miércoles, 11 de febrero de 2009

ARTISTAS

El artista tiene que ser, por definición, un poco narcisista; algo engreído, con una pizca de vanidad y bastante exhibicionista. También le puede venir bien un poco de histrionismo, una buena dosis de extravagancia, y por supuesto: genio... lo de figura no es imprescindible, aunque nunca venga mal.
No me acabo de imaginar un artista modesto y recatado; podría aceptar que fuese tímido e inseguro, pero necesariamente tiene que ser capaz de presentar su obra ante el público.
¿De qué valdría que un poeta fuese capaz de hilvanar las palabras más hermosas en versos sentidos y rimas cantarinas, si nunca llegasen al corazón de su amada o a las páginas de un libro de poemas?
¿Se podría sentir cantante quien sólo es capaz de lanzar su voz en la soledad de su casa en medio de la nada, para que las paredes le devuelvan el eco distorsionado de una música estéril que se marchita huérfana de sentimiento por falta de auditorio?
¿Qué sería de un cuadro compuesto con miles de pinceladas de luz y de sombras multicolores, si desde el taller del artista pasa a la tenebrosa oscuridad de un desván donde se va apagando junto a los cachivaches inútiles que son lentamente devorados por las polillas del tiempo y el polvo del olvido?
¿Quién sabe de las novelas que han naufragado en las resecas tablas de un cajón, entre nubes de telarañas tejidas por las inseguridades y la timidez de sus autores?
¿Cuántas horas de insomnio, cuántos anhelos inconfesados, cuántos sueños difuminados por la modestia, han resultado baldíos por la indecisión y la falta de estímulo de sus creadores?
¿Cuántas obras de arte no han sido, por una concepción maniquea que nos ha llevado a confundir el valor con la soberbia o la valía con la presunción?

Sin embargo, también hemos presenciado cómo simples falsarios o embaucadores desaprensivos han sido capaces de vender su toreo de salón como la más alta expresión de la tauromaquia de Cúchares.


Nota: En mi pueblo se llamaba artista a todo el que no se dedicaban a la agricultura. También los hay que han desarrollado una gran habilidad para vivir del difícil arte de no hacer nada. Pero esos son, otros artistas.