viernes, 21 de mayo de 2010

OÑATE (GUIPUZCOA)


La Muy Noble y Leal villa de Oñate (en euskera y oficialmente, Oñati) es un municipio de la provincia de Guipúzcoa en el País Vasco (España). Pertenece a a la comarca del Alto Deva, y tiene una población de 10.756 habitantes según los datos del INE correspondientes al año 2007. La extensión del municipio es de 108,2 km², por lo que la densidad poblacional es de 99,81 hab./km².

Oñate fue una villa señorial que pasó a ser condado. No se integró en la provincia de Guipúzcoa hasta el año 1845. En su seno se fundó la primera universidad del País Vasco, la universidad de Oñate, en 1543. Es el municipio más extenso de la provincia y el núcleo urbano se encuentra a una altitud de 231 msnm, mientras que la altura máxima es de 1.368 metros y se da en la cima del monte Artzanburu.
El poder del Señor de Oñate fue cuestionado frecuentemente por los vecinos de la villa que buscaban la integración dentro de Guipúzcoa o Álava.
La familia Guevara ostento el Señorío de Oñate desde el año 1149 hasta su anexión a Guipúzcoa en 1845. Hasta 1201 los Señores de Oñate eran vasallos del rey de Navarra y luego pasaron a serlo del rey castellano dependiendo directamente del rey. Participaron en las guerras de bandos del lado gamboino y durante los siglos XIII y XIV adquierieron el patronato del monasterio de San Miguel y el control de las ferrerías de Zubillaga. Al mando de Pedro Vélez de Guevara las tropas de Oñate quemaron la vecina villa de Mondragón en 1448.

Sus monumentos más representativos son:

Universidad Sancti Spiritus, edificio renacentista del siglo XVI, construido en el año 1540 por el obispo Rodrigo Mercado de Zuazola, considerado uno de los más importantes del País Vasco en ese estilo. En su interior destaca el claustro, la capilla y el artesonado mudéjar. La universidad se mantuvo activa desde 1543 hasta 1901.

Iglesia parroquial de San Miguel Arcángel, templo gótico del siglo XV. Destaca el curioso claustro sobre el río, construido por el obispo Rodrigo Mercado de Zuazola. El retablo plateresco de la Piedad y el retablo mayor barroco. La torre, de finales del siglo XVIII, es obra de Martín Carrera.

Plaza de los Fueros, de finales del siglo XIX es una plaza rectangular porticada en tres de sus lado quedando el cuarto libre y limitado por el frontón.








Además de estos monumentos hay que destacar la perfecta conservación del casco urbano, adornado en los inicios de la primavera con preciosos árboles y flores.


Fotografías: Manuel Carrasco, tomadas a finales de abril de 2010.