miércoles, 7 de julio de 2010

LA BODA II "EL DESENLACE".4

Capítulo III: Lo primero, es antes.


- Vamos por orden, Mati; primero te tranquilizas, luego comemos, luego te cuento mi aventura de ayer y después estudiamos esas coincidencias que te hacen sospechar.
Tranquilizarse, no se tranquilizó. Comer... sí; comer sí comió y bastante más de lo que hacía últimamente... una ensalada, chipirones en su tinta, un filete y un buen trozo de tarta. Después escuchó a su amiga la descripción explícita de la potencia de su nuevo ligue y de sus habilidades amatorias, hasta concluir, como era su costumbre, en afirmar que era la mejor experiencia sexual de toda su vida.
- ¡Seis veces..!, y sin Viagra...
Mati rompió a llorar; lo que a Carmencita no le afectó demasiado, porque era sobradamente conocida su facilidad para iniciar sus ya célebres llantinas... No obstante, se puso seria, abandonó la cara de ensimismamiento que se le había quedado recordando su aventura poliorgásmica y acarició la mano de su amiga...
- Vamos, Mati, yo creo que exageras. Cuéntame cuales son esos indicios que tanto daño te están haciendo.
Matilde narró, con voz entrecortada, su versión de todo lo ocurrido la tarde anterior y durante esa misma mañana...
- Vamos a ver si te he entendido... Estas preocupada porque has llamado a la Oficina y se ha puesto la Secretaria y te ha dicho que tu marido se había ido con su socio... Después tu socio te ha llamado preguntando por tu marido, porque, según él, se habían separado para atender otro asunto ... Después tu marido estaba un poco raro y se ha quedado viendo una película de suspense y no te ha dado una palmadita en el culo para despedirte... y hoy la Secretaria ha pasado a su despacho seis veces y su estancia más larga ha sido de un minuto y dieciseis segundos... Mira, guapa, aunque sea verdad que esa niña no lleva ropa interior, en un minuto y dieciseis segundos ni Superman es capaz de echarle un polvo...
- ¡Qué bestia eres!... Tu no me entiendes... Hay cosas que una mujer capta... puede ser el tono de voz... una mirada que no se mantiene... no sé, pero yo estoy segura que mi marido me engaña con la secretaria...
- Y tiene que ser, precisamente, con la secretaria... ¿Tu crees que Jose te ha sido fiel desde que os casasteis?
- Mujer, no puedo estar segura... posiblemente me haya engañado, pero como antes siempre estaba dispuesto a... ya sabes...pero ahora con una vez al mes... y gracias...
- Ah, vamos, era eso... Pero, tú ¿se lo pides alguna vez?
- Pedirselo, pedirselo... no. Pero anoche, por ejemplo, le dije, insinuante, que me iba a la cama... y antes eso era suficiente...
- Bonita, tu no tienes ni idea... Mira, los hombres, con el tiempo, se vuelven un poco "sordos" y no captan insinuaciones sutiles... Hay que decírselo más alto y más claro para que no haya malos entendidos... Por cierto, ¿cuanto hace que no te compras un camisón sugerente?
- No sé, posiblemente desde hace diez años que hicimos el crucero... y ya me está pequeño...
- Y seguro que por las noches te pones unos "skijamas" preciosos que realzan... tus michelines..., perdóname, cariño, pero tienes que aprender; porque con eso consigues que realmente sea un milagro que una vez al mes tu pobre marido se llegue a entonar...
- Tampoco él se cuida... Porque, además, cuando pasan los primeros años de atracción lo que queda es el cariño, la amistad, la comprensión...
- ¡Y un cuerno!... bueno, o dos... Mira, el cariño también se lo dan sus padres y sus hijos, la amistad la encuentra en los colegas de toda la vida, la comprensión la tiene en sus amigotes...incluso en cualquier club de alterne se puede conseguir un sucedáneo de comprensión...Cuando termina la pasión de la atracción, tiene que quedar la complicidad, el juego, un poquito de picardía...en fin, cualquier cosas que sea capaz de contrarrestar el enemigo número uno de la pareja: el aburrimiento
- Pues, desde luego, creo que nosotros ya hemos llegado tarde... porque es posible que si tuviese que definir nuestro matrimonio con una sola palabra esa iba a ser, precisamente, aburrimiento.... Así que, posiblemente, lo mejor que podía hacer es separarme...
-¡Tú eres imbécil, eso es lo último! Aunque fuese cierto que él te engaña, ¿ qué ibas a conseguir separándote?... Lo primero tendrías que dejar la Empresa y estar supeditada a la pensión que él te pasase... porque encontrar ahora un trabajo... después aguantar a tus hijos - que te los tendrias que quedar tu - y que se iban a aprovechar de las circunstancias para conseguir todos sus caprichos... y por último perder a la mayoría de los amigos...
- Siempre sería mejor que aguantar una situación de vejación y menosprecio, teniendo que poner a diario la comida a un hombre que sabes que está con otra mujer...
Matilde había adoptado el tono melodramático que tan buenos resultados le daba generalmente. Incluso había terminado la frase apoyando el antebrazo derecho en la frente, en una postura que había visto a la protagonista de la Dama de las Camelias y que reforzaba la fuerza de sus palabras.
- Venga, nena, que no estamos en el teatro. Por mí, puedes hacer lo que quieras, pero yo en tu lugar ponía en práctica lo que siempre me ha dicho mi madre: Lo primero, es antes.
- ¿Y qué quieres decir con eso?
- Pues eso, que lo primero es conseguir salvar lo que tienes. Que no puedes tirar por la borda toda una vida... Que para renunciar... tiempo hay.
- Entonces, ¿me estas diciendo que continúe como si no hubiese pasado nada?
- Es que yo creo que no ha pasado nada... todavía. Pero, no, lo que yo te digo es todo lo contrario. Es que empieces a actuar como si, de verdad, lo hubiese pasado. Que tomes la iniciativa para cambiar el rumbo de vuestro matrimonio... que, a este paso, va derecho al fracaso...
- O sea, que después de que es él quien me engaña, tengo que ser yo quien me esfuerce en hacerle feliz...
- Por mí puedes hacer lo que quieras...por mí, te puedo presentar a varios de mis "amigos"... Incluso esto sería mejor que cruzarse de brazos y no hacer nada...
- No, si puede que tengas razón... ¿ y que tendría que hacer...?
- Lo primero de todo pagas tú la comida que para eso me estás dando la tarde, después nos vamos directamente a la lencería de una amiga mía porque, ahora, lo más urgente es renovar toda tu ropa interior... Me figuro que te habrás traido la visa oro...
- ¿Tu crees que es necesario?
- Déjame a mí, que yo, de esto, soy una experta.
Dos horas más tarde estaba firmando el recibo del datáfono: 675,84 Euros.
- Todo lo que se lleva, es lo último que ha venido de París.
Se despidieron las amigas y cada una se montó en su coche. Carmencita, bajando el cristal de su ventanilla, y mientras la mandaba un beso con la mano, le dijo:
- Ya sabes, Matilde, lo primero, es antes..