sábado, 26 de noviembre de 2011

UN SAFARI... FOTOGRÁFICO, CLARO.


Cerca de la Serranía de Alcaraz, existen unas formaciones rocosas, en el camino de Reolid a Salobre, entre las que no es demasiado difícil encontrar manadas de cabras monteses, que corren entre los riscos de los montes y que, con un poco de suerte, puedes "cazar" con el objetivo de tu cámara, sin necesidad de activar el "zoom". Todas estas fotografías están tomadas en una tarde soleada de domingo, antes de que se escondiese el sol y empezase a correr un viento demasiado fresco.
Yo que no soy aficionado al deporte cinegético con este pequeño safari fotográfico cumplí sobradamente mis deseos de aventuras.


viernes, 25 de noviembre de 2011

EL CIPRÉS.

Hacía mucho tiempo que no os contaba un cuento. Éste lo escribí hace ya algunos años. Espero que os guste. Lo titulé "EL CIPRÉS"



"Debió ser cuando yo era muy pequeño. Es posible, incluso, que fuese la propia doña Matilde, aquella horonda maestra de mis años de párvulos. Es muy posible que fuese ella la que dijo aquellas palabras que iban a regir toda mi vida.
- "Para que un hombre se realice tiene que tener un hijo, escribir un libro y plantar un árbol".
Y pasó el tiempo y a mí se me olvidó aquella sentencia. Eso, al menos, creía yo. 
A mí me pareció, primero, mucho más importante jugar a la pídola; luego jugar al fútbol y a continuación conseguir que Carmencita quisiese salir conmigo.
Después llegaron las matemáticas, el francés, la historia y la literatura. Luego la mili de voluntario en Aviación y el aprendizaje en la imprenta del señor Argimiro.
Como Carmencita no llegó a hacerme demasiado caso, conocí a María Emilia en el embarcadero del estanque del Parque del Retiro y cuando superé la calificación de aprendiz y el bueno de don Argimiro me ofreció el puesto de oficial de segunda como cajista en la empresa familiar, en mi casa pensaron que ya era hora de que me independizase y un día siete de noviembre nos casamos María Emilia y yo en la Iglesia de San Manuel, oficiando la ceremonia una primo lejano de mi madre, la madrina, que era arcipreste en la provincia de Guadalajara y que, de pequeño, le llamaban "Palito", pero que ahora todos le conocían como D. Cristóbal.
Nueve meses y quince días después, es decir el día veintidós de agosto, nació mi hijo, que, a pesar de mis más airadas protestas, su madre decidió que se debería de llamar Pantaleón como su abuelo - materno - que había llegado a ser corresponsal del Banco Central en su pueblo.
Y después vinieron largos años de trabajo monótono mientras veía crecer a mi querido Pantaleoncito, que desde muy pequeño demostraba una gran sabiduría. Aunque tardó tres años en empezar a hablar, siempre se las arregló para hacerse entender y conseguir todo lo que se proponía; cosa, por otro lado, no demasiado difícil si tenemos en cuenta que su madre nunca dudó en darle todo lo que quiso, porque para eso era, e iba a ser, unigénito.
Cuando la linotipia quedó obsoleta y las nuevas tecnologías irrumpieron en las, ahora llamadas, artes gráficas; no tardé en ponerme al día en las vanguardias informáticas, lo que me permitió asociarme con el hijo del patrón y crear una nueva empresa que llamamos "Neografic" lo  que me permitió incrementar el nivel económico-social de la familia.
María Emilia, entonces, pensó que debíamos comprar una casa en el pueblo de sus padres, que sólo estaba a ciento cincuenta kilómetros de Madrid, y aunque la carretera no era demasiado buena, en poco más de tres horas podíamos ir los fines de semana.
Pantaleoncito, no había terminado la Educación General Básica, a pesar de haber repetido tres veces el octavo curso, y consiguió el Graduado Escolar en la Academia de un primo-hermano de la mujer de mi cuñado. Después se matriculó en una escuela de arte dramático, porque su madre decía que tenía grandes aptitudes para la interpretación, lo que yo también compartía, puesto que en sobradas ocasiones nos había demostrado su habilidad  para hacer creíbles sus pretendidos propósitos de enmienda.
Por aquellos años se despertó en mí la vena literaria y se me ocurrió que podría escribir un libro de un tema que me había apasionado desde siempre: El champiñón.
Durante once meses, y después de una larga labor de investigación bibliográfica, logré completar un precioso libro que me atreví a titular: "El champiñón, su cultivo, su comercialización y su influencia en la deprimida economía rural de la España del desarrollo". 
Lógicamente se imprimieron en "Neografic" los mil ejemplares de que constó la primera, y como mi hijo, única edición. La presentación del libro tuvo lugar en la inauguración de la casa que habíamos rehabilitado en el pueblo de mis suegros, y entre los libros que regalé ese día y los que mandé a los clientes y proveedores de la empresa, a los vecinos, a los directores e interventores de los bancos y a los curas de la parroquia, alcanzaron una cifra de ciento veintitrés. Diez más los dejé en la papelería que el primo de mi mujer tenía en el pueblo y veinticinco en una librería de Carabanchel a la que le hacíamos trabajos en la empresa. Todavía, pasados diez años, cuando llego al pueblo, Cándido, el primo de mi mujer me recuerda que tengo que pasar por la tienda para retirar los nueve libros que le quedan y pagarme las mil pesetas del libro que vendió a unos turistas que no entendían nada de español pero que les había gustado mucho la fotografía de la portada de mi libro. El dueño de la librería de Carabanchel, pasados tres años, me envió un paquete con los veinticinco libros que se unieron al resto de la edición que aún permanece en aquel rincón del almacén de la empresa y de los que sólo me acuerdo cuando el encargado me pregunta cómo hay que reflejarlos en el inventario.
Pantaleoncito, al que ahora se le conoce por sólo "Pan", terminó los cursos de la Escuela de Arte Dramático, logró un par de papelitos en una obra de teatro experimental y unas cuantas figuraciones en una telenovela que duró doscientos treinta capítulos. Primero estuvo viviendo en casa donde dormía, por el día, comía y obtenía financiación. Años después se fue a vivir con su amigo al Barrio de Chueca, aunque periódicamente volvía por casa siempre que su economía así lo requería, aunque tenía el detalle de hacerlo cuando yo estaba en el trabajo para evitarme el disgusto de tener que tratar con él cuestiones tan prosaicas como las del dinero. Cuando ahora lo recuerdo tengo que reconocer que mi hijo me ha dado casi las mismas satisfacciones que mi libro.
Y fue entonces cuando recordé la sentencia de doña Matilde. ¡Me faltaba lo del árbol!
En el pequeño patio de la casa del pueblo planté un ciprés. Era pequeñito, no medía más de metro y medio. Lo regué, lo aboné y, año a año, fui recortando las ramas que se iban secando, mientras contemplaba cómo iba creciendo. Siempre que podía me sentaba junto a él y llegué a conocer cada una de sus ramas. Ahora ya es mayor, debe de medir más de cinco metros. Le cuento mis penas y mis alegrías y siempre me escucha. Cuando llego a su lado parece que sus ramas tratan de abrazarme y aprovecha el rumor del viento para darme la bienvenida. 
Tenía razón doña Matilde. Si quieres realizarte, puedes tener un hijo, puedes escribir un libro, pero, no se te olvide, tienes que plantar un árbol".

jueves, 24 de noviembre de 2011

¡DOS CONVOCATORIAS, DOS!


PRIMER CONCURSO DE MICRORRELATOS 
"AMIGOS DE LA BIBLIOTECA"
La Asociación de Amigos de la Biblioteca y del Archivo Histórico de Chinchón, en colaboración con el Servicio Municipal de Biblioteca del Ayuntamiento de Chinchón convoca el I Concurso de Microrrelatos “Amigos de la Biblioteca”.


Podrá participar cualquier persona mayor de 18 años y el plazo de presentación será hasta el 23 de Diciembre. Pueden consultar las bases del concurso en la página Web del Ayuntamiento de Chinchón y en la Biblioteca "Petra Ramírez" de Chinchón.


XV CERTAMEN DE TEATRO “JOSÉ SACRISTÁN”
                                                        
- Podrán presentarse todos los grupos de teatro no profesionales y legalmente constituidos.
- El plazo de inscripción estará abierto del 5 de diciembre de 2011 al 3 de febrero de 2012.
- El Certamen se desarrollará en fines de semana (sábados y domingos) entre los días 3 de marzo y 1 de abril de 2012 en el teatro “Lope de Vega”, siendo la clausura y entrega de premios el 1 de abril de 2012.

Las Bases de este Certamen están a disposición de los interesados en la Página Web del Ayuntamiento de Chinchón.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

LOS AJOS:"TALISMÁN DE LA SUERTE" EN CHINCHÓN.


EL AJO, conocido científicamente como "Allium sativum", de la familia de las Liliáceas y a la subfamilia de las Allioideas,  fue conocido desde los primeros tiempos de la historias. Los egipcios predicaban sobre el valor y las propiedades del ajo, los atletas olímpicos de Grecia lo masticaban antes de competir y, en años más oscuros, se decía que el ajo ayudaba a mantener lejos a los vampiros....
Está suficientemente comprobado que los ajos tienen propiedades que favorecen al buen funcionamiento del corazón y, junto con los cítricos, naranjas y limones, ayuda a protegerse contra los constipados y la tos.
Según una vieja leyenda "cuando Satanás salió del Jardín de Edén después de la tentación, un ajo salió de la tierra donde puso su pie izquierda y una cebolla donde puso su pie derecho." 
Pero al ajo se le atribuyen también factores beneficiosos para atraer la suerte.
Chinchón, tierra de ajos que han alcanzado la fama y el prestigio en todos los mercados internacionales, como no podía ser de otra forma, se ha visto beneficiado por la suerte, probablemente por la influencia de nuestro producto autóctono más importante.


Este es un décimo (que no fue premiado) del sorteo de la Lotería Nacional que se hizo en la plaza mayor de Chinchón.

En la administración de loterías de Chinchón hay una ristra de ajos que, sin duda, ha conseguido que el único boleto acertante en la Primitiva del jueves 17/11 haya sido sellado en esta administración. 
Los números 5, 13, 16, 28, 45 y 46, Complementario el 43 y reintegro el 1 estaban en el boleto que ha proporcionado a sus poseedores un total de 7.500.000 Euros, una cifra que dicha en pesetas nos podría asustar.
Mi enhorabuena a los agraciados y que disfruten de esta bonita cantidad durante muchos, muchos años.

martes, 22 de noviembre de 2011

OTOÑO.


 Otoño.
 Las hojas van alfombrando
las sendas aun salvajes
y casi desconocidas 
de este estraño paisaje
que ahora empiezo a descubrir,
como un nuevo mensaje
de ilusiones, de esperanza,
de juventud, que renace
dentro de mi corazón,
y que sin notarlo, hace
que ya todo me parezca
tan bello, como el encaje.


Las hojas, la lluvia, el viento
me dicen que ya está aquí
el  melancólico otoño
que tantas veces viví;
pero, dentro de mi ser,
las hojas son mariposas,
la lluvia: rocio temprano,
y el viento: un violín
que me anuncia primaveras
porque tu estás junto a mí. 

Nota: Todo es de fabricación casera, y está dedicado a quien siempre está junto a mí.

lunes, 21 de noviembre de 2011

"TAUROMAQUIAS" Y "LA ESPERANZA DEL ENCUENTRO"

Ayer me levanté muy temprano (para mí) Después de comprar el periódico y el pan (mis obligaciones domingueras) me fui a votar (como estaba mandado) y después me acerqué a la Casa de Cultura "Manuel Alvar" de Chinchón, para ver la exposición que presentaban CARLOS VAZQUEZ MOLINA con sus "TAUROMAQUIAS" y JOSE ANTONIO MARTINEZ con su "ESPERANZA DEL ENCUENTRO". Fue una buena decisión, porque me gustaron las obras expuestas, y porque me libré de aguantar en la tele los porcentajes de participación en las votaciones y las declaraciones de los que salían de los colegios electorales.
Os dejo algunos detalles de la escultura de José Antonio Martínez


Y de los cuadros de Carlos Vazquez, dedicados todos ellos a temas taurinos.

Salvador Sánchez "Frascuelo"

Ya sabéis que estará abierta la exposición hasta finales de este mes de noviembre. Merece la pena verse.

domingo, 20 de noviembre de 2011

RECUERDO DE GREGORIO MONTES, UN ARTISTA DE CHINCHON.


Con motivo de las Fiestas de San Roque del año 2007, se organizó una exposición de los cuadros de Gregorio Montes Romano, que había fallecido unos meses antes.
La Exposición se tituló: "Así pintó Chinchón Gregorio Montes Romano y recogía una importante muestra de sus obras.


Así decía el catálogo:

"Queremos, con esta exposición, ofrecer un homenaje póstumo a un artista, desconocido para muchos, que desde una formación totalmente autodidacta, fue evolucionando hasta conseguir una calidad infrecuente en los que no han asistido a escuelas de arte y no han aprendido con maestros que les han ido introduciendo en la difícil técnica de la pintura. 
Este es el caso de Gregorio Montes Romano. Nos dejó hace unos meses y, por lo tanto, este reconocimiento le llega cuando ya no está entre nosotros. Pero este homenaje, totalmente merecido, no fue posible hacerlo antes porque él no quiso. En distintas ocasiones, los familiares y amigos le animamos a que expusiese su obra y nos brindamos a ayudarle a realizar esta exposición que ahora les presentamos. Nunca quiso hacerlo y las causas que aducía era que sus cuadros no tenían la calidad suficiente para exponerlos en público. La pintura era para él una pasión que llenaba las horas que compartía con los trabajos de su imprenta artesanal. Por su carácter perfeccionista pensaba que sus cuadros nunca estaban terminados y por eso tenía un cierto pudor en mostrar su pintura en público. Entre trabajo y trabajo de la imprenta, iban naciendo los cerca de quinientos cuadros que durante toda su vida fueron llenando las paredes de su casa, sólo a la vista de los pocos que le visitaban. Eran cuadros que evocaban a sus grandes maestros, como  el Greco o Sorolla, y que iban plasmando los rincones de Chinchón y los paisajes imaginarios e idílicos que, sin duda, soñaba en los largos días de trabajo en su casa de la plazuela del Pozo. 
Posiblermente sólo son conocidos sus cuatro evangelistas, copias del Greco, que pintó para las pechinas de la ermita de la Misericordia.


Ahora les ofrecemos una antología, pequeña, de sus cuadros. Hemos seleccionado principalmente los que pintó sobre su pueblo -nuestro pueblo- que nos va a ofrecer una muestra de cómo pintó Chinchón Gregorio Montes Romano".