martes, 23 de mayo de 2017

EL FOTÓGRAFO



"Predes" era fotógrafo; mejor dicho, "Predes" se hizo fotógrafo por necesidad. Pero bueno, es mejor que empiece por el principio. 
"Predes", en realidad se llamaba Predestinación Ildefonso Sansegundo de las Olivas, pero desde pequeño en casa todos le llamaron "Predes", sin duda para abreviar.
Y hay que decir, sin más dilación que Predes era un poco fantasma. No, no es que le gustase presumir, no; que sin saber muy bien por qué, no se reflejaba en los espejos ni salía en las fotos. Por eso, desde muy pequeño, el se ofrecía siempre para hacer las fotos y así no se ponía en evidencia. Lo mismo que había amigos que siempre eran los que ponían el tocadiscos en los guateques, posiblemente porque no sabían bailar, el era el encargado de hacer las fotos del grupo, y así poco a poco se fue labrando una justificada fama de buen fotógrafo y, casi sin darse cuenta, encontró la profesión, que a decir de todos, le venía como anillo al dedo.
Cuando si tuvo un gran problema fue el día de su boda; dijo que solo el podía hacer las fotos y la novia salió guapísima en todas, pero siempre sola. Luego, para el salón de su casa, encargo un óleo a un amigo suyo pintor, y esa fue la única representación gráfica que le sobrevivió. 
Bueno, esa y un dibujo a plumilla que le hicieron para el carnet de identidad, cuando los funcionarios se percataron que era imposible que saliese en ninguna de las fotos que intentaron hacerle en la comisaría.
Aunque esa anomalía por su carencia de imagen fue el secreto mejor guardado de su familia, todavía sus descendientes hablan de aquel abuelo tan raro que no se reflejaba en los espejos ni salía en las fotos pero, sobre todo, porque se llamaba Predestinación, aunque en casa le llamaba "Predes", sin duda para abreviar.