miércoles, 24 de septiembre de 2014

NO TODO VALE.

POLÍTICA: "Por un puñado de votos"
Una columna de Herodoto Gonzalez para El EREMITA.



Recuerdo aquella patética imagen de Landelino Lavilla bailando con una dama en una campaña de UCD que, por cierto, perdieron. También podríamos recordar a don Manuel Fraga besando, en un mercado, a un niño que miraba con estupor a un señor tan grande del que no entendía sus pretensiones. Luego, a Mariano Rajoy "saltando" en la fachada de la sede del PP el día de las elecciones, y a tantos y tantos políticos haciendo el ridículo por indicación -seguro- de sus asesores de imagen.
Pero ahora los tiempos han cambiado y al rebufo de la moda impuesta por Pablo Iglesias de utilizar la televisión para la propaganda de su partido, todos los políticos se han lanzado ante las cámaras para ganar también "su puñado" de votos.
Y hay muchos que dan pena. No tienen ni idea, no dominan el medio y, lo que es más grave, no tienen ideas con las que debatir con sus contrarios y el efecto es que hacen el ridículo y sólo producen vergüenza ajena. (¿No deberían los partidos hacer mejor el "casting" para decidir a quienes mandan a la tele?)
Pero Pedro Sánchez, el flamante líder de PSOE, -posiblemente también asesorado por los técnicos de su partido- además de visitar "El Hormiguero", no se le ocurrió nada menos que llamar a "Sálvame" para decir que no le gustaba el toro de la Vega. Y Jorge Javier, como no podía ser de otra forma, aprovecho la oportunidad para marcarse un tanto y supo utilizar esta llamada para hacer propaganda de su programa.
Al día siguiente todos los taurinos también quisieron sacar tajada de esta anécdota y el pobre Pedro Sánchez no tuvo más remedio que rectificar lo que había dicho el presentador, porque no había tenido la precaución de decirlo personalmente en directo, sino que lo dijo  fuera de antena.
Dejando aparte que "Sálvame" no es el programa más adecuado para tratar asuntos serios y que los "colaboradores" del programa son hábiles manipuladores y que no hay unas mínimas reglas de juego que garanticen un rigor mínimo en el tratamiento de los temas, los asesores de imagen de los políticos deberían sopesar lo que conviene y no conviene a sus pupilos, porque NO TODO VALE, aunque sea para conseguir un "puñado de votos".