miércoles, 12 de diciembre de 2012

SACANDO LAS COSAS DE QUICIO.



El otro día, la mayoría de los telediarios y varios periódicos se hicieron eco de un hecho “insólito”: Varios policías nacionales y empleados municipales de Puerto Real (Cádiz) fueron filmados mientras se llevaban sacos de patatas y naranjas.
Vamos a aclarar la noticia: 
1º Las fuerzas de orden público del Ayuntamiento de Puerto Real, habían decomisado alimentos a vendedores ambulantes.
2º Un técnico municipal determinó que estos alimentos no eran aptos para el consumo por no saber su procedencia, su manipulación ni su forma de transporte.
3º Siguiendo este dictamen, las autoridades pertinentes ordenaron que estos productos debían ser desechados y destruidos.
4º Cuando se estaban tirando estos productos al camión de basura, algunos policías nacionales y empleados municipales consideraron que algunos de estos productos estaban en buenas condiciones para “su” consumo y decidieron coger algunos sacos de naranjas y de patatas para llevárselos a su casa.
5º  El responsable o responsables de hacer cumplir las órdenes superiores, no pusieron ningún obstáculo para evitarlo.
6º Una “videoaficionada” lo grabó con su móvil y lo subió a internet.
7º A partir de aquí, todos, se rasgaron las vestiduras, lamentaron lo ocurrido, intentaron justificarlo como buenamente pudieron (la mayoría de las veces muy torpemente)  
8º Fue un filón para los medios de comunicación que están ya cansados de incidir en los temas de todos los días.
9º La Subdelegación del Gobierno en Cádiz y el Ayuntamiento de Puerto Real han abierto sendas investigaciones para depurar responsabilidades.
Vamos a ver:
Los tomates y las patatas iban a ser destruidas, por lo que nadie se iba a beneficiar.
Las habían declarado “no aptas” para el consumo por causas exógenas, no porque estuviesen en mal estado. 
Unos ciudadanos, (policías y empleados municipales que no van a cobrar la paga extra de navidad este año) pensaron que era una lástima y un despilfarro tirar a la basura estos productos que les podían servir perfectamente en sus casas, y bajo su responsabilidad, se llevaron unos cuantos kilos para consumir en los próximos días.
Y nada más.
¿A qué viene todas las tonterías que los sesudos tertulianos y opinadores han dado sobre este caso?
Es un hecho sin más trascendencia, como no sea que últimamente los “técnicos”, municipales o no,  se la “cogen con papel de fumar” para no pillarse los dedos. Y se despilfarran cantidades ingentes de alimentos por cosas tan peregrinas como que el embase se ha manchado, el tamaño no es el adecuado, no cumplen los “stándares” comerciales, y soplagaitas por el estilo. 
Los de mi generación nos comíamos las frutas que tenían “pollo”; simplemente las limpiábamos, quitábamos  lo podrido, y estaban riquísimas. 
Yo sólo pido que les sienten bien las patatas y las naranjas a los funcionarios de Puerto Real, y que los responsables municipales no sean tan estrictos con las cosas de comer, que aunque con ellas no debe jugarse, sí se podrían remediar alguna que otra necesidad.
Vamos, que no hay que sacar las cosas de quicio.