lunes, 25 de noviembre de 2013

TRAS LAS HUELLAS DE LOS MARQUESES DE MOYA: CUARTA VISITA: CONVENTO DE LOS PADRES AGUSTINOS.


Cuando los primeros Señores de Chinchón, los Marqueses de Moya, don Andrés de Cabrera y Doña Beatriz de Bodabilla, llegan a los nuevos territorios que les habían concedido los Reyes Católicos, deciden que quieren hacer aquí su morada y en Chinchón inician la costrucción de su nuevo Palacio, la reconstrucción y ampliación de una fortaleza ya existente, y para demostrar su condición de buenos cristianos conversos deciden hacer una Fundación para los frailes agustinos, bajo el nombre de Monasterio de Nuestra Señora del Paraiso, que se construye extramuros de la villa, en las faldas del Castillo.

Vista posterior de la iglesia del convento, actual Iglesia del Rosario.

Pero pasan los años y a las 3 de la tarde del día 20 de septiembre del año 1626, Fray Manuel Sánchez, Prior del antiguo Monasterio de Frailes Agustinos Calzados de Nuestra Señora del Paraíso, decide con toda la comunidad abandonar el antiguo convento, por el mal estado de la edificación. 

Escudo de los Fernandez de Cabrera en las pechinas de la Iglesia del Rosario.

La comunidad decide trasladarse a una casa propiedad de García Díaz de Lianagato, en la calle de los Huertos, cerca de la Puerta de la Villa. Habían trasladado el Santísimo Sacramento y lo habían colocado en la habitación principal de la casa, dentro de una arquita, y toda la congregación comenzó a cantar el servicio de vísperas.
El corregidor Ximenez de Orozco, se presentó en la casa con una Real Provisión del Rey Felipe IV, quien, a petición del conde don Luis Jerónimo, prohibía la fundación de un nuevo convento.
El Prior se niega a acatar las órdenes, alegando que tenía bulas de los Sumos Pontífices y licencia del Cardenal. Después de un poco tiempo de litigio, el Concejo, en ese mismo año, entregó a los frailes cien ducados para la construcción de este edificio en lo que también debieron colaborar los condes de Chinchón como se  puede deducir por los cuatro escudos de los Cabrera Bobadilla de las pechinas en la cúpula de la iglesia.

Claustro del Parador de Turismo.

Este convento de los padres agustinos tuvo una importante labor docente en Chinchón hasta que una orden de José Bonaparte obligó a marcharse a todos los frailes. Después, por la desamortización de Mendizábal pasa a propiedad del Estado, quien en 1738 lo cedió al Partido Judicial de Chinchón para que aquí fuese instalada la cárcel comarcal y los Juzgados.
Ya en la antigüedad, posiblemente como premonición de su definitiva actividad como Parador de Turismo, sirvió el edificio de hospedaje a personas importantes. El Archiduque Carlos cuando estaba inmerso en la guerra de sucesión pernoctó en el convento,  y años después, en el mes de noviembre de 1738, fue residencia del Cardenal don Gaspar de Molina y Oviedo, cuando llegó a Chinchón para tomar posesión del condado en nombre del Infante don Phelipe de Borbón.

Patio Central del Parador de Turismo.

Y muchos años después, en sesión extraordinaria de fecha 26 de febrero de 1971, el pleno del Ayuntamiento de Chinchón acuerda ceder gratuitamente al Ministerio de Información y Turismo los terrenos necesarios para la construcción del Parador de Turismo.

Fachada del antiguo Convento de los Padres Agustinos, actual parador de Turismo.

Poco después se inician las obras que duran cerca de diez años y se inaugura el Parador de Turismo, el  día 26 de junio 1982, siendo uno de los motores de la proyección turística de Chinchón.