lunes, 31 de mayo de 2021

LOS INCIERTOS ORIGENES DE LA MUY NOBLE Y MUY LEAL CIUDAD DE CHINCHÓN




A todos nos gusta conocer nuestros orígenes; saber de nuestros antepasados, y datar los hechos más importantes de nuestras vidas; por eso celebramos todos los años la fecha de nuestro nacimiento. 

Con los pueblo ocurre lo mismo, aunque hay una tendencia a dar más importancia a la antigüedad, y por eso, los historiadores han rebuscado los hechos y los documentos más antiguos que hagan referencia al origen de los mismos.

Y Chinchón no podía ser una excepción, aunque deberemos reconocer que nuestros orígenes no están demasiado claros, como tampoco lo está nuestro topónimo.

Lo primero que habrá que determinar es que por el territorio de lo que hoy es el término municipal de Chinchón pasaron todas las civilizaciones que forman la historia de España. Sin embargo, el origen de la Aldea, el Concejo, la Villa, el Pueblo y la Ciudad de Chinchón, se podrían situar en la Edad Media.

Sin entrar en detalles de épocas anteriores, podríamos decir que desde el año 1085 con la conquista de Toledo por el rey Alfonso IV, el territorio de Chinchón quedó bajo el dominio de Castilla; sin embargo hasta el año 1139, con la conquista del castillo de Aurelia, no queda totalmente liberado el territorio de la presencia de la dominación musulmana.

Antes del siglo XIV el territorio de Chinchón, debido a las luchas entre musulmanes y cristianos, estaba prácticamente desierto y los pocos habitantes se concentraban en cinco poblados a lo largo del Río en la Vega del Tajuña, (Eza, Villaverde, el Monasterio, San Galindo, y San Juan o el Moral) y un centro urbano un poco más grande en Bayona (Titulcia). También podría haber algún pequeño asentamiento disperso en lo que hoy es el pueblo de Chinchon.

Sabemos que el año 1190, el rey Alfonso VIII hace donación a la municipalidad de Segovia de varias aldeas entre las que se encuentran, entre otras, Arganda, Ambite, Orusco, Caravaña, Valdilecha, Tielmes y Perales, y en esta relación no aparecen Chinchón, Ciempozuelos, Titulcia, Seseña, San Martín de la Vega, Valdelaguna, ni Villaconejos. El historiador de Chinchón, Paulino Alvarez Laviada deduce que estos últimos no aparecen en la relación porque ya pertenecían a Segovia con anterioridad, sin duda para justificar su existencia.

Sin embargo, hoy sabemos que los territorios de estos pueblos no fueron repoblados y colonizados hasta principios del siglo XIV, según consta en un documento del Archivo Histórico Nacional. Sección de Diversos. Concejos y Ciudades. Leg. 202, fol.6,39, fechado el 15 de agosto de 1302 y en el mismo, todavía no aparece el nombre de Chinchón, aunque si los de Bayona (Titulcia) Villaconejos y Sietepozuelos (Ciempozuelos).

Es necesario resaltar que en aquella época, las tierras no tenían valor si no estaban cultivadas, por eso, en el año 1302 se inicia la colonización y repoblación del territorio por la Municipalidad de Segovia, con la protección de los Caballeros Quiñoneros, con el fin de atraer mano de obra para el cultivo de estas tierras, para lo cual se concedían grandes beneficios a los colonos que iban llegando a estos territorios.

Pero esta repoblación fue lenta y se dilató en el tiempo. En el año 1480, 178 años después de iniciarse la colonización, cuando los Reyes Católicos conceden el Señorío de Chinchón a don Andrés de Cabrera y doña Beatriz de Bobadilla, les conceden 1200 “vasallos”, no tierras. Y estos 1200 vasallos, sin contar con los clérigos, la nobleza y los caballeros, estaban repartidos en las Villas  de Seseña, Ciempozuelos, Bayona, Villaconejos, Chinchón, Valdelaguna, Moraleja de Enmedio, Moraleja Mayor, Serranillos, La Cabeza, Zarzuela, Tiracentenos, Sacedón, Cienvasallos, Odón, Veguilla, Brunete y Quijorna, que conformaron lo que fue el señorío y después Condado de Chinchón y de los cuales tan solo 281 vivían en la Aldea de Chinchón.





Teniendo en cuenta lo anterior, se podría deducir que de 1302 (Fecha del documento antes citado) a 1375 (En el que se data el primer documento histórico en el que aparece su nombre), se fundase la aldea de Chinchón; posiblemente, a mediados del siglo XIV.

Y para terminar, hacer un pequeño recorrido cronológico de los distintos monumentos de Chinchón.

Mediados del siglo XIV, Construcción de la ermita de San Esteban, después conocida como San Antón. En la aldea de Chinchon de instalan los habitantes de los cinco asentamientos de la Vega y los colonos que iban llegando.

En estas fechas se pudo construir también una fortaleza por los Caballeros Quiñoneros en la ubicación del actual castillo de los condes.

A principios del siglo XV, Construcción de la Iglesia Santa Maria de Gracia, que fue destruida por los franceses en el año 1808. La torre de esta iglesia fue reconstruida en el año 1713 a 1727, y permanece en la actualidad.

A mediados del siglo XV (1449 ) Construcción del Castillo de Casasola.

1480 se inicia la Construcción del Palacio de los Señores de Chinchón y del castillo.

1499 se compra a Juan Tinajero una casa en la plaza para instalar el Ayuntamiento de Chinchón.

A principios del siglo XVI se funda el Convento de Nuestra Señora del Paraíso de los frailes agustinos debajo del castillo de los condes, que en 1625 se traslada cerca de la plaza.

1534 se inicia la Construcción de la Iglesia de la Piedad, como capilla de los condes, que se termina en el año 1626.

1597 Se inician las obras del Monasterio e Iglesia de la Inmaculada Concepción  de las madres Clarisas que se termina en el año 1653.

1626 se traslada el convento de los padres agustinos, actual Parador de turismo.

Mediados del ser siglo XVII se construye  la casa de la cadena.

1668 se amplía la ermita de San Roque.

1816 se restaura la Fuente Arriba de la plaza y a finales del siglo XIX la ornamenta la Sociedad de Cosecheros. 

1871 se  compran los terrenos para construir el Teatro Lope de Vega que se inaugura en el año 1891.

Todo esto es parte de nuestra historia, y no tiene mayor importancia desconocer la fecha de la fundación de Chinchón; pues la antigüedad no determina la grandeza de un pueblo, sino el trabajo y la excelencia de sus habitantes.