viernes, 11 de diciembre de 2015

EL BOLI BIC.

(Un artículo de Aníbal Malvar, en el blog Rosa y espinas).

El boli bic no sirve para firmar sentencias de muerte, ni solemnes discursos mentirosos, ni declaraciones de guerra, ni reformas del artículo 135 de la Constitución. Cuando intentas hacer este tipo de cosas, el boli bic te falla. Estos asuntos serios siempre se acuerdan y firman con bolis de marca. Parker, Inoxcrom, Cross, Dupont, Cartier, Tibaldi, y algunas otras nobles tintas con las que yo jamás he escrito, ni escribiré, la menos miserable de mis novelas.
El boli bic es un insulto a la inteligencia. Una golondrina picoteando una pasta junto al té de un académico despistado. Una rosa coñoneando en el agujero portugués de un fusil. Un boli bic es barato. Lo puede comprar casi todo el mundo. Y con él se puede trazar una línea de separación con no se sabe qué mundo o inventar un pareado. Nunca me he enfrentado a un arma tan poderosa.
Con un boli bic se pueden dibujar árboles, escribir ripios de amor, hacer palotes y, si le quitas la carga y los tapones, escupir bolitas de papel mojado a los más ilustres gilipollas. Con un boli bic también puedes matar, si lo clavas adecuadamente, pero es tan simple, tan sencillo y bondadoso que se suele utilizar para otras cosas.
Cuando yo era niño, mis padres solo podían comprarme bolis bic, pues pertenecíamos a la baja burguesía media, una clase social tan insignificante que Marx ni siquiera la cita. Había cabrones que iban al colegio con unos bolígrafos enormes y gruesísimos que tenían pestañitas de colores. Si apretabas una de esas pestañitas, el boli se volvía azul, o rojo, o verde, o amarillo, o morado, o naranja. Todos los colores del arcoíris parlamentario, para resumir. Yo detestaba a esos chavales. Y los envidiaba. Sabía que ellos podían trazar líneas que a mí me estaba prohibido pasar, y dibujar mujeres multicolores que yo jamás podría ni esbozar con mi boli bic.


Viene todo esto a cuento por el cacareo mediático que ha inspirado el boli bic de Pablo Iglesias en el debate sobre el futuro de esta sinnación. No es asunto baladí, pues no se habla de otra cosa en debates, periódicos, peluquerías y telediarios.
Si te paras a pensarlo, debatir con un boli bic en la mano te denigra, te empobrece intelectualmente, te socializa por lo bajo (que se dice ahora), te degrada. A no ser que asumas que debatir con un boli bic en la mano es una enorme responsabilidad. Mucha gente murió y muere en el mundo por tener un boli bic, y porque alguien no lo asesine antes de aprender a utilizarlo.
Espero que Pablo Iglesias sepa lo que hace cuando levanta un boli bic.
Si yo tuviera un boli bic, creo que sería capaz de escribir los versos más tristes esta noche.

¡¡UN EVENTO IMPORTANTE!!

MAÑANA, EN LA BIBLIOTECA de Chinchón, 
interesante presentación del libro:
"DEMONIOS EN EL ARMARIO" de Milagros del Vas Mingo