Una de las cuestiones más debatidas en estos días es si se puede (debe) gobernar en minoría. Porque cuando se tiene mayoría absoluta, ya se sabe: El rodillo. Y esto ocurre cuando una candidatura la obtiene directamente en las urnas o cuando la consigue por medio de pactos pos-electorales. En Chinchón los votantes han concedido a una lista la opción de gobierno y no es necesario ningún pacto o acuerdo para gobernar, porque obtendrá ese derecho, en segunda votación, por ser la lista mas votada.
Si partimos de la premisa que todos los que han participado en la contienda electoral lo han hecho con el fin último del bien común, parece que no seria muy difícil ponerlos de acuerdo para aprobar cualquier normativa dirigida a ese mismo fin.
Bien es verdad que hay diferentes puntos de vista a la hora de elegir la alternativa que redunde en mayor beneficio para la mayoría, pero también es verdad que muchas veces no es demasiado difícil aunar criterios pensando solo en ese bien común.
Me decía un viejo alcalde en los primeros tiempos de la transición que era "imposible" gobernar teniendo siempre en contra a la oposición y eso que tenía la mayoría en el ayuntamiento.
Efectivamente, yo nunca entendí que la oposición se opusiese por sistema a cualquier propuesta del gobierno. Y es que creo que eso de "oposición" no está suficientemente entendido; como tampoco entiendo que un gobierno no tenga que aceptar una propuesta lógica y coherente de la oposición.
La oposición está para evitar los excesos del gobierno y que se tomen decisiones que lesionen los intereses de los ciudadanos. El gobierno debe proponer las medidas que crea necesarias, pero también debe asumir las propuestas de la oposición, si son lógicas y encaminadas al bien general.
¿Donde esta la solución? En la transparencia. Se debe informar a los ciudadanos de cuales son las propuestas de ambas partes y la decisión de unos y otros de apoyarlas o rebatirlas; los ciudadanos, que al final son los que votan, irán tomando nota de sus actuaciones y en las próximas elecciones actuarán en consecuencia... O al menos eso debería ocurrir.
Por lo tanto, considero que es bueno un gobierno en minoría. Eso obliga al que gobierna a presentar sus propuestas de forma razonada y a la oposición a apoyarlas o rechazarlas responsablemente
Sería más cómodo llegar a unos acuerdos previos a la investidura, pero pienso que es mejor para el pueblo un ejercicio de gobierno en el que se pacten cada una de las propuestas después de su estudio y consideración.
Y ya puestos, tampoco vendría mal ofrecer a los ciudadanos algún cauce de participación para hacerles participes de la gobernanza del pueblo.