miércoles, 20 de febrero de 2013

¿NO OS SUENA?


“Los políticos son incapaces de solucionar nada. Los sindicatos no cumplen con su misión y son unos parásitos. Las jueces están al servicio de los políticos. Las instituciones son demasiado costosas y no solucionan los problemas de los ciudadanos. Los que se atreven a protestar son antisistemas vendidos a la izquierda. Esto no hay quien lo arregle. Lo que se necesita es mano dura. Alguien que nos meta a todos en cintura” 
Cosas como éstas las estamos oyendo en muchas emisoras de radio y televisión y leyendo en  periódicos que son los altavoces de una clase política, que cada vez se siente más fuerte. Pero nada de esto es nuevo. Ya hace 77 años en el número 20 del periódico “Arriba”, del 21 de noviembre de 1935, un tal José Antonio Primo de Rivera, escribía este artículo: 


«Todos los trabajadores, ante la angustiosa situación presente, han de preguntarse a qué se debe el que, a pesar de los constantes cambios de Gobierno, a pesar de haber gobernado las izquierdas, a pesar de los Gobiernos de centro y de derecha, el paro aumente sin cesar, la carestía de vida se haga cada vez más agobiadora y la pugna entre las clases sea cada día más áspera.
Fácil es comprobar la existencia de estos problemas y aun su agravación. Con Gobiernos en que figuraban ministros socialistas, todas las calamidades que abruman a la masa obrera no sólo no tuvieron solución, sino que se agudizaron. Con Gobiernos de derecha, toda la política se orienta en contra de los productores; empeoran las condiciones de trabajo, se reducen los jornales, aumentan las jornadas, se los persigue, etc. ¿Qué significa esta coincidencia en el fondo de los partidos políticos, sean de derechas o sean de izquierdas? Significa que el régimen de partidos es incapaz de organizar un sistema económico que ponga a cubierto a la masa popular de estas angustias; que tanto unos partidos como otros están al servicio del sistema capitalista.
Mientras la terrible crisis económica actual ha arruinado o está en camino de arruinar a los modestos productores, y la masa obrera sufre como nunca la pesadilla del paro, la cifra de los beneficios obtenidos por los beneficiarios del orden actual de cosas, los dueños de la Banca, es elevadísimo.
Así la tarea urgente que tienen los productores es ésta: destruir el sistema liberal, acabando con las pandillas políticas y los tiburones de la Banca.»

Y luego pasó lo que pasó.