sábado, 20 de abril de 2013

PAISAJES CON FIGURA: UN HOMBRE CANSANDO PASEANDO POR EL CAMPO.



Seguro que os lo estaréis preguntando más de uno. ¿A donde irá este hombre en medio del campo? Pues ya veis, que el otro día me dijo mi mujer que hacía mucho tiempo que no me hacía los análisis y yo por no discutir, me fui al médico y me dijo que tenía alta la glucosa, que el colesterol estaba al límite y que tenía que bajar peso, si no quería tener problemas coronarios ( que digo yo que no serán problemas con la monarquía... que tal como están las cosas...) Pues a lo que íbamos, que me dijo que me tenía que poner a dieta, que no me quitaba los cigarrillos porque sabía que yo no fumo, y que debía andar mucho todos los días....
Y yo, que como he dicho no me gusta discutir, me doy unas matracas a diario, que yo no sé si va a ser peor el remedio que la enfermedad. Vuelvo a casa todos los días hecho polvo, y con un hambre que me muero, y como es normal, como más de lo necesario... en resumen que en quince días creo que he engorado unos ciento cincuenta gramos... que no es mucho, pero a este paso, no sé dónde voy a ir a parar...
En esta foto, que me hizo un paisano, sin que yo me diese cuenta, se ve a lo lejos una chica con chandal rojo que me adelantó como una exhalación y no me dio tiempo a decirle ni las buenas tardes... ¡Que envidia! a los cinco minutos ya había desaparecido en el horizonte y yo tardé más de dos horas en llegar al pueblo. 
Digo yo, que a partir de mañana voy a dejar lo de los paseos... como mucho, a comprar el pan a la plaza y una vuelta por los soportales, que siempre te encuentras con alguien con quien enhebrar la parrafada.... Que digo, que a nuestros años ya no estamos para estos trotes....

viernes, 19 de abril de 2013

ALGO MUY POCO FRECUENTE EN ESTOS DÍAS. ¡SE PRESENTAN TRES LIBROS ¡TRES! DE HISTORIA DE CHINCHÓN!


El próximo día 26 de abril, a las 19 horas 
y en el Teatro Lope de Vega de Chinchón, tendrá lugar la presentación  conjunta de tres libros: Este acto es el prólogo a la Feria del Libro 2013, que se celebrará ese fin de semana.


El primero de los libros recoge el Concurso de Investigación del Archivo Histórico de Chinchón 2012. Publicado por el Ayuntamiento de Chinchón. con el título “La represión en Chinchón y su partido judicial. Las políticas de exterminio de derechistas e izquierdistas (1936-1945)", cuyo autor es Juan de Avila Gijón Granados.


El segundo recoge Concurso de investigación del Archivo Histórico de Chinchón 2010. Publicado por ABACH que recoge los tres título premiados en ese año: “Ocupación y repoblación del territorio de Chinchón en la Edad Media”, de Manuel Carrasco Moreno, que obtuvo el Primer premio.
“Enrique Segovia Rocaberti y Sofía Romero: biografía de una pareja olvidada” , José Luis Armendáriz Gómez que obtuvo el Segundo premio. y
“Valdericeda: la traída de aguas a Chinchón” , escrito por las autoras Beatriz García Gaitán, María Ángeles Castillo Carretero. Julia Cuesta Morote y Núria Álvarez Gutiérrez galardonadas con el Tercer premio.


El tercer libro recoge las “Ponencias de las Jornadas de Patrimonio Histórico Inmueble de Chinchón y Navalcarnero 2010”, por el Grupo de Investigación PHINACHI.




Al acto que contará con la presencia de los autores y de representantes de las Entidades editoras de estos libros, estáis todos invitados.


jueves, 18 de abril de 2013

DIARIO DE RUTA de Jacqueline Brabant


Otro de los relatos escritos por mayores, finalistas el año pasado en el concurso de RNE y Fundación Caixa, fue este “Diario de Ruta” de Jackeline Brabant que recibió una mención especial junto a mi relato de “El Endocarpio dorado”, Creo que merece la pena leerlo. Pienso que os va a gustar.


“Jueves 28 de abril.
Remontamos el río Amazonas en medio de una tormenta tropical. El viento zarandea el barco, diluvia y ni siquiera los monumentales relámpagos permiten la visión a través de la cortina de agua. Estamos aterrados; si no amaina pronto nos iremos a pique. Nos pone la carne de gallina la perspectiva de hundirnos en esas aguas marrones plagadas de pirañas. Agarrados a los mástiles, empapados hasta los huesos, esperamos en cualquier momento el choque con un tronco a la deriva. El fragor de los truenos retumba en medio de la selva. El barco se desliza entre los remolinos como un enorme pez que se hunde y reaparece sobre las crestas de las olas, una y otra vez; de momento, los latidos de su corazón —el traqueteo del motor— siguen imperturbables en medio del caos.
De pronto, deja de llover y sale el sol. Penachos de vaho blanco se desprenden de la vegetación. La evaporación es brutal con este calor y se van formando nuevas nubes que descargarán en cualquier momento sobre nuestras cabezas. Hay tanta humedad que es inútil intentar secarse; agotados, intentamos dormir un rato, asediados por nubes de mosquitos que zumban detrás del mosquitero. Aún así, estamos llenos de picaduras.
Quizás sea demasiado mayor para semejante viaje. Cuando desembarquemos, intentaré caminar al mismo ritmo que mis compañeros aunque me duela la pierna derecha. Con este clima se recrudece la artrosis, pero las mujeres somos muy duras, aguantamos los dolores sin rechistar; además, no quisiera quedarme en casa, sola, y sin nada que hacer. Siempre me han gustado las aventuras y los lugares exóticos.
Antes de proseguir, Juana sorbe despacio el té con limón.
Sábado 30 de abril
Ayer no escribí nada, estaba demasiado agotada.
Hoy caminamos por una zona fangosa. Unos ibis escarlatas escarban entre el lodo en busca de gusanos; son como pinceladas rojas en medio de tanto verde, y apenas levantan el vuelo cuando nos acercamos. Siempre atentos a la presencia de serpientes, andamos tropezando con la maraña de raíces de unos árboles gigantescos. Siento curiosidad y también pánico pero me gustaría vislumbrar una anaconda.
Mientras tanto, las sanguijuelas nos incordian; se adhieren a nuestras pantorrillas como ventosas y nos dejan las piernas chorreando sangre; su piel viscosa resbala entre las manos cuando intentamos arrancarlas de cuajo. ¿Por qué nos gustará la aventura? ¡Hay que estar loco!
Domingo 1 de mayo
La ribera del río es un sitio poco recomendable. Hemos asistido a un espectáculo espantoso: contemplábamos una pareja de nutrias buceando entre las aguas turbias cuando, de pronto, se precipitaron sobre un jacaré —una especie de caimán bastante grande— Con sus enormes colmillos se aferraron a la cola del animal que se debatía dando latigazos. Poco a poco, agotado por la batalla desigual, se resignó a ser devorado vivo; perdió media cola. Saciadas por fin, las dos nutrias se internaron en la maleza. El reptil se arrastró como pudo hasta el agua dejando un reguero de sangre. ¡La selva no perdona! Inmediatamente un enjambre de pirañas se sumó al festín, y no tuvimos valor para contemplar aquello.
Vida y muerte se suceden aquí a un ritmo enloquecedor. Es un continuo devorarse los unos a los otros, un traspaso de energía que no cesa. ¡Más vale ser precavido! Este constante morir y renacer resulta aterrador y fascinante a la vez; sombra y sol, como el reflejo de la luz en las olas.
Lunes 2 de mayo
Paseamos por una senda estrecha en medio de la selva. En la penumbra del bosque tropical no descubrimos ningún animal —quizás se escondan—, pero el ruido es ensordecedor: silbidos de pájaros, aullidos de monos, pisadas en la maleza. Estamos rodeados de seres invisibles que huyen o nos acechan, ¡quién sabe¡ El guía corta una liana con el machete y nos ofrece el agua que fluye de su tronco, un liquido fresco y límpido ¡Más vale conocer las plantas si se quiere sobrevivir! Hay frutos deliciosos, pero también venenos fulminantes; nadie se atreve a mascar una hoja. El hombre se pone a escarbar bajo la corteza de un árbol caído y extrae unos gruesos gusanos blancos, es un manjar para los indígenas de la zona. Pretende asarlos para nosotros; sólo con pensarlo me entran ganas de vomitar. ¡Si comemos caracoles—exclama un compañero—no veo por qué no podremos comer esto!
A Juana se le ha dormido una pierna; lleva sentada demasiado tiempo. Un intenso hormigueo le recorre el cuerpo al incorporarse. Se sacude bruscamente; ya no sabe si se trata de hormigas de la selva o de la mala circulación de la sangre. Necesita una taza de té. Justo en este momento suena el timbre de la puerta. ¡Es verdad!, había quedado con Adelina.
La vecina es una mujer entrada en carnes, que quedó viuda hace tres meses y no sabe qué hacer con su vida. Mientras Juana se arrastra hacia la cocina, Adelina se acerca al cuaderno abierto encima de la mesa del comedor y va leyendo: El barco se desliza entre los remolinos como un enorme pez que se hunde y reaparece sobre las crestas de las olas una y otra vez. La frase está escrita a lápiz y llena de tachaduras. Cuando su amiga reaparece con la bandeja de la merienda, ella la mira asombrada; ha tenido tiempo de hojear todo el cuaderno, desde un viaje a las playas del Yucatán donde quedó fascinada por las aguas turquesas y los peces de colores hasta las aventuras en la selva tropical.
—¡Yo también quiero ir! —exclama, señalando al cuaderno. A Juana, la idea de llevarse de viaje a su vecina no le entusiasma. Le gusta vagar a su antojo, sin prisas; pero se resigna. “Casi mejor. No sé si hubiese sido capaz de probar aquellos gusanos.”, piensa por fin.
Iremos al Polo Norte, propone Adelina.
—A la edad que tenemos no nos conviene tanto frío—aduce su amiga—. Sólo hielo, pingüinos, focas y osos polares. Me aterran los osos. ¡Te imaginas en medio de un desierto helado comiendo focas durante días!
No es una buena idea.
Después de mucho pensárselo, por las tardes irán a China, al sur.
Rebuscando en la estantería, Juana saca un montón de revistas de National Geographic. Allí esta Guillin, una pequeña ciudad entre pináculos calizos. El paisaje es extraño: abruptos montes cubiertos de bosques erizan la zona, agudos como colmillos emergen de la neblina que cubre los valles. Es un sitio misterioso. Como intérprete se llevarán a Wei Hi, la camarera que trabaja en el restaurante chino de al lado: es una joven muy agradable.
Antes de volver a su casa, Adelina compra un cuaderno nuevo con tapas duras para plasmar la aventura y unos bollos para el té; por primera vez desde hace años se siente feliz. Mañana, las dos mujeres comerán en La Gran Muralla y preguntarán a Wei Hi qué se habla en Guillin, si chino mandarín o cantonés. Luego, de cinco a siete, empezarán el crucero por el río Li que serpentea entre los montes.

La autora del relato junto a Manuel Carrasco, recogiendo el premio el pasado mes de junio de 2012, 
con los miembros del Jurado.

Juana tiene dudas: no sabe si aguantará la compañía de su vecina porque le gusta tomar sus propias decisiones; lleva demasiado tiempo viviendo sola. Claro que podría viajar a otra parte por la mañana si las cosas van mal, pero necesita salvar el abismo de la tarde, el enorme agujero que se forma en el tiempo, de cinco a siete, cuando después del ajetreo de la mañana todo queda inmóvil, sin aliento, en suspensión, para resucitar súbitamente después de un par de horas, como una peligrosa apnea que se repite día tras día.
Menos mal, todavía le queda África; pero no sabe si se atreverá. Hay que tener mucha energía para afrontar tantos peligros y ella es muy vieja y se siente un poco cansada.
¿Qué tal Europa Central?”


miércoles, 17 de abril de 2013

PAISAJES CON FIGURA. UN REBAÑO DE OVEJAS CAMINO DE VALDEZARZA.




No se lo digáis a nadie. Yo soy la tercera oveja de la primera fila y dicen mis compañeras que soy su líder ( o mejor dicho, su lideresa ) y que por eso me siguen. Como podéis observar no tenemos ni perro que nos ladre ni pastor que nos guarde, y somos lo que se podría decir un rebaño autogestionario. Y es que estábamos hasta ubres de que nadie nos hiciera caso. Cuando el anterior pastor se jubiló, ¡que bien ganado se lo tenía! algún que otro día, el hijo del dueño se daba una vuelta por el aprisco y nos sacaba a dar una vuelta. Los demás días, tan solo venían a ordeñarnos y eso sin tener un horario fijo, que nos traía a mal traer, porque no acertábamos nunca y había días que estábamos a reventar y otros que apenas si dábamos un cuartillo de leche.
Y un día les dije a mis compañeras: ¡Basta ya!  (Esto de “basta ya” lo habíamos oído en el transistor que se dejó olvidado el pastor junto al zurrón) ¡Si no nos resuelven el problema, lo tendremos que afrontar nosotras mismas!
Y aquí estamos, camino de Valdezarza a echar una “máscá”, ahora que con la primavera la hierba está fresca y da gusto darse un paseo por la mañana. Pero ya os digo, no se lo digáis a nadie porque seguro que si se enteran las autoridades nos mandan a la policía, porque tenemos entendido que eso de la autogestión no está bien visto. 
Yo me atrevería a aconsejaros a vosotros que también deberíais tomar alguna iniciativa para solucionar vuestros problemas, porque según hemos oído por ahí, las cosas tampoco están demasiado bien para vosotros.
Ahora que, como habréis comprobado no se oye ni un balido... es por aquello del proverbial “silencio de los corderos”...

martes, 16 de abril de 2013

MEDIO KILO DE NÍSPEROS. De Magdalena Landa Aldape.














Conocí a Magdalena en el mes de junio del año pasado en la entrega de premios de Relatos para mayores de la Caixa y RNE y nos hemos vuelto a ver, hace unos días, en la presentación de la nueva convocatoria del mismo concurso. A raiz de ser finalista, el año pasado fue invitada por Radio Nacional de España a participar los martes por la tarde en el programa de radio que dirige Yolanda Flores, dentro de un aparatado que titulan “Senado de Mayores”

Hace unos días recibí un correo suyo que me decía: 
“Vuelvo de nuevo aquí. Manolo, porque he estado viendo algo de tu blog. Estoy alucinada, apabullada y sin saber que decir. 
Si hablo de todos los libros que aparecen ahí, creo que te voy a prohibir que mandes relato al concurso que hemos medio presentado esta mañana. Aunque sólo sea por la práctica que tienes en escribir, ya nos ganas a todos con creces.
Si hablo de música, tengo por ahí unas cuantas horas de buenas elecciones. Me sorprende tu afición por el "Ave María" de Schubert, que por cierro es impresionante.  Y hablando de música, ¿qué pasa? ¿Que vosotros dos os lo guisais y os lo comeis todo todito? Porque la que canta es tu esposa! En fin... que no sé qué decir ya.
Pero aún me queda el tema de la fotografía. ¿Qué cámara tienes? Las fotografías te salen perfectas! Esa cabras por las peñas están que parece que se van a mover en cualquier momento!
Ya te digo: apabullada. Yo soy muy aficionada a la fotografía y creo que consigo fotos buenas; pero viendo esas... viendo esas flores de los ciruelos, las piedras, el musgo... en fin, que creo que me tengo que comprar una cámara mejor, porque como ideas no me faltan, seguro que consigo esas maravillas.
En serio: IMPRESIONANTE!
ENHORABUENA POR TENER TANTO TIEMPO Y SABER APROVECHARLO TAN BIEN.
Y ENHORABUENA A TU ESPOSA, PORQUE CANTA MUY BONITO.
Un abrazo.
Mag.

Yo no tenía más remedio que corresponder a tanta amabilidad y he pensado que la mejor forma de hacerlo es publicando en mi blog su relato premiado como finalista en año pasado, Es un relato duro, fuerte, sobrecogedor que, además, está construido en segunda persona, lo que le confiere tensión y dramatismo. Por favor, leedlo. Lo ha titulado: 


MEDIO KILO DE NÍSPEROS.

"Coge esa cuchara. Vamos: Llénala y come. Abre la boca. Así. Todo. Te cabe todo. Mastica, traga. 
Sigue Comiendo. Llena una vez más esa cuchara, mastica, saborea. Seguro que no está tan malo ese extraño potaje, esa tortilla de hormigón. Traga de todas formas, porque llena el estómago y aporta fuerza.
Otra vez más el mismo esfuerzo.
Se dejas de poner esa cara de asco te sentará mejor. Adelante. Cambia el chip de los sabores; ¿no te gustan los garbanzos? Ahora te van a gustar. Además, son tu salvación. No te querrás quedar aquí, ¿verdad?
Aquí te puedes quedar para siempre si no cambias de chip, si no te gustan los garbanzos, si no eres capaz de sacar algo bueno de esa tortilla infernal. Yo tampoco sé cómo puede salir tan mala... Es más difícil hacerla mal que bien, ya lo sé. Pero ahí está y te la comes.
Ya sé que el espacio es mínimo: gente a ambos lados, a ambas manos. Defiéndete, si eres buena, te quitarán la comida. Ya te la están quitando. ¡Espabila! Mira: alguien mete la mano en tu plato y coge un puñado de garbanzos. ¡Ni se te ocurra pensar! ¡Ni ser amable! Nada de eso; tienes que salvarte, defender esa comida como si de ella dependiera tu vida. Como de ella depende tu vida. Con el tiempo llegarás a entender que así es. 
¿Que donde pudo estar antes esa mano?¡Qué importa eso! Sigue comiendo. Sigue llenando tu cuchara para que tu estómago trabaje y se destense, y tu sangre recoja lo que nutre, y tu cuerpo reaccione y tu cabeza, dejando de pensar, empiece a pensar.
Un plato, un vaso, una cuchara y treinta centímetros de mesa: ese es tu mundo. Hazlo impenetrable, con una muralla alrededor. Invisible.
También sé que ese vaso es intolerable, de aluminio, de golpes y de gritos en cada abolladura. Pero mira: tiene agua. Poca. Buscaremos más. Buscaremos el agua bendita que te sacie la sed.. El vaso entonces es lo de menos. Es el agua lo que vale. El agua, el pan. los garbanzos, la insufrible tortilla... Eso es lo que vale, y no importa como esté; lo importante es que te llena, que te dar fuerzas, que te habitúa a comer. Esa es la magia.
Y tu sabes que puedes con este y con más. Aunque griten, tú te vuelves sorda, aunque se peleen, tú te vuelves ciega. Tú solo vez tu plato, tus garbanzos, tu tortilla, tu vaso de agua y de golpes.
Hasta llorar es bueno ahora: las lágrimas te lavan la cara, esas que llegan a la comisura de tus labios han puesto un punto de sal en la tortilla, y la mejoran, la hacen más jugosa, más humana. ¿Ves? Todo vale. Todos nos salva. Y eso es lo que cuenta: salvarse. Seguir adelante, hoy, mañana... Hasta que aparezca alguien que te mire y te pregunte “¿Tú que haces aquí?”
y ves que piensas bien, que no estás loca. Y rellene un papel que diga “Permiso para salir al jardín, permiso para ir a la capilla, permiso para laborterapia...” Y rellene otro papel más importante que el primero. “No encuentro motivos en esta persona para que esté aquí” Y acto seguido comiencen los trámites para conseguir un vaso de cristal, y una cuchara y un tenedor, y hasta un cuchillo... y unos pocos centímetros más de mesa, y un espacio sin gritos.
Todo. Así me gusta. Sin dejar nada en el plato. Sin que quede ni una miga de pan sobre tus treinta centímetros de mesa. 


Y ahora a la calle, a tomar el sol en el jardín, con tu pase en la mano, con tu sonrisa,con tu sagrado convencimiento de que también esto ha pasado por algo, para aprender algo.
Alguien vendrá a verte. Te hablará de tonterías al tiempo que te observa. Pensará encontrar la causa por la que te han encerrado aquí y te mirará mucho, porque seguro que no lo encuentra.
Abrirá su bolso y sacará un paquete. Nísperos. Y tú entonces verás a Dios en esas frutas bellísimas, doradas con el primer sol, llenas d fuerza. Y será una fiesta muy íntima, muy tuya.
Les quitarás la piel con las uñas y te comerás con ansia ese regalo, exponiéndote incluso a que piensen que sí, que verdaderamente estas loca. 
Pero ya no te importa: en un día has aprendido que lo más importante eres tú y que ahora mismo te está salvando ese medio kilo de nísperos".

Magdalena Landa Aldape.

lunes, 15 de abril de 2013

PAISAJES CON FIGURA: UNAS GALLINAS DE PASEO POR EL CARRIL.



No se crean, esto no es muy normal. Es muy difícil que alguien nos pueda ver paseando a nuestro libre albedrío, a nuestras anchas, por donde nos salga del pico. Ahora las cosas, para nosotras, están francamente mal. Si vierais como están la mayoría de las gallinas en las granjas. ¡Pobrecillas! Metidas en jaulas pequeñísimas de cuatro en cuatro, con las luces encendidas todo el día, y solo comer, beber y poner huevos. Una vida muy perra. Y si tuviésemos valor para amotinarnos, pero eso es imposible, porque ya se sabe que nosotras no somos valientes... más bien cobardes... eso, eso... unas verdaderas ¡gallinas! Y como saben, aquello que escribió Orwel de la “Rebelión en la Granja”, no fue nada más que una chorrada que se le ocurrió a aquel buen hombre, porque de realidad, nada.
El caso es que hoy nos hemos escapado mi hermana pequeña y yo y estamos dando una vueltecita junto al castillo, por encima del carril, con unas vistas del pueblo muy buenas.
Habrá que aprovechar las pocas ocasiones que se nos presentan para admirar este paisaje tan bonito.
¡Ah! y otra cosa, que nuestros huevos son infinitamente mejores que los de las gallinas de las granjas. Más grandes, mas sabrosos y más nutritivos... ¡Donde va a dar!

domingo, 14 de abril de 2013

UNA FOTOGRAFÍA MUY ANTIGUA DE CHINCHÓN.

Uno de mis amigos, que sabe que a mí esto de las fotos me gusta, me ha dejado una fotografía antigua de Chinchón que estaba en el portal de la casa de un familiar. Como podéis ver se trata de una panorámica de Chinchón, aunque se encuentra en muy mal estado por haber permanecido expuesta a los elementos durante muchos años.




Después de escanearla he intentado resaltar algunas partes que estaban prácticamente en blanco y me he propuesto descubir algunas de las sorpresas que guarda esta vieja fotografía.




Hay que reseñar que la fotografía está partida en dos partes iguales. Sin duda se debe a que la cámara no podía captar toda la panorámica y se hicieron dos fotografías desde el mismo lugar enfocando las dos partes para después unirlas. 
La primera y más evidente es la imagen del castillo que tenían entonces dos pisos casi completos. Como sabéis, el castillo de Chinchón tenía por lo menos dos pisos en la parte de la torre del homenaje, de lo que en la actualidad sólo quedan los restos de los torreones.




La segunda cuestión era desde donde estaba tomada. Después de compararla con otras fotos que he tomado desde distintas perspectivas, he llegado a la conclusión de que se tomó desde los Cerros de las Cabezas, lo que hoy se conoce como Nuevo Chinchón.
La tercera cuestión y posiblemente la más importante, era determinar la fecha en que se hizo la fotografía. Para ello tenemos que buscar algunos indicios. Según se aprecia en la fotografía, aún no existe el carril y és se terminó de explanar en el año 1891, por lo que tuvo que ser anterior a esta fecha.




Otro dato que nos ofrece, aunque está muy difunidado en la fotografía, es que parece que todo el casco urbano estaba totalmente cerrado y no se aprecian las terminaciones de las calles. Como se sabe, en el año 1837 se efectuó la fortificación y el cerramiento urbano de Chinchón. Por lo tanto, la fotografía tuvo que tomarse entre estas dos fechas, y pienso que bastante más cercana a la de 1891, porque de estas fecha existen algunas fotografías de nuestro pueblo. Conviene recordar que las primeras cámaras Kodak son de 1888, que dieron un gran impulso a la fotografía para aficionado, puesto que fueron las primeras que se cargaron con rollos de película.




He intentado “limpiar” la foto, resaltando algún detalle que he considerado importante y procurando no “dañar” la imagen original.
Espero que os guste este nuevo documento que puede ayudarnos a conocer algún dato más de nuestro pueblo.