martes, 17 de noviembre de 2009

LA FUNDACION APARICIO DE LA PEÑA DE CHINCHON

La expulsión de los frailes agustinos por causa de la desamortización de Mendizabal, tuvo una repercusión nefasta en la la Educación de Chinchón, y desde entonces la situación había sido muy precaria. En el año 1930 se va a hacer en Chinchón el primer intento serio para la creación de unas escuelas en las que se imparta una educación de calidad de marcado carácter religioso.
Se inaugura un espacioso colegio en la casa que había sido propiedad de la Familia Aparicio de la Peña, para trescientos niños de ambos sexos. Se nombró director del colegio de los niños a D. Valentín López y para el de las niñas, a doña Carmen Moreno. Este Colegio fue el resultado de la fundación que crearon doña Fidela y doña Paula Aparicio de la Peña, secundadas por el esposo de la segunda, don Alfredo de la Peña, destinando la mayor parte de sus fortunas a la creación y mantenimiento de un centro católico de enseñanza.

El colegio de los niños, que se ubicó en un nuevo edificio en la calle que hoy se llama de los Hermanos Maristas, con vuelta a la Ronda del mediodía, se encomendó a los hermanos maristas, y el de las niñas, en la casa de la calle Benito Hortelano, a las hijas de Cristo Rey.
Al año siguiente, se proclama la República, y de acuerdo con sus normas, la Junta Local de Instrucción Pública, se convierte ahora en el Consejo Local de Primera Enseñanza, y en Chinchón se constituye el día 4 de febrero de 1932, y en ella hay un representante del Ayuntamiento, el médico y tres padres de familia.
Para cumplir con la legislación vigente, la Fundación de los Hermanos Aparicio de la Peña comunican la apertura de dos escuelas gratuitas de 1ª enseñanza, una para niños y otra para niñas que, como hemos visto, había empezado a funcionar dos años antes.
Llega la guerra y en el año 1936, los curas, los frailes maristas, las monjas clarisas y las de Cristo Rey son obligados a abandonar Chinchón. Se cerraron, por tanto, los colegios religiosos y fueron depurados varios maestros por sus ideas contrarias a la república, con lo que sólo quedó un colegio estatal, situado en la calle de los Huertos. Durante los años que duró la guerra muchos niños dejaron de asistir a las clases, a pesar de que en varias actas de las juntas del Ayuntamiento se indicaba la necesidad de que todos los niños fuesen escolarizados, dando orden de que, al menos, los niños no estuviesen por las calles en horas lectivas.
Terminada la guerra, de nuevo regresan a Chinchón los sacerdotes y las monjas, tanto las de Cristo Rey como las de clausura que habían tenido que trabajar en Madrid como criadas durante la guerra. No así los frailes maristas, ya que algunos de ellos habían sido fusilados durante la guerra. Por este motivo, el colegio de niñas de Cristo Rey es trasladado al que había sido de los maristas, y el colegio de la calle de Benito Hortelano se cierra definitivamente.
En el año 1951 se inaugura el nuevo Grupo Escolar “Hermanos Ortiz de Zárate” que soluciona la carencia de escuelas en Chinchón, al menos en cuanto a la enseñanza primaria.

Mucho después, con fecha 24 de febrero de 1967 el Ayuntamiento acuerda solicitar del Estado la construcción de un Colegio Libre mixto de Enseñanza Media elemental, a ubicar en los antiguos colegios de la fundación Aparicio de la Peña. En esos años, Chinchón tenía una población de 4.338 habitantes, y 350 niños entre los 10 y 14 años.
El 20 de julio de 1967 se crea el Colegio Libre de Enseñanza Media, de Grado Elemental de Chinchón, bajo la dependencia del Instituto Nacional de Enseñanza Media de Aranjuez, creándose dos cátedras, una de Ciencias y otra de letras, nombrándose directora a Dª Maria Cecilia Vivero Cereijo y subdirectora a Dª Inmaculada Ruiz Santos, y director espiritual a D. Moisés Gualda Carmena. Se sitúa definitivamente en los locales de la calle Benito Hortelano.
Van pasando los años y, poco a poco, el Grupo Escolar se fue quedando pequeño por el aumento de la población infantil y por la desaparición del Colegio de Cristo Rey, que queda abandonado y desde entonces ha llegado a un deplorable estado que amenza ruina.
En el año 1974 se tienen que habilitar unos locales en los bajos del nuevo barrio del Pilar, para las clases de párvulos. Estos locales no reunían las condiciones mínimas para este cometido, ya que los niños, de corta edad, tenían que jugar junto a la carretera en las horas del recreo, con el peligro que ello suponía.
A finales de ese año, un grupo de padres, encabezados por José Luis Magallares, Antonio Macias y Manuel Carrasco, crean la Asociación de Padres de Alumnos del Colegio Público "Rafael y Joaquín Ortiz de Zárate" y consiguen de las autoridades civiles y religiosas -que eran las gestoras de la fundación Aparicio de la Peña- que estas clases para los niños pequeños fuesen trasladadas a lo que antes fue el Colegio de Cristo Rey en el curso siguiente.
Esto es sólo una medida provisional y en mayo del año 1982 se hace una ampliación del Colegio en una nueva edificación en terrenos junto a la Ronda de Mediodía, a donde se trasladan las clases de los niños de segundo ciclo, dejando el viejo Grupo Escolar, para los niños más pequeños.
El 1 de junio de 1977 se firma un acuerdo entre don Jesús del Nero, en representación del Ayuntamiento y la Fundación Aparicio de la Peña, representada por el Sr. Cardenal D. Vicente Enrique y Tarancón, para que en las instalaciones de la calle Benito Hortelano nº 14 se instale un Colegio de B.U.P., el Colegio Mixto Homologado "Santiago".
Por orden de 1 de Agosto de 1988, el Centro Homologado "Santiago" de Chinchón, dependiente del Instituto de Bachillerato de Aranjuez, cesa en su actividad con efectos de final del curso de 1987/88 y se dispone el comienzo de las mismas en el Instituto de Bachillerato de Chinchón, para dar cumplimiento a lo dispuesto en el Real Decreto 818/1988 del 20 de Julio. (BOE nº 179 de 27 de julio de 1988. Al instituto se le da el nombre de "Carpe Diem".
Como se ha dicho, los locales del antiguo Colegio de Cristo Rey están totalmente abandonados y en estado de ruina. Los otros locales de la Fundación Aparicio de la Peña, además de acoger, como hemos visto, los Colegios de Enseñanza media, hasta que se construyó el nuevo Instituto, fueron sede en varias ocasiones de la Acción Católica y de otros movimientos religiosos, habilitándose un Club Parroquial, el "Club Santiago", en la planta Baja, que fue un lugar de reunión para la juventud.

En la actualidad, este edificio fue rehabilitado y no tiene una actividad permanente, aunque se suelen hacer algunas reuniones parroquiales. Tan sólo se usa como residencia de un fraile, que tiene allí su vivienda. Pero desde luego, no tiene la finalidad de enseñanza - de carácter religioso - para la juventud de Chinchón, que era la finalidad que definieron sus fundadores.
El mural que figura al inicio de esta entrada, se encuentra en lo que fue el "Club Santiago", y fue realizado por Tito Lozano y Manolo Carrasco en el año 1966, y que afortunadamente ha sido respetado en la restaurción que se ha hecho.