martes, 5 de mayo de 2020

LAS GRANDES PANDEMIAS DE LA HISTORIA


Datos actualizados a 4 de mayo de 2020 (11.00 hora peninsular española)

Diagnosticados
Muertos
Curados
Mundo
3.507.969
247.661
1.130.353
Europa
1.546.886
144.245
579.167
EE UU
1.158.041
67.682
180.152
España*
218.011
25.428
121.343
Italia
210.717
28.884
81.654
China
83.964
4.637
78.684
Los datos de infectados son cifras acumuladas e incluyen a las personas curadas.
Estos son los datos actualizados al día de hoy, que muestran la expansión de la pandemia del coronavirus.

¿Esto es mucho? No es mucho; es muchísimo.
Claro, que depende de con que lo comparemos.

Porque la gran pandemia de la peste negra que afectó a Eurasia en el siglo XIV y que alcanzó un punto máximo entre los años 1347 y 1353 (6 años) y está considerada como la más devastadora en la historia de la humanidad, aunque es difícil poder cuantificar el número de fallecidos, unas estimaciones realizadas recientemente, calculan que sólo en Europa pudieron fallecer más de 25 millones de personas; lo que supondría, aproximadamente, un tercio de la humanidad.

Desde 1817, siete pandemias de cólera se han extendido desde Asia al resto del mundo. La última de ellas ocurrió el año 1961 y afectó entre 3 y 5 millones de personas por año, muriendo alrededor de 120.000 personas.
En España, las epidemias de cólera fueron una serie de brotes de cólera morbo que ocurrieron desde el primer tercio a finales del siglo XIX. En total fallecieron unas 800.000 personas a lo largo de las cuatro pandemias que afectaron a España en este siglo.
Las sucesivas pandemia que sufrió España provocaron una recesión económica, así como una oportunidad de cambio profundo en la sanidad e higiene de España. No estuvo exenta de polémicas, tanto por el empleo de las vacunas como por la forma de combatir la enfermedad, así como por las políticas empleadas para abordar la misma. Cabe mencionar que el terror causado en la población, debido a las muertes ocasionadas, fue motivo de revueltas populares e inestabilidad social.
Concretamente, en la epidemia del año 1834 en Chinchón se contabilizaron 1450 infectados y un total de 179 fallecidos. Lo cual no deja de ser una verdadera barbaridad, porque estuvo afectada casi un 48% de la población y murió cerca de un 5%.
TCon motivo de esta epidemia, la Junta de Sanidad de Chinchón aconsejó que los cadáveres deberían ser inhumados fuera de la población; todavía estaba en servicio el antiguo cementerio junto a las ruinas de la antigua iglesia. Para el nuevo -y actual- Campo Santo se habilitó una parcela rectangular junto a la ermita de Santa Ana, haciéndose el primer enterramiento el día 14 de julio de 1834.

Pero hablando de pandemia nos tenemos que fijar en La Gripe Españolaque mató entre 1918 y 1920a más de 40 millones de personas en todo el mundo. Se desconoce la cifra exacta de la pandemia que es considerada la más devastadora de la historia. Un siglo después aún no se sabe cuál fue el origen de esta epidemia que no entendía de fronteras ni de clases sociales.

Y hemos llegado al Coronavirus. ¿Cuánto va a durar? ¿Qué diferencias hay con las que he mencionado antes? ¿Llegará a cifras similares a las de la gripe del 18?
¿Por qué nadie sabe a ciencia cierta cómo actuar?
Son demasiadas preguntas y ninguna respuesta segura. 
Lógicamente no estamos en el siglo XIV, ni siquiera en el XIX; las condiciones sanitarias son infinitamente mejores; disponemos de más medios y, en teoría, todos los países trabajan en la misma dirección. 
¿Por que está ocurriendo todo esto? 
En primer lugar es un virus nuevo, hasta ahora desconocido, que se está propagando con gran celeridad por la profusión de los medios de transporte y la movilidad de las personas de todo el mundo. Pensemos que en el siglo XIV está propagación fue más lenta por la lentitud de los desplazamientos de las personas lo que hacía que podrían pasar años en llegar de un país a otro.
Y se están dando los primeros pasos, casi a ciegas, y muchas veces en direcciones opuestas. Hacer un escenario de posibles situaciones resulta difícil y ni los técnicos ni expertos llegan a ponerse de acuerdo. Hay que admitir que se está demostrando un alto grado de incompetencia en muchas de las decisiones, pero tampoco nadie aporta soluciones viables a las que acogerse.
Las medidas de aislamiento y paralización de toda la actividad productiva van a ocasionar consecuencias terribles para la economía de todos los países, aunque parece ser que, en líneas generales, todos los políticos están de acuerdo en lo principal, aunque puedan discrepar en algunas circunstancias, a la hora de plantear soluciones.
El Gobierno está proponiendo algunas medidas económicas para paliar los efectos de estos crisis para los mas desfavorecido. La realidad es que el paro se va a disparar y la economía va a sufrir un estancamiento, cuando no un retroceso que costará años en normalizar.
Hablábamos de que con las epidemias del cólera, España sufrió una recesión económica y que esto fue motivo de revueltas populares e inestabilidad social, pero también brindó una oportunidad de cambio profundo en la sanidad e higiene de España.
La respuesta de los ciudadanos a las terribles medidas impuestas para combatir la pandemia no ha podido ser más cívica y responsable. Ahora todos tememos por nuestras vidas y esto es lo principal que debemos salvaguardar.
Pero, ¿Y mañana? Cuando salgamos de casa, cuando muchos se encuentren que no tienen trabajo, cuando no puedan abrir muchas empresas. 
Nuestros políticos deben olvidarse de campañas y de confrontaciones, es necesario un nuevo orden social y económico, porque el que tenemos esta demostrándose incapaz de dar soluciones a situaciones en las que ninguna fórmula económica conocida es capaz de responder. 
Lo mismo que en el siglo XIX, la crisis creada por la aparición del cólera morbo fue un acicate para mejorar la sanidad y la higiene en España, esta crisis tiene que servir para crear un nuevo orden más justo para todos, sobre todo para los más desfavorecidos. 
Siempre, de los grandes retos, pueden salir soluciones brillantes.
Esperemos que así sea.