sábado, 8 de noviembre de 2008

EL MARISCAL VICTOR PERRIN

En noviembre del año 1808, (En estos días se cumplen los 200 años), Napoleón Bonaparte vuelve a España y llega al frente de un importante ejército y durante 1809 ocupa toda la península a excepción de Cádiz (protegida por la Armada española y británica).
La Condesa de Chinchón, Dª. Maria Teresa de Borbón, junto con su hermano el Cardenal Luis María de Borbón huyen de Toledo a Andalucía, con la comitiva de la Junta Central y toman parte activa en los acontecimientos liberales.
Por tanto, a partir de noviembre de 1808 las tropas francesas habían tomado el control de todo el territorio a los alrededores de Madrid. Se había acantonado en Arganda y Aranjuez el primer Cuerpo de Ejército de España, al mando del Mariscal Víctor, que sería el responsable de la irracional barbarie que provocó la tremenda matanza llevada a cabo en Chinchón, los últimos días del año 1808. Era uno de los Mariscales de mayor prestigio en el ejèrcito francés.
Era Claudio Víctor Perrín, Duque de Bellune, que había sido nombrado Mariscal de Francia por su comportamiento en la batalla de Friedland. Después desempeñó el cargo de Gobernador de Berlín, hasta que fue trasladado a combatir en la guerra con España como Comandante en Jefe del primer cuerpo del Ejército. Este nombramiento no fue de su agrado por tener que dejar el confortable cargo de Gobernador de Berlín para trasladarse a España a luchar contra los españoles, a los que despreciaba.
Años después, tuvo un enfrentamiento personal con el mismísimo Napoleón por lo que fue destinado a la campaña de Rusia en el año 1812. A la caída de Napoleón volvió a desempeñar importantes cargos en el ejército francés.
A finales del año 1808, le acompañaba el General Femelle, como Jefe de Estado Mayor del primer cuerpo de Ejército de España.
En una de las salas del Palacio de Versalles, dedicada a los más famosos militares de Francia, junto a uno de los grandes ventanales de la sala, se puede apreciar el retrato de este personajes despreciable para todos los chinchonenses.

(La fotografía que aparece está tomada del cuadro de referencia en una reciente visita a Versalles).

viernes, 7 de noviembre de 2008

LA VERDADERA HISTORIA DE FRINE

Mi amigo Jesús Castillo, un asiduo colaborador y excelente narrador, me ha mandado la "verdadera historia del jucio de Friné" y me adjunta la copia romana de una escultura de Plaxíteles de la que era Friné la modelo pero como, es de todos sabido, que ella no permitía que la reflejara al completo, alguna parte no es de Friné.


Esta escultura se conoce como la Afrodita de Cnidus y tiene una historia muy curiosa. Representa a Afrodita en la famosa escena del baño, no se si antes o después. El nombre le viene porque fue la ciudad de Cnidus quien se la compró a Plaxíteles que la había hecho para otra ciudad que no la quiso porque le pareció impúdica. De esta ciudad puritana no sabemos nada y sin embargo la estatua "irreverente" ha paseado el nombre de Cnidus a lo largo de toda la historia del arte durante mas de 2300 años.
Cuenta la leyenda que un joven locamente enamorado de la estatua (hay jovenes para todo) una noche se escondió en el templo donde estaba e hizo el amor con ella, (no se si de aquí viene la expresión de "pasarsela por la piedra") y en castigo apareció por la mañana fulminado por un rayo. Como dicen los italianos, "si non e vero, e ben trovato".
Y Ahora, sin más preámbulos:
LA VERDADERA HISTORIA DEL JUCIO DE FRINÉ:

Estamos en la Grecia clásica, en el siglo IV a.C., en Beocia, una perdida región en la que todo el mundo va de paso hacia Atenas. Friné, una joven de 18 años trabaja desde niña en la posada de sus padres. Nunca había salido de su aldea, pero durante toda su vida ella ha estado viendo, o mejor observando, a los viajeros que iban y venían de la gran ciudad. Oyendo sus relatos y escuchando sus conversaciones y estudiando su forma de comportarse. Ha visto las mercancías que se traían y llevaban de Atenas. Era una chica inteligente, llegó incluso a aprender a leer y escribir.
Al inicio de la primavera, en Atenas se celebraban las fiestas en honor de la diosa Afrodita. En el templo se llevaba a cabo la ceremonia que consistía en la representación del nacimiento de la diosa: Una joven, elegida por su belleza, subía las escaleras del templo mientras el pueblo, abajo, estaba conteniendo la respiración sin perderla de vista. Al llegar al estanque que había en el alto, se desprendía de la ropa y se sumergía totalmente en el agua durante los breves instantes en que la sacerdotisa, elevando primero los brazos y la mirada al cielo y después dirigiéndolos al estanque exclamaba: "¡Poseidón, dios y rey de los mares, envíanos a Afrodita y que con ella renazca la vida en la tierra.!" Entonces surgía del agua la joven desnuda mostrándose en toda la plenitud de su belleza. El pueblo explotaba en un griterío celebrando el nacimiento de Afrodita y con él la llegada de la primavera.
Esa mañana del mes de marzo en la posada de Friné no había quedado nadie, todos los viajeros estaban en Atenas y no volverían hasta después de las fiestas. Ella salió a pasear fuera del pueblo hasta llegar al lugar donde nacía el arroyo que abastecía de agua a la aldea. Necesitaba respirar a fondo. Cada día se sentía más asfixiada en la aldea donde llevaba toda la vida haciendo lo mismo y donde estaba previsto que se casara en breve con el hijo del herrador. Iba pensando en los acontecimientos que se estaban celebrando en ese momento en Atenas y que tantas veces le habían contado. Siempre había soñado con ser ella la elegida que representara a Afrodita. Contemplándose en el charco cristalino del manantial veía su figura como la de las esculturas que había visto pasar en los transportes que venían de la ciudad.Ella era tan bella como las estatuas y, lo mismo que las bellas esculturas no estaban destinadas a la posada, ella decidió que también la posada era un lugar de paso y que su sitio estaba en Atenas, en la ciudad donde sabrían admirar su belleza. Volvió a la posada decidida a marcharse a Atenas en cuanto tuviera la primera ocasión.
La ocasión parecía estar esperándola porque, al rato de regresar, un caballero, que por su atuendo y modales parecía adinerado y de alta sociedad, llegó a la posada preguntando si habían llegado ya unos carros con unos bloques de mármol. Aún no habían llegado y decidió quedarse a esperar pues, según las noticias que tenía, seguro que lo más tarde al día siguiente llegarían. Friné le enseño el pobre alojamiento con el que tuvo que conformarse el caballero, y después le sirvió la comida. No había nadie más en el comedor, retiró los platos y al ver que él la miraba de una forma especial, se sentó enfrente de él y comenzaron a hablar. El viajero quedó sorprendido de los modales y conversación de la joven y ya había percibido su belleza que la humilde ropa no destacaba precisamente.Ella le preguntó cómo es que venía de Atenas en unas fechas en que todo el mundo estaba allí. El respondió que era el escultor Plaxíteles y que esperaba el cargamento de piedras para examinar los bloques antes de que llegaran a Atenas y, comprar los mejores adelantándose a otros artistas de la competencia. Friné había oído hablar de Plaxíteles, incluso había visto varias esculturas hechas por él cuando los transportes habían parado en la posada y le parecía increíble estar hablando con el famoso escultor. Se había creado una atmósfera de intimidad y Plaxíteles, mientras la miraba, se quedó entusiasmado con la perfección de su rostro, la gracia de los movimientos de su manos pequeñas y proporcionadas y adivinaba la belleza de las formas que se ocultaban bajo las ropas. La conversación cesó, y rompiendo el silencio, Plaxíteles la dijo:
-Sube a la mesa y quítate la ropa.
Friné intuyó que tenía que hacerlo y lo hizo. Se desató las sandalias y tranquilamente se subió a la mesa. Soltó el vestido de su hombros y le dejó caer a sus pies. La luz de la tarde entraba por la ventana y añadía un tono rosáceo a su piel. El escultor, que permanecía sentado, entusiasmado ante lo que contemplaba, levantando la vista hasta sus ojos, la dijo:
-¿Quieres trabajar de modelo para mí?
-Sí. Contestó.
Agachándose recogió su vestido se lo puso y saltó de la mesa al suelo.
Al día siguiente aparecieron por la posada unos pesados carros tirados por lentos bueyes que llevaban varios bloques de mármol. Plaxíteles estuvo negociando la compra de los que le interesaban. No había vuelto a hablar con Finé. En la posada había más gente y por la tarde, mientras ella barría la habitación se acercó y la dijo:
- "Mañana al amanecer nos marcharemos".
Al día siguiente se marchó a Atenas en compañía del escultor.
Friné se alojó en principio en la casa de Plaxíteles, y puso una condición para ser su modelo: que nunca sirviera de modelo para una figura completa. Así una escultura llevaba sus manos, otra su cabeza, otra su brazos, otra sus caderas, otra su torso…pero el resto era invención del artista que tenía que hacer esfuerzos para no copiar la totalidad de la figura que tenía delante. Friné sabía que cuando hiciera una escultura completa de ella dejaría de ser interesante para el escultor.Los visitantes del estudio de Plaxíteles estaban entusiasmados con la modelo, a la que nunca veían completamente desnuda. Pronto exigió tener su propia casa y cuando un rico admirador la propuso pagar por obtener sus favores, Friné entendió de qué forma podía hacerse rica.
Así Friné vino a ser la cortesana más deseada y cotizada de Atenas, pero, siguiendo la norma que había empleado con Plaxíteles, nunca dejaba que sus amantes la vieran totalmente desnuda y sólo se entregaba a ellos en la oscuridad.
Aunque había llegado a ser rica, y una mujer de la que todo el mundo hablaba, procuraba llevar una vida recatada y poco dada a apariciones en público, vistiendo de forma poco llamativa cuando transitaba por las calles. Tenía detractores, pero todos estaban de acuerdo en lo extraordinario de su belleza y reconocían que los rasgos y líneas de su rostro tenían la serenidad, armonía y majestad con que se representaba a las diosas, pero sin la frialdad de las estatuas de mármol.
Su influencia en la política y en los negocios de la ciudad era muy grande y así, pese a la profesión que ejercía, llegó a cumplir el mayor de sus sueños: ser la elegida para representar a Afrodita en el templo en la ceremonia de la primavera.
Todo el mundo estaba pendiente de ver cómo la mujer más hermosa de Atenas aparecía como una diosa bajo el pórtico del templo y, dejando caer sus vestiduras, entraba en el agua para rendir homenaje a Poseidón y resurgir luego del agua como una Afrodita renacida, cubriendo parcialmente su desnudez con sus brazos y su cabello, frente a la admirada multitud.
Al año siguiente, y al otro, y en los demás sucesivos, continuó siendo la mujer que representaba a Afrodita. Después de la ceremonia, Friné huía de las aclamaciones y retornaba a su vida reservada, entregándose sólo a los pocos adinerados clientes que podían acceder a ella.
Su fama seguía creciendo y la envidia que despertaba entre unas mujeres y el odio de otras cuyos maridos solicitaban los favores de Friné, llevó a que algunas de ellas, convencieran a un tal Eutias, un enamorado de Friné rechazado por ella, para prestarse a denunciarla ante el Tribunal de los Jueces del Areópago de Atenas, bajo la acusación del delito de impiedad, por haber profanado la sacralidad de los misterios de Afrodita a quien representaba todos los años, corrompiendo a los varones ilustres de la ciudad. El delito de impiedad se castigaba con la muerte.
Por consejo del escultor Plaxíteles, Friné acudió entonces a Hipérides, a quien se consideraba como el mejor abogado de la ciudad, y le pidió que la defendiera. El, que era el abogado de los más preclaros personajes de Atenas, se negó a defender a una cortesana denunciada precisamente por las esposas de sus mejores clientes. Ante su negativa ella se arrojó llorando a sus pies y, al contemplarla en el suelo con las lágrimas saliendo de sus hermosos ojos, Hipérides quedó enamorado de ella y aceptó defenderla.
Durante el juicio, el abogado defensor hizo gala de sus mejores recursos oratorios, expuso todo tipo de argumentos jurídicos en defensa de la inocencia de la acusada, a quien presentó como inocente víctima de la envidia, hubo momentos en que incluso su voz se quebraba por la emoción de sus palabras y sus ojos se nublaron de lágrimas... Pero no surtía efecto en los rostros de los jueces que se mostraban fríos e imperturbables. De pronto, como ganado por una inspiración divina y llevado por el paroxismo, Hipérides coge del brazo a la acusada y la acerca al estrado de los jueces, y dando un fuerte y preciso tirón, la despoja de su túnica y queda Friné totalmente desnuda y atónita ante sus juzgadores. Hipérides, con la fuerza de la propia convicción, invoca los derechos de la belleza para arrancar de la muerte a su defendida presentándola como la sacerdotisa de Afrodita y la imagen de la misma diosa, y formula la pregunta decisiva:

-¿Acaso pueden estar seguros los miembros de este Tribunal de que tienen autorización de los dioses para destruir una belleza semejante?.

Y contemplando a aquella hermosa mujer que el Abogado les presentaba en todo su esplendor como un regalo de los dioses a la humanidad, y que además era la representación de Afrodita, los jueces, conmovidos, la absolvieron.

Friné, agradecida a Hipérides por haberla salvado de una muerte segura, dejó su vida de cortesana y pasó a ser la amante del abogado. No se sabe que éste hubiera cobrado otros honorarios por su defensa, pero la noticia del juicio de Friné se extendió por todo el ámbito de Grecia y le prestigió como abogado más que todos los años que llevaba defendiendo a los ciudadanos más ilustres y honrados de Atenas.Pero Hipérides cometió la torpeza de permitirla seguir siendo modelo de Praxíteles y éste descubrió que, en realidad, siempre había estado enamorado de Friné y le propuso que dejara al Abogado y viviera con él. Ella encontró más apasionante ser la amante de un escultor que serlo de un abogado y dejó a Hipérides.

Plaxíteles, cada día más locamente enamorado de Friné, la colmaba constantemente de regalos y prometió a Friné que le regalaría la estatua que quisiera elegir de entre las que tenía en su casa. La calculadora Friné, para saber cual sería la estatua más valiosa, urdió la estratagema de entrar de repente un día en la estancia donde estaba Plaxíteles gritando: "Fuego, la casa se estaba quemando". El escultor ordenó a sus criados: "Salvad la estatua de Cupido", y así supo Friné que esa era su estatua más apreciada. La estatua fue siempre considerada como una obra maestra del arte griego, y llegó a ser propiedad del emperador Nerón, desapareciendo desgraciadamente en el incendio de su palacio de Roma.

Friné envejeció pero lo debió hacer sin dejar de ser una hermosa mujer, pues existen referencias a los comentarios de las gentes sobre si utilizaba ungüentos para detener las arrugas. Aristófanes, el autor más satírico de la época, se refiere a ella en una de sus comedias diciendo: "Friné ha hecho de su cara una botica."Esa es la última referencia que tenemos de Friné, desconociendo el lugar y la época de su muerte. Como mujer inteligente que era, al ver cómo el paso implacable tiempo dejaba huellas en su fisico, desapareció de repente de Atenas. Sin duda se retiraría a algún lugar donde nadie la conociera dejando en Atenas para siempre el recuerdo de su belleza.Plaxíteles se desesperó al perder a Friné. Quería que la historia uniera su nombre a la fama de la belleza de Friné y, reuniendo toda su fortuna y pidiendo dinero a amantes y amigos, hizo por fín una escultura completa de ella en oro macizo. La estatua debió ser asombrosa y se colocó en el templo de Diana en Efeso. Para que la fama de la belleza de esa escultura estuviera siempre unida a él a través de los siglos, puso la inscripción: "Esta estatua es obra de Plaxíteles".

Pero Plaxíteles se equivocó al hacer de oro la estatua de Friné, pues el templo de Diana donde estaba fue saqueado y la estatua fundida, quedando destruida su obra.Sin embargo la defensa de Hipérides en el juicio de Friné se recuerda aún después de dos mil trescientos años. La belleza de Friné ha quedado unida a Hipérides y no a Plaxíteles.

jueves, 6 de noviembre de 2008

CON MIS PENAS


Del libro "Chinchón en mi recuerdo" con poemas de José Manuel de Lapuerta, editado por el Colectivo Fuente Pata de Chinchón, en el año 2000, éste que él tituló: "Con mis penas"
Ilustración: El Rio de Gregorio Montes.

Dejad que me vaya solo
vagando por la ribera
de ese río que no acaba
y que, quizás,
nunca empieza.
Dejad que me vaya solo,
con mis penas.


No quiero más compañía
que la noche y las estrellas
ni más ruido que el silencio:
una soledad completa.
No quiero más compañía
que mis penas.


Quiero vivir el recuerdo
de tantas horas de espera,
de tantos sueños frustrados,
de tantas falsas promesas.
Quiero vivir el recuerdo
de mis penas.


Y no es que me sienta triste,
ni sienta el alma desecha,
ni esté mi esfuerzo cansado
ni mis ilusiones viejas .
No, no es que me sienta triste
con mis penas .

miércoles, 5 de noviembre de 2008

BARACK OBAMA: PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS.


Barack Obama se convirtió esta madrugada en el primer presidente negro de la historia de Estados Unidos. Las proyecciones de las principales cadenas de televisión y el escrutinio parcial de los 50 Estados de la Unión adjudicaban una holgada mayoría al líder demócrata. Hacia las cinco de la mañana de hoy (hora española), decenas de miles de ciudadanos estadounidenses y de todo el mundo celebraron este hito en la historia de la nación americana y del mundo.

"El viaje se acaba", declaró Obama nada más depositar su voto en Chicago. Fue algo más: el sueño americano se hizo realidad en la figura de un senador de 47 años, nacido en Hawai, hijo de padre africano y de nombre Barack Hussein Obama.
Y hoy se cumplía, al fin, aquel viejo sueño que tuvo un día Martin Luther King.

¡FELICIDADES A TODOS LOS CIUDADANOS DE ESTADOS UNIDOS!

DON ANDRES DE CABRERA Y DOÑA BEATRIZ DE BOBADILLA: MARQUESES DE MOYA Y PRIMEROS SEÑORES DE CHINCHON.

El reinado de Enrique IV se caracterizó por sus luchas con una parte de la nobleza castellana que había apostado por los derechos de su hermana la infanta Isabel. Estos nobles estaban encabezados por el arzobispo de Toledo, el Obispo de Segovia, el Conde de Benavente, y tenían un valioso colaborador: don Andrés de Cabrera, Alcaide del Alcázar de Segovia y hombre de confianza del propio Rey.
Don Andrés de Cabrera era hijo de Pedro López de Madrid o Xibaja y de doña María Alonso de Cabrera, nació en Cuenca en 1430, siendo bautizado en la parroquia de San Miguel. Sobre él pesó la sombra de su ascendencia judeo-conversa. Andrés y su hermano Pedro fueron introducidos en la corte por Juan Pacheco, marqués de Villena, que después sería su rival por el dominio de la ciudad de Segovia.
Fue Doncel del Príncipe don Enrique en 1451; al ser nombrado Rey, éste le nombró Camarero mayor en 1455, Mayordomo de la Casa Real, Consejero y Tesorero en 1462. Ingresa por aquellas fechas en la Orden de Santiago. En 1463 le conceden el "Señorío de Moya". Poco después, en 1465, es nombrado Tesorero de Segovia y Cuenca. En 1468 obtiene los cargos del Gobierno y Justicia de Segovia. En 1470 alcanza la Tenencia del Alcázar de Segovia y más tarde la Alcaldía por "juro de heredad".
La figura de don Andrés Cabrera, adquiere su verdadera magnitud como hombre de estado. Muñoz y Soliva le llamará Iris de la Paz de España. Fue una pieza clave en aquellos días cruciales para la historia de Castilla, y de España, en los que se estaba decidiendo la sucesión al trono. Entonces, según el citado historiador, supo demostrar no sólo su hombría de bien, sino su finísimo olfato de converso que, rodeado de enemigos, se abre camino en la selva nobiliaria, no accesible para personas que no tuviesen instinto de supervivencia.

Recién llegado a la corte, Enríquez del Castillo, capellán de Enrique IV, dirá de él "...el qual aunque de poca edad en los días, era viejo en el seso e reposo: de quien el Rey se confiaba, e le daba parte de sus secretos...".En el año 1467 contrae matrimonio en Alcalá de Henares con doña Beatriz de Bobadilla que había nacido en Medina del Campo en 1440, diez años antes que la futura Reina Isabel. Era hija del alcalde del castillo de Arévalo y de Maqueda mosén Pedro Fernández de Bobadilla y de María Isabel González Maldonado, por tanto, de noble linaje. En dicho castillo, los infantes don Alfonso y doña Isabel pasaron parte de su infancia, fraguándose una duradera amistad a pesar de a diferencia de edad de diez años, Doña Isabel llamará a doña Beatriz "mi hija marquesa".
No cabe la menor duda que este matrimonio influyó decididamente en el ánimo del marqués a la hora de aconsejar a su Señor, y tuvo que navegar entre dos aguas turbulentas: mantener fidelidad a su Rey don Enrique y abanderar a doña Isabel, la benefactora y amiga de su esposa. por encima de la otra legítima heredera doña Juana. Demostró gran talento cortesano, cuando, solicitado por su rey en el momento crucial de la muerte del infante D. Alfonso, emitió su voto favorable a la designación de Isabel como heredera del Reino con lujo de argumentos, razones de estado, y un magnífico estilo literario sólo al alcance de personas de inteligencia superior.
Tuvo gran de protagonismo en los sucesos de Segovia en los años 1472 y 1473, la reconciliación de los hermanos Isabel y Enrique, y el golpe de estado que supuso la entronización de Isabel apenas unas horas después de la muerte del rey su hermano, acto solemnísimo del que tenemos cumplida referencia gracias al escribano Pedro García de la Torre, testigo de excepción, y cuya magnífica narración dice: "E luego los dichos corregidor e alcaldes e alguazil e oficiales e omes buenos en señal de reconoscimiento de señorío entregaron las varas de la justicia que en sus manos tenían a la dicha señora reyna e su alteza las tomo e las entrego al leal Andrés de Cabrera mayordomo del dicho señor rey don Enrique e de su consejo e justicia mayor de la dicha cibdad de Segouia que ay estaua presente para que las tenga o de a quien las tenga e use por su alteza el cual dicho mayordomo las rescibio de mano de la dicha señora reyna e las entrego a los dichos corregidor e alcaldes e alguazil que presentes estauan que primero las tenia para que las tengan en su lugar e por la dicha señora reyna."A la muerte del Rey Enrique IV, además de su hija Juana, aspiraba al trono de Castilla el Rey de Portugal, pero con la rápida intervención de Andrés de Cabrera, proclamando reina a Isabel y entregándole el tesoro del reino, facilita la victoria final de ésta sobre su oponente.
Narrados sucintamente, estos fueron los hechos que cambiaron el rumbo de España. Sin la decidida participación de los esposos Cabrera-Bobadilla, posiblemente no se hubiesen desarrollado así los acontecimientos que entronizaron a Isabel I de Castilla y Fernando de Aragón como los Reyes Católicos, por su apoyo incondicional durante todo el proceso de sucesión, y por la entrega del Alcázar de Segovia donde se guardaba el tesoro del reino, al ser proclamados reyes.
Y estos hechos son los que motivaron el agradecimiento de los monarcas a los marqueses de Moya, con los cuales tuvieron un comportamiento diferenciado con la política que llevaron a cabo con los demás nobles, aún con los que les habían apoyado.
Cuando se normaliza la vida política en los reinos, y los nuevos monarcas imponen su autoridad absolutista en sus dominios, deciden premiar a sus fieles colaboradores. Les conceden las tierras de Chinchón que segregan de la municipalidad de Segovia, y les nombran Señores de Chinchón. Los motivos están claros, pero surge una pregunta ¿por qué, precisamente, las tierras de Chinchón?
Pero eso ya es otro capítulo de la Historia de Chinchón, que se lo contaré otro día....
(Para ampliar la información pueden buscar "El romance de las tinajas quebradas" trabajo ganador del II Premio Histórico Antonio Pardo, del que es autora doña Sofía Esquivias.
y Chinchón: Piedras con Historia, del que es autor don Manuel Carrasco, que lo pueden conseguir en la Biblioteca de Chinchón, editado en CD.) 
o en http://www.bibliotecaspublicas.es/chinchon/publicaciones/Piedras_con_historia_2.pdf
y también en "Crónica de Chinchón" de Manuel Carrasco Moreno.
https://skydrive.live.com/view.aspx?cid=BAD2F890FA32E7A6&resid=BAD2F890FA32E7A6%21130&app=WordPdf

martes, 4 de noviembre de 2008

MANOLO GOMEZ ZIA, EL PEREGRINO

Manolo Gómez Zía, pintor y ceramista, es conocido como "El Peregrino".
Y en su largo peregrinar, desde Sepúlveda llegó a Chinchón y aquí permaneció durante varios años. Aquí montó su taller y su horno y nos dejó, además de la devoción a San Frutos Bendito, una muestra de su arte.

Hizo varias pinturas y mosaicos para el Parador de Turismo, con las imágenes de San Roque y la Virgen del Rosario; allí pintó frailes y decoró salones.

También es el autor de los murales de la entrada del Café de la Iberia, en los que retrató varios personajes históricos y reales de Chinchón, dejándonos su autorretrato en algunas de sus obras.

Suyos son los dibujos de las “Aleluyas chinchonetas”, con textos de Alfredo Rodriguez, en las que recogían la actualidad de Chinchón de aquellos años, y que todavía se conservan enmarcadas en el Parador de Turismo y en muchas casas de Chinchón.

Y por último es coautor con Carlos Alonso de una plano de Chinchón antiguo, que también lo podemos ver enmarcado en la mayoría de las casas de Chinchón.
Desde este blog he querido rendirle un sencillo homenaje en reconocimiento de su arte y de su cariño por Chinchón.

lunes, 3 de noviembre de 2008

INAUGURACION OFICIAL DE LA PLAZA MAYOR DE CHINCHON, REHABILITADA.

La Dirección General de Patrimonio de la Consejería de Cultura y Deportes de la Comunidad de Madrid, ha llevado a cabo el Proyecto de Restauración del Plan de Actuaciones en la Plaza Mayor de Chinchón. Las obras que tuvieron una duración de dos años, fueron terminadas hace unos meses y ha sido hoy, día 3 de noviembre de 2008, a las 12,30 horas cuando se ha inaugurado oficialmente, con la asistencia de doña Esperanza Aguirre, Presidenta de la Comunidad de Madrid, acompañada por la Alcaldesa de Chinchón doña Luisa María Fernández Fernández, la Corporación Municipal y representación de las organizaciones sociales y culturales de Chinchón.

En la puerta del Ayuntamiento se ha colocado una placa que recuerda esta restauración y con el descubrimiento de la misma se da por inaugurada oficialmente la Rehabilitación Integral de la Plaza Mayor de Chinchón, que ha sido considerada, recientemente, como una de las 7 maravillas de la Comunidad de Madrid.

Esta Rehabilitación de la Plaza fue presentada con fecha 10 de noviembre de 2004, por la Consejería de Cultura y Deportes de la Comunidad de Madrid, Se presentó en el Ayuntamiento de Chinchón, ante la, entonces, Alcaldesa Doña Encarnación Moya Nieto.
Santiago Fisas, Consejero de Cultura y Deportes, que hizo la presentación junto con el director general de Patrimonio Histórico, explicó que "Uno de los objetivos prioritarios de la Comunidad de Madrid es la puesta en valor del enorme y valiosísimo patrimonio histórico del que afortunadamente disfrutamos en nuestra región y Chinchón es un ejemplo perfecto de ello". Además, anunció que la Consejería de Cultura y Deportes de la Comunidad de Madrid convocará un concurso para el Proyecto de ejecución de obras, en el ejercicio presupuestario de 2005.

Antes de la elaboración del Plan, la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid realizó un estudio de la patología y propuestas de adecuación arquitectónica que tenía como objetivo inmediato sopesar la posibilidad de recuperación, conservación y valoración de este espacio arquitectónico emblemático, "uno de los ámbitos urbanos de mayor categoría arquitectónica e histórica de la Comunidad de Madrid". Así, en el estudio se ha determinado la patología que afecta a cada edificio, su funcionamiento mecánico y estructural, las condiciones de las soluciones constructivas, las vías de evacuación de aguas pluviales y el estado de los materiales. Asimismo, contempla propuestas de actuación en cada edificio, y la valoración estimativa de la consolidación y la restauración necesarias en cada caso.

En este sentido, el consejero señaló que cualquier actuación en la plaza precisa de la implicación en estos objetivos, tanto del Gobierno regional, como de los propietarios y del Ayuntamiento, pues las intervenciones de índole estructural deben ser completas e integrales. Las soluciones propuestas en el Plan de Actuaciones, cuyo coste de ejecución se ha estimado en cerca de 2.500.000 de euros, comprende entre otras, la conservación y recuperación de carpinterías originales, así como la limpieza de pinturas y barnices en mal estado; y un nuevo diseño para los toldos, de modo que contribuyan a realzar la estructura de madera de la plaza.
También se incluye en el Plan, la limitación de la superficie de la plaza ocupada por terrazas de bares; el control de vallas, jardineras, mobiliario de colores discordantes y publicidad; la colocación de un nuevo sistema de iluminación de balconadas, y la prohibición de aparcamiento de vehículos en la plaza. (Esperamos que una vez inaugurada oficialmente la plaza, se cumpla con este compromiso formal de no permitir el aparcamiento de vehículos en la plaza).

A continuación se inaguró también el Centro de Interpretación del Ayuntamiento que ha sido instalado en la Casa de Cultura “Manuel Alvar”.
Finalizados los actos oficiales, la Asociación de la Hostelería y de la Industria Turística de Chinchón, ofreció a todos los asistentes un “vino español” en el Parador de Turismo.
(Fotos: M.carrasco.M)

EL CONDE DE CHINCHON Y LAS CORRIDAS DE TOROS EN PERU

Como ya os he contado en la entrada del pasado día 31 de octubre, el día 18 de febrero de 1628, S.M. el Rey de España, Felipe IV, nombra Virrey del Perú a don Luís Jerónimo Fernández de Cabrera Bobadilla de la Cerda y Mendoza, conde de Chinchón.
Embarca en Cádiz el 7 de mayo de 1628, y después de treinta y tres días de navegación, arribaron al puerto de Cartagena de Indias, el día 19 de junio.
Llega el Conde de Chinchón al Puerto del Callao el 18 de diciembre y allí permaneció hasta el día 14 de Enero de 1629 que entra en Lima, donde toma posesión como XIV Virrey del Perú. Permaneció en el cargo durante casi once años. Aunque la fecha oficial de la terminación de su mandato fue el día 18 de diciembre de 1639, fecha en que tomó el mando su sucesor don Pedro Álvarez de Toledo y Leiva, Marqués de Mancera, el Conde de Chinchón no salió de Perú hasta el día 2 de junio de 1640.


(Reconstrucción de la plaza mayor de Lima a principios del siglo XVII)


Muchos fueron los hechos que ocurrieron durante su estancia en Perú, y tiempo habrá de comentarlos. Ahora, sólo comentar un hecho anecdótico. (Dedicado a unos amigos peruanos aficionados a la tauromaquia)
Como es sabido, una de las costumbres que los españoles llevaron al Nuevo Mundo fue la afición a las corridas de toros que pronto se convirtieron en un atractivo para sus fiestas, sobre todo para los españoles que así revivían las viejas costumbres de sus pueblos; pensemos que en Lima, en aquellas época, vivían más de 25.000 españoles. Estas corridas de toros eran organizadas por los distintos gremios, como los plateros, herreros, mercaderes, etc., etc. corriéndose en cada corrida gran cantidad de toros en el que participaban los caballeros alanceando toros y la gente de a pie rompiendo cañas. Estas corridas se celebraban durante los meses de noviembre, diciembre y enero, que en aquellas tierras era el verano austral, como sigue ocurriendo en la actualidad en lo que se ha llamado “temporada taurina americana”.
Aunque los Condes de Chinchón solían acudir a estas corridas de toros, en un determinado momento, el Virrey, don Luís Jerónimo, trató de impedir su celebración, lo que provocó, muchas quejas que duraron hasta el virreinato del marqués de Mancera, cuando fue necesario que el Rey Felipe IV dictara una real cédula a favor de las corridas de toros.

domingo, 2 de noviembre de 2008

DIA DE DIFUNTOS.

Hoy, día 2 de noviembre, la Santa Madre Iglesia Católica celebra la "Conmemoración de los fieles difuntos" que, en mi pueblo, siempre se ha llamado el "día de los muertos". En la víspera se acostumbra a visitar los cementerios. Hace poco escribí este pequeño cuento relacionado con el tema de los cementerios y que, entonces, titulé:
EL ENCARGO.
Deogracias Hurtado Calonje era rico. Insultantemente rico, pero casi nadie lo sabía. Siempre había vivido sin ostentación ni despilfarros y sólo el director de su banco, su asesor fiscal y algunos antiguos y viejos amigos conocían la magnitud de su hacienda que, aparte del chalet a las afueras del pueblo, estaba compuesto por dinero contante y sonante depositado en una sola cuenta de plazo al 3%, a pesar de los continuos ofrecimientos del director de la sucursal que, en vano, pretendía colocar el ingente capital en fondos de inversión con mayor rentabilidad.
Era viudo desde hacía más de veinte años y no tenía hijos. Los sobrinos de su mujer apenas si se acordaban de él por navidades y los suyos propios, posiblemente por desconocer la cuantía de su patrimonio, lo habían olvidado totalmente. Vivía solo en un espacioso chalet que tenía todas las comodidades. Le asistía Petronila que se ocupaba de los quehaceres del hogar y su esposo que hacía de chofer, de jardinero y se encargaba de solucionar todas las chapuzas de la casa.
Muchos años atrás solía ausentarse por temporadas y alguien contó que le habían visto en un hotel de lujo de la Costa Brava muy bien acompañado; pero esas escapadas se fueron distanciando hasta desaparecer totalmente. Su vida social era más bien escasa y se limitaba a recibir algunas visitas de los amigos a los que le gustaba obsequiar con sencillas comilonas que preparaba Santiago, el marido de Petronila, que además de tener las habilidades ya reseñadas, era un excelente cocinero.
También le visitaba periódicamente don Anselmo, el cura que, no sabía cómo, se había enterado de lo del dinero, y pretendía conseguir remedio para las innumerables necesidades de sus feligreses. Aunque don Deogracias, así le llamaba todo el mundo, era algo descreído, siempre terminaba cediendo a las peticiones del párroco, no sin antes exigirle el más cuidadoso anonimato para sus donativos.
Era don Deogracias de carácter afable y con un gran sentido del humor que no siempre era apreciado por sus convecinos, a los que se encargó durante años de ponerles motes y hacer chascarrillos a su costa, lo que le granjeó la aversión de algunos y la antipatía de casi todos.
Por entonces se construyó en el pueblo un moderno tanatorio financiado con fondos europeos, y para la inauguración vino un consejero de la Comunidad Autónoma con la asistencia de las autoridades civiles, militares, sociales y religiosas. Don Deogracias declinó la invitación porque no le gustaban esas celebraciones con una concurrencia tan heterogénea. Habían nombrado director del tanatorio a Luisito, un sobrino del teniente de alcalde que había estudiado económicas en la Complutense pero que no había conseguido aún su primer empleo.
Esa tarde le dijo a Petronila que le preparase el traje gris porque mañana tenía que salir. A las once cuarenta y dos se estaba colocando el sombrero delante del espejo del recibidor. No pasó desapercibido cuando cruzó la plaza porque no estaban acostumbrados a verle tan elegante. Pasó de largo la sucursal del banco, la farmacia, la casa rectoral y el despacho del notario y se encaminó a las afueras con dirección al recién inaugurado tanatorio.
El flamante director no pudo disimular su sorpresa al verle entrar y se apresuró a presentarle sus respetos.
-Buenos días, Luisito, quiero que me informes de todos los servicios que ofrecéis a vuestros clientes.
- Con mucho gusto, don Deogracias, ¿Ha ocurrido alguna desgracia en su familia?
- No, no es eso... digamos que quiero la información por un interés... más personal.
- Nosotros disponemos de una amplísima gama de servicios, que van desde el embalsamamiento del cadáver hasta su cremación o sepelio, pasando por los traslados y el velatorio.
- Habrá distintas categorías y precios, supongo.
- Por supuesto; disponemos desde un servicio que nosotros llamamos base, con un coste aproximado de unos mil doscientos euros, al "Todo lujo" que puede ascender a seis mil euros.
- ¿Se pueden hacer los traslados en coche de caballos?
- No, don Deogracias, eso ya no se lleva. Disponemos de modernos coches de lujo con chofer uniformado de gala, pero de caballos, lo siento, pero no.
- ¿Y puede servir un cóctel para los asistentes?
- Aquí no es costumbre; ya sabemos, como se ve en las películas, que en Estados Unidos hay esa moda, pero aquí no. En las salas de velatorio se dispone de un frigorífico y un microondas para que los deudos puedan disponer de algunos alimentos, pero lo del cóctel, lo siento, pero no.
- Y los adornos...
- Por supuesto, don Deogracias, disponemos de la más amplia y variada selección de arreglos florales. Coronas, con y sin dedicatoria, centros de flores... se pueden colocar junto al féretro y en la sala del velatorio... en eso no hay ningún problema.
- No, yo me refería a si se puede colocar alguna iluminación... digamos especial... parecida a la de la Navidad, con estrellas, cascadas de luces de colores, bombillas intermitentes... cosas así.
- Pues no, eso don Deogracias, tampoco.
- Y plañideras... tampoco, ¿verdad Luisito?
- Pues no, don Deogracias, plañideras, tampoco... generalmente las traen puestas los clientes...
Sin haber terminado de hablar se dio cuenta que se estaba poniendo un poco impertinente, pero don Deogracias no pareció darse por aludido.
- ¿Y se podrían organizar unos fuegos artificiales a la llegada del cadáver?
- ¡Qué cosas tiene usted, don Deogracias! Ya conozco su fama de guasón, ¿no me estará usted tomando el pelo?
- ¡Por Dios, Luisito, nada más alejado de mi intención, estoy hablando totalmente en serio!
- Pues lo siento, pero no llego a comprender realmente lo que usted pretende.
- Muy sencillo, quiero que mi entierro sea recordado durante mucho tiempo. Quiero hacer algo que nadie haya hecho... algo especial. Tú me conoces y sabes que no he sido nunca propenso a la ostentación y que tengo fama de tacaño, pero he pensado que cuando me muera de nada me va a servir mi dinero...
- ¿Y qué había pensado?
- Quiero, en primer lugar, que todos los traslados de mis restos sean en un coche fúnebre, tirado por cuatro caballos negros, atalajados con arreos de lujo, todos cubiertos de campanillas y cascabeles dorados... El ataúd será de madera de teca, tapizado en terciopelo azul marino - es mi color favorito- Cuando se produzca mi fallecimiento se contratará con tres de los principales diarios de tirada nacional la inclusión en la portada, de la siguiente noticia: "Grandes fiestas en su pueblo, con motivo del fallecimiento de don Deogracias Hurtado". Con el subtítulo: "Habrá importantes premios para los asistentes". Se insertará también el retrato que me pintó Antonio López y que preside el salón de mi casa...
- Perdón... disculpe don Deogracias... todo eso se sale un poco de lo que nosotros tenemos previsto... Lo de insertar una esquela en los periódicos, no hay problema, pero que se publique en la portada... y además de los tres diarios más importantes... No sé... no sé... Además, ¿Ha pensado lo que costaría todo eso...?
- Espera, Luisito, que todavía no he terminado.... Para el funeral, que se celebrará en la parroquia a las cinco de la tarde, se contratará la orquesta sinfónica y coros de RTVE... u otra de características similares, que interpretará la misa fúnebre de Mozart... Después, mientras se efectúa la cremación de mis restos, aquí en el tanatorio, dará un concierto con la "Sinfonía Patética" de Beethoven. Terminados estos actos, como ya habrá anochecido, se quemará de una gran colección de fuegos artificiales...
Don Luis Gutiérrez, el novel director del tanatorio, más conocido por Luisito, no sabía qué actitud tomar. Siempre había pensado que su interlocutor era algo raro, pero nunca pensó que estaba loco de atar... intentó interrumpir la detallada exposición...
- Un momento, Luisito, que ahora viene lo más importante... Como considero que hacer todo este dispendio no serviría de nada si no hay público, se entregará un número a todos los que pasen por el tanatorio y asistan al funeral y los demás actos programados, y entre ellos, al día siguiente, se sorteará ante Notario un premio de un millón de euros.
- No hay duda, pensó el director, ¡está totalmente loco!.. Pero, don Deogracias, se atrevió a balbucir, ¿sabe usted cuanto costaría todo eso?
- Yo he calculado, por encima, que no más de cinco millones de euros... posiblemente, seis... Porque hay que añadir que se preparará un cóctel durante todo el tiempo que dure el velatorio, que podría estar servido por cualquier restaurante local, o si no se atreven, se podría contratar con Sergi Arola... Luego está lo de las plañideras: Quiero veinte plañideras que lloren durante todo el día...
Luisito intentó intervenir, pero no le dejó.
-Sí, ya sé que ahora no hay plañideras profesionales, pero no creo que sea muy difícil encontrar veinte estudiantes de la Escuela de arte dramático... al fin y al cabo sólo tienen que interpretar....
- ¡Ah, se me olvidaba! -el viejo estaba eufórico- mis cenizas se introducirán en un ánfora de oro, que será depositada en la cripta de la iglesia, junto con los restos de los duques que descansan allí... Lógicamente, si el señor cura acepta mis deseos, se le entregará un cheque de otro millón de euros para las necesidades de la parroquia. El traslado de mis cenizas se efectuará en procesión, una vez terminado el concierto y los fuegos artificiales, desde el tanatorio a la cripta de la iglesia, acompañados por toda la corporación municipal, en cuyo caso se entregaría otro cheque con la misma cantidad para reformas e infraestructuras municipales, siempre que no faltase ningún concejal, a no ser por causa mayor y con su justificación notarial correspondiente... Sí, ya sé que todo esto es muy complejo y que supondrá mucho trabajo, pero he pensado que tú eres un chico muy despierto y servicial, y he decido hacerte este encargo...
Ahora, Luisito ya no se atrevió ni a pensar... le miraba con los ojos muy abiertos sin que se le ocurriese ninguna palabra coherente.
- Mañana, a las doce quedamos en el despacho del señor Notario, allí estará también el director del banco y el señor cura; los tres están sujetos a guardar el secreto profesional, porque, lógicamente, todo esto que te he contado es absolutamente confidencial y nadie puede saber nada antes de mi fallecimiento. Haremos los documentos precisos para concretar todos los detalles de mi última voluntad... Tú serás el encargado de llevarlos a cabo... Si se realizan tal y como yo los he pensado recibirías una recompensa de otro millón de euros...
- ¿Aceptas el encargo?