sábado, 9 de junio de 2012

MÁS FOTOGRAFÍAS DE CHINCHÓN


Para mis seguidores que no son de Chinchón, os dejo algunas fotografías para que sigáis conociendo un poco mejor a mi pueblo.


Fueron tomadas el domingo 20 de mayo, que terminó con una gran tormenta, y que me permitió hacer la bonita foto que encabeza este reportaje.
Espero que os haya gustado.

viernes, 8 de junio de 2012

jueves, 7 de junio de 2012

EL AMO CAPITULO XV


Fue en uno de esos años cuando un terrible suceso conmovió a los vecinos del número diez de la calle Leganitos. El señor Cosme, el del número uno de la primera planta, vivía solo desde que su Enriqueta falleció unos meses antes. Debía tener ya cerca de los sesenta aunque se encontraba bien de salud y se valía por si mismo para hacer todas las tareas de la casa, aunque todas las vecinas se habían ofrecido para echarle una mano si era necesario.
Tenía un hijo y una hija, ambos casados que vivían por el ensanche de Argüelles, que aunque no estaba demasiado lejos, sólo le visitaban de tarde en tarde, decían que por lo atareados que estaban con sus trabajos y la crianza de sus muchos hijos.
Sólo tenía alguna dificultad para subir escaleras, y aunque vivía en el primer piso, siempre se tenía que parar en el primer descansillo para coger fuerzas, antes de afrontar el segundo y definitivo. Era amable y dicharachero y siempre tenía en el bolsillo algún caramelo para cuando se encontraba con Genarín y Rosita que le tenían un gran cariño, posiblemente como el sustituto de los abuelos que no habían conocido. Desde que se quedó viudo tenía una rutina que seguía religiosamente. Todos los días a las doce y quince minutos salía de casa para hacer la compra. Con su gorra de lana en invierno, con un sombrerito de paja en verano, con su chaquetón de paño o en chaleco y mangas de camisa, salía del portal con su capacho de rafia y su bastón para visitar a la Emilita, la de la panadería, a Luisa, la lechera,  a Tomás el Carnicero y a Cándido el de los ultramarinos.
Tenía fama de roñoso y algo avaro, y también de tener mucho dinero escondido en su casa, porque siempre había dicho que no se fiaba de los bancos ni del Monte de Piedad, que según él sólo servía para empeñar las mantas en verano para ir de vacaciones al pueblo.
Aquel jueves nadie le vio salir por la mañana, pero tampoco nadie le echó de menos durante todo el día porque aparte de esa salida matinal, siempre estaba en casa y rara vez se oían ruidos dentro. Al día siguiente fue la señora Susana quien se extrañó de no verle y llamó a la puerta de Julita para preguntar si le había visto.
Las dos llamaron a Rosa y después al señor Emilio y todos llamaron a la puerta del señor Cosme. Esta vivienda sólo tenía esta entrada porque la puerta de servicio, por la otra escalera, había sido tapiada. Nadie contestaba y volvieron a insistir con golpes más fuertes, pero con el mismo resultado. Ninguno de ellos tenía llave de la casa y el sastre, con buen criterio, pensó que lo mejor era llamar a los guardias, porque en estos casos debe ser la autoridad la que tome las decisiones, que para eso tienen mayor experiencia para saber lo que hay que hacer en casos como este.

Aunque todos conocían a sus hijos, lo más que sabían era que vivían por Argüelles, que venían muy poco a ver a su padre y ninguno de ellos sabía podía facilitar las señas exactas de sus domicilios. Esto es lo que informaron a la pareja de guardias que se presentó veinte minutos después de que la Julita se acercara al cuartelillo, para dar la noticia. De paso preguntó en las tiendas que él frecuentaba y todos dijeron que hacía dos días que no había pasado por allí.
Uno de los guardias hizo amago de querer abrir la puerta de una patada; su compañero le detuvo y sacó unas ganzúas, y sin demasiado esfuerzo, la puerta se abría fácilmente porque sólo estaba echado el resbalón de la puerta, sin las dos vueltas posibles de la cerradura ni echado el pequeño cerrojo que había hacia la mitad de la parte superior de la puerta.
Dijeron a los vecinos que esperasen en el rellano de la escalera y los dos agentes entraron en el domicilio tomando las precauciones que preveían las ordenanzas. Hasta el rellano llegó un característico olor que no presagiaba nada bueno. Toda la casa estaba en desorden. Los cajones de los muebles abiertos, los cuadros descolgados, las ropas esparcidas por el suelo, la alacena abierta y hasta la leñera revuelta.
Al principio no lo vieron, estaba semioculto debajo de la cama del dormitorio. El colchón de la cama esta medio caído en el suelo y le cubría medio cuerpo. Tenía puesto el pijama y en la chaqueta se podía ver una gran mancha roja que ninguno de los dos guardias dudó por un momento que era de sangre. Comprobaron que el señor Cosme estaba muerto presionando la vena carótida y no quisieron mover el cadáver; fuera los vecinos ya se habían percatado de lo ocurrido y las mujeres lloraban mientras el señor Emilio trataba de apaciguarlas.
Cerraron la puerta y uno de los guardias se quedó vigilando mientras el otro corrió hacia el cuartelillo para informar del homicidio.
No mucho más de media hora más tarde llegaba el inspector Páez, de la recién creada Policía científica, como era llamada la Brigada de Investigación Criminal dependiente de la Jefatura Superior de Policía de Madrid. Era el inspector un hombre de unos cuarenta y tantos años, ya algo calvo, alto y siempre muy acicalado. Su nombre era Delfín aunque casi nadie lo conocía porque en la Comisaría era conocido como “Inspector Páez” o, a sus espaldas, como “El Dandy”. Tenía fama de meticuloso y eficaz, y no quería que este caso fuese una excepción en su ya larga carrera contra la delincuencia. En honor a la verdad, también había tenido algún problemilla por unas acusaciones anónimas que se había recibido en la Jefatura de unos sobornos que nunca llegaron a probarse.
Aunque los guardias le habían puesto en antecedentes, él quiso inspeccionar personalmente el escenario del crimen.
- No es normal que un anciano deje sin dar todas las vueltas a la cerradura y sin poner el cerrojo… Sería una coincidencia que se le hubiese olvidado anteayer y precisamente ese día le visitasen los ladrones…
Y es que el primero y, por ahora, único móvil que se estaba barajando era el robo. Más teniendo en cuenta lo que se le había escapado a una de las vecinas el comentario de su fama de avaro y de guardar el dinero en casa. En las primeras pesquisas no había aparecido nada de dinero y en la casa no había nada más que pudiese atraer a los ladrones.
- Guardia, la ventana de la cocina ya tenía el cristal roto cuando han llegado.
- Sí, Inspector Páez; estaba una hoja abierta y el cristal roto… Los cristales, como ve, están en el suelo, por lo que se debió romper desde fuera… Pienso, yo.
- Es una buena apreciación… Recojan los cristales que hay en el suelo, pónganlos con mucho cuidado en un sobre, para ver si podemos obtener alguna información en Jefatura con las pruebas dactiloscópicas.
Cuando hubo terminado de su meticulosa inspección, llegó el médico forense para autorizar el levantamiento del cadáver.
A eso de media tarde llegaron los hijos que habían sido avisados por la policía. El mayor, Cosme como su padre, y Eduvigis su esposa, y Antonia, su hija pequeña y Julián, su marido.
A señora Susana, cuchicheó a Rosa y Julita, que habían situado el puesto de observación en casa de Rosa, que no veía a los hijos del señor Cosme demasiado afectados.
- Yo creo que estaban deseando que el viejo la diñase para heredar.
- No sea bruta, mujer, tú que res muy mal pensada.
En la autopsia se determinó que la muerte la había ocasionado un fuerte golpe en el parietal izquierdo, posiblemente ocasionado por una caída fortuita sobre una de las barras del somier de la cama. El inspector Páez, había llegado a la conclusión de que había un sido un robo. Que el ladrón entró por la ventana de la cocina; que el viejo se despertó por el ruido de los cristales, que forcejeó con el ladrón, que éste le pudo empujar y que el pobre hombre cayó de espaldas golpeándose accidentalmente en la cabeza.
- Un caso de libro. A ver si tenemos suerte con las huellas, que seguro que son de algún ratero conocido en la Jefatura y ¡Caso cerrado!
Tres días después todos los vecinos acompañaron el cadáver del señor Cosme hasta su última morada, después de una misa de “córpore insepulto”.

miércoles, 6 de junio de 2012

JOSE LUIS SAMPEDRO: “EL SISTEMA CAPITALISTA SE ACABA”


El escritor afirma que "la crisis pasará, por supuesto, pero lo hará a costa del sufrimiento de todos nosotros", según publica el periódico digital “Público”.
El escritor Jose Luis Sampedro está convencido de que el sistema capitalista "se acaba", porque el mundo occidental atraviesa una "auténtica metamorfosis" protagonizada por jóvenes que "ya viven en otra época", ajena a quienes sólo son capaces de aferrarse a ganar dinero.
En una rueda de prensa convocada para presentar la puesta en escena de su novela La sonrisa etrusca en el Teatro Olympia de Valencia, Sampedro ha hecho estas declaraciones y ha lamentado que la crisis económica se solucione a costa del "sufrimiento" de los trabajadores.
Según su visión, el mundo occidental se encuentra en una metamorfosis que le hará salir de "la etapa del dinero" que comenzó en el siglo XV, gracias, en parte, a las actuales innovaciones tecnológicas y sociales.
Este avance y sus consecuencias, "es algo que los capitalistas no pueden entender, porque siguen empeñados en ganar dinero y nada más, porque siguen aferrados a sus bancos, a sus billetes y a sus títulos".
Pero este sistema "se acaba", y la prueba está en que los jóvenes que se rebelan y protestan "ya viven en otra época", mientras que los niños van "mucho más allá", porque "ya son de otro mundo".
"La crisis pasará, por supuesto, pero lo hará a costa del sufrimiento de todos nosotros, porque, con la mitad del dinero que se pretende inyectar para que un banco esté lleno, se podría evitar el recorte en lo más importante que hay: la educación y la sanidad", ha concluido el novelista, quien reconoce que España "no está para melodramas".

martes, 5 de junio de 2012

NOCHES DE JAZZ EN LA PLAZA DE CHINCHÓN.


Chinchón organiza, durante el mes de junio, una serie de conciertos de Jazz al aire libre en su Plaza Mayor ofreciendo impresionante escenario a los más celebres músicos de jazz de España.


Tres magníficos conciertos nocturnos de entrada gratuita en Plaza Mayor ofreciéndote la posibilidad de conocer el pueblo de   Chinchón, apreciar su arquitectura, saborear su oferta gastronómica, y a la vez escuchar y disfrutar del mejor Jazz de España.

Viernes 8 junio 22:00: 


TMT Toño Miguel Trio
Toño Miguel: contrabajo 
Pablo Gutiérrez: piano 
Miguel Benito ‘Pete’: batería 

El contrabajista Toño Miguel presenta su nuevo proyecto de jazz en formato de trío. Sus composiciones tienen la influencia de toda su carrera profesional como acompañante, tocando junto a figuras como Paquito D'Rivera, Jerry Gonzalez, Ben Sidran, Perico Sambeat o Jorge Pardo entre otros. Melodías, ritmos y acordes procedentes del jazz más tradicional al más vanguardista confluyen en el repertorio de forma orgánica y fluida, buscando un sonido personal y diferente.

Viernes 15 de junio 22:00


Cuarteto Juan Ramón Callejas 
Juan Ramón Callejas: saxo 
Francisco López: contrabajo 
Daniel García: batería 
Pablo Gutiérrez: piano. 
Este magnífico cuarteto lo forman cuatro de los músicos más reconocidos del circuito de jazz madrileño. El saxofonista Juan Ramón Callejas propone en este concierto un homenaje a algunas de las figuras más destacadas de la famosa época del “Be-Bop”. La dilatada experiencia de todos los músicos que forman este cuarteto nos garantiza un concierto de gran calidad y mucho swing. 
Juan Ramón Callejas es un músico que está inmerso en multitud de proyectos 
como “Pedro Iturralde & Modern Sax Quartet ”, “ Bob Sands Big Band, “ Creativa Latina ” “King of the blue Sexteto”, “Santiago de la Muela Orquesta”, “ Hugo Fernández Quartet” etc….. 

Viernes 22 de junio 22:00


Wendy Pedersen y Bobby Martínez Quartet
Wendy Pedersen: voz
Bobby Martínez: saxo
Juanma Barroso: batería
Julio Hernández: bajo
Pablo Gutiérrez: piano
Wendy Pedersen es una de las vocalistas de jazz preferidas de las exigentes audiencias del sur de Florida. Su fuerte y enérgica escenificación ha calado hondo entre sus seguidores durante muchos años. Graduada de la Universidad de Miami en su programa de música y jazz vocal, Wendy empezó desde muy pronto a cantar inspirándose en Elton John y Los Beatles. Sin embargo, pronto se adentró en el jazz que se convirtió en su verdadero “hogar”

Esta serie de conciertos de Jazz, es una iniciativa del Ayuntamiento de Chinchón y forma parte de un ambicioso plan de mejora de su competitividad turística. El plan, co-financiado por el estado Español, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento, tiene un claro objetivo de modernizar y ampliar la oferta turística, mejorar la infraestructura de la ciudad y organizar una serie de eventos culturales de alto nivel posicionando la ciudad de Chinchón como un referente cultural dentro de la Comunidad de Madrid. 

lunes, 4 de junio de 2012

EL AMO. CAPITULO XIV


Y pasaron casi seis años más. La niña asistía a las clases de don Lorenzo, que tenía la escuela en un piso de la calle del Reloj, y había hecho su Primera Comunión en el Convento de las Descalzas Reales. Ese día estrenó un vestido pero no vino nadie del pueblo a la ceremonia. Habían muerto los padres del Amo, solo con unos meses de diferencia. Sus padres también estaban muy delicados, lo que les hacía ya imposible venir a verla. Ahora sólo su hermana y muy de tarde en tarde llegaba a la capital para hacerla una visita. En Recondo había habido muchas novedades. Se había construido un asilo para los ancianos pobres de la localidad y el mayor signo del desarrollo que estaba experimentando el pueblo se plasmó en la llegada del tren, con lo que se había acortado significativamente el tiempo para llegar desde la estación de Recondo a la del Niño Jesús de la Capital.
Eso hacía que desde entonces las visitas del Amo eran mucho más frecuentes. Y ya no sólo para saciar las urgencias de su vehemente apetito sexual, sino para poder hablar con su Rosa, que era con la única que tenía la confianza suficiente para contarla todos sus afanes, sus cuitas, sus aventuras y desventuras, incluidas, por supuesto, las de sus andanzas amatorias.
Pero cualquier escusa era buena para darse una vuelta por la capital. En Madrid, después de cerca de cincuenta años de que se iniciaran los proyectos de construcción de una gran avenida al estilo de las grandes capitales europeas, por fin se iban a inaugurar las obras para la construcción de la Gran Vía. Nicomedes también utilizó este acontecimiento para venir a visitar a la Rosa.  Esa mañana que se había declarado de fiesta a efectos docentes, como un matrimonio más, llevando de la mano a Rosita, Nicomedes y Rosa se acercaron hasta la llamada “casa del Ataud”, donde se habían instalado la tribuna, que ocuparía la Familia Real, profusamente adornada con tapices de la Real Fábrica. Junto al presidente del Gobierno don José Canalejas, ocuparon la presidencia el mismísimo Alfonso XIII, la reina madre doña María Cristina, las Infantas Isabel y María Teresa y la Reina doña Victoria Eugenia de Battenberg, a quienes acompañaba el príncipe Adalberto de Baviera. Junto a esta tribuna se instalaron dos más para el Cuerpo Diplomático y para los miembros del Ayuntamiento de Madrid, con el Alcalde don José Francos Rodríguez al frente.
Tras escuchar la Marcha Real y los discursos del Alcalde y del Presidente, S.M. el Rey don Alfonso XIII descendió de la tribuna real, se dirigió a la “Casa del Cura”, anexa a la Iglesia de San José, y comenzó su demolición con una piqueta de plata.
Terminada la ceremonia, dieron una vuelta por los alrededores y terminaron comiendo un buen cocido madrileño en la Casa de la Bola, que tanto gustaba al Amo y era visita obligada en casi todas sus visitas a Madrid.
Nicomedes había cumplido ya los treinta y se había incrementado su deseo desenfrenado de conquista de todo lo prohibido. Por supuesto que con su mujer sólo cumplía cuando no tenía más remedio y cuando la Margara quería aumentar la familia. Ya tenía tres hijos con ella. Sacramento de once, Nicolás de seis y la pequeña Patrocinio que había cumplido ya los dos años. Con la Rosa  se encontraba más a gusto, pero también había perdido un poco de interés acostarse con ella, porque ahora, lo que de verdad le excitaba era que las mujeres se resistieran para él tomarlas por la fuerza.
Luego llegaba a Madrid y se regodeaba narrando sus conquistas, casi siempre con las criadas de la casa, y contando los pormenores se llegaba a excitar y entonces era cuando disfrutaba con su Rosa.  Ella ya se había acostumbrado a estas sesiones más de diván de siquiatra que de cama y también ella terminaba excitándose oyendo las procacidades detalladas por el Amo, que no escatimaba detalles a la hora de pormenorizar sus aventuras amorosas, aunque ella había llegado a la conclusión que muchos de estos detalles estaban más en su calenturienta mente que en la realidad de lo sucedido.
Fue en uno de estos encuentros cuando Rosa perdió la sensatez y no puso ningún impedimento a la culminación del acto sexual a pesar de saber que había riesgo evidente de poderse quedar embarazada. La verdad es que se había hecho experta en artimañas para evitar el riego de quedar preñada, y su instructora había sido su vecina Julita que en eso era una verdadera maestra. Sabía cómo satisfacer al Amo evitando todos los riesgos, si bien es verdad que en esos casos era ella la que no quedaba satisfecha. Y esta noche, había bajado las defensas, se había excitado demasiado con las guarradas que contaba el Amo y cuando quiso darse cuenta, ya no había remedio.
Nueve meses después nacía Genaro. El nombre lo tomó de Genaro Buitrago, el padre de su padre, un hombre que destacó en Recondo por su gran fuerza y su merecida fama de hombre cabal y honrado. Y el Amo mostró más afecto e interés por el niño que el que había dedicado a su hermana.
Y Rosa no podía dejar pasar esta oportunidad. Unos meses después fue al Registro Civil y sacó el certificado de nacimiento de los dos hijos. Rosa Martínez Buitrago y Genaro Martínez Buitrago y los guardo en la caja de hojalata que tenía en el armario. Asesorada por su vecina, se compró un camisón de hilo color carmesí, casi trasparente, en una mercería que traía lencería especial, directamente de París.
En la siguiente visita del Amo lo estrenó y esa noche él no necesitó recurrir a sus narraciones eróticas para quedar plenamente satisfecho.
- Amo, hay dos cosas que llevo mucho tiempo queriéndote decir… Tus padres estaban de acuerdo en que este piso se pusiese a nombre de la niña cuando nació, pero el tiempo fue pasando y no se hizo nada. Ahora ya no tienes que pedir autorización de nadie para hacerlo… Pero he pensado que es mejor que lo pongas a mi nombre, porque hacer la escritura a nombre de los dos niños podría ocasionar algún problema. ¿Qué te parece?
- Si tú quieres, no hay problema… lo podemos hacer cuando te parezca… y ¿qué es lo otro?
- Yo sé que prometiste a doña Margara que no reconocerías nunca legalmente a nuestros hijos… ni yo te lo voy a pedir ahora… Pero mira, he sacado unos certificados del Registro y podías poner una nota diciendo que son hijos tuyos… Esto no tiene ningún valor legal y en realidad no vale para nada… Pero yo pienso que ellos, cuando sean mayores te agradecerán este detalle…
Ella sabía que él no se iba a resistir, y de nuevo, ya sin el camisón, volvieron a la cama.
El Amo, aunque se podía hacer el viaje de ida y vuelta desde Recondo a la capital en un solo día, era frecuente que se quedase por lo menos una semana y aprovechaban para salir de paseo con los dos niños.
Él había envejecido y su aspecto había cambiado. Ya no era el joven algo tímido, pero de porte esbelto y distinguido y de cabello abundante y algo ensortijado. Ahora ya empezaba a tener un vientre prominente, había perdido parte del pelo y se había dejado un poblado bigote engomándose las puntas para que apuntasen hacia arriba. Casi siempre vestía ternos de colores consonantes con las distintas estaciones meteorológicas y solía llevar un delgado bastón de madera con empuñadura de nácar, más por estética que por estática, que le daba prestancia y distinción. Cualquiera que le viera por primera vez aseguraría que era un respetable y severo caballero, educado, cortés y respetuoso, y nadie se atrevería a juzgarle como cruel depredador de honras femeninas, crápula, soberbio, obseso sexual y déspota con sus inferiores, aunque cobarde y taimado con cualquiera que se atrevieses a hacerle frente.
Rosa tenía porte y ademanes de matrona. Bien es cierto que seguía manteniendo el aspecto sano de las mujeres de pueblo, su innato carácter afable y la cara de niña buena a la que siempre acompañaba la sonrisa francas de sus labios y la sencilla picardía de sus ojos. Ahora también había engordado y vestía con cierto aire desenfadado y algo provocativo, que añadía un atractivo más para su Amo.  
En el viaje del mes siguiente se acercaron al despacho del señor Notario, en el número veinte de la calle Tudescos, con quien había concertado la visita para firmar la escritura de donación del piso de la calle Leganitos a la madre de sus otros hijos naturales, a los que había reconocido extraoficialmente con una nota al dorso de sus partidas de nacimiento, sin que se enterase su esposa doña Margara, que en Recondo ignoraba el motivo real de esta visita de su marido a la capital.

domingo, 3 de junio de 2012

¡¡¡ CAMPEONAS DE LIGA !!!


El equipo femenino de fútbol de Chinchón , se ha proclamado campeón de la liga de Primera Regional.
 Y lo han celebrado así en la plaza de Chinchón.
NUESTRA FELICITACIÓN, CAMPEONAS.