domingo, 19 de abril de 2015

DESDE LOS SOPORTALES: ¿DESDE DONDE LEEMOS LA REALIDAD?


Siempre me ha llamado la atención cómo, en un mismo círculo de amigos, se pueden encontrar posiciones tan radicalmente opuestas en las opiniones sobre religión, economía y, sobre todo, política.
Un amigo me decía que le preocupaba que varias personas que él conocía y a los que consideraba inteligentes pudieran tener unos puntos de vista tan diferentes a lo suyos. Yo también me lo he preguntado algunas veces, pero he llegado a la conclusión que no merece la pena intentar convencerles, y eso a los inteligentes, porque a los descerebrados, ya hace tiempo que renuncié a dialogar, siquiera, con ellos.
Juan José Millás, escritor al que admiro, publicaba el 17 de abril en El País, un artículo que titula “Furia” en el que aseguraba que “¿Es importante saber desde dónde se lee, si desde la clase alta o desde la trabajadora?
Como me ha parecido interesante, os lo trascribo:

“En el taller de lectura Beatriz pregunta si es importante saber desde dónde se lee. Le pedimos que se explique y dice que ella, por ejemplo, es consciente de leer desde una posición de clase media acomodada, pues sus padres tienen un buen empleo, viven en una casa con jardín y piscina, en las afueras, y comen marisco de un modo regular. La interrumpe Ricardo, que trabaja de camarero, y dice que la odia. Como el rencor de clase no está bien visto, enseguida aclara que su odio es retórico. Pues yo a ti no te odio de ningún modo, responde Beatriz con una sonrisa medio frívola. No me odias, dice Ricardo, como no odias al servicio, porque ni siquiera me ves. Eso es lo que quería decir, concluye Beatriz, que tú debes de leer desde un espacio diferente al mío. Es obvio, la apoya Ricardo, tú lees desde el placer y yo desde la pesadumbre. Le pedimos que desarrolle un poco la idea y cita la Historia universal de la infamia, de Borges, que hemos trabajado a lo largo del último mes. Señala que a Beatriz, de acuerdo con sus intervenciones, esa lectura la afirmaba y la reafirmaba, mientras que a él le desestabilizaba. Tú, añade, al leer esos textos te sentías refinada, culta, mientras que yo me sentía basto. Tú te encontrabas en esa prosa de clase alta, la leías desde dentro, mientras que yo la leía desde fuera, como el pobre que ve una fiesta de ricos desde el jardín. A Beatriz le hace gracia la furia de Ricardo. Le dice que la Historia universal de la infamia tampoco es para tanto y que Canetti opinaba de Borges que era inteligente y superficial como el ajedrez. Ricardo pregunta quién es Canetti y la discusión deriva ahora al asunto de si es más grave no haber leído a Canetti desde la clase media alta que desde la obrera”.



 Por lo tanto, para comprender cómo piensan los demás, habrá que preguntarse desde qué punto de vista leemos la realidad, y sobre todo, no dejarse llevar por la “furia”, porque eso no lleva a ningún lado.