domingo, 24 de mayo de 2020

¿Y SIN TURISMO, QUÉ?

Óleo de Esther Barcenas

La pandemia del Covid-19 ha puesto de manifiesto muchas cuestiones que antes no habíamos pensado o querido plantearnos. Dos meses de confinamiento y de restricciones en la movilidad nos han planteado situaciones que modifican nuestra forma de vivir, e incluso, de afrontar nuestra vida social, laboral y económica. 
Dos meses de paro casi total en la productividad de un país puede acarrear una crisis económica más aguda que la que pudo producir la crisis del petróleo o la crisis financiera del 2008. 
Aparte de que se hace evidente una reforma, durante tanto tiempo anhelada, de la agricultura; de una reestructuración en el comercio que desde hace años viene sufriendo una reconversión con la aparición de las grandes superficies; y una nueva concepcion en los servicios en los que se está demostrando la posibilidad del teletrabajo, con el consiguiente ahorro de tiempo en el transporte, aunque se hace necesario un estudio para la conciliación del trabajo con la vida familiar; lo que esta crisis ha dejado en evidencia es la fragilidad de la industria turística, que podría estar avocado a la ruina en el caso de prolongarse un poco más el estado de confinamiento y limitación de la movilidad de las personas,  tanto a nivel nacional como internacional.

Figura de toro de Ángel Simón “Quicile”

Chinchón puede ser un buen ejemplo de esta situación; tenemos una vega fértil que está insuficientemente cultivada, un comercio en decadencia y una pujante industria turística, pero prácticamente sustentada en su oferta gastronómica y de alojamiento. 
Desde el Ayuntamiento se han hecho esfuerzos para potenciarlo y se han tomado iniciativas como la inclusión en el programa de los “Pueblos más bonitos de España” que sirven para promocionar nuestro turismo, así como la organización de ferias como la medieval, que atrae mucho público al pueblo. 
Pero se echa en falta una mayor implicación de la Asociación de las Empresas turísticas de Chinchón, en la promoción que a ellos más que a nadie les interesa.
Sin ánimo de agotar las múltiples opciones, -Habrá que dar la oportunidad a los emprendedores -  Habría que potenciar más actividades que contribuyesen a hacer más atractiva nuestra oferta turística, como podría ser la potenciación de la artesanía en todas sus manifestaciones, la oferta de productos agro alimentarios de la zona, ofertas culturales, y otras muchas que se podrían pensar para ofertar al visitante alternativas de ocio y cultura que unir a la oferta ya existente.
Además, estas actividades podrían vivir también al margen del turismo y ofrecer al mercado una oferta que podría ser autosuficiente y crear puestos de trabajo.



Bolsos de Inma and Katy

Estoy pensando en todas esas posibilidades comerciales que ofrecen los productos agro alimentarios. El vino, el aceite, los ajos, los dulces, las conservas, etc.etc., planteados de forma comercial y competitivo podrían ser una posibilidad de creación de riqueza y puestos de trabajo. Aquí los emprendedores tienen mucho que decir y aportar, y el Ayuntamiento tiene la obligación de apoyar y fomentar todas estas iniciativas.
También sería necesario apostar y promover industrias limpias y tecnológicas compatibles con la actividad turística y el status residencial de nuestro pueblo, así como relanzar la tradición pictórica y cultural de Chinchón que atraiga a los artistas que puedan a su vez ser reclamo para visitantes. No en vano nuestro pueblo tiene una amplia tradición en la acogida de artistas e intelectuales que llegaron hasta aquí y donde encontraron inspiración y cobijo.



Bodegas del Nero

Por lo que pudiera ocurrir, no estaría mal estar preparados y adelantarnos a la posibilidad de que algún día, el turismo, tal como lo conocemos hoy, pueda pasar a la historia.