libro están organizados según las estaciones del año en las que se solían cocinar. Esta organización nos permite ir conociendo una serie de tradiciones y costumbres de Chinchón que complementan la oferta culinaria del libro.
Tanci de las Heras Montes se ha encargado de seleccionar las recetas de este libro, buscando entre los cuadernos en que su abuela iba anotando las que había recibido de sus antepasados. Ella misma se ha encargado de verificar todas ellas para garantizar el resultado final. Cualquiera, aún sin conocimientos culinarios, puede realizar estos platos siguiendo al pie de la letra estas recetas.
Manuel Carrasco Moreno ha recogido las historias, las leyendas y las tradiciones de Chinchón, que de alguna forma han influído en su gastronomía. Las Fiestas y celebraciones han tenido una influencia decisiva en la conformación tradicional de la Cocina de Chinchón.
El libro ha sido prologado por el Restaurador Quique Díaz del Restaurante "Chantarella" de Madrid, quien termina así su prólogo:
"Con libros como este, las modas y la globalización en la que inevitablemente nos vemos inmersos, no acabaran nunca del todo con la herencia de una de las mejores cocinas del mundo".
Para que puedan tener una idea más exacta, les trascribimos su


Índice:

PRÓLOGO.
Preámbulo.
Presentación.
UN POCO DE HISTORIA: El Formigo confortativo.
1.PRIMAVERA:
Los carnavales-Los quintos. La Semana Santa-La Pascua de los Hornazos. Las bodas. El alboroque. El Corpus Cristi.
2.VERANO:
Los ajos. La vega de Chinchón. Fiestas de San Roque. Los encierros de Chinchón. La Plaza Mayor.
3.OTOÑO:
La vendimia-el vino y el anis. El Festival. El Castillo. Las reuniónes y los cumpleaños. La Vieja Capilla del Conde.
4.INVIERNO:
Los olores de Chinchón. Las Navidades. San Antonio Abad. Las olivas-El aceite. La matanza.
EL FINAL: ¡¡Silencio!!.. Motor... Cámara... ¡¡Acción!!

Las recetas se intercalan en cada uno de estos capítulos, de acuerdo con las fechas y las celebraciones en las que se cocinaban.

Y como muestra del contenido literario del libro, trascribo, a continuación, uno de sus capítulos, titulado: “Los olores de Chinchón”


“No es que vayamos a decir que Chinchón tiene un color especial; aunque el azul de su cielo va cambiando en las distintas estaciones, desde el gris perlado de los fríos días de enero, hasta el fuerte azul cobalto de los atardeceres otoñales, pasando por el turquesa primaveral y el violeta de los ocasos de finales de agosto. También sus campos se van tiñendo en diversas tonalidades de verdes; el pardo de los olivos, el amarillento de las mieses en sazón para la siega, y el brillante de las tiernas hierbas cuando el rocío las enciende en el amanecer de los primeros días de la primavera. Y sus tierras con sus tonalidades ocres que parecen escalar por las agrestes laderas de los montes que circundan al pueblo, entre el blanco de las calizas en los caminos y los rojos ferruginosos de los cerros de las "Cabezas". Pero no, no vamos a compararnos con Sevilla.
En cambio, Chinchón sí tiene unos olores especiales. O mejor, Chinchón tenía unos olores muy especiales en los años de nuestra niñez.
El primero e inolvidable: el olor a tierra mojada de los últimos días del otoño, cuando las primeras gotas de lluvia eran ávidamente sorbidas por el polvo blanco y reseco de las calles mientras los niños mirábamos al cielo para recibir en nuestros rostros el tibio frescor de las gotas que nos anunciaban el inicio del invierno.
Entrado ya el mes de noviembre, cuando salíamos del colegio por la tarde, cuando los últimos rayos del sol pintaban de rojo la linea del horizonte, las chimeneas empezaban a exhalar pequeñas volutas de un humo gris que se mezclaba con los cirros que habían empezado a ganar terreno al inmaculado azul del cielo. Entonces solían encenderse las luces de las calles y el aroma de las maderas de olivo y de nogal, y de los sarmientos recién podados, que empezaban a arder en las estufas, inundaba el atardecer y nos invitaba a refugiarnos en el calor de hogar mientras nos comíamos la poza de aceite y azúcar o un cantero de pan con una onza de chocolate, mientras en la radio daban el enésimo capítulo de "Diego Valor"
Llegaban, después los dulces olores navideños, cuando en las tahonas se mezclaban los olores del pan recién sacado del horno con el de los dulces, los mantecados, las magdalenas y las pastas de almendras, y las destilerías, en frenética producción, inundaban el aire de Chinchón con el incomparable olor del anís que se pegaba en la garganta como si hubieras tomado una copita mañanera en cualquier bar de la plaza.
Cuando los días empezaban a ganar terreno en su implacable escalada hacia la primavera, el fuerte hedor del tinaco o alpechín que se escapaba de las almazaras y corría por los arroyos de las calles, como signo de plena actividad en la extracción del aceite, nos recordaba que podíamos alargar nuestros juegos antes de volver a casa.
A veces, te cruzabas por cualquier calle con un carro lleno de estiércol camino del secano. El fuerte olor a la basura humeante, a medio fermentar, dejaba su rastro oloroso durante varios minutos. Era un olor familiar, totalmente integrado en el ambiente, que sólo podía herir la delicada pituitaria de los que llegaban a pasar cortas temporadas en el pueblo.
A finales de abril, cuando los rosales de los patios empezaban a emitir sus primeros acordes, la nota salvaje del olor de la hierba recién cortada, ponía el contrapunto al gran concierto de la sinfonía olorosa que rompía durante el mes de mayo. La salmodia monótona de voces infantiles entonando el "con flores a María" adquiría la categoría de acontecimiento gracias al perfume que emanaba de las rosas multicolores que, recién cortadas, adornaban los altares que se improvisaban en todas las casas en honor de la Virgen María.
Después vendrían los fuertes olores de los ajos verdes que inundaban patios y corralizas en el proceso de secado y en espera de que las delicadas manos de las mozas empezasen a trenzarlos en ristras que garantizasen su mejor conservación.

Y el olor a las mieses maduras, que traían hasta el pueblo las ventiscas de las tormentas veraniegas y que se mezclaban con el olor a sangre de toro revuelta con la arena de la plaza después de la corrida. Y para cerrar el ciclo, el olor dulzón de las uvas que habían madurado con los últimos calores del verano y que hacían su último paseo desde la viña hasta la prensa de la bodega en pesados cubetos de madera soportando el monótono traqueteo de los carros.Pero entre todos los olores, nuestro recuerdo más querido es el olor de la cebolla, cuando nuestra abuela estaba preparando el sofrito para hacer...”

Próximamente les ofreceré algunas de las recetas culinarias del libro.

miércoles, 22 de octubre de 2008

PERDER EL JUICIO


Onofre Sansegundo y Gómez era una persona cabal. Cabal, honrado y de una reputación intachable. Su palabra era letra de cambio aceptada y susceptible de ser avalada por cualquiera que le conociese. Durante toda su vida dio muestras de sensatez, buen gusto y su criterio era valorado incluso por sus enemigos, que algunos tenía. De mente preclara y recto raciocinio se mostró siempre ecuánime en sus apreciaciones y justo en sus valoraciones. Sólo tenía el defecto de su intransigencia con la injusticia, la irresponsabilidad y, sobre todo, con el mal gusto y la chabacanería.
Pudo vivir respetado durante toda su vida, pero un día perdió el juicio y le condenaron a cien años de soledad. Ahora deambula perdido y sin sentido en su obligado arresto domiciliario.
En la ilustración: El juicio de Friné de J. Léon Geromo (1861). No tiene demasiado que ver con el texto, pero me ha parecido que es digno de que ser conocido. (Algún día le diré a mi amigo Jesús que nos cuente la historia de Friné).

martes, 21 de octubre de 2008

MONUMENTOS DE CHINCHON

ERMITA DE SAN ANTÓN.

A pocos metros de la torre, por la calle de San Esteban Baja -hay también otra calle dedicada al santo, llamada Alta- llegamos a la plazuela de San Antón. El día 17 de enero, en los siglos pasados, era una de las fiestas más importantes del pueblo. Durante todo el día, los agricultores llevaban sus caballerías a "dar vueltas" a la ermita del santo patrón de los animales. Y es que, en aquellos tiempos, los animales formaban parte activa e importante en la economía de las familias, aportando su trabajo en tareas de carga, de tracción y de custodia y siendo una fuente de subsistencia imprescindible para su economía.
Esta zona fue la más antigua del pueblo y en ella se debió construir una pequeña ermita, allá por el siglo XI ó XII, de estilo románico, de la que sólo queda el testimonio del ábside redondeado.
Hay una placa en la puerta, de azulejos policromados, realizada por Ángel L. Simón, que dice así:

ERMITA DE SAN ANTON.

ESTA ERMITA ANTIGUAMENTE DEDICADA A SAN ESTEBAN

DATA DEL SIGLO XVIII,

REFORMADA EN LOS SIGLOS XIX Y XX,

ESTA CONSTRUIDA SOBRE OTRA ANTERIOR

ROMÁNICA DEL SIGLO XI.

1997

Aunque posiblemente pudiera ser la parroquia del pueblo antes de serlo la Iglesia de Santa María de Gracia, sólo queda constancia documental de que en el año 1808, después de ser incendiadas las otras iglesias por lo franceses, el párroco don José Robles designó la ermita de San Antonio Abad para parroquia provisional, compartiendo el culto con la de los padres agustinos.
También sufrió desperfectos en esas fechas siendo reparada seis años después y consolidada en el año 1914 por cuestación popular y por la cofradía de San Antonio Abad y de Nuestra Señora de los Remedios. Esta misma cofradía realizó una nueva reforma en el año 1997, con cuyo motivo se colocó la placa mencionada.
Aún se sigue celebrando la fiesta y en la almoneda se siguen subastando los regalos que se hacen al santo. Antaño, la mayoría eran productos de las matanzas del cerdo que se hacían en casi todas las casas. Los dulces tradicionales de ese día eran los "tostones", golosinas caseras hechas de cañamones y miel.

lunes, 20 de octubre de 2008

SIMON "EL EREMITA" y IV


Capítulo Décimo: Amenazas.
Modesto, el Alcalde, tuvo que poner al municipal en la puerta de Simón para evitar que los fotógrafos a los que se habían unido algunas cámaras de televisión invadiesen la casa.
Durante algunos dias los telediarios y la prensa nacional se ocuparon del tema, aunque dando un giro de seriedad que antes no le concedian. Incluso en dos o tres tertulias invitaron a Clara Eugenia y a su madre para que ampliasen las informaciones de que disponian. Aunque tuvieron que rebajar sus pretensiones económicas sus comentarios confirmaron que ellas realmente no tenían ni idea de lo que estaba sucediendo y no las volvieron a llamar...
No faltaban las declaraciones desde el partido político por el que el alcalde se había presentado como independientes, queriendo capitalizar la ingente labor social que estaban realizando en esa zona tan deprimida y de la que las fuerzas actualmente en el poder no se habian ocupado nunca...
También la Iglesia resaltaba la colaboración que por parte de la Parroquia de Fuentelaencina se había prestado en todo momento a esa obra de promoción de los más necesitados enraizada en el más puro sentir de la caridad cristiana...
Todo esto no hacía sino aumentar la cotización de unas declaraciones en exclusiva del protagonista...
Las ofertas empezaron a llegar:
- Estamos dispuestos a financiar las instalaciones para modernizar la fabricación de los quesos...
- Nosotros dotaríamos de los medios más modernos la explotación apícola, aportando los más avanzados sistemas productivos...
Estos y otros cantos de sirena empezaron a hacer mella en los sencillos habitantes de Fuentelaencina.
- Con el trabajo que nos está costando sacar todo esto adelante... Una ayuda como esta nunca está de más...
- Simón ha demostrado que es capaz de dar todo lo que tiene por los demás; ¿Qué trabajo le costaba contestar a unas cuantas preguntas y recibir estas ayudas?
Simón rebuscó entre los papeles que se había traido de su casa de Madrid. Allí apareció la tarjeta de su amigo el periodista del coche rojo.
- Cuando recibí su llamada, tengo que confesarle, Don Simón, que casi la esperaba. Aquí estoy, pero no le ofrezco nada... ¿ o ha cambiado la situación..?
- ¿Tu qué crees? Dificilmente podrías mejorar las ofertas que ya he recibido...
- ¿Por qué se ha decidido a hablar, por fín ?
- Porque he llegado a la conclusión de que aquí nadie entiende nada, aunque durante este tiempo he dado suficientes ejemplos para que todo quedase muy claro.
- Para empezar, ¿Y eso del Eremita?
- No deja de ser una pequeña broma. Cuando era pequeño me impresionaba cuando escuchaba las historias de aquellos hombres que se iban a meditar al desierto y allí vivian apartados de todo el mundo. Cuando decidí dejar la Ciudad pensé en retirarme a este "desierto" interior que ha sido este pueblo para mí.
- Pero los eremitas sólo se dedicaban a la meditación y en cambio Vd. ¡menudo lío ha armado!
- Es que mi aislamiento sólo era interior. En cambio descubrí lo que yo llamo la convivencia fructífera, que generalmente no se da en las grandes ciudades. Sólo cuando te aislas de la gente te haces insensible a sus necesidades, en cambio se te involucras con ellos, no tienes más remedio que ser consecuente.
- Y eso, ¿cómo se consigue?
- Sólo cuando eres totalmente libre. Cuando nada ni nadie te ata. Cuando sólo tu eres tu dueño. No habría dinero en el mundo para pagar la satisfacción de renunciar voluntariamente a un montón de millones. No sabes la sensación de libertad que tienes cuando eres capaz de renunciar a lo que la mayoría de la gente lo busca con todas sus fuerzas e incluso por lo que muchos son capaces de cometer las mayores aberraciones.
- ¿Pero no le parece que renunciar a un dinero que podría ayudar a personas que lo necesitan no deja de ser un despilfarro?
- Cuando yo llegué a este pueblo había muchas necesidades. Yo empecé a dar lo que tenìa para intentar solucionarlas. Lo que yo tenía era más bien poco, pero es lo mismo si hubiese tenido mucho, todo se habría terminado. En cambio hemos puesto en marcha un proyecto que se basa en el esfuerzo de todos... Esto sí tiene visos de perdurar. Sólo lo que cuesta trabajo conseguirlo tiene valor...
- ¿Y piensa que esta idea podría ser puesta en práctica en otros lugares? - Es que ésto no lo he inventado yo... Pero bueno, ¿tu crees que esto que estoy yo diciendo puede interesar a alguien...? Me temo que cuando lean lo que vas a escribir muchos de los que hicieron ofertas millonarias para conseguir mis declaraciones van a respirar aliviados de que yo no aceptase sus ofertas... porque todo ésto no tiene más valor que el papel en que está escrito...y desde luego no puede competir con los divorcios, las infidelidades ni los lios de los famosos...
- ¿Quiere decir algo más? - Si, que se olviden de mí y que me dejen de vivir tranquilo en mi desierto.

Capítulo Décimo primero: El Eremita.
Las predicciones de Simón fueron correctas. La repercusión de su entrevista se diluyó rápidamente y en pocos dias ya nadie más se volvió a acordar de aquel "loco" que un día renunció a cincuenta millones y después se dedicó a promover empleo rural en un pueblecito de Guadalajara.
En Fuentelaencina no todos entendieron aquello de que sólo lo que costaba conseguir tenía valor y algunos se lamentaban que no se hubiese aprovechado la oportunidad para modernizar sus colmenas.
Simón, poco a poco, fué formado a Modesto para que se hiciese cargo de toda la infraestructura comercial y organizativa y se fué relegando sólo para tareas de asesoramiento.
Pasaron los meses y cada vez más su casa se iba asemejando a ese desierto que tanto le había impactado en su juventud.
Entonces decidió que podría ser bonito escribir sus memorias para dajar un recuerdo para sus nietos.
Se sentó al ordenandor y empezó a escribir:

" Simón el Eremita"
Capítulo primero: ¿Quiere ser millonario?
FIN
(¿Os ha gustado?)
Nota: Si os ha gustado, me lo podéis decir, porque eso me haría feliz. Si no os ha gustado, podéis mentir descaradamente, porque eso no es pecado, sólo sería una mentira piadosa...

domingo, 19 de octubre de 2008

SIMON "EL EREMITA" III


Capítulo Séptimo: Liquidación por derribo.
Los hechos se precipitaron. Edmundo, su jefe, le invitó a aceptar una especie de jubilación anticipada. Irian a un despido improcedente por el que le pagarían diez millones de pesetas. Durante los dos años siguientes cobraría el paro y a los sesenta años se podría jubilar con el 60% de la pensión máxima. Calculó que le quedarian unas ciento sesenta mil pesetas al mes.
Durante las siguientes semanas su mujer, su hija y su futuro yerno fueron apareciendo en diversos programas de televisión, por lo que recibieron sus buenos millones, aunque él, la verdad, nunca quedaba demasiado bien parado en las opiniones de los contertulios.
Su mujer, encargó a su socio Saturnino Fernández negociar las condiciones de la separación. Simón no quiso contratar a ningún abogado contra la opinión de su hijo que era el único que se había mantenido a su lado durante esos dias.
La negociación fué demasiado fácil. Simón renunció a todos los bienes gananciales, incluso al dinero que habían ahorrado desde que se casaron. Sólo mantuvo la casa que había heredado de sus abuelos en un pueblecito de Guadalajara y que hacía cinco años que no pisaban por allí, su ordenador, sus discos y sus libros.
Alejandra aceptó no exigirle nada de su pensión ni de los diez millones que recibiría de indemnización por su despido improcedente e insistió que Simón se quedase con el "peugeot" que tanto apreciaba ... desde hacía quince años.
Por su parte, Simón se comprometió a dejar su casa el mismo dia que firmasen ante el juez los papeles de la separación y que como máximo tendría lugar en un plazo no superior a dos meses.
Por la exclusiva del divorcio su futuro yerno y su hija consiguieron veinte millones de la revista "Diez minutos". Su mujer, generosa, había renunciado a su parte para que los niños se pudiesen casar ese mismo año.
Un dia, su amigo el del coche rojo, le abordó cuando salía de casa.
- Mire, Don Simón, como Vd. sabe he montado guardia delante de su casa, dia y noche, desde el primer dia del "acontecimiento". Lo único que he conseguido hasta ahora son varias fotografias de su coche y un par de ellas de usted a través de los cristales. He asistido atónito a todos los manejos de su familia y cómo usted no ha querido responder a los infundios que se han dicho sobre Vd. Estoy autorizado por mi revista a ofrecerle treinta millones de pesetas por unas declaraciones suyas...
- Hijo, tu tampoco has entendido nada. ¿Si renuncié a cincuenta millones que ya tenía en mis manos, por qué iba a aceptar ahora treinta?
- Bueno, la situación es diferente. Ahora Vd. no tiene trabajo, y además sería su oportunidad para que todo el mundo conozca su verdadera motivación para renuciar a tanto dinero.
- Pues eso, que el dinero no me importa. Que teniendo lo suficiente para vivir, el resto no tiene ningún valor...
-¿Puedo publicar ésto?
- ¿Qué supóndría para tí?
- El reconocimiento de mis jefes y la compensación de tantas noches maldurmiendo en el coche.
- Hombre, menos mal que hay alguien que en estos dias no me habla de dinero. Está bien,si tu quieres, por mí lo puedes publicar, pero no veo que pueda esto interesar a nadie...
- ¿Una foto?
- Si te arriegas a que se te rompa la cámara... Por cierto, dáme una tarjeta tuya, es posible que algún dia quiera decir algo y entonces me pondré en contacto contigo... pero, por favor, ese dia no se te ocurra ofrecerme dinero...
Al dia siguiente, por primera vez desde que empezó todo aquello, alguien escribía algo sobre él con respeto, incluso con cariño... Se alegró de haberle autorizado a publicarlo... Era, posiblemente, la primera vez, desde entonces, que se sentía íntimamente satisfecho...

Capítulo Octavo: Retorno al Eden.
Cuando llegó Simón a Fuentelencina, el solar de sus antepasados, en su "flamante" automóvil, todos los vecinos salieron a recibir al nieto del Tio Agustín que desde hacía unos meses se había convertido en una especie de héroe para todos ellos que les recordaban de cuando en los veranos pasaba las vacaciones con sus abuelos.
La noticia de que se iba a instalar en la antigua casa de la plaza, desde hace tanto tiempo deshabitada, llegó unas semanas antes, cuando llegaron unos albañiles con una furgoneta "Obras y Reformas Genil" y acondicionaron en no más de quince dias el viejo caserón. Realmente lo que hicieron fué adecentar dos habitaciones, la salita de estar, la cocina y hacer una limpieza general del resto de los aposentos, las cámaras, los patios y hacer un cuarto de aseo dentro del dormitorio principal que tenía más de treinta metros cuadrados.
Hizo llevar a continuación unos muebles funcionales y los electrodomésticos correspondientes y realmente le quedó una vivienda acogedora que cubría perfectamente todas sus aspiraciones ya que siempre había sido de gustos sencillos y poco exigente.
Entre las obras, mobiliario, decoración, y ajuar doméstico se gastó tres millones y medio. Los seis millones y medio restantes del dinero del despido los puso en una cartilla de ahorro a plazo con la idea de no tocarlo para nada y sólo mantenerlo por si le surgía una enfermedad grave o alguna contingencia imprevisible. Aunque el Director de su Caja de Ahorros le "aconsejó" productos financieros más rentables, fiel a sus principios, siguió demostrando que, para él, realmente el dinero no era importante.
En pocas semanas Simón se convirtió en un referente para todos los vecinos de Fuentelencina. Su caracter afable y sobre todo su disponibilidad para ayudar al que lo necesitaba había conseguido que todo el mundo lo apreciase. Cualquier trámite burocrático, cualquier asunto fiscal, cualquier asunto financiero que pudiese surgir era solucionado por Simón que no aceptaba como pago nada más que las "gracias".
No obstante en su casa nunca faltaban unos tomates recien cortados, una botella de vino de la cosecha local, unas patatas de la tierra o unos huevos frescos de corral.
Habian pasado sólo seis meses y su vida había cambiado tanto...
Había perdido todo contacto con todo lo que redeaba a su vida profesional. Aunque cuando se despidió de los compañeros se prometieron no perder el contacto, cuando decidió trasladarse al pueblo se cuidó muy mucho de no ofrecer a nadie la casa porque su deseo era romper absolutamente con todo lo que representaba de competitividad, materialismo y falta de valores éticos en su vida laboral.
Se había dado de baja de su móvil y no había instalado teléfono en casa. La linea telefónica sólo la utilizaba para la conexión a internet, por lo tanto localizarle era poco más que imposible, si no era a través de su "e mail": ElEremita@yahoo.com. De esta forma quedaba siempre a su decisión el contestar. Además eran muy pocos los que conocían que esa dirección le correspondía a él.
Sólo su hijo se había pasado algún fin de semana a visitarle. En una de esas visitas le informó que Clara Emilia y Ernesto estaban preparando la boda y que pensaban invitarle a ser el padrino.
- Diles que lo siento mucho, que les enviaré un buen regalo pero que "mis muchas ocupaciones" me van a impedir poder acompañarles en ese dia tan importante para ellos.
A su mujer, Alejandra, no la había vuelto a ver desde el dia que firmaron la separación. Cuando pensaba en ella no sentía rencor, ni odio, ni siquiera animadversión... tan sólo indiferencia, era como un leve recuerdo que se perdía en un pasado como muy lejano y carente de sentimientos. No tenía que perdonarle nada, porque no se sentía ya dolido... ya no le podía hacer daño.
En estos seis meses el también había cambiado mucho. Se sentía liberado de todas las ataduras. Se sentía libre. Era consciente de que sabía lo que quería y nada o casi nada podía hacerle daño. Su escala de valores no había cambiado demasiado, pero ahora estaba mucho más clara. Estaba consiguiendo la armonía consigo mismo y con su entorno. La naturaleza y toda la humanidad representada en sus actuales vecinos realmente formaban un todo con su ser. Ahora, realmente, se sentía integrado en el universo, aunque ese universo fuese tan pequeño como Fuentelaencina.
También había cambiado su relación con Dios. El siempre había mantenido una actitud de respeto hacia la religión. Su formación pragmática le había llevado a defender que se podía llegar a Dios desde la razón. Nunca le había costado aceptar todos los dogmas y enseñanzas de la Iglesia Católica. La moral católica conformaba su ética y armonizaba con los pensamientos que le dictaba su razón.
Ahora le estaba ocurriendo algo muy curioso. Esos dogmas, esas verdades, habían empezado a perder contenido e importancia. Dios, para él estaba dejando de ser una idea y un conocimiento para convertirse en una sensación y en una acción de integración con el "todo". En la armonía con la naturaleza también estaba Dios.
No sabía por qué, pero después de muchos años recordó unos versos que José María Pemán ponía en boca de San Francisco Javier en "El divino Impaciente":
"La santidad más eminente es hacer, sencillamente, lo que tenemos que hacer".
Estaba empezando a conocer lo que podía ser la felicidad.

Capítulo Noveno: Organización no gubernamental.
Su vida era muy sencilla. Después de tantos y tantos años de vida rutinaria y programada había decidido dejar de preocuparse por lo que haría el dia siguiente.
Se había dejado la barba. Las canas ya eran mayoría y le daban un aspecto venerable. En cambio procuraba cortarse el pelo muy a menudo con lo que su calva lucía con todo explendor.
Él nunca se había preocupado demasiado de su aspecto. Era su mujer la que siempre se había ocupado de comprarle toda la ropa. Ahora esta carencia se hacía más patente y su aspecto era... llamemosle "poco elegante".
Estaba francamente sorprendido del poco dinero que se necesita realmente para vivir. Sus gastos: El pan, la leche, un poco de carne, que con lo que le regalaban sus vecinos y lo que él cogía del pequeño huertecito que había sembrado en la corraliza de su casa, eran la base de su alimentación. Además la luz, el agua, la linea telefónica y poco más. En resumen: le sobraba mucho dinero del subsidio del paro que ahora cobraba.
Y como el ahorro-previsión no entraba en sus prioridades empezó a socorrer las necesidades que advertía a su alrededor.
Primero fue una silla de ruedas para la Señora Felisa cuya artrosis hacía más de un año que le impedía salir a la puerta de su casa.
Luego un tratamiento para el nieto del Tio Justo, que tenía una enfermedad muy rara y que no cubría la Seguridad Social...
Y el pago del recibo de la luz de la Jesusa, y el adelanto de un plazo del tractor de Cosme, que además de agradecérselo le aseguró que se lo devolvería cuando cogiesen la aceituna, aunque todos sabian que con la aceituna dificilmente tendría para sacar adelante a sus seis hijos...
El caso es que su "fama" se estendió no sólo por el pueblo sino que llegó a los demás pueblos de la comarca, de donde esporádicamente llegaban demandas, todas ellas dignas de ser atendidas.
Aunque sus gastos personales eran mínimos, la verdad es que el subsidio de desempleo tampoco deba para mucho y cuando se dió cuenta ya se había gastado millón y medio de su libreta de plazo y cada vez eran más las demandas que llegaban hasta él.
Se acordó, entonces, de aquello del proverbio chino de enseñar a pescar en vez de dar peces y en colaboración con el Modesto, el alcalde, un chico de treinta años que se había presentado como independiente en las listas del PSOE, empezó a organizar una especie de cooperativa artesanal que llamó "Colectivo Encina de la Fuente" para la fabricación de productos típicos de la región: Desde el queso de oveja a la miel, pasando por la cerámica, la madera tallada, y bordados y encajes que desde la antigüedad habían dado fama a Fuentelaencina y que estaban en riesgo de estinción.
El paso siguiente era su comercialización.
Diseñó su página Web y los cibernautas empezaron a conocer las excelencias de una miel sin igual, de unos quesos curados artesanalmente y de productos únicos que se podian adquirir a unos precios increibles al no haber intermediarios.
Los resultados fueron expectaculares. Toda la producción estaba vendida y en los productos de artesanía incluso había lista de espera. En todas las familias del pueblo entraba un sobresueldo que paliaba la escasa rentabilidad de la agricultura y la ganadería que eran las principales actividades hasta entonces.
Simón tenía que desarrollar una gran actividad, incluso superior, en ocasiones, a la de su época laboral, de cuya experiencia había sacado la infraestructura organizativa del nuevo Colectivo artesanal.
Todos tenian su sueldo menos él. Se había negado a cobrar nada. No lo necesitaba y por lo tanto no lo quería.
Todas estas circunstancias hicieron crecer su fama. Ya no era Simón el nieto del Tio Agustin. Empezaba a ser Simón el Eremita: un santo. Como no podía ser de otra forma, esta fama fué creciendo. Cada día su "E-mail" recibía mas mensajes. Él, fiel a su costumbre, apenas contestaba a ninguno que no estuviese relacionado con la actividad del Colectivo. Pero lo que tenía que pasar, paso: De alguna forma alguien averigüó que Simón "el de los millones" era el mismo que Simón "el Eremita" y la tranquila Fuentelaencina se llenó de reporteros que montaron guardia ante la casa que había sido del Tio Agustín y que ahora era la sede central de un "proyecto productivo" como le gustaba llamar a Simón a su pequeña "Empresa".
Entonces, Simón, sintió que corría el riesgo de perder lo que podía ser la felicidad.
(Mañana publicaré la última entrega.)