jueves, 16 de junio de 2011

¡ PAROLE, PAROLE, PAROLE !


El otro día anunciaban en televisión que se estaba realizando una encuesta a nivel nacional para encontrar la palabra más bonita del año. Entre las palabras seleccionadas por diversas personalidades de las artes, deporte, política y de la literatura, sobresalían las palabras atendiendo a su significado. Entre ellas, amor, tú, amistad, libertad, etc. etc.
Yo, hoy me he querido fijar en las palabras sin tener en cuenta su significado, por la sonoridad o por lo que puedan sugerir, más que por lo que significan.
Sin duda hay palabras que tienen olor: Azalea, pétalo, azahar, fumista, prez, jalbergar, túrdiga, espliego, y sobre todo, alhelíes, (Dicho así, en plural).
Pero también hay palabras con sabor: Pingüe, Viruta, Guayaba, Deletéreo, Chotacabras, Cornamusa, Babucha, Fastuosidad, Sauce, Barbacana, incluso Munícipe, que con ellas se te llena la boca de distintas texturas suaves o agrestes, como Tardígrado, Horripilación, Desabrimiento, Premonitorio o Zoncería, que es una forma de calificar las comidas sosas. 


Pero hay palabras que en sí mismas tienen su música y su ritmo: Tremolar, Zorzal, Vorágine, Premonitorio, Penique, que suena a redoble de atambor, Desabrimiento, Daguerrotipo, Circunflejo, Almadraba, Refitolero y Algarada que tiene connotaciones de acampada en la Puerta del Sol.
Claro que hay palabras que sólo pueden significar lo que significan, como Hesperidio, Alfeizar y Retruécano, que solo suenan a eso: retruécano, alfeizar y hesperidio.
Releyendo lo escrito, veo que me he detenido en varias palabras esdrújulas (me gusta esta palabra) y en las palabras de raíz árabe, posiblemente porque alguno de mis antiguos ancestros pudo ser moro.