sábado, 9 de noviembre de 2013

LA FÁBULA DEL BURRO Y EL REY PESCADOR.

Cuentan que hace mucho, mucho tiempo, había una vez un rey que quería ir a pescar. 
Llamó a su pronosticador del tiempo y le preguntó el estado del mismo para las próximas horas. 
-¡Éste tranquilo, Majestad, no lloverá! Le dijo el asesor en materia de previsiones meteorológicas.
Como la "querida" del monarca vivía cerca de donde iba a pescar, se vistió con sus mejores galas.
Ya en camino, el Rey se encontró con un campesino montado en su burro, quien al ver al rey le dijo:
-¡Señor es mejor que vuelva, pues va a llover muchísimo!
Por supuesto el rey siguió su camino, pensando: 
“Qué sabrá este tipo si tengo un especialista muy bien pagado que me dijo lo contrario. Mejor, sigo adelante.”
Y así lo hizo… y, por supuesto, llovió torrencialmente.
El rey se empapó y la "querida" se rió de él al verle en ese estado.
Furioso volvió a palacio y despidió a su empleado meteorólogo. 
Mandó llamar al campesino y le ofreció el puesto pero éste le dijo:
-“Señor, yo no entiendo nada de eso, pero si las orejas de mi borrico están caídas quiere decir que lloverá”


Entonces el rey contrató al burro
MORALEJA:Y de esta guisa comenzó la costumbre de contratar burros como asesores, que desde entonces tienen los puestos más remunerados en el gobierno.

Nota: La fábula no es mía. Me la ha enviado un amigo. Yo, sólo, la he retocado un poco, la he ilustrado y la publico porque me ha parecido graciosa. ¿O no?