viernes, 8 de agosto de 2008

RECUERDOS DE LAS FIESTAS DE SAN ROQUE EN CHINCHON.

En las fiestas de San Roque de Chinchón, siempre tuvieron una presencia destacada los festejos taurinos y las celebraciones religiosas, aunque con el paso de los años se han ido produciendo cambios significativos en su organización.
Buscando en los antiguos programas de fiestas, nos encontramos que en el año 1964 se celebró una verbena organizada por el periódico “Fuentearriba” de Chinchón, en la que se eligió como “señorita clavel”, a Marián Fernández-Sancho.
Los años sucesivos se volvieron a celebrar estas verbenas con la elección de la “señorita clavel”, aunque no fue hasta el año 1967 cuando se elige por primera vez la Reina de las Fiestas y sus damas de honor. (Estoy intentando recopilar los nombres de todas las señoritas que fueron elegidas desde ese año hasta la actualidad)
En el año 1971, siendo alcalde don Francisco Grau Simó, se nombró una comisión de festejos para “asesorar” a los ediles, y se efectuaron diversos cambios, como:
- Teatro Guiñol para los niños.
- Campeonato de Tiro al plato.
- Competiciones de baloncesto, balonmano y fútbol.
- Circuito de motocros.
- Concurso de arada con tractor.
- Concurso de fotografía.
- Concierto en el Castillo de Chinchón.
Algunas de estas innovaciones se han seguido manteniendo en las fiestas.
Pero ese año será recordado por un incidente, que pudo ser grave, ocurrido durante el encierro de las reses, el día de San Roque.Estaba programado el inicio del encierro a las seis de la tarde. Todo se iba desarrollando con normalidad, pero entre la manada habían traído un toro de cerca de seiscientos kilos, que sembró el terror en la plaza, que estaba totalmente llena de aficionados, tanto del pueblo como forasteros que habían llegado de los pueblos de alrededor.
Terminado el encierro, los mozos reclamaron la suelta del toro para hacer una capea. Las autoridades estimaron que era demasiado peligros soltar a un toro tan fiero con tanta gente en la plaza, y decidieron no soltarlo, porque además se acercaba la hora de la procesión. Las protestas iban en aumento y algún desaprensivo empezó a quitar las tablas del tabloncillo. El ejemplo fue secundado por unos pocos que eran jaleados desde los balcones y tendidos. Tuvieron que intervenir las fuerzas del orden y, afortunadamente, todo volvió a la normalidad, sin tener que lamentar ningún incidente grave.
Después de la procesión, el concierto de música ofrecido por la Banda Municipal de Aranjuez, fue todo un éxito, e hizo olvidar los incidentes de esa tarde.