sábado, 27 de noviembre de 2010

CHAMBORD: BAJO LA SOMBRA DE LEONARDO DA VINCI.


 El Castillo Real de Chambord, en la región de los Países del Loira, es uno de los castillos más reconocibles en el mundo debido a su arquitectura renacentista francesa muy distintiva que mezcla formas tradicionales medievales con estructuras clásicas italianas.




 Es el castillo más grande de los Castillos del Loira, pero fue construido para servir sólo como un pabellón de caza para el Rey Francisco I, quien mantuvo sus residencias reales en el Castillo de Blois y en el Castillo de Amboise.




 El diseño original del Castillo de Chambord fue hecho por Domenico da Cortona, pero fue cambiado durante los veinte años de su construcción (1519–1539). Aunque se cree que Leonardo da Vinci estuvo implicado en el diseño original siendo invitado por el rey Francisco I, vivió y trabajo en Clos Lucé, cerca de Amboise. Fue enterrado en la Capilla de Saint-Hubert, a las afueras del castillo.




En el castillo se destacan ocho torres inmensas, 440 habitaciones, 365 chimeneas, y 84 escaleras. Cuatro vestíbulos rectangulares saltados sobre cada piso forman una forma enfadada, que se encuentra en el centro. Uno de los toques de luz arquitectónicos muy famosos entre con el gran público, es la hélice doble de la espectacular escalera abierta donde la gente puede ascender y descender al mismo tiempo sin toparse con la otra persona.




El castillo está rodeado por 52,5 km² de árboles, que forman un bosque de 31 kilómetros. El castillo es un cuadrilátero en cuyo interior se sitúa el torreón contra el lado norte. Dentro del torreón, en el cruce de los grandes vestíbulos perpendiculares a los que dan aposentos, la escalera de tramos dobles une las circulaciones verticales y horizontales y le permite subir a las terrazas o bajar hacia el patio. Al salir de una sala, si se encuentra en un vestíbulo con ventanas en un extremo y la gran escalera esta visible.
Durante más de ochenta años después de la muerte de Rey Francisco I, los reyes franceses siguientes no le dieron atención al Castillo dejando que se deteriorará con el paso del tiempo. Finalmente, en 1639 el Rey Luis XIII lo dio a su hermano Gastón d'Orléans quien salvó que el castillo cayera en la ruina restaurándolo.



Una de las peculiaridades de este castillo es el torreón y escalera de doble hélice; iniciado en 1519, este cuerpo central del castillo aunque de construcción francesa, con sus torres de ángulo, ya está inspirado en la arquitectura italiana con sus fachadas y molduras horizontales. Está rematado por una torre linterna decorada alrededor de la cual se despliegan las terrazas.



En su centro se eleva la famosa escalera de tramos dobles cuyo decorado esculpido es una de las obras maestras del Renacimiento francés.
Adornada con dos pliegues espirales imbricada a un núcleo hueco, le permite divisar desde uno de los dos tramos a las personas que toman la otra sin llegar a cruzarse.


Alrededor de esta escalera se comunican cuatro salas que forman una cruz y que se distribuyen cuatro partes de vivienda. La excepción de Chambord reside en esta opción totalmente nueva del plano centrado Ésta podría haber sido obra de Leonardo Da Vinci, como afirma la tradición, pero no hay ninguna prueba que permita confirmarlo.


El recinto está guardado por apuestas amazonas que recorren los jardines en sus caballos.


Cuando nos despedimos del Chateau de Chambord nos volvemos a encontras con las altas columnas de vapor de agua que lanzan al azul del cielo las dos chimeneas de la central nuclear.

Tuve la oportunidad de tomar esta instantánea que,  sin duda, los ecologistas podrían utilizar por el sentido simbólico que se puede deducir.


Fotografías: m.carrasco.m