jueves, 31 de marzo de 2022

ESA NOCHE, WILL SMITH NO TENIA GUIÓN.




Como todo el mundo está dando su opinión sobre el sopapo que propinó Will Smith al presentador de la Gala de los Oscar, yo no me resisto a dar también mi opinión, porque sé que alguno de mis lectores lo estará esperando, más que nada para disentir y poder criticarme.

He escuchado toda clase de opiniones. Y siempre habrá a quien echar la culpa de lo ocurrido. Para unos la culpa es del actor, para otros, la tuvo el humorista, hay quienes piensan que fue la mujer la que no supo encajar una humorada, algo subida de tono sí, pero que estaban en una fiesta y no era para poner esa cara. En fin, que hay un campo muy amplio para opinar.

Vamos a ver. El chiste era de muy mal gusto. No sé si venia en el guión (lo cual tendría delito) o fue una improvisación, pero hay cosas con las que no se puede jugar. La reacción de la ofendida, normal, porque le dolió. Y la del marido, lógica, al verse ante un auditorio que esperaba su reacción.... y lo que hizo fue lo más previsible.

Y luego se arrepintió, o eso dijo. Y hubo quien se rasgó las vestiduras, y quienes aprovecharon para sacar deducciones y alabar o recriminar la acción, de acuerdo con sus sentimientos, con sus principios o con lo que en ese momento estimaron que era más rentable defender aunque, posiblemente ellos hubieran hecho lo mismo.

Yo digo que Will Smith, esa noche, no tuvo la culpa. El entrañable “Príncipe de Bel Air” es un excelente actor, como lo demuestra la estatuilla que estaba a punto de recoger, y desde muy joven está acostumbrado a interpretar lo que le dice el guión de su personaje. Pero esa noche, Will no tenia guión, e improvisó, y ya se sabe que las improvisaciones las carga el diablo.

En caso contrario, podría haber sido, poco más o menos así:

El presentador suelta lo de la teniente O’Neil, la cámara toma un primer plano de Jada, Will se acerca a ella y la besa tiernamente en la mejilla, a ella se le escapa una lagrima. El se pone en pie y avanza lentamente hacia el escenario. El presentador queda perplejo sin saber qué hacer. 

Cuando nuestro protagonista llega a su altura, se detiene frente a él y con voz grave y pausada le dice:

“Señor Rock, es usted un mal nacido. (Pausa tensa) Yo creo que debe de inmediato pedir disculpas a Jada Pinkett. En aras del humor no se puede jugar con los sentimientos de las personas. (Otra pausa, está un poco más larga) se lo repito, es usted un mal nacido”.

Da la vuelta y se dirige de nuevo a su localidad. El público ha quedado impactado; silencio. Se oye el inicio de un aplauso... después estalla una ovación unánime. Will llega junto a Jada y le besa tiernamente. La imagen se funde con el The End.

No, pero esa noche Will Smith no tenia guión.