sábado, 11 de abril de 2009

HOY SE REPRESENTA LA PASIÓN EN CHINCHÓN.

Yo os invitaría a venir a Chinchón para que conozcáis la representación de la Pasión. Al anochecer, Chinchón es el escenario ideal para representar la Pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret.

El prendimiento en el Huerto de los Olivos. Fotografía de la representación del año 1964

El que pueda, debería de venir, al menos una vez, a conocerlo, porque es un espectáculo digno de verse.
Pero, como reconozco, que a muchos de vosotros os coge un poco a tras mano, he pensado dejaros este video con imágenes de los escenarios y de la representación... y con musica de Luciano Pavarotti.


A lo mejor, viéndolo, os animáis para otro año.

viernes, 10 de abril de 2009

¿QUÉ SENTIDO -RELIGIOSO- TIENEN LAS PROCESIONES DE LA SEMANA SANTA?

Hoy es Viernes Santo. Las calles y las plazas de todos nuestros pueblos se van a llenar de imágenes que las recorrerán en procesión a hombros de esforzados "costaleros" y acompañados por sufridos penitentes; unos con los pies descalzos, otros flagelando sus carnes, otros debajo de capirotes de distintos colores, ante la mirada curiosa o displicente de turistas y curiosos.
No creo que nadie se atreva a cuestionar la belleza de las imágenes que se exhiben en las procesiones de la Semana Santa, en las distintas regiones de España.
Desde Salzillo a Gregorio Fernández podemos admirar una sucesión de imágenes de cuyo valor estético es difícil escapar. Por otra parte, la organización de las procesiones en la práctica totalidad de las ciudades españolas rivalizan en boato y ostentación, haciendo que los visitantes y turistas queden admirados por este espectáculo lleno de colorido y, en la mayoría de los casos, de seriedad y buen gusto.
A la belleza y riqueza de las imágenes hay que añadir el atractivo de los trajes de los penitentes y las mantillas de las mujeres que acompañan los distintos pasos procesionales, que son denominados por los organizadores como “estaciones de penitencia”.
Esta calificación es lo primero, que a mi entender, empieza a poder ser cuestionado. Por supuesto que nadie puede entrar en los sentimientos de todos y cada uno de los participantes de las procesiones, pero lo que trasciende de la actitud de la mayoría de los que participan, más parecería una manifestación festiva de ostentación y vanidad.
¿Pero quién se atrevería a cuestionar las procesiones de Semana Santa? Seguro que todo el mundo se pondría en su contra. Y cuando digo todo el mundo, quiero decir los comerciantes, los ayuntamientos y todos los que viven del turismo, ya que estas manifestaciones ¿religiosas? son uno de los reclamos turísticos más importantes de todo el año.
¿Y qué dicen las autoridades religiosas?
Nada. No dicen nada, porque quieren creer que todos los que asisten y participan en estas “representaciones” son los fieles adictos a su doctrina que no dudan en lanzarse a la calle para hacer ostentación de sus creencias. Incluso, algunos este año, se van a poner un lazo blanco en la solapa para protestar contra la ley de regularización del aborto que está elaborando el gobierno.

En este sentido os trascribo un pequeño extracto de un artículo que publicaba el diario El País del día 2 de abril, titulado: “Abortos y otras malformaciones", firmado por Fernando Savater, que decía:

“Pero de nuevo se plantea el papel público de esta influyente entidad privada.(La Iglesia) Por ejemplo, las procesiones de Semana Santa: o bien son una manifestación folclórica como los sanfermines, que imponen en algunas ciudades limitaciones a la vida urbana de cierto peso y no por todos aceptadas con el mismo entusiasmo, o bien son una expresión de dogmas de alcance social y político sectario que ni las autoridades ni el resto de la ciudadanía tienen que acatar como algo perentorio y universal. Hay mucha gente que se resigna a las vírgenes apuñaladas y cristos ensangrentados como una tradición festiva, pese a su lúgubre aspecto, pero no se les puede pedir que se entusiasmen con ellas si las ven utilizadas contra su propio derecho a la libertad de conciencia”.
Yo no sé si las procesiones de Semana Santa tienen algún sentido religioso. Que cada uno opine y obre en consecuencia.

jueves, 9 de abril de 2009

POESIAS DE SEMANA SANTA

Jesús con la cruz a cuestas. Una instantánea de la representación de la Pasión de Chinchón.

Ya conocéis muchos la poesía de José Manuel de Lapuerta, que he publica en este blog.
Siguiendo con la publicación de poesías de Semana Santa, os propongo este soneto que él tituló:

PERDÓN

Perdóname, Señor, que arrepentido
quiero beber perdón de tu costado
ya no te acuerdes más de mi pecado,
mira, más bien, tu Corazón herido.

Estaba ciego cuando te he ofendido,
cansado de luchar, casi agotado...
tu voz que me llamaba, no he escuchado:
puedo decir, Señor, que yo no he sido.

Ahora todo pasó, y en los despojos
que cuelgan de la cruz busco tu herida
y fijo en ella mis sedientos ojos.

Si tienen sed, tu sangre es la bebida;
al mirarla brotar caigo de hinojos
y siento que tu muerte de da vida.

miércoles, 8 de abril de 2009

LOS ESCENARIOS DE LA PASION DE CHINCHÓN.

La elección de los escenarios era primordial para conseguir los resultados buscados en esta representación de la Pasión de Chinchón. Tenían que ser adecuados, evocadores de los lugares reales, y que tuviesen el menor artificio posible, al poder ser, sólo pequeños retoques decorativos. Pero también tenían que tener una característica, que de año en año se fue haciendo más necesaria, que tuviese visibilidad para un gran número de personas. Y esto, como veremos, hizo cambiar algunos de los primeros escenarios.

El cenáculo: Para escenificar la última cena se buscó el portal de una casa en la calle de Solares, que tenía la puerta formando un arco, y que estaba sobre un altillo que hacía más visible el escenario. Era una casa pobre que tramitía el carácter sobrio que se intentaba dar a la pasión. Precisamente por ser un escenario muy pequeño sólo podían actuar Jesús y tres de sus discípulos, Pedro, Juan y Judas, que eran los únicos que tenían que hablar en la escena. En el escenario había una pequeña mesa con un sencillo menaje, pan y cordero. La decoración se completaba con algún candelabro, una cortina que cubría el fondo y algunos aperos de labranza en un rincón del pequeño portal.
Este escenario que ofrecía una imagen muy sencilla, tenía un gran inconveniente: que sólo podía ser presenciado por muy pocos espectadores. Era el inicio de la representación, una escena de un contenido primordial en el contexto de toda la Pasión y había que buscar necesariamente una ubicación que permitiese ser vista por más público.
Unos años después se hizo una prueba en los soportales de la plaza, colocando el escenario en el centro. La ubicación era buena, el escenario ganaba en espectacularidad y permitía que se completase la presencia de los doce apóstoles, lo que daba a la escena una mayor prestancia. La visibilidad era buena para muchos espectadores pero al tener que preparar el escenario desde unos días antes, se impedía el paso por los soportales lo que ocasionaba inconvenientes para los vecinos y viandantes.
En el año 1967 se había hecho la reforma de la plaza mayor y en la planta baja del Ayuntamiento se había habilidado un soportal con columnas que ofrecía el marco ideal para representar el cenáculo. Era el escenario más adecuado para comenzar una representación que iba adquiriendo con los años prestigio con el respeto y admiración de los que cada año nos visitaban el Sábado Santo. Con unas cortinas, un gran candelabro de bronce, un bargueño y una larga mesa cubierta con un mantel, se completaba la decoración.
Pero tambien tenía un inconveniente; al ser en la planta baja, la visibilidad era reducida, y sólo veían bien la escena los que ocupaban las primeras filas.
Había que buscar una solución, pero manteniendo la escena en la plaza, ya que por la gran afluencia de público era prácticamente imposible seguir la comitiva durante toda la representación como se hacía los primeros años. Así en la plaza se podía ver la mayor parte de las escenas de la Pasión.
La solución estaba en hacer esta primera escena en el balcón principal del Ayuntamiento. Aunque los maderos de los balcones estaban demasiado juntos y la barandilla era muy tupida, se solucionó en parte el problema colocando una tarima que elevaba el suelo casi medio metro lo que hacía más visible a los actores. Esta solución que permitía una decoración más parecida a una estancia-comedor como sala principal de una casa, es la que ha permanecido hasta la fecha.

El prendimiento: El huerto de los olivos estaba casi predeterminado por el nombre de la calle donde su ubicó.
En la plaza de San Roque, al principio de la calle de los huertos, había una gran explanada con árboles, lindando con el huerto de una casa particular que ofrecía el espacio ideal para escenificar el prendimiento. Sólo había que colocar algunas grandes piedras y simular algunos olivos para convertirlo en el huerto de Getsemaní. El escenario se ha mantenido hasta el presente y cuando la plaza fue urbanizada se conservaron algunos detalles que eran necesarios para la representación, como la gran piedra donde Jesús reza mientras sus discípulos duermen, esperando que llegue Judas para traicionarle y han sembrado varios olivos.

El Pretorio de Pilatos: Había una casa que tenía la prestancia suficiente para ser la residencia del pretor romano Poncio Pilatos. Es la casa de don Juan González que está enfrente de donde se representa el prendimiento. Pero tenía el gran inconveniente de que los frondosos árboles que hay delante impedían la visión del balcón. Por ello se buscó otra ubicación que también estaba cerca del huerto del prendimiento. En la casa que está en la esquina Olalla, entre la calle de Molinos Baja y la calle Contreras, había un amplio balcón que reunía las dos condiciones imprescindibles para desarrollar esta escena, que tuviese visibilidad y que tuviese capacidad para Pilatos, Jesús y el Centurión en la escena del “Ecce Homo”. También en esta casa se realizaron obras de restauración y los propietarios respetaron las características del balcón para que se pudiese seguir representando esta escena de la Pasión.

El Camino de la Cruz: Subiendo por la calle Contreras, nos encontramos con la calle de la Amargura, y desde esta, por la calle de Morata se subía por la cuesta de la torre hasta llegar a la puerta de la Iglesia, donde el primer año se hizo el Calvario.
También el nombre de la calle de la Amargura influyó para tomar la decisión a la hora de determinar el recorrido del cortejo camino de la crucifixión. El camino era largo, cuesta arriba y las calles estrechas. Con pocos espectadores, mezclados entre la comitiva la sensación era impresionante. Jesús con la cruz a cuestas, ayudado por el Cireneo no podía interpretar, tenía que actuar empleando todas sus fuerzas para resistir el peso de la cruz. Esto daba un verismo sobrecogedor a la escena y los que veían el paso de la comitiva desde las aceras quedaban conmovidos por el realismo con que actuaban los intérpretes, a los que sin duda no se les podía llamar actores.
Al año siguiente cuando, como veremos, se cambió la escena del Calvario, también se modificó el recorrido, subiendo por la calle Molinos Baja hasta la calle de Morata, para entrar en la plaza por la columna de los franceses. La primer caída se hacía enfrente de la portada de la casa de los Camacho y salía el cireneo de la antigua posada de Comendador. La segunda caída era nada más entrar en la plaza, y allí la Verónica enjugaba el rostro de Jesús bajo la columna de los franceses y frente al Café de la Iberia se hacía el encuentro de Jesús y su madre que había esperado frente al Barranco.
Los últimos años se ha vuelto a un recorrido similar al primero, dejando a la izquierda la cuesta de la torre para seguir por la calle de Morata hasta la plaza.
Al principio, las calles se iluminaban con antorchas colocadas en las paredes del recorrido y también con botes puestos sobre unas estacas en los que se colocaban trapos mojados en gas-oil. Al encenderlos, su luz daba a la escena un aspecto dramático muy apropiado para conseguir el efecto que se pretendía, pero se decidió suprimirlos por el riesgo que suponía para los que pasaban cerca, teniendo en cuenta las aglomeraciones que se podían ocasionar.

El Calvario: El primer año se piensa unificar los más posible los escenarios y en la puerta sur de la Iglesia se forma un tablado en donde se hace el Calvario y la Resurrección. La idea es que los espectadores sigan las escenas desde la plaza, pero el público sigue a la comitiva hasta la puerta de la Iglesia lo que provoca que sólo unos pocos lo pueden ver cómodamente. Por otra parte se comprueba que desde la plaza no se puede apreciar bien la acción por lo que se decide cambiar el escenario del calvario a otro lugar, manteniendo en la portada de la iglesia la escena de la Resurrección que sí adquiere en ese lugar la espectacularidad requerida.
Desde el año 1964 se decide hacer las escenas de la crucifixión en la plaza, por ser el lugar donde mayor cantidad de espectadores lo pueden ver con más facilidad, además, las escenas de la segunda y la tercera caída se pueden hacer también en la plaza y así ser vistas por más espectadores.
El cambio de escenario presenta un problema grave dentro de la filosofía de la representación de la Pasión. El hacer esta escena en la plaza requiere, necesariamente, construir un escenario que simule el monte Calvario y ya hemos comentado que se pretendía que los escenarios fuesen lo más naturales y se añadiese el menor artificio posible.
El lugar elegido fue la Fuente de Arriba. Sobre el pilón, que se quitó el agua, se colocaron unos pequeños tablados, colocando en el centro un bidón lleno de hormigón, con un agujero central para colocar la cruz. Con ramaje se cubrieron los tablados y los laterales y el frontal de la fuente y se colocaron varios árboles alrededor. Con serrín se cubrió el suelo y, aunque su aspecto con luz de día no era demasiado convincente, el resultado final, con luz artificial, fue bastante satisfactorio.
Cuando se efectuó la restauración de la plaza y se modificó la fuente, el tablado se construyo detrás, aprovechando las piedras que estaban a medio colocar; el resultado fue espectacular puesto que la cruz, una vez levantada, quedaba casi por encima de las casas.
Año a año se fueron haciendo diversas modificaciones hasta llegar a la solución actual, en la que se construye un gran tablado delante de la fuente, con la misma filosofía inicial y que ofrece unos resultados francamente satisfactorios.
Con gavillas de sarmientos, ramas de olivos, carrascas, romero y aulagas se consiguen disimular las partes visibles de madera que forma el tablado. Asimismo, detrás de estas ramas, se pueden camuflar fácilmente los focos necesarios para la iluminación de la escena y el resultado final, en la representación, se puede calificar de muy bueno, y no desentona del resto de los escenarios naturales. Con los árboles y los matorrales se consigue la ficción de un veredero montecillo dentro de la plaza.
El cambio de escenario también suscitó nuevos problemas en la representación. El primer año el descendimiento del cuerpo de Jesús de la cruz, se hizo apagando las luces y dejando a oscuras el escenario. Al estar en la puerta de la iglesia, la escena de la resurrección se podía hacer inmediatamente.
Pero al hacerse en la plaza, hubo que ingeniarse un descendimiento más teatral y añadir las escenas de la llegada de José de Arimatea pidiendo el cuerpo de Jesús y su posterior entierro con salida por el Barranco. Desde allí, un coche que esperaba, trasladaba al actor que hacía de Jesús hasta la iglesia para hacer la resurrección.
Con la solución del entierro se conseguía que toda la comitiva abandonase el escenario ordenadamente.

La Resurrección: Es la escena cumbre de la Pasión de Chinchón que, como ya hemos dicho, pretendía ser un acto litúrgico dentro de las celebraciones de la Semana Santa. La Pasión de Cristo tiene sentido porque termina con la resurrección, y la Pasión de Chinchón ofrecía un final inédito en las distintas “pasiones” que se representaban en la zona de Tarragona y en algunos lugares del País vasco.
Por esto, era fundamental en la Pasión de Chinchón presentar una escena espectacular para terminar. El lugar era incuestionable: el pórtico y la fachada de la Iglesia, y no solo por la simbología religiosa, sino también por la grandiosidad de la escena vista desde de la plaza.
Como la escena iba a ser vista a mucha distancia no necesitaba ninguna clase de decoración añadida a la fachada de la Iglesia, pero sí había que utilizar “trucos” y artificios para simular la salida de Jesús del sepulcro.
Para ello se pensó en colocar delante de la puerta de la iglesia una carretilla elevadora, sobre la que se colocaba Jesús, y se cubría con un cortinaje negro para ocultar el artificio. Después, con juegos de luces, suelta de humo y fuegos artificiales se levantaba hasta casi el centro de la fachada.
Durante los más de cuarenta años transcurridos, el resultado de esta escena ha sido dispar, puesto que los elementos meteorológicos influyen en el resultado, sobre todo el viento que mueve el humo y no siempre hacia donde se pretende.
Por otra parte, los efectos luminosos no siempre son lo sobrios que la representación aconseja y a veces se comenten excesos que serían fácilmente subsanables si hubiese una dirección artística efectiva, de lo que hablaremos más tarde.
No obstante, la escena resulta espectacular y está previsto que se contemple desde la plaza, y, en la distancia, se consigue el efecto de verse elevar la figura de Jesús entre nubes, mientras repican las campanas y resuena el Aleluya de Hendel.
Aunque con esta escena termina la pasión propiamente dicha, hay otro final, no previsto en el guión que pone el colofón a toda la representación: Cuando se encienden las luces de la Plaza Mayor de Chinchón y la ingente muchedumbre que la llena, rompe en un aplauso unánime que se mantiene durante minutos. Es el pago que reciben los que cada año han trabajado duro para que se mantenga esta tradición.
Fotografías: m.carrasco.m. (2006)

martes, 7 de abril de 2009

HA MUERTO MARI TRINI

Y quiero reservar un pequeño recuadro en mi blog, en su recuerdo,
con los acordes de "Amores se van marchando".

¿Quién no escribió un poema huyendo de la soledad?
¿Quién a los quince años no dejó su cuerpo abrazar?

POESIAS DE SEMANA SANTA.

Hace unos días os mostraba una poesía de Gonzalo Jimenez. Ahora os presento una poesía religiosa que escribió en la Semana Santa del año 1950.

Él la tituló:
CONDENA, PASION Y MUERTE DEL REY DE REYES.
Se la dedicó a su amigo Teresiano García Marcó, en prueba de las más desinteresada y leal amistad.

¿Qué tribunal era aquel
que a Jesús ha sentenciado?
¿Qué crimen cometió Él
para verse condenado
a muerte? Fue tan cruel
aquel proceso sin nombre,
que llegaron a matar
a quien vino a predicar
el amor entre los hombres.
Niegan el poder sagrado
que Dios otorgó a Jesús,
y aquellos viles soldados,
despreciando su virtud
le echan a hombros la Cruz
donde ha de morir clavado.
Sufre Él con calma piadosa
insultos y vejaciones,
y alzando su faz hermosa
ruega a su padre perdone
a esos hombres tan malvados
de perversas intenciones,
que, por envidia cegados,
lo dejan abandonado
en manos de unos sayones.
¡Muera el Nazareno! ¡Muera!
grita la turba con fuero,
y al gritar aquellas fieras
en su trágica carrera,
bajo el peso del madero
cae Jesús por vez primera,
y en el polvo del camino,
tras de un clamor inhumano,
hunde su rostro divino
como un vulgar asesino
el más Grande Soberano.
¿Hay quien pueda imaginar
el dolor que sufría
la Virgen, al encontrar
a su hijo?... Es María
la mujer más abnegada,
es la madre traspasada
por siete agudos puñales,
que ve en manos criminal
esa quien con afán buscaba,
y las lágrimas que vierten
aquellos ojos llorosos
allí se quedan ardientes
como perlas trasparentes
en aquel su rostro hermoso.
Ya, camino del Calvario,
en la calle la Amargura,
surgen entre los sicarios
aquel hombre voluntario
que a llevar la cruz le ayuda.
¡Dios del cielo, bondadoso!
Si alguna vez soy yo reo
de un delito deshonroso.
se Tú, señor, generoso,
de mi cruz el Cirineo.
Sudoroso y jadeante
por el peso de la carga
marcha Jesús vacilante,
gustando la hiel amarga
que le han dado unos bandidos;
cuando a su paso ha salido
una mujer a limpiar
su cara, y al retirar
el paño que el favor hizo,
queda en su centro estampado
aquel rostro venerado
igual que un mágico hechizo.
Siente el Señor el tormento
de los golpes homicidas
y de su pecho al momento
sale un rezo, no un lamento
en su segunda caída.
Quisiera pedirte, ¡oh Dios!,
que tú mi aflicción consueles
como a las santas mujeres
de Jerusalem, Señor.

Mira el pueblo divertido
la sangre que el Salvador
lleva en su rostro curtido
cuando al suelo acogedor
vencido por el dolor,
por tercera vez ha caído.
¡Piedad!, pedimos, Señor,
a tu infinita bondad
para el mundo pecador,
¡Piedad ! para el Redentor
y para todos, ¡piedad!
Es la túnica arrancada
de aquel su cuerpo bendito
y su espalda lacerada
es otra vez azotada
con un furor inaudito.
En la cruz lo han colocado;
su cuerpo martirizado
sin compasión, es tendido,
quedando en ella incrustado
de piez y manos calvado
y en Cristo Rey convertido.
Tiembla el universo entero,
la tierra toda oscurece,
pues allí en aquel madero
el Dios-Hijo verdadero
inclina al suelo su frente,
y cuando su cuerpo inerte
lo desgarra el sufrimiento
sin proferir un lamento,
cae en brazo de la muerte.
Cristo ha muerto, y da pavor
el silencio que se advierte,
es un silencio tan fuerte
que ni siquiera el rumor
de unos sollozos se sienten.
Sí, sollozos que salían
de los labios de María,
pues viendo al hijo querido
que es de la la cruz descendido
lo ha recogido en sus brazos
y lo acuna en su regazo
cual si estuviera dormido.
¡Oh Virgen y Madre mía!
con el alma desgarrada
allí has quedado postrada
al pie de la cruz vacía..
Vuélvote Madre a encontrar
toda vestida de luto
al lado de aquel sepulcro,
que más bien es un altar
donde has venido a rezar
y, que caída de hinojos,
no pueden, secos tus ojos,
más lágrimas derramar;
y tu inmensa soledad
se adentra en el alma mía,
sintiendo ¡dulce María!
que también voy a llorar.
¡Piedad! le pide Señor,
a tu infinita bondad
la madre del Redentor
para el mundo pecador
y para todos, ¡Piedad!
Las fotografía corresponden a dos escenas de la representación de la Pasión de Chinchón.

lunes, 6 de abril de 2009

POESIAS DE SEMANA SANTA.

Desde aquí quiero rememorar aquellos tiempos de mi niñez en los que la Semana Santa era tiempo de recogimiento -impuesto - y de gustar de la música, de la poesía y el arte.

Para dar a este blog un matiz más íntimo, durante estos días he rebuscado entre mis archivos y he encontrados unas poesías escritas por paisanos de Chinchón, hace ya muchos años, que me han retrotraído a mis tiempos más jóvenes.

Hoy, os voy a ofrecer un soneto de Mateo de las Heras Susiac que escribió en la Semana Santa de 1961 y que tituló:

SONETO A JESÚS CRUCIFICADO.

Qué ingrato soy ¡Mi Dios! cúanto me quejo
de esta sola espinita que me dáis
sin pensar en lo mucho que me amáis
ni comprender vuestra ayuda y consejo.

Acaso ya me encuentro un poco viejo,
siendo ello lo que más me perdonáis
y como tantas veces me ayudáis
aunque siempre, después, tan mal os dejo.

Mas, no, ¡Mi Dios! dejadme la alegría
de sufrir junto a vos esta Semana;
hacedme contemplar mi vida vana

y ayudadme ¡Señor! en mi porfía
de prorrumpir con júbilo el Hosanna
que ha de llegar tras de vuestra agonía.


Chinchón, Semana Santa de 1961.
Mateo de las Heras Susiac.

domingo, 5 de abril de 2009

PREGÓN DE LA PASIÓN DE CHINCHÓN


Hoy, a la una de la tarde, en el Teatro Lope de Vega de Chinchón, ha tenido lugar el Pregón de la "Pasión Viviente de Chinchón" que ha pronunciado la escritora y conferenciante Mari Patxi Ayerra, quien ha resaltado los valores religiosos de esta representación.

Ha presentado a la conferenciante don Pedro Chaparro, Cura Párroco de Chinchón, con la asistencia de las autoridades municipales.

Terminado el pregón, se ha procedido a inaugurar la exposición de fotografías de la Pasión, que este año se ha organizado en la Ermita de la Misericordia, en la Plaza Hermanos Ortiz de Zárate, y que permanecerá abierta durante toda la Semana Santa.

Como novedad, este año se exponen, además de diversas fotografías de la representación de la Pasión, gran número de programas antiguos y recortes de prensa de los 46 años que se viene representando la Pasión.

LA PASION DE CHINCHON.

El año 1963 fue pródigo en noticias. En Chinchón era alcalde don Baldomero Martínez Peco, en Estados Unidos era Presidente J.F.Kennedy, que sería asesinado en Dallas el 22 de noviembre de ese mismo año, y en España, Franco firmaba la sentencia de muerte contra Grimau. En 1963 moría Juan XXIII y le sustituía Pablo VI. Luis García Berlanga estrenaba la película “El Verdugo” y el 25 de mayo tomaba la alternativa en Córdoba Manuel Benitez “El Cordobés”.


Inglaterra se escandalizaba con el “Caso Profumo”, Jacques Anquetil ganaba por cuarta vez el tour de Francia, se producía el asalto al tren correo de Glasgow, el Real Madrid ganaba la liga española de fútbol, y los Beatles empezaban a ser conocidos fuera de Liverpool.
A finales de ese año el Pleno de las Cortes aprobaba el Plan de Desarrollo Económico y la Iglesia autorizaba a utilizar las lenguas vernáculas en la santa misa, pero sólo parcialmente, desde el principio hasta el credo. En septiembre se habían reiniciado las sesiones del Concilio Vaticano II que, después, autorizaría a decir toda la misa en las lenguas de cada lugar.
En España se había iniciado, hacía unos años, el “milagro turístico” y desde el Ministerio de Información y Turismo se lanza el slogan “España es diferente” que sirve como reclamo para una gran masa de turistas que llegan a nuestros pueblos y a nuestras playas con modas y costumbres nuevas, como el bikini, que escandalizan a los pobres españoles y a las autoridades civiles y religiosas que dictan normas para evitar tales exhibiciones escandalosas y anormales.

En esta época tan llena de contrastes, cuando en todo el mundo empezaban a despertar unos cambios profundos que iban a modificar las costumbres y la forma de vivir de las gentes; cuando la Iglesia empezaba a mostrar una cara más cercana a los fieles y la doctrina que nacía del concilio iba a revolucionar las conciencias y se iba a producir un alejamiento paulatino de tradiciones que empezaban a quedar obsoletas y hasta los curas empezaban dejar sus sotanas; cuando el Régimen iba a tener que suavizar sus posiciones por la gran contestación mundial en su contra, liderada nada menos que por le nuevo Papa; cuando en las radios se empezaba a escuchar una música importada del extranjero, claramente pecaminosa, que en nada se parecía a la copla autóctona ni a los boleros que nos llegaban de las queridas tierras de Hispanoamérica; entonces, cuando se iniciaba la década de los sesenta, en Chinchón, que siempre fue una isla alejada del resto del mundo, iba a producirse el nacimiento de un acontecimiento que perdudaría en el tiempo, y que sería ejemplo a seguir por muchos pueblos de los alrededores. Posiblemente en esa época, sólo aquí, podía iniciarse una representación viviente de la Pasión.

Hoy, a las 13 horas, tiene lugar el PREGÓN DE LA PASIÓN DE CHINCHON.