lunes, 15 de junio de 2020

LA DECISIÓN




El director de la planta tenía que tomar la decisión. Había quedado una cama vacante en la UCI del Hospital y había dos enfermos que necesitaban estos cuidados. Uno de ellos, de ochenta y tres años, tenía además demencia senil: la otra, una mujer de sesenta años, que había ingresado con todos los síntomas del virus y presentaba una grave insuficiencia respiratoria. Era seguro que cualquiera de los dos podía morir si no se le aplicaban los medios de que se disponían, aunque tampoco era seguro que cualquiera de ellos pudiese sobrevivir al tratamiento.

El tenía la obligación de tomar la decisión.

Si se pudiese consultar a los familiares de los enfermos, posiblemente cada uno elegiría al suyo para intentar salvarle. O no. Pero la decisión era suya o convocar una comisión de expertos para diluir la responsabilidad; pero eso llevaría tiempo y podrían morir los dos.

-La señora a la UCI.

Pero no resistió el tratamiento y moría poco después. El anciano con demencia senil murió ese mismo día.

Podría haber optado por lo contrario, y nunca podremos saber cual hubiera sido el resultado.

Pero, ¿quién puede acusar de nada al Jefe de Planta de ese Hospital?

Yo creo que nadie. Porque el problema no era tomar la decisión en ese momento. El problema era que había más enfermos que medios disponibles, y el problema, y grave, era que no había medios suficientes porque se habían  descuidado con anterioridad las inversiones necesaria para prevenir estas circunstancias.

Es una verdadera barbaridad responsabilizar de las muertes que ha ocasionado el virus a los gobierno de España ni a los de las Comunidades Autónomas; a ninguno. Seguro que se han cometido errores, que se tomaron decisiones equivocadas, pero ninguna persona sería capaz de tomar una decisión a sabiendas de que se iban a producir tantas muertes... y si hubiera alguna, es que no era persona. Y quien piense que eso es posible, es que tiene la mente enferma. Ya digo, nadie puede ser acusado de ese crimen. 

El problema está en que alguien empezó a tirar los muertos a la cara de los adversarios políticos y ahora se vuelven contra ellos. Ya lo decía yo hace unos días,¡Dejad que los muertos entierren a sus muertos y que descansen en paz! Nosotros vamos a trabajar a ver si podemos arreglar un poco este desaguisado, que se nos viene encima.

Y parece que no solo es en España; también en Francia y en Italia están demandando a las autoridades.. y seguro que después irán Brasil, Inglaterra, Estados Unidos y todos los demás. 

Yo creo que estamos todos un poco locos... Y algunos políticos y algunos periodistas creo que un poco más.