viernes, 3 de febrero de 2023

NUESTRA VECINA VALDELAGUNA



VALDELAGUNA tiene una población de unos 1000 habitantes, está a poco más de 6 kilómetros de Chinchón y todos los Chinchonetes nos hemos dado una vuelta por allí, cuando celebran sus fiestas de San Antón, Santo Toribio o la Virgen del Carmen; o para comprar el queso de oveja de Gigorro, o el buen vino de Pablo Morate; incluso algunos tenemos amigos abubillos. Y es que los nacidos allí tienen ese gentilicio, y así lo justifican en la página web de su Ayuntamiento:


“Cuenta la leyenda, en tiempos lejanos, pasó un vecino junto a la peña que está en el camino del cementerio y oyó un melódico sonido «bur, bur». Raudo, avisó a los vecinos del pueblo que se congregaron alrededor de la peña para descubrir aquel extraño ruido.

Uno de ellos pensó que se podía tratar de la Virgen que se encontraba cautiva bajo la piedra, y que quizás estaba diciendo que si no la sacaban se iría a Burgos.

El pueblo se propuso liberar a la Virgen pero debían pensar en la forma de hacerlo sin que sufriera daño alguno. Para ello, se decidió romper la piedra tirando huevos contra ella.

Los vecinos congregados, llevaron todos los huevos que encontraron, y cuenta la historia, que fueron tantos los que tiraron que se formó un río de claras y yemas de tal magnitud, que llegó a ahogar a unos bueyes que en ese momento pasaban por la cercana carretera de Perales.

Con este sistema no hubo forma de romper la peña pero de una de sus grietas salió una abubilla, descubriendo que el ruido que oían no provenía de la Virgen sino del pequeño animal”. Y desde entonces se conoce aquel lugar como “La Peña huevera”.(Exagerado es, pero así lo cuentan).






Dejando aparte las leyendas, Valdelaguna ofrece interesantes muestras patrimoniales.

La iglesia de Nuestra Señora de la Asuncion: templo de planta irregular construido en distintas fases entre los siglos XIV y XXI. Fue saqueada durante la Guerra Civil lo que supuso la pérdida total de los bienes muebles conservados hasta entonces. Actualmente lo más interesante del conjunto son las pinturas del ábside, datadas en el siglo xv, que constituyen un caso excepcional de mural hispanoflamenco de la Comunidad de Madrid.




Casa del Cura: llamada así ya que actualmente es la casa rectoral. Edificio de mampostería con zócalo, esquinas y recercados de sillares y cornisa escalonada de ladrillos datado en el siglo XVII. Su interés se centra en la portada compuesta por un arco de medio punto con sillares de llagas remarcadas rematado por un frontón triangular con bolas herrerianas en sus vértices. El blasón de la clave del arco da testimonio del origen del linaje Quiñones de Benavente en esta villa, según nos contó Ignacio Bermeja Gigorro en su trabajo: "QUIÑONES DE BENAVENTE" -PISTAS DE UN LEGADO- que obtuvo el segundo premio en el concurso de investigación de Chinchón y su Comarca del año 2016. El edificio alberga un archivo con documentos que se remontan al siglo xv, de gran interés para el estudio de la historia del municipio. Es tradición que la casa perteneció a Manuel Godoy, aunque no existe documentación que lo demuestre.


Valdelaguna y Chinchón comparten parte de su historia y siempre han tenido una buena relación, como lo demuestra que a finales del año 1808 allí se refugiaron muchos vecinos de Chinchón cuando los franceses asolaron el pueblo.




Esta era una visita obligada de buena vecindad, que el Eremita tenía pendiente desde ya hace tiempo y que hoy he podido cumplir.


miércoles, 1 de febrero de 2023

BELCHITE, EL PUEBLO QUE MURIÓ EN LA GUERRA DEL 36.



Belchite es un municipio de la provincia de Zaragoza, situado a 49 km de la capital. Tiene una población de 1.526 habitantes y 273,58 km² de extensión. Es la cabeza de la comarca conocida como "Campo de BELCHITE”

Estos son los datos, pero su historia está centrada entre el 24 de agosto y el 6 de septiembre de 1937, cuando se produce la denominada Batalla de Belchite, dentro de la ofensiva del ejército republicano destinada a la toma de Zaragoza y aliviar la presión en el frente Norte, intentando evitar la caída de Bilbao y Santander.





En estos 13 días, me contaba mi padre, que durante la guerra estuvo por los frentes aragoneses, que aquello fue una masacre. La batalla se convirtió en una guerra callejera que terminó con 5000 bajas entre ambos contendientes, y el pueblo destruido casi en su totalidad, permaneciendo sus ruinas sin restaurar por expreso deseo de Franco, como recuerdo, dijo, para generaciones venideras de los horrores de la guerra.






Se emprendió la construcción de un nuevo pueblo que pasó a denominarse "el nuevo Belchite" en contraposición con el hasta entonces Belchite que se denominó "el pueblo viejo". En 1954 se inauguró, con la presencia de Franco, la nueva urbanización que comenzó a acoger a los vecinos que hasta entonces residieron en las viejas casas dañadas por la guerra y en los pabellones del campo de concentración "la pequeña Rusia" en el que también se alojaron los presos que trabajaron en la construcción del nuevo pueblo. No fue hasta 1964 cuando fueron realojados todos los vecinos del pueblo viejo. 


El pueblo viejo fue poco a poco despojado y derruido, se recogió munición y elementos de forja como chatarra, tablones y maderas, así como elementos de cantería para otras construcciones que se realizaban en el pueblo nuevo o para labores del campo. Las ruinas del Pueblo Viejo se han cercado y se comenzaron a estabilizar para realizar visitas turísticas guiadas. Reciben más de 10 000 personas al año.

lunes, 30 de enero de 2023

CARLOS HERRERA IBA PARA PAPA



No, no es dar su opinión, es pontificar. Los grandes gurús de la información están acostumbrados a opinar de todo lo divino y de lo humano. Y además, a que siempre tienen razón, aunque no tengan la razón y no sean razonables. Son, como el Papa, cuando habla ex-cátedra, infalibles.

El otro día, Elisa María Trivino, la alumna con el mejor expediente académico de su promoción, osó disentir en el nombramiento como “alumna ilustre” a Isabel Díaz AYUSO, y lo que es peor, se atrevió a decirlo; y eso, claro, es dar su opinión, y eso solo lo pueden dar Herrera, Quintana, Pastor, Losantos, Ferreras o Vicente Valles, que ellos si pueden opinar, aunque muchas veces nos lo vendan como información.

Pero el señorito andaluz Carlos Herrera ha montado en cólera y ha intentado despellejar a tan atrevida alumna, a la que ha dedicado estas bellas palabras: “"La izquierda del calimocho, la de los niñatos que añoran las checas, que no se sabe de dónde han sacado tanto odio. Allí emergió la futura nueva estrella de Podemos. Se llama Elisa, esta va a ser seguramente algún día reportera de La Sexta porque ha estudiado periodismo. Le dieron la palabra porque es la que mejor nota tiene de su promoción, lo cual te da una idea de cómo es la promoción. Se supone que era la mejor en expresión, una gran futura profesional que no era capaz de hilar un discurso coherente".

Como se ve, ningún argumento para rebatir lo que dijo, ni para justificar el galardón concedido a la Presidenta de la Comunidad de Madrid, ni sus méritos para merecerlo. ¿Para qué? Solo él está en posesión de la verdad. Su discurso rezuma caridad cristiana, el odio es de los otros; a él le pagan los obispos.

Seguramente está haciendo méritos para que sus patronos le propongan para más altos designios; aunque yo creo que ya ni el Papa está libre de que se cuestionen sus opiniones. 


Posiblemente a quien Carlos Herrera, de verdad, añora es a Girolamo Savonarola y a su Santa Inquisición.

domingo, 29 de enero de 2023

CLAVIJO, UN PUEBLO QUE ES Y UNA BATALLA QUE NO FUE




La localidad riojana de Clavijo se encuentra a 16 kilómetros de Logroño y a 872 metros de altitud, en la subcomarca del Valle Oriental del Iregua. Su población alcanza los 314 habitantes. Su término municipal comprende 19,7 kilómetros cuadrados e integra la villa de Clavijo y el poblado de La Unión. 


El relieve que da forma al término es accidentado, con cotas superiores a los mil metros, colinas encrespadas y valles estrechos de fondo plano. Sin embargo, más de dos tercios del total son tierras llanas, hallándose el tercio restante el Monte Laturce, de 32 hectáreas.

Pero Clavijo es conocido por una batalla que no fue, pero que lleva su nombre.


Todos sabemos de qué color era el caballo blanco de Santiago, y todos conocemos a Santiago Matamoros. ( No confundir con los televisivos hermanos Matamoros, Kiko y Coto ).




Pues bien, resulta que la primera noticia sobre esta batalla, se produce a mediados del siglo XII, cuando un canónigo de Compostela llamado Pedro Marcio copió, según él mismo nos indica, un documento original de privilegio otorgado por el rey Ramiro I de Asturias en el que establecía el llamado voto de Santiago en acción de gracias por la victoria obtenida en la batalla de Clavijo.


La leyenda cuenta que Ramiro I tuvo un sueño en el que aparecía  el Apóstol Santiago asegurando su presencia en la batalla, seguida de la victoria. Al día siguiente, el 23 de mayo de 844, los ejércitos de Ramiro I, animados por la presencia del Apóstol guerrero montado en un corcel blanco se enfrentaron al ejército musulmán. 


Desde aquel día, según Jiménez de Rada se utilizó esta invocación: ¡Dios, ayuda y Santiago! A partir de entonces, los ejércitos españoles, hasta la Edad Moderna, lo tuvieron por patrono, y en todos los combates, desde los Tercios de Flandes, hasta los conquistadores de América, se invocaba el nombre de Santiago.


Sin embargo, y siguiendo ahora a Sánchez Albornoz, Ni Ramiro peleó en Clavijo, ni aunque hubiese allí combatido, ni él ni sus gentes habrían creído que a su lado había luchado el Apóstol Santiago. Es cierto que hubo batalla en aquellos lugares, pero fue en el año 859, durante el reinado de Ordoño I; se trata de la batalla de Albelda, librada contra el gobernador de Zaragoza, el autodenominado “Tercer rey de España”.


En fin, que por la imaginación calenturienta de aquel canónigo compostelano, el pobre apóstol Santiago ha tenido que cargar con el sambenito de ser conocido como “Matamoros” y verse representado montando un precioso corcel que, como todos sabemos, era blanco.