viernes, 19 de agosto de 2011

ESTE AÑO CONMEMORAMOS EL QUINTO CENTENARIO DE LA MUERTE DE LOS MARQUESES DE MOYA


Continuando con el pequeño recorrido por los aniversarios de distintos hechos de la historia de Chinchón, vamos a recordar que el día 29 de julio de 1511 - se han cumplido 500 años - se envio una carta escrita por don Francisco  de Bobadilla, fechada en Chinchón y dirigida a Fernando el Católico en la que le comunicaba el delicado estado de salud de su padre, don Andrés de Cabrera. En esa fecha ya había muerto doña Beatriz de Bobadilla, la marquesa de Moya en Madrid el 17 de enero de 1511, a la edad de 71 años.  Don Andrés moriría poco después, el 4 de octubre de 1511, a la edad de 81 años. 
Francisco de Bobadilla fue el cuarto hijo de Andrés de Cabrera y Beatriz de Bobadilla, comendador de la orden de Calatrava y obtuvo el arcedianato de Toledo. Fue estudioso y erudito en filosofía y jurisprudencia. Fernando el Católico le nombró, siendo aún joven, obispo de Ciudad Rodrigo y después de de Salamanca en el año 1509.  Estuvo presente el Concilio de Letrán en 1517 siendo muy estimado por el papa León X. En 1527, durante el asalto a Roma, acompañó al Papa Clemente VII por lo que obtuvo el arcedianato de Salamanca donde murió, el 29 de agosto de 1529. Está enterrado en la Catedral de Salamanca. 


Legó tres mil ducados para la construcción de la Iglesia de la Piedad de Chinchón, aún antes de que comenzasen las obras que, como sabemos se inciaron en el año 1534,  con la condición de que su escudo de armas se pusiera en los dos contrafuertes de la iglesia, según podemos verlos en la actualidad. 
Fue un personaje importante de la Universidad, ocupando el cargo de maestrescola o cancelario, cargo, de origen eclesiástico y a la sazón ya más honorífico que funcional. Cedió el cargo en 1527 a su sobrino Francisco de Mendoza y Bobadilla, en contra de la opinión del emperador.