sábado, 18 de enero de 2014

EL MITO DE LA INCOMPETENCIA DEL ESTADO.

En varias ocasiones desde este blog he venido comentando la implacable insistencia de varios sectores del poder político y económico en demonizar todo lo público y la campaña orquestada desde ya hace tiempo para desmantelar el Estado, contraponiendo lo público a lo privado y favoreciendo ésto con el objetivo claro de ir privatizando todos los servicios públicos.
El pasado día 10 de enero, en la cuarta página del País, se publicaba este artículo de DIEGO BEAS, que por su interés, lo publico íntegro. El lo titula:
EL MITO DE LA INCOMPETENCIA DEL ESTADO.

La confusión viene de pensar que el capital riesgo es suficiente para que surjan los brotes verdes de la innovación. La realidad es la contraria: tras la mayor parte de los éxitos tecnológicos están los Gobiernos


Al menos durante los últimos 30 años, la escuela económica conocida como de “agua dulce” (conservadora) se ha ensañado con un tema en particular: la incompetencia del Estado. De sus instituciones, su burocracia, sus programas de gasto. La crítica es aún más acentuada cuando se trata de la participación del Estado en temas de investigación, desarrollo e innovación. El Estado, según esta visión y especialmente en este caso, se debería de limitar a recitar el famoso mantra: laissez-faire, laissez-passer. Esto es, establecer las condiciones de competencia básicas y retirarse para que los mercados hagan su magia. Buena parte de la ideología conservadora moderna, de este y del otro lado del Atlántico, se ha construido más en repetir esta mentira 1.000 veces que en demostrar empíricamente la supuesta eficacia del repliegue del Estado.
Un debate fundamental, en un momento en el que el Gobierno recorta presupuestos de investigación como si no hubiera un mañana y no cuenta con una estrategia de largo plazo para colocar a España en el centro de la economía del conocimiento y la innovación.
La entelequia ideológica de la incompetencia del Estado se cae en pedazos, sin embargo, cuando miramos con detenimiento la evolución del espacio de la tecnología, la innovación y el papel del Estado durante el último medio siglo. Temas cruciales para el desarrollo económico como la creación de fuentes de energía, el transporte, la investigación y el desarrollo en ciencia básica y aplicada, la incubación de nuevas tecnologías, entre muchos temas más, apuntan precisamente en el sentido contrario. No solo el Estado ha sabido invertir recursos de manera estratégica y promover tecnologías críticas para el desarrollo económico; sin su participación directa, muchas de las innovaciones más importantes de las últimas décadas nunca hubieran visto la luz del día.
Ya en 1926, en su ensayo The end of laissez faire: the economic consequences of the peace, Keynes lo apuntaba: “Lo importante no es que el Gobierno haga las mismas cosas que los individuos ya están haciendo, que las haga un poco mejor o un poco peor; lo importante es que haga aquellas cosas que nadie está haciendo en el presente”. Y eso, precisamente, es lo que hicieron algunos Gobiernos a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. Comenzando por el estadounidense.
Como pocos otros, el estadounidense ha sido uno de los más activos cuando se trata de invertir y apostar por sectores estratégicos. Sobre todo aquellos relacionados con la innovación y las nuevas tecnologías. La lista es inabarcable. Pero un breve repaso ilustra su importancia y extensión: desde la tecnología que permite ubicar el restaurante más cercano en un iPhone (Departamento de Defensa), hasta la que permite dar una instrucción de voz a un programa informático (Departamento de Defensa); pasando por las curas más eficaces contra el cáncer (National Institutes of Health). La investigación en energías renovables (American Recovery and Reinvestment Act; en China, el China Development Bank; en Brasil, el Banco Nacional de Desenvolvimento); el desarrollo de la infraestructura y los protocolos que se convirtieron en Internet (Departamento de Defensa). La tecnología detrás de la pantalla táctil de cualquier dispositivo móvil (Departamento de Defensa: sus orígenes están en la competencia entre Gobiernos durante la guerra fría). Son otros tantos ejemplos que fueron financiados y desarrollados inicialmente con recursos del Estado. Y esto por no hablar de la NASA y las incontables innovaciones que han surgido de los laboratorios de la agencia espacial (solo las llamadas “punta alar” al final de las alas de los aviones comerciales —desarrolladas por la NASA— ahorran miles de millones en combustible al año a la industria aeronáutica). O del CERN en Europa, uno de los laboratorios más avanzados del mundo.
Fue financiación estatal, también (en este caso de la National Science Foundation), la que permitió que dos ingenieros desconocidos trabajaran en el algoritmo que descifró la forma más efectiva de clasificar la web —mucho antes de que encontraran la fórmula comercial para fundar Google y convertirla en una de las compañías más rentables del mundo—. Lo mismo sucede en sectores como el farmacéutico (NIH), de nanotecnología (National Nanotechnology Initiative) y biotecnología (NIH nuevamente; o el Medical Research Council en Reino Unido). Según cálculos del MIT, en estos tres sectores el capital riesgo llega entre 15 y 20 años después de que fondos públicos hubieran establecido bases de investigación confiables para el capital privado. Un dato que en pocas ocasiones toma en cuenta el Estado cuando diseña políticas de I+D de largo plazo.
A una conclusión similar llega la investigadora de la Universidad de Sussex Mariana Mazzucato, en un fascinante nuevo libro titulado The entrepreneurial State: debunking public vs. private sector myths (Anthem, 2013), una explicación amplia sobre el papel del Estado en la innovación.

La confusión sobre el papel del Estado viene principalmente de la veneración ciega y absoluta por lo que se conoce como venture capital (capital riesgo). De pensar que es la única y monolítica fuente de financiación. De que solo se puede conseguir en el ámbito privado y que solo hace falta promover un sector nacional de capital riesgo potente para que los brotes verdes de la innovación comiencen a surgir por todas partes.

Cualquier análisis serio sobre los orígenes de la innovación apunta en la dirección contraria. Detrás de la mayor parte de los éxitos tecnológicos más importantes ha estado, invariablemente, la mano de la inversión estatal. Lo que algunos llaman capital riesgo público. Un tipo de inversión más estable, menos centrada en la cuenta de resultados de corto plazo, la especulación bursátil, aspectos comerciales y, más importante aún, enfocada en la innovación en el ámbito público. En utilizarla para resolver los grandes problemas sociales —y no solamente financiar las tecnologías comercialmente más rentables—.
Lo hace, sobre todo, creando lo que los economistas llaman “sistemas de innovación”. Es decir, “redes de instituciones, públicas y privadas, cuyas actividades e interacciones inician, importan, modifican y propagan nuevas tecnologías”. O, dicho de otra manera, la forma en la que se establecen los cimientos de una economía del conocimiento. La base a partir de la cual se construyen compañías y riqueza privada; la plataforma común de lanzamiento de tecnologías e industrias más sofisticadas (en muchos sentidos compañías como Apple, Google y la mayor parte del sector farmacéutico y aeroespacial, entre varios otros, podrían considerarse free riders de los sistemas de investigación del Estado).
Partimos, entonces, de una visión claramente distorsionada del origen de la innovación y el papel del mercado en una economía competitiva moderna. Sí, el capital privado es fundamental para desarrollar ideas, impulsar nuevas industrias y generar riqueza. Pero, de la misma manera —o incluso más importante—, el capital riesgo público es el que suele germinar el proceso y establecer la plataforma común amplia (en ocasiones prácticamente invisible).
Pensar que la innovación es un proceso puramente individual en el que mentes brillantes tienen un eureka en el garaje de sus padres no solamente es ingenuo, es tremendamente simplista y, al final de cuentas, terrible política de Estado. Las innovaciones con mayor impacto social siempre han formado parte de una compleja red de decisiones y cadena de pequeños pasos graduales de las que el Estado ha sido el impulsor clave.
Se puede ser un Estado liberal que deje a su suerte la investigación y el desarrollo; se puede ser también uno estatista que intente controlar y dirigir la economía desde las alturas; y, también, uno que diseñe políticas inteligentes y flexibles que establezcan sistemas de innovación que garanticen una base para que las empresas privadas prosperen sirviendo los intereses públicos. En esta época de crisis y redefiniciones, ¿qué modelo quiere seguir España?

Diego Beas es autor de La reinvención de la política (Península, 2011) y fue investigador invitado del Instituto de Internet de la Universidad de Oxford (2012-2013).

viernes, 17 de enero de 2014

“LA COMPAÑÍA DE CHINCHÓN” UNA COLONIA FRANCESA EN EL SIGLO XVIII.


Os comentaba en este blog que el pasado día 3 de enero se publicaba un libro con los trabajos premiados en el II Concurso de Investigación sobre Chinchón y su Comarca, correspondiente al año 2013.


Hoy quiero comentar el trabajo que obtuvo el primer premio, titulado “Inmigración en Chinchón: La Colonia francesa en el siglo XVII” del que es autora María Jesús López Portero, que es archivera del Archivo Municipal de Valdemoro, y doctora en Historia Moderna por la Universidad Autónoma de Madrid, con la tesis “Religiosidad y cofradías de Valdemoro (Siglos XVI-XVIII)”
En este trabajo aborda el estudio de “La Compañía de Chinchón” formada por un grupo de franceses que durante la segunda mitad del siglo XVIII se asentaron en Chinchón, desde donde ejercieron una actividad comercial muy interesante.
Estos franceses provenían de Auvernia, de un extenso territorio en el Departamento de Chantal, entre Aurillac y Saint Floeur. Varios autores han atribuido esta emigración a las difíciles condiciones orográficas de esa zona, donde la climatología es muy rigurosa e incide en la baja productividad de la agricultura.


El hecho de escoger Chinchón como centro de su actividad puede estar motivado por su ubicación en el centro del territorio que era su zona de actuación que iba desde la provincia de Toledo hasta Guadalajara y la parte sureste de la provincia de Madrid. Además Chinchón está a más de cinco leguas de Madrid, distancia exigida por la por la poderosa Corporación gremial “Cinco Gremios mayores de Madrid”. Además, por entonces, Chinchón era una de las poblaciones más importantes de la Zona, por ser cabeza del Condado de Chinchón, que era propiedad del hijo del mismo Rey de España.
En cuanto a su actividad, se centró en dos ocupaciones principalmente, el comercio y la calderería.
El colectivo de comerciantes que se instaló definitivamente en Chinchón a mediados del siglo XVIII, eran los herederos de los antiguos “caxeros” que se desplazaban con sus mercancías transportadas en cajas por los pueblos de Castilla.
En las lonjas despachaban géneros de todas clases, tejidos, artículos de mercería, enseres, cacao, canela, azúcar, y otros productos ultramarinos. 
La Compañía de Chinchón creó un gran emporio y llegó a ser propietaria  de veinticuatro establecimientos en otras tantas villas diferentes en los alrededores de Madrid, y en las provincias de Toledo, Cuenca y Ciudad Real, además del almacén general ubicado en Chinchón, dos panaderías, cinco casas y un gran numero de caballerías y mulas.
Esta Compañía se regía por una serie de reglas muy estrictas que obligaban a todos sus miembros como, por ejemplo, la prohibición absoluta de casarse con mujeres españolas.


Os invito a leer el trabajo. Es interesante porque nos muestra unos hechos desconocidos hasta ahora en nuestro pueblo. Su lectura, hay que reconocerlo, no es fácil por los muchos datos que intercala, lo que la hace un poco farragosa, pero merece la pena el esfuerzo.
Como dato curioso, aporta el testamento de Pedro Cassagne, ante el notario de Chinchón don Gabriel González Rey; dos personajes de los que ya teníamos noticia; el primero por haber intervenido como intérprete del Mariscal  Claudio Víctor Perrín, Duque de Bellune, cuando la destrucción de Chinchón por los franceses en los días finales de 1808, lo que motivó que fuese acusado de traición por sus convecinos, y el segundo porque aparece en “Tertulias de Invierno en Chinchón” de Antonio Valladares Sotomayor como uno de los personajes protagonistas, aunque allí se le denomina como “Gabriel Yer”
El libro sólo cuesta 10 euros, y es muy interesante.
En otra ocasión os hablaré de los otros trabajos que se incluyen en el libro.

jueves, 16 de enero de 2014

UNA CORRIDA EN CHINCHÓN CONTADA POR GUTIERREZ SOLANA, y II


 "Un viejo que está a mi lado me cuenta detalles de otras capeas  que él vio.
 -Éstos no son toros –me dice-, están ya muy corridos por los pueblos; están cansados y no tienen sangre; todos son bueyes de carreta. Aquí en esta plaza ha habido varias muertes de mozos. Cuando yo era joven, en una corrida, mató el toro a dos mozos. ¿Ve a ésos que asoman el cuerpo por debajo de la barrera? Pues allí corneó a uno en la cabeza y, clavada al cuerno, lo sacó fuera del escondite como un pelele: se le veían todos los sesos por el agujero que le dejó en ella. Luego el toro alcanzó a un mozo en medio de la plaza y lo destrozó a cornadas dejándole muerto. ¡Aquél sí que era un toro, negro y de alzada y con muchas canas en el testuz, viejo y de casta! Otra vez hubo en una corrida muchos heridos. Los mozos, en vez de de capearlos, empezaron a pincharlos con las navajas, mutilándolos y cortándoles las orejas, concluyendo por convertirlos en fieras; repartieron muchas cornadas. La Guardia Civil bajó a la plaza tirando tiros. Una oleada de gente se precipitó a la puerta y el alcalde fue arrollado y apaleado, rompiéndole una pierna y quedando cojo para toda su vida.

Una capea de pueblo. de José Gutierrez Solana, que posiblemente estuviera inspirada en la que narra de Chinchón.


Yo me despido de este viejo, pues con el calor se me ha quedado la lengua seca y estoy sudando a mares. Voy a la taberna a beber algo de vino, pero todas las tabernas tienen la puerta cerrada. Los dueños han trancado las puertas para ver la corrida. Pero lo que me produce más indignación es que tampoco podré fumar porque el  estanco está cerrado.
Los mozos siguen bailando en el redondel unos con otros al agarrado modernista de cabaret o “kursaal”, esperando a que suene el clarín para la corrida formal. Ya van cuatro toros y dicen que, después de ser corridos los dos toros de lidia, se soltarán los otros dos toros de capea; uno de ellos es el que se demandó esta mañana y le cortaron las orejas y el rabo. En el patio del café hay una gran aglomeración de gente, pues de aquí sale la cuadrilla. A un aviso, se retiran los mozos del redondel y un chulo, montado en un caballo que caracolea al sol, sale a correr la llave; se para enfrente del palco del Ayuntamiento y el alcalde se levanta de su asiento y tira la llave. Luego atraviesan el redondel unos cuantos caballos viejos, las mulillas y la cuadrilla.



Los picadores se llevan muchas costaladas; el toro es de poder y saca las tripas a cinco caballos que hacen regueros de sangre por la plaza. Los hombres y las mujeres trepan más por los palos de la barrera y piden más caballos. Llega la hora de matar y el espada se coloca enfrente de la presidencia. El alcalde y el cura de Chinchón, sombrero en mano, corresponden al brindis. Después de ser muerto el toro, el cura y el alcalde vuelven a levantarse y a saludar para dar las gracias al matador. El cura vuelve a ponerse la teja.


Yo me marcho de la plaza cuando suena el clarín para salir el otro toro de muerte, ya cansado de tanta bestialidad, y me dirijo a las afueras del pueblo para hacer tiempo a que llegue el tren para irme a Madrid. Recorro muchas calles que no había visto y las cuestas de los arrabales. Muchas esquinas de las calles que dan al campo están interceptadas por carros de labranza y pesadas carretas de bueyes, amarradas por la lanza, tapando los callejones para que los toros, si se desmandan al enchiquerarlos, no puedan entrar por los sitios de más peligro, los callejones que dan a las calles de más tránsito. Es necesario saltar por entre las ruedas de estos carros. En una calleja que tiene unas casas muy bajas con corrales, tapadas las puertas con colchas de la cama, están las prostitutas de Chinchón; tienen lunares pintados y fuman; una tiene toda la cara comida de enfermedad.



Salgo al campo. Se ven muchos montones de trigo. Me siento en una piedra a merendar y me paso un buen rato viendo trillar. Hay un olor sano de campo y de hierba y un silencio no turbado sino por un pequeño grito de un mozo de labranza, a lo lejos, que arrea al ganado. Las mulas, cansadas, dan las últimas vueltas. El cielo se tiñe ligeramente de rosa con el crepúsculo y luego se incendia de rojo. Tiene esta hora inefable un gran encanto. Las muchachas del pueblo, abrazadas por la cintura y unidas estrechamente de la mano, regresan del paseo a sus casas.

            Estación de Chinchón del Tren del Tajuña.

Cuando me meto, ya de noche, en el tren, una gran muchedumbre lo asalta para regresar a Madrid, malhumorada y ahíta de toros y barbarie. Me entero de que, después de los toros de muerte, volvieron a soltar dos de la capea y que salió desangrándose el toro al que cortaron las orejas y el rabo por la mañana cuando se desmandó. Le mataron entre todos a fuerza de pincharle con las navajas y le mutilaron cruelmente pues todos se querían llevar como trofeo un recuerdo suyo a sus casas. Tuvo que intervenir la Guardia Civil y se llevaron presos a muchos".

Corrida en Chinchón. José Gutierrez Solana.

José Gutiérrez Solana, La España Negra, 1920

miércoles, 15 de enero de 2014

GANADORES EN LA CARRERA POPULAR EN CHINCHÓN.

El pasado domingo, día 12 de Enero, se celebró la Carrera Popular de Chinchón.

 Los trofeos en la puerta del Ayuntamiento

La salida desde la plaza con una muy buena participación

 La llegada del vencedor en 22 minuetos, 36 segundos 8 décimas.

Y estos son algunos de los que ocuparon el podium en las distintas categorías.


Las fotografías están tomadas de la cuenta de De Facebook del Ayuntamiento de Chinchón, porque no pude asistir ni enviar a un reportero del Eremita, pero no puedo dar el nombre de los ganadores por no aparecer en el reportaje de donde he tomado las fotografías.
No obstante, mi felicitación para todos los ganadores.

martes, 14 de enero de 2014

UNA CAPEA EN CHINCHÓN CONTADA POR GUTIERREZ SOLANA I








Ya os conté (el martes, 5 de enero de 2010) en este mismo blog, la visita que hizo a Chinchón ( jose-gutierrez-solana-en-chinchon.) el pintor y escritor José Gutierrez Solana, allá por el año 1918 o 1919, para tomar notas para su libro "LA ESPAÑA NEGRA II" que publicaría en el año 1920.
En este libro dedica a CHINCHÓN varios capítulos, como  LAS CALLES DE CHINCHÓN, LOS MOZOS DE CHINCHÓN, LA PLAZA DE TOROS, EL CASINO DE CHINCHÓN, EL VIEJO CAFÉ, y LA CORRIDA; a lo largo de 12 páginas.


Hoy os dejo unas páginas de ese libro, en dos capítulos, en los que nos cuenta una corrida de las fiestas de Chinchón, por aquellos años:


"Ha salido la cuba de regar para regar la arena de la plaza. Todo el ruedo está lleno de mozos preparados con cachavas y varas. En los soportales de la plaza están las distracciones humildes: la rifa, el tiro al blanco, el carro de los helados y el de los caramelos de colores. Desde aquí destaca todo el pueblo, que se recoge por encima de los aleros de las casas. En lo alto, la maciza torre de la iglesia de la Concepción y otras torres de conventos.
            Todo tiene una alegría bárbara de fiesta de domingo, todo relumbrando al sol: las colgaduras y los trajes de todas las mujeres, apiñadas y sentadas en las sillas de los innumerables balcones. Allá a lo lejos, en los muros de la iglesia, los chicos y demás personas mayores que no han podido entrar en la plaza por no gastarse dinero se mueven como un hormiguero. Después que han regado bien la plaza y han traído el agua de un lavadero de al lado del Ayuntamiento (pues en Chinchón hay pocas fuentes y por eso se ven en los patios y corrales de las casas tantas tinajas y, a veces, un gran trozo de tinaja rota, colocada entre dos piedras, para que beba el ganado), llega la presidencia: el alcalde con chistera y su fajín; a su lado se sienta el cura de Chinchón; ambos se quitan el sombrero para saludar al público, y luego se sientan. A su lado toman asiento los concejales. En el balcón de al lado están los músicos, que tocan una marcha taurina. Luego suena el clarín.


             Se abre el chiquero y sale corriendo un toro con muchos cuernos y tipo de buey. Los mozos huyen despavoridos y dejan el ruedo limpio. Unos se tiran de cabeza por la barrera, pero pronto empiezan a asediar al toro: le dan con los palos en el hocico y en las nalgas y le torean con las fajas. Uno lleva atado en una cuerda un trapo rojo y lo tira al aire; el toro sale engañado al embestir en vano. Cuando el toro está distraído, pasa uno corriendo de lejos y le da un palo y todos a la vez aprovechan esta ocasión para pasar y apalear al animal. También sacan las hondas del bolsillo y las restallan silbando en las orejas del toro. El bárbaro que iba en el tren estaba medio desnudo, con la camisa toda desgarrada, enseñando la carne; daba muchos alaridos y sonaba mucho la honda que tenía en la mano disparando contra el toro algunas piedras.


            Toda la barrera está ocupada de mozos, y en la segunda barrera, la empalizada de troncos de árboles, trepan por los barrotes las mozas del pueblo, y hasta las mujeres viejas se encaraman para ver la corrida. Cuando el toro engancha a algún mozo por la faja y lo tira al alto empiezan todas a chillar y un gran vocerío de angustia llena la plaza. Bajo el encendido sol la masa de gente huele muy mal, a sudor y a establo, por el calor. Los mozos que no se atreven a salir al redondel, los más cobardes y prudentes, se tiran al suelo y sacan la cabeza y el cuerpo por debajo de la barrera y cuando se acerca el toro a las tablas, como no se les puede cornear, le dan fuertes palos en los hocicos. Se ve cómo los largos y amarillentos cuernos golpean la barrera, convirtiendo al toro manso en fiera, mientras cae una lluvia de palos en su cabeza. El toro busca rabioso el bulto y coge a un mozo y le da dos o tres volteretas, cayendo de cabeza contra el suelo y abriéndose la cabeza. Se le llena la camisa de sangre y le llevan a la enfermería entre un gran vocerío, silbidos y aullidos de mujer. Cuando el toro está ya mareado, rendido y molido a palos, salen los cabestros y vuelve al corral no sin haber tardado mucho pues los mozos también quieren torear a los cabestros.


            Los músicos tocan y los mozos se ponen a bailar al agarrado demostrando sus grandes condiciones de bailarines más que de toreros. Luego sale otro toro y vuelven a hostigarle. Cada toro está media hora en el ruedo hasta que lo retiran al corral, pero los espectadores y mozos no se rinden de tanta barbarie. Un cansancio y una tristeza abrumadores reinan en la plaza".

lunes, 13 de enero de 2014

UN VIDEO PROMOCIONAL DE CHINCHÓN, MUY INTERESANTE.


Miniatura

LA PLAZA DEL TIEMPO

Publicado el 7/02/2013:

"Un chico de Erasmus alojado en CHINCHÓN, chatea con su madre, al mismo tiempo que le cuenta los encantos del municipio". 

Nuevo vídeo de Promoción Turística de CHINCHÓN.

Quiero recomendar a todos este vídeo que ha publicado el Ayuntamiento de Chinchón. Un trabajo muy bien realizado y muy profesional, con imágenes atractivas y un texto original que se sale de lo que estamos acostumbrados a ver en las promociones turísticas.
Con un guión muy bien elaborado, hace un recorrido por los monumentos y los atractivos turísticos de Chinchón, con unas referencias históricas muy concisas, entre las que tan solo se ha deslizado un pequeño lapsus histórico casi imperceptible si no se está muy versado en la historia de Chinchón. 
Lo podéis ver en este enlace:

http://www.youtube.com/watch?v=m4NkNyNeVg8

Desde su publicación, casi hace un año, ha tenido cerca de 1000 reproducciones.

Ignoro si este vídeo ha sido publicado en algún otro medio, pero sería conveniente que se promocionase lo más posible, primero porque es de interés, y también por intentar rentabilizar la inversión; porque estas reproducciones son muy pocas teniendo en cuenta la calidad del trabajo.

XCIV ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE EDUARDO CARRETERO.





Con el boceto inacabado para su último autorretrato, quiero recordar el
94 Aniversario del nacimiento en Granada del escultor 
EDUARDO CARRETERO

Han pasado algo más de dos años de su muerte, y sus amigos de Chinchón y de Granada, le seguimos recordando, con la esperanza de que un buen día se llegue a cumplir su deseo de que sus obras se reúnan en en un gran Museo en Chinchón.







Aprovecho para recomendar el libro "La Vida y las obras de EDUARDO CARRETERO.  Escultor", del que podéis ver un resumen en este mismo blog:
https://skydrive.live.com/view.aspx?cid=BAD2F890FA32E7A6&resid=BAD2F890FA32E7A6%21128&app=WordPdf

domingo, 12 de enero de 2014

LA CUESTA DE ENERO



De Erlich en el País del día 7-1-14