viernes, 23 de enero de 2009

MARIO PARAJÓN, UN CUBANO QUE QUISO VIVIR EN CHINCHON.


He conocido por Raúl Martinez -colaborador suyo durante su estancia en Chinchón- que durante los últimos años de su vida, vivió en Chinchón el filósofo y literato cubano Mario Parajón.
Ejerció como profesor de filosofía en el Instituto de Enseñanza Media de Chinchón, y aquí se quedó a vivir cuando se jubiló, porque en Chinchón encontró la paz y el sosiego, como tantos artistas e intelectuales a través de los tiempos.
En sus últimos años se le podía ver paseando por la Ronda del Mediodía, camino de su casa, donde quiso pasar los últimos años de su vida, sin duda recordando a su Cuba natal.
Había nacido en La Habana, el 3 de agosto de 1929, y se vinculó estrechamente al grupo Orígenes, siendo el más joven de sus integrantes, y participó en sus actividades junto a José Lezama Lima, Gastón Baquero, Eliseo Diego, Cintio Vitier, Fina García Marruz, Lorenzo García Vega, el padre Ángel Gaztelu y otros intelectuales cubanos de la generación de los cincuenta.
Desde joven destacó en todo tipo de actividades relacionadas con el teatro. En los años cincuenta estrenó Hamlet y Cándido, de Bernard Shaw, con la Compañía de Teatro de la Universidad de La Habana. Su montaje de El tiempo y los Conway, de W.B. Priestley, con el Grupo Prometeo, obtuvo todos los premios de teatro el año de su estreno, incluido el prestigioso Premio Talía.
En 1971 se exilió en Madrid debido al veto que le impuso el régimen cubano para publicar en Cuba, tanto en la prensa como en editoriales. Su carrera como profesor universitario también se vio truncada por el hecho de ser un intelectual católico.
Ya en Madrid impartió cursos de Filosofía y Teología en la Universidad Pontificia de Comillas y en la Universidad de El Escorial. En sus primeros años de exilio participó activamente en los seminarios y cursos de Xavier Zubiri y Julián Marías, e impartió conferencias sobre Literatura y Filosofía en los ciclos de las asociaciones culturales Politeia y Arte y Cultura, así como en el entonces Instituto de Cultura Hispánica.
Entre los años 1976 y 1977 ganó la Beca de Literatura de la Fundación Cintas y en 2003 se graduó de Doctor en Teología en el Seminario Mayor de Madrid. Hasta su jubilación fue catedrático de Enseñanza Secundaria de Filosofía, ejerciendo en el Instituto de Alcobendas y en el del pueblo madrileño de Chinchón.
Entre sus libros publicados en Madrid se encuentran Eugenio Florit y su poesía (Editorial Ínsula, 1977), Cinco escritores y su Madrid (Editorial Prensa Española, premio Mesonero Romanos, 1986), Santa Teresa de Lisieux (Biblioteca de Autores Cristianos, 1987) y las guías turísticas de Segovia, Toledo, y el Monasterio del Paular (Editorial Everest).
Mario Parajón murió el 21 de septiembre de 2006 en la Clínica Moncloa de Madrid, a los 77 años de edad, pasando casi desapercibido para sus convecinos durante su vida en Chinchón. Ahora, desde este humilde blog, quiero rendir el homenaje y el recuerdo a uno de los que optaron voluntariamente por vivir en nuestro pueblo.