sábado, 25 de julio de 2020

FIESTAS DE SANTIAGO, EN RECUERDO DE FRASCUELO.



Este año atípico nos está haciendo vivir una nueva normalidad en la que todo está cambiando y se están viviendo las tradiciones de una forma diferente.

Las fiestas de Santiago Apóstol no iba a ser una excepción.

Cuando la fiesta religiosa estaba ya en decadencia desde hace tiempo, solo quedaban los toros, y como este año no se van a correr, solo nos queda hacer un recuerdo a Salvador Sánchez Povedano, “Frascuelo” que en el año 1863 sufrió una grave cogida en la capea del día de Santiago en la plaza de Chnchon.




Pero esa historia ya está suficientemente contada; hoy sólo dejar este pequeño recuerdo.

viernes, 24 de julio de 2020

PUES HABLEMOS TAMBIÉN DEL REY.




Llevo todo el día escuchando la televisión y el tema redundante es el Rey emérito y la Monarquia. Las noticias, las tertulias, los editoriales, todo el mundo hablando del Rey. Hasta Belen Esteban nos ha dado su opinión y se ha atrevido a darnos una versión de la actualidad monárquica. Así que, yo también me voy a unir a la moda.

Se ha dicho siempre, para justificar la existencia de la Monarquia, que es de la “gracia divina” de donde emana el poder real. Bien es verdad que este aserto no lo corrobora la historia, porque en la mayoría de las veces el derecho monárquico se ha conquistado en guerras o en casamientos ventajosos, en los que la “gracia divina” ha tenido poco que ver.

Aquí en España la restauración monárquica la decidió Francisco Franco, que fue “generalísimo” también por la gracia de Dios.

Considero que a estas alturas es bastante difícil justificar la existencia de la monarquia desde un punto de vista teórico, como no sea invocando una interesada tradición o la conveniencia práctica de tener un árbitro neutral ajeno a los vaivenes políticos. 

Por lo tanto, la monarquia  es una institución arcaica, basada en valores obsoletos, que irá desapareciendo con el tiempo, sin necesidad de que tenga detractores, porque ella misma se está encargando de autodestruirse.

Solo me queda una duda, creo que razonable. Si hace unos años en España se hubiera instituido la Republica, teniendo en cuenta que su presidente sería el representante de uno de los partidos mayoritarios, ¿A quien tendríamos como Presidente, a Felipe González o a José María Aznar?

Y la duda se me hace cada día más razonable.

miércoles, 22 de julio de 2020

EL PELIGRO ESTÁ EN LOS VIEJOS.




Ya está; esto del Coronavirus es un invento del neoliberalismo. Ni los chinos, ni los rusos, ni los americanos, ni siquiera un laboratorio clandestino desconocido; lo del virus lo idearon los neoliberales para atacar en sus raíces el movimiento mundial de la rebelión de los viejos.

Os los voy a contar, aunque sea un secreto, antes de que secuestren esta publicación, como suelen hacer con todos los artículos que se publican y no son de su agrado.

Todo empezó con el “brexit” en Inglaterra y siguió con la elección de Trump en Estados Unidos; según los expertos fue el voto de los viejos, dicho en argot políticamente correcto: el voto de “los más mayores”, el que decantó el resultado final. 

Después, el movimiento de los jubilados manifestándose en muchas de las ciudades de España reclamando sus derechos, y no sabemos dónde podría parar todo esto.

Y es que los viejos, en vez de limitarse a sentarse en un banco para vigilar las obras de su barrio o, a lo sumo, cuidar de sus nietos, o a pasear al perrito,  les ha dado por meterse en política y a este paso se va a tener que hacer lo que ellos digan, porque van a ser mayoría.

Los viejos de ahora, somos los que durante nuestra infancia, nuestra juventud y nuestra edad laboral tuvimos que estar sometidos a las normas imperantes en la época, cuando nadie podía salirse del tiesto y no teníamos más remedio que ser dóciles si queríamos conservar nuestro trabajo, nuestro prestigio y nuestro status social. Solo unos cuantos valientes osaban ser rebeldes y enfrentarse a las “autoridades” militares, religiosas y civiles; la mayoría acatábamos la “normalidad” como la situación “menos mala” para nosotros para nuestras familias y para nuestra supervivencia.

Pero nos jubilamos, y como la ciencia nos ofrece la oportunidad de conservar todavía nuestros constantes vitales e intelectuales en un estado todavía aceptables, nos ha dado por pensar qué es lo que más nos puede convenir a nosotros y nos hemos hecho contestatarios, ¡A nuestros años!

Y mientras los más jóvenes se hacen cada día más conservadores, los viejos nos hacemos más progres.

Y entonces, los neoliberales, o sea, los que tienen el dinero, se han dicho, “esto hay que solucionarlo como sea”. Y encargaron un virus que atacase a los viejos principalmente, aunque por el camino se lleve por delante a algún que otro joven, que serán los daños colaterales que siempre son asumibles en operaciones de esta envergadura.

Aunque estamos cayendo muchos de nosotros, no nos vencerán. No les quedará más remedio a los políticos que atender nuestras demandas, si no quieren que sigamos votando propuestas demenciales como las del “brexit” o eligiendo a personajes como el americano, porque a nuestra edad empieza a darnos ya todo un poco igual, y estamos hartos de que se nos siga ninguneando como hicieron durante toda nuestra vida.

Esto, aunque parece una broma - y sin duda lo es- debería ser motivo para un reflexion de los políticos; y para terminar, un ruego: no hacía falta lo del virus, porque a la mayoría de nosotros solo nos queda unos cuantos telediarios.