sábado, 18 de octubre de 2008

FIESTA EN CHINCHON.

Como ya he comentado, hoy sábado día 18 de octubre, a las 4 de la tarde, se celebra el Festival Taurino de Chinchón. Vamos a recordar lo que eran los festivales a mediados del siglo pasado, con otra poesía de José Manuel de Lapuerta, que él la presenta así, en el libro "Chinchón en mi recuerdo":

"Chinchón, 1 de Octubre de 1956.
Uno de mis primeros contactos con el alma de Chinchón, fue el Festival taurino que, heredado de Marcial Lalanda, organizaba Julio Aparicio en favor de los Ancianos del Asilo.
Este romance taurino, escrito la víspera de mi segundo festival, recoge el antes y el después de la corrida: cómo y de qué manera influye este "día de Fiesta" en la vida de todo el pueblo, grandes y pequeños.
Fueron mis primeros versos a Chinchón; quizás por ello, les tengo un cariño especial".
FIESTA EN CHINCHON.

Día de fiesta en Chinchón
hay ambiente de alegría
y el aire huele a res brava
y arena en sangre teñida.

Corriendo la calle "El Santo"
sube la chiquillería,
y detrás vienen los hombres
que han dejado la vendimia
y hablan de los buenos tiempos
de Mazantini y Guerrita;
y las mujeres casadas...y las mozas...
y las niñas...que en Chinchón
¡ hasta las hembras
entienden de torería !

A la puerta del Asilo
la gente espera intranquila:-
¡ cuánto tardan los toreros !
y ya es casi mediodía.
( Don Juan, el Señor Alcalde,
acérrimo belmontista,
habla con el Señor Cura
que defiende a Bienvenida).
Y de repente un chiquillo
desde su puesto vigía,
allá en el campo de fútbol
subido en la barandilla:
- ¡Ya vienen! - grita - ¡Ya vienen!
y salta y corre deprisa
para abrir la portezuela
del coche de las cuadrillas.

Se hace silencio, muy corto...
muy corto, porque enseguida
rompe la ovación cerrada,
parece que el aire chilla
y es que, de tanto entusiasmo,
se ha puesto a aplaudir al brisa.

Dentro, en el patio pequeño,
en sus rostros la alegría,
ellos con chaqueta nueva,
y ellas con su ropa limpia,
esperan los ancianitos
a lo largo de dos filas.
Han entrado los toreros,
y, de pronto, una ancianita:
¡Viva Aparicio! ha gritado.
Y una hermana dice: ¡¡Viva!!
Y en los ojos del maestro
hay lágrimas escondidas
que se le quieren salir
y brillar con luz del día
como aquellas lentejuelas
que un bravo toro de lidia
al dar un pase ceñido,
quitó de su taleguilla.
Y después todos los diestros
han pasado a la Capilla
a pedir suerte a la Virgen
y decirle de rodillas
"Dios te salve, Reina y Madre...
y Tu nos guardes María !
Y de los labios de Ella
se ha escapado una sonrisa:
"Estoy muy contenta, Julio,
que, mi hijo, Dios te bendiga,
y sigas haciendo el bien
mientras arriesgas tu vida"
Por la puerta del Barranco
por sexta vez las mulillas
van arrastrando un novillo...
¡Se ha acabado la corrida!
En el ruedo los chavales
juegan con las banderillas
y uno se tiende en el suelo
simulando una cogida.
La música ya ha cesado
en la Casa de la Villa.

Ha sido fiesta en Chinchón.
Todavía hay alegría,
y el aire huele a res brava
y arena en sangre teñida.

viernes, 17 de octubre de 2008

SIMON "EL EREMITA" II

Capítulo Cuarto: Conflicto Laboral.
El lunes se levantó a las seis y media, porque casi no había podido dormir. Se asomó por la ventana y adivinó que en un coche rojo, aparcado delante del portal, había un periodista con un teleobjetivo preparado.
Como todas las mañanas se preparó el café con leche que tomó con unas galletas. Bajó directamente al garaje en el ascensor y no se encontró a nadie, cogió su coche con toda normalidad, pero cuando llegó a la calle advirtió que un coche rojo le seguía de cerca.
Dejó el coche en su plaza de aparcamiento dentro del edificio de la Empresa, por lo que el coche que le seguía no tuvo más remedio que quedarse fuera.
Cuando salió del ascensor en la décima planta se le acercó Matias, el ordenanza:
- Buenos dias, Sr. Castañeda... El Sr. director está en su despacho y quiere verle lo antes posible.
- Gracias, Matias. Dejo mi portafolios en el despacho y paso a verle inmediatamente.
A Simón no le extrañó ni que Edmundo, el Director, estuviese ya en su despacho ni que quisiera verle. Para él la Empresa era lo primero. Tenía cuarenta años. Se había doctorado en Administración de Empresas por la Universidad de Deusto y contaba con toda la confianza del Presidente de la Organización. Estaba casado y tenía dos hijos, aunque ninguna de estas dos circunstancias eran demasiado importantes para él.
- Entra Simón, entra y siéntate.
- Buenos dias, Edmundo, ¿Querias verme?
- Claro que sí. Eres el personaje del dia... ¿Qué se siente cuando uno es famoso..?
- al tiempo que le enseñaba la portada del ABC del dia anterior -
En el tono de sus palabras se podía apreciar un cierto malestar que se esforzaba por no explicitar.
- Es un hecho intrascendente. Dentro de unos dias ya nadie se acordará de esto y me dejarán en paz.
- Vamos, Simón. Yo, mejor que nadie, sé que para tí el dinero es un factor secundario. Me has demostrado en repetidas ocasiones que hay valores mucho más importantes para tí a la hora de tomar decisiones personales... Pero eso de renunciar olímpicamente a cincuenta millones de pesetas cuando ya los tenias en tus manos...- respiró - Porque hablando en teoría, cuando en el fondo se sabe que no lo vas a conseguir, es muy fácil decir que no quieres el dinero... pero lo tuyo... es ¡muy fuerte!
- Pues eso es precisamente lo que me ha motivado: demostrar a todo el mundo que hay quienes somos capaces de no dar al dinero más valor que el que realmente tiene; un valor que es necesario para subsistir... Y esto no quiere decir que vaya aceptar que me rebajes el suelo.-
se atrevió a bromear -
Edmundo forzó una sonrisa y adoptó una postura más hierática. Se le veía incómodo.
- Mira, Simón. El que hayas demostrado que eres una persona culta y con los nervios templados es una satisfacción para todos los que formamos parte de esta Empresa. Por otra parte no era necesaria esta demostración porque todos conocíamos tu valía... Pero esta decisión tuya... No sé... no sé...
- ¿ Pasa algo ?
- Pasar, no pasa nada. Pero ya desde ayer, y hoy a primera hora, he recibido varias llamadas de los medios de comunicación que quieren entrevistarme para pedirme mi opinión sobre el tema... y esto es incómodo...
- Ya verás cómo en un par de dias se olvida todo...
- Eso espero... eso espero.
La puerta del despacho de Simón estuvo mucho más concurrida que de costumbre. Los más allegados pasaban para hacerle algún comentario, la mayoría en tono jocoso, los demás se limitaban a miradas furtivas y cuchicheos en voz baja. Sólo Pilar, su secretaria, le preguntó cómo se sentía . Ella fué la que tuvo que padecer durante toda la mañana un torrente de llamadas telefónicas, desde las de los medios de comunicación solicitando una entrevista hasta la de algunos clientes que querían confirmar que el protagonista de la historia era realmente el "consultor" que conocían.

Capítulo Quinto: Sòlo ante el peligro.
- Mira, Emily, escuchame. Con esto nos forramos. He hecho unos contactos y por un reportaje dando una serie de detalles de vuestra familia, aunque tu padre no haga declaraciones, se pueden sacar por lo menos cinco millones. Si facilitamos fotografias, por ejemplo, del dia de su boda, con vosotros cuando érais pequeños y podemos conseguir alguna de su empresa... hasta podríamos duplicar la cifra.
- Ernesto, esto es muy delicado.. Es mi padre y ya sabes cómo piensa...
- ¿Están tu madre y tu hermano en casa? ... Pues no os movais de ahí. Yo llego en un cuarto de hora y lo hablamos tranquilamente... Si no os parece bien... lo dejamos y no ha pasado nada...
- Vale; no tardes... un beso.
Cuando llegó Ernesto ya se había formado el "cónclave" familiar en el salón. Las posiciones estaban más o menos claras: Emily dudaba, Jorge estaba decididamente en contra, Alejandra no tenía ninguna duda: había que aprovechar esta oportunidad.
- Ernesto, hijo, - ¿era la primera vez que le llamaba así? - dinos en que consiste lo que le has contado a Emily.
- Tengo un amigo que se dedica a eso de las exclusivas. Ha hecho varios contactos con distintas editoriales y existe interés por la historia... Lo ideal sería un reportaje con declaraciones exclusivas de Simón... pero unas manifestaciones de la familia con fotografias que den una imagen real vuestra y hablando de las motivaciones de Simón, también se cotizan...
- ¿Y quien haría el reportaje?
- Pienso que yo soy el más indicado. Por un lado nos garantiza que no se va a publicar nada que no queramos... y por otro lado, esto podría ser una oportunidad para darme a conocer en el medio....
- Yo estoy totalmente en contra de lo que estais planteando. Vamos a vender nuestra intimidad... Me veo alternando, dentro de poco, con Antonio David, Ernesto Neira o cualquiera de los del "Gran Hermano" ...
- Es diferente; ellos se han hecho famosos, en el mejor de los casos, por dar a conocer la parte negativa de su intimidad; nosotros vamos a hablar de una decisión de nuestro padre que le honra, que ha demostrado que tiene una escala de valores nada materialista y que puede ser un ejemplo en este mundo hedonista de final de siglo...
- Te estas pasando, Clara Emilia. Lo que dices es una necedad y además te estas pareciendo a esos presentadores hipócritas que caen precisamente en lo que dicen atacar y son capaces de justificar cualquier barbaridad con el pretesto de dar al espectador una muestra del perfil psicològico de la sociedad en que vivimos.
- Dejaros de disquisiciones filosóficas. Si por no hacer nada ilegal se pueden conseguir unos cuantos millones... ¿Por qué lo vamos a perder?
- Al menos, habrá que consultarlo con papá.
- Ya sabemos que él se opondría. Además dijo que si queríamos los millones que nos presentásemos nosotros al concurso... De alguna forma, en este caso él no tiene que hacer nada... Lo vamos a hacer sólo nosotros...
- Pues yo no quiero participar en ello... y por supuesto, tampoco quiero nada del dinero...
- Hermanito, no te necesitamos. Yo no estaba muy convencida, pero ahora no tengo ninguna duda... No hacemos daño a nadie y puede ser la oportunidad de nuestra vida... Ernesto se dará a conocer... y con esos millones podemos dar la entrada del piso y nos podremos casar el año que viene.
-
Y esto sólo es el principio - interrumpió Ernesto - La clave está en hacer un reportaje que diga pocas cosas pero que insinúe muchas... Esto dará pié a un segundo... y si estais dispuestas a participar en algún programa de televisión... y somos capaces de hacernos rogar... una media de tres millones por aparición no hay quien nos lo quite...
- Adelante, hijo mio -
ya no era la primera vez que le llamaba así - Yo confío en tí y sé que eres una persona sensata... lo que tu hagas estará bien hecho.
- Pues yo me marcho ahora mismo porque no quiero saber nada más del asunto... Y pienso que tendría que decirle a papá lo que estais tramando...
- Eso ni se te ocurra... Ya se enterará cuando vea el reportaje en la revista... ¿Acaso nos preguntó él nuestra opinión para renunciar al dinero...?
- Tienes razón, mamá. Anda, saca el album de fotos de vuestra boda y cuando éramos pequeños para empezar a hacer una selección...


Capítulo Sexto: Despedida.

- Buenos dias, Sr. Castañeda... El Sr. director está en su despacho y quiere verle lo antes posible.
Ya era casi la rutina de todos los dias. Dió las gracias a Matias, el ordenanza, y se dirigió directamente al despacho de Dirección.
Edmundo estaba de pié junto a su mesa, y al verle entrar, sin decirle ni una palabra le ofreció una revista que tenía en la mano:
- Estabas muy elegante con el "smoking" el dia de tu boda...
Tuvo que sentarse. Lo estaba viendo y no se lo podía creer... Era la revista Interviú y en portada una fotografía en blanco y negro del dia de su boda. Titulares: "Simón Castañeda:El hombre que renunció a 50 millones.¿Visionario? ¿Romántico? ¿"Snob"? Su familia lo ve así."
- No me digas que tú no tenías idea de todo ésto...
Un torbellino de ideas inundó su mente. No podía ser cierto, pero no podía negar la evidencia. Intentó calmarse.
- No, no tenía ni idea de todo esto. Sin duda es idea del imbécil de mi yerno que ha convencido a la pusilánime de mi hija y a la víbora de mi mujer.
- Simón, es posible que no sea ahora el mejor momento, pero ya te advertí que esto podría suceder... He tenido muchas llamadas de clientes y en la Sede central están preocupados... Si nuestros clientes son empresarios y el objetivo de sus empresas es ganar dinero ¿ cómo van a valorar el asesoramiento de una persona que está manifestando públicamente que no le importa el dinero..? Entiende que, al menos, sea lógica su reticencia...
- Perdoname, Edmundo. Comprende que, como tu has dicho, ahora no sea el mejor momento para hacer planteamientos profesionales... Ahora me preocupa mucho más la situación personal a la que me ha llevado mi familia... No obstante, te puedo adelantar que no voy a poner ninguna objección a la decisión que estimes más beneficiosa para nuestra Empresa.. Te considero mi amigo y me consta que vas a ser ecuánime... Lo que decidas estará bien...Pilar, mi secretaria, te puede poner al dia de todos los asuntos que ahora tenía en cartera... Se los puedes asignar a Reimondez que también está al tanto de todo y que, sin duda, no tendrá ningún problema para atenderlos con eficacia... Yo, si te parece, me voy a tomar, en principio, unos dias de vacaciones y espero, en casa, que me comuniques tu decisión...
- Simón, yo...
- Por favor, no digas nada... Ya te he dicho que confio en tí.
Salió de la Empresa sin despedirse de nadie. Cuando el fresco de la mañana le acarició el rostro empezó a salir de esa especie de letargo en que había entrado cuando sus ojos se tropezaron con aquella fotografía que durante años había presidido el salón de su casa. Había sentido como que algo muy suyo se había perdido irremediablemente para siempre. Al cruzar por la casa de Campo, paró el coche, lo aparcó junto al lago y dejó que sus pasos se perdiesen por entre los pinos.
Como en una película muda proyectada en alta velocidad, su vida pasó por su mente. Años de ilusiones compartidas, de logros profesionales, de vida familiar fructífera... Después, poco a poco, el hastio, el aislamiento y sobre todo la falta de comunicación que había hecho de su casa una residencia de desconocidos.
Sonó el móvil. Llamaban desde el teléfono de su casa. Lo desconectó sin contestar y siguió deambulando sin rumbo fijo durante no pudo calcular cuanto tiempo.
Eran las cuatro de la tarde cuando entraba en el garaje de su casa. Allí, en la puerta, estaba el coche rojo que ya le era tan familiar.

- Papá, estábamos muy preocupados...
- Estoy bien... pero creo que merezco alguna explicación...
- Nos han engañado. El reportaje que hizo Ernesto era respetuoso... ellos, después, sacaron las cosas de contexto y pusieron el título de la portada...
- La fotografía de novios también la tenían ellos y la pusieron sin vuestro consentimiento, ¿verdad?
- Yo creo que no es para que te pongas así. Al fin y al cabo, no se dice nada irreparable... y han sido diez millones.
- Pues me quitas un peso de encima... con ellos podrás pagar al abogado que negocie nuestro divorcio...

(Continuará el día 19)

jueves, 16 de octubre de 2008

SIMON "EL EREMITA" I




En alguna ocasión me han preguntado de donde había sacado la idea del "eremita". Os voy a contar un pequeño cuento que escribí hace unos años y que titulé "SIMON EL EREMITA". Como es algo largo, lo voy a publicar en varios días, como se hacía antaño con las novelas por entregas:


SIMÓN "EL EREMITA"
Capítulo primero: ¿Quiere ser millonario?
- ¡ Es un momento histórico ! Por primera vez en nuestro concurso, vamos a efectuar la pregunta número quince, que como todos Vds. saben representa que si nuestro amigo Simón, responde correctamente, habrá conseguido la extraordinaria cifra de trescientos mil euros, es decir: CINCUENTA MILLONES DE LAS ANTIGUAS PESETAS...
- ¡ Pero eso será a la vuelta de la publicidad. No se les ocurra marcharse; en unos minutos pueden ser testigos de esta hazaña !
Se apagaron los focos, un ejército de maquilladoras, electricistas, regidores, decoradores, atrecistas, estilistas, asistentes y azafatas invadieron el plató para retocar los últimos detalles. Todos eran conscientes de que se iba a vivir un momento importante para la cadena. Con toda seguridad iban a alcanzar el mayor "share" del mes. Pero además esas imágenes se iban a repetir, con toda seguridad, no sólo en los programas de entretenimiento, sino que iba a ser noticia de apertura de varios telediarios.
Todos los teléfono empezaron a sonar. El Director General de la Cadena llamó al director del programa para darle ánimos. El Responsable de Publicidad dió instrucciones muy precisas de los "spots" que se debian incluir, aunque no estuvisen programados.
El presentador casi tuvo que apartar de un manotazo a la maquilladora que se empeñaba en disimular las gotas de sudor que le corrian por la frente.
Sólo Simón, aparentaba una total tranquilidad. Estaba viviendo esta esperiencia como un espectador privilegiado en una localidad "vip".
- ¡ Sesenta segundos ! gritó el regidor mientras levantaba su mano derecha, dispuesto a dar la señal de la reanudación del concurso.
Los focos inundaron, de nuevo, el plató, un ayudante levantó la pizarra en la que se leía " aplausos ", el presentador se ajustó el nudo de la corbata, bajó la mano del regidor...
- De nuevo con todos Vds. para vivir este momento histórico. Estamos en directo, - y mirándose al reloj - son las dieciocho horas y veinte minutos, y vamos a efectuar la pregunta número quince a nuestro amigo Simón...
Dirigiendose al concursante: ¿ Nervioso ?
- ¡ No !
dijo lacónicamente Simón, mientras veía en el monitor un primerísimo plazo de su cara.
- Sabes que no te queda ningún comodín. Has contestado, hasta ahora, con mucha seguridad; y si aciertas esta última pregunta vas a conseguir los CINCUENTA MILLONES. ¿ Qué piensas hacer con ellos ?
- Si te parece, primero jugamos y después ya habrá tiempo para pensar en ello, dijo Simón, sin que en su cara hubiese ningún signo de ansiedad.
- Pues vamos a ello. Por cincuenta millones de pesetas, díganos:
- Qué emperador de China, que vivió entre los años 248 y 195 antes de Cristo, fué el fundador de la Dinatía Han ?
A: Kao-Ti. B: Kao-Tsang. C: Kao-Tsu. y D: Kao-Tsung.
Aunque al regidor se le olvidó levantar la pizarra de "silencio", nadie se atrevía ni a respirar.
- Ya sabes, Simón, que te puedes plantar con los veinticuatro millones de pesetas que tienes ganados hasta ahora. Si no aciertas en la respuesta tendrías el premio de un millón y medio que ya es tuyo... ¿ Qué decides ...?
- Voy a contestar...La respuesta correcta es la A: Kao-Ti.
- A Simón se le ve muy seguro en su respuesta, vamos a marcar en ambar la respuesta A, pero... - Ahora el primer plano era de la cara del presentador - ¿ Fué Kao-Ti, el Emperador Chino, quien entre los años 248 y 195 antes de Cristo, fundó la Dinatía Han ?
Aquellos dramáticos seis segundos en los que la cámara enfocaba un primerísimo plano de los ojos de Simón, se hicieron eternos para los casi cinco millones y medio de espectadores que en eso momento sintonizaban la cadena...
- Síiiiiiiiii........
El realizador, manteniendo el primer plano de Simón, en el que apenas se pudo adivinar una ligera sonrisa en sus ojos, hizo un fundido con la vista panorámica del público que se había puesto de pié y aplaudía frenético sin necesidad de las indicaciones del regidor que intentaba, en vano, controlar la situación.
- Mi más sincera enhorabuena, Simón...
El presentador intentaba hacerse oir, mientras se acercaba a Simón con un cheque bancario en el que figuraba la cifra redonda de cincuenta millones.
- ¿ Contento ?
- Sí, mucho... pero, ¡ renuncio al premio !
- ¿ Cómo ? ¿ Ha dicho ...?
- Sí, que renuncio al premio... que no quiero el dinero...
- ¡ Pero eso no es posible...! ¿ Quiere decir que dona el premio a una ONG o Cáritas o a cualquier organización benéfica ?
- No. Simplemente que renuncio al premio. Si Vds. lo quieren donar a quienes les parezca, me parece muy bien... Yo no lo quiero.

Capítulo Segundo: Hogar, dulce hogar.
- Desde luego, ¡ tú, Simón, eres imbécil !
- Pero, ¿ en que estabas pensando, papá ? ¿ te has vuelto loco ?
- Ya estais con vuestra manía de hacer juicios de valor... Vamos, papá, danos una explicación de lo que te ha motivado a renunciar al premio.
- Gracias, hijo, al menos me das laz oportunidad de explicarme antes de empezar a insultarme como tu hermana y tu madre. Pues sí, os voy a dar "mis" razones para justificar esta " locura "...
Esta no ha sido una decisión precipitada, ha sido una decisión con premeditación, nocturnidad y alevosía...
- ¡ Y encima, nos tomas el pelo !
- No, si es la verdad. Cuando llamaistis al programa, sin mi consentimiento y me obligasteis a ir, a pesar de mis argumentos de que me exponía a hacer el ridículo y de que el dinero que podía ganar no lo necesitábamos, se me ocurrió la idea...
Hizo una pequeña pausa, y continuó:
- Si os dais cuenta, en todos los programas de televisión, y no sólo en los concursos, en todas las promociones comerciales, el dinero es la única motivación, y, por el dinero, la gente es capaz de cualquier cosa. Por otra parte cuanto más dinero hay en los premios, mayor es la audiencia. Los espectadores "viven" con los concursantes la posibilidad de solucionar de golpe todos sus problemas económicos y cambiar su vida sin tener que recurrir al esfuerzo diario...
- No te enrolles, papá, y ve al grano...
- De acuerdo, hija, voy al grano. Se me ocurrió que podía ser saludable que alguien, al menos una vez, dijese a todo el mundo que el dinero no lo era todo y que además lo demostraba. ¡ Ha sido la mayor satisfacción de toda mi vida !...¡ La cara que se le quedó al presentador..!
- ¡ Toma !, y a nosotros.
- ¿ Pero, papá, no pensastes que con esos cincuenta millones, Jorge Eduardo y yo tendríamos solucionado el problema de la vivienda, por ejemplo?
- En eso, Clara Emilia, tiene razón...
- Mirad, de esos cincuenta millones, la mitad se los queda Hacienda... Y además, vosotros lo que tenéis que hacer es trabajar, como hemos hecho todos, renunciar a muchos de los caprichos innecesarios que tenéis... o, al menos, id vosotros al concurso, y ganad los millones...
- Yo sabía que tu eras un poco raro, pero nunca pensé que podias ser tan memo.
Era lo que podríamos llamar una familia feliz...
Simón Castañeda López de la Hiruela, tenía cincuenta y ocho años. Aunque había hecho el bachillerato de letras terminó la Carrera de Económicas, después de hacer la de Filosofía y Letras. Tuvo suerte y después de trabajar en varias pequeñas empresas terminó formando parte del "staf" directivo de una multinacional dedicada a la Auditoría y al Asesoramiento a Empresas. Estaba muy bien considerado no sólo entre sus compañeros sino también en la Casa Matriz.
Alejandra Muñoz Cienfuegos, debía tener, aproximadamente, sus mismos años. Se conocieron en el Ramiro de Maeztu. Terminó Derecho y empezò a colaborar en el bufete de su padre, al frente del cual quedó cuando él se jubiló; aunque últimamente había ido dejando, poco a poco, la mayoría de los asuntos en manos de Saturnino Fernández, el hijo y sucesor del que fuera socio de su padre en el bufete Muñoz&Fernández que había llegado a conseguir un merecido prestigio de solvencia profesional, seriedad y eficacia en materia de Asesoría mercantil y fiscal.
Jorge Eduardo Castañeda y Muñoz, nació en el año 1970, fué un chico aplicado y terminó sin grandes problemas la licenciatura en Derecho en la Universidad Autónoma de Madrid. Colabora con Saturnino en el Despacho y está terminando un Master en Derecho Fiscal por la Universidad Carlos III. No tiene novia.
Clara Emilia Castañeda y Muñoz, es dos años más jóven que su hermano. No fue muy buena estudiante y se decidió por la Carrera Técnica de Ciencias de la Información, en su rama de Audiovisuales, que terminó el pasado mes de septiembre. Todavía no ha encontrado trabajo y está decidida a hacer un curso de diseño por ordenador del que le han hablado muy bien. Su novio, Ernesto, tiene treinta años, es periodista y colabora con varias publicaciones. No han pensado todavía en casarse, porque son jóvenes y tienen que disfrutar de la vida. ¡Ah! lo de Clara Emilia sólo se lo llama su hermano, para todos los demás es Emily.
- Sí, ¡que eres memo! Que con esos millones podíamos habernos comprado el apartamento en la Playa o cambiar de coche, que con esa manía, también tuya, de que no te gustan los coches llevamos ya casi quince años con el mismo cacharro que el día menos pensado va a dejarnos tirados en cualquier parte.
- Ringgg... Ringgg....
- ¿ Sí ? Dígame... Sí..... No sé ... Sí... No, yo soy su hija.... Sí.... Espere un momento, se lo voy a decir....
- ¡ Papá, es el Director del Programa, Dice que si te puedes poner...
- ¿ Qué quiere ?
- No lo sé; no lo he entendido muy bien... parece que quiere que reconsideres tu postura y que aceptes el dinero.
- ¡Díle que no me quiero poner! ¡ y que no voy a cambiar de opinión !...¡Díselo así!.... ¡ que..... no .... lo ....quie... ro....!
- ¡ Tenias que ser de tu pueblo ! Dicen de los de Aragón... Además, ¿ Has pensado de lo que van a decir tus jefes, el lunes, cuando vayas al Despacho?
- No tienen por qué decir nada... Como mucho que soy una persona para el que el dinero no lo es todo...
- ¿ Y los amigos ? ¿ Qué van a decir los amigos ?
- Sabeis que os digo, ¡ que me importa un pimiento todo lo que piensen mis jefes, mis amigos y... mi familia ! Me voy a acostar.¡ Espero que mañana, cuando vayais a misa, no os parezca mi decisión tan abominable...
Capítulo Tercero: Opinión Pública.
- Buena la armaste ayer, Papá. Mira lo que dice el ABC:
"¡¡INSÓLITO!!: Un concursante renuncia a los 50 millones que había ganado"
En portada, bajo una fotografía de un primer plano de Simón, la palabra "insólito" entre admiraciones ocupaba una tercera parte de la página. Debajo, ya en letras más pequeñas, se daba cuenta de la renuncia a los millones.
Después, en la sección de sociedad, además de dar los detalles de lo ocurrido,a lo largo de cuatro páginas, se hacía una improvisada encuenta entre diversas personalidades de la política, de la Iglesia, de la sociología y de la opinión:
- "Ya era hora de que alguién demostrase que el dinero no lo es todo." - "Hay personas que no saben lo que hacer para llamar la atención." - ".. lo bien que hubiese venido ese dinero para cualquier ONG..." - "No debe estar en su cabales." - "Sólo por ideales religiosos se puede hacer una cosa así." - "La coyuntura económica de nuestro pais ha hecho que una conducta de este tipo sea la excepción que pone de manifiesto la degradación de la conciencia social en vigor."
- "Sin duda es un montaje de la Cadena de Televisión para hacerse publicidad." Con mayor o menor amplitud todos los diarios de tirada nacional daban la noticia de la renuncia de Simón.
Cuando esa mañana, como todos los domingos, salió de casa con su mujer para ir a misa de doce, Simón empezó a notar que los vecinos y conocidos del barrio le saludaban de una forma distinta... y después se quedaban cuchicheando en voz baja.
Al salir de misa, D. Onofre, el párroco, se hizo el encontradizo y le comentó lo bien que vendrían un par de millones para arreglar el tejado de la Iglesia...
Cuando le dijo a su amigo Eduardo que hoy no se iba a quedar a tomar el aperitivo, éste, que era el Presidente del Club de futbol del barrio, le insinuó la posibilidad de que cambiase de opinión y parte del premio dedicarlo al acondicionamiento del campo... que, desde luego, a partir de ahora se podría llamar "El Simón Castañeda"...
Dejó que su mujer se acercase sola a comprar el pan y, a toda prisa, se refugió en su casa, no sin antes tener que soportar el subir cinco pisos en el ascensor con su vencina del octavo que le miraba como si fuese un dinosaurio, aunque sólo se permitió comentar que el tiempo que estaba haciendo no se corrrespondía con la época del año...
- Papá, mira: Han llamado de Telecinco, de la Revista Interviú y de la COPE. Te he anotado los teléfonos y los nombres de las personas que han insisitido mucho en que están nuy interesados en poner en contacto contigo...
- Puedes romper todas esas notas, porque no pienso hablar con ninguno de ellos. Y a partir de ahora, si llama alguien, le dejais muy claro que no se molesten, porque no van a conseguir nada.
- Ringgg... Ringggg...
- Abre, Emily, debe ser tu madre que no se ha llevado las llaves...
- ¡Que vergüenza!...Vengo sin el pan... No veais cómo me miraban cuando he entrado en la panadería... Alguien ha dicho algo que no he logrado entender y todos se han puesto a reir...Me he marchado.. ¡qué vergüenza!... Y todo por tu culpa... Por favor, hija, dame un vaso de agua que me está subiendo un sofoco...y me va a dar algo...
- Tranquilízate, no es para tanto... Ya verás como en dos dias ya nadie se acuerda de esto y nos dejan en paz..
- ¿ En paz ? Cuando he llegado a casa, en el portal había un periodista con un fotógrafo que querian a toda costa subir a casa para hacerte una entrevista...
- ¿Les habrás dicho que no...?
- ¡Claro que les he dicho que no...! Conociéndote a tí.... Pero no pienses que se van a dar tan pronto por vencidos... A esos los tienes aquí hasta mañana, si no sales antes... ¡ qué sofoco !
- Toma, mamá un vaso de agua fresquita.... por cierto, ha llamado Ernesto y le he invitado a comer...
- Pues como no hagas tú la comida... yo no estoy para meterme en la cocina...
- Podíamos pedir algo al Chino - intervino Jorge Eduardo, que había asistido interesado al debate familiar y que se temía que iba a terminar haciendo de pinche si no se aceptaba la sugerencia de la comida china.
Simón apoyó la propuesta para cortar posibles tensiones añadidas, y mientras sus hijos hacian la lista del pedido se pasó a su habitación para ponerse cómodo.
- Papá, he pedido para tí dos rollitos de primavera y ternera en salsa agridulce, ¿Te parece bién?
- Si hija,
le contestó desde su habitación mientras se colocaba las zapatillas de estar por casa.
Media hora más tarde llegó Ernesto. Traía todos los diarios que daban noticia de lo ocurrido. Cuando Emily le abrió la puerta le hizo señas para que los dejase en la mesita del "hall" y se llevó el dedo a los labios para pedirle silencio.
Cuando se sentaron a la mesa eran las tres de la tarde y en Telecinco empezaban las noticias. Un primer plano de la cara de Simón llenó toda la pantalla y debajo aparacía un subtítulo: "Renuncia a 50 millones". A continuación pusieron toda la secuencia de la última pregunta del concurso para cerrar con sus palabras:
" No. Simplemente que renuncio al premio. Si Vds. lo quieren donar a quienes les parezca, me parece muy bien... Yo no lo quiero."
Y el presentador prosiguió:
- Ahí lo tienen, señores espectadores. D. Simón Castañeda renunciaba así,con esta tranquilidad, a cincuenta millones de pesetas... ¿Altruismo..? ¿Snobismo..? Nosotros hemos intentado ponernos en contracto con él para que nos ampliase sus motivaciones, pero ha sido inutil, se ha negado a contestarnos. Saquen cada uno de Vds. sus conclusiones....
En todas las cadenas se hicieron eco de la noticia y en todas prometian intentar averiguar las "verdaderas" motivaciones de Simón para haber tomado esta decisión.
- Bueno, ¡ya está bien!, poned la 2, que va a empezar el ciclismo.
En la comida, prácticamente, nadie habló. Lo indispensable para pedir el agua, el arroz tres delicias... y poco más. Después que tomaron los plátanos fritos con miel y las nueces cantonesas con nata, que habían pedido de postre, Simón se levantó y sacó la botella de Chinchón dulce, mientras su hija empezaba a servir el café que había preparado en la cocina.
- Tu, Alejandra, ¿un poquito de anis en el café?
- Ya sabes que no puedo, porque estoy a régimen... Y además no tienes por qué ponerte amable conmigo...
Después dirigiéndose a su futuro yerno, que durante toda la comida, además de no decir palabra no se había atrevido a levantar los ojos de la mesa, le preguntó:
- Bueno, Ernesto, ¿Qué opinas del numerito que montó anoche tu futuro suegro?
- En fin... yo pienso... Bueno, creo que cada uno es muy libre de actuar como piensa...
- Sí pero eso de renunciar a cincuenta millones... ¡Hay que ser un poco memo..!
- ¡Vale, ya! Creo que anoche os dejé bien clara mi postura y no voy a volver a repetirlo. Al que le guste, pues muy bien; y al que no le guste...
No se atrevió a terminar la frase, aunque todos lo entendieron. Ernesto pidió permiso con los ojos a su novia y ante la aprobación de esta se atrevió a decir:
- La verdad es que renunciar a los cincuenta millones ha sido un golpe de efecto importante. Hoy todos los periódicos dan la noticia. El ABC le dedica la portada y más de cuatro páginas en la sección de sociedad...Y ya habeis visto la cobertura que las televisiones están dando a la noticia. Si se sabe aprovechar... esto puede valer mucho más de cincuenta millones...
- ¿Que quieres decir? preguntó su suegra, mientras en sus ojos volvía a aparecer una chispita de interés.
- Pues eso, que si se da un poco de suspense, y se negocia una buena exclusiva... Si se seleccionan varias entrevistas en los programas de mayor difusión... eso puede valer más de cincuenta millones... Yo conozco el medio y podría conseguirlo facilmente... En fín... eso si os parece bien...
- ¿Cómo me va a parecer bien..? ¿Cómo tengo que decir que no quiero dinero..?
Se levantó, cogió el suplemento dominical y se encerró en su cuarto.
El teléfono no paró de sonar en toda la tarde...
(Continuará... mañana)

miércoles, 15 de octubre de 2008

EL VIEJO RELOJ DE CUCO.


Cuando mis dedos se vistieron de terciopelo llené de caricias sus pensamientos, hasta que se paró el tiempo porque los relojes anunciaron que él se había marchado. Entonces, el viejo dolor de penas ya casi olvidadas se aposentó en mi vida, los suspiros tornasolados por lunas plateadas se adueñaron de mi existencia y los sinsabores de fresa y de hierbabuena me acompañaban en un errar cansino por caminos que iban a ninguna parte. Así la conocí. Alguien me la presentó y la invité a mi casa donde, antes de que yo me diese cuenta, se quedó de ocupa en el desván de mi memoria. Allí nos veíamos; yo solía subir por aquella escalera de caracol con peldaños de ansiedad, para hacernos compañía. Ella me esperaba a oscuras cuando el sol salía de excursión por las tierras del sur y los fantasmas de sombras opacas se asomaban a las ventanas. A veces, soñábamos con esferas luminosas, con fríos globos multicolores, con jardines que olían a buganvillas en sazón a la caída de la tarde. Cuando soñábamos con olas rizadas y barcos de pequeñas velas azules y blancas, yo casi me olvidaba de ella; pero todos los días volvía el alba con sus despertares grises y apagados.
Pasamos las horas muertas cuidando y dando cuerda a mis relojes. Había muchos y era imposible que todos marcasen la misma hora. Algunos eran grandes, los que medían el tiempo de los acontecimientos importantes: el tiempo del amor y los tiempos del desamor, porque siempre son más duraderas las épocas en que nuestro corazón pena suspirando por otros tiempos felices. Otros relojes, los pequeños, sólo señalaban los hechos triviales: la hora del trabajo, de la siesta o, como mucho, de las tertulias alrededor del brasero. Medio escondido, estaba también el viejo reloj de cuco, con su péndulo dorado, que esperaba paciente a que la parca le diese cuerda para marcar la hora exacta de la muerte. De pequeña, me dijeron que las agujas de ese reloj siempre giraban al revés y que cuando empezaba a andar ya no se detenía hasta la hora fijada por el destino. Muchas veces había estado tentada de ponerle yo misma en marcha, pero ella nunca me dejó. ¡Pobre soledad! Llegamos a ser casi felices.
Siempre fue una amiga fiel; al principio ella me esperaba paciente en casa sin apenas hacerme reproches si algún día llegaba tarde. Después se empeño en venir conmigo, al trabajo, de paseo, al mercado, incluso a las fiestas que me invitaban; fue una sensación nueva: estar con soledad en compañía.
Tuve que dejar a todos los amigos; también a los conocidos. Distancié las visitas a la familia para quedarme sola con mi soledad. Su presencia se iba haciendo agobiante de día en día. Ya ni podía trabajar, estaba obsesionada con llegar a casa para estar a solas con ella. La nuestra era una relación etérea, casi lésbica, absorbente y exclusiva que no dejaba lugar para nadie más. No lo podía soportar, pero la soledad es así, lo quiere todo para ella y nunca se lo perdoné. Y ella también me dejó. Entonces vi, entre complacida y aterrada, cómo el péndulo dorado del reloj de cuco iniciaba un lento balanceo y que sus agujas, no sé si movidas por la desesperación, por la ansiedad o por el hastío, habían comenzado su lento desandar hacia el ocaso luminoso que se empezaba a vislumbrar en el horizonte.
Me había quedado sola, sola sin nadie; sin amigos, sin compañeros, sin familia, sin trabajo, sin marido y sin hijos; sola sin soledad, sola sin esperanza; sólo, sola.

martes, 14 de octubre de 2008

OTOÑO


Hay nubes llenas de pena
en el cielo de esta tarde.
No hay niños jugando al corro
en la esquina de mi calle,
ni manos juntas que sueñan
entre las flores del parque,
ni pájaros en las ramas,
ni cisnes en el estanque.

Sólo unos ojos de niña
pegados a los cristales,
y una tristeza en el canto
de la lluvia cuando cae...

Es como un algo lejano
que no es mio ni es de nadie:
es como sentir de pronto
que te está doliendo el aire.


José Manuel de Lapuerta.
Madrid, 3 de mayo de 1969

lunes, 13 de octubre de 2008

LA BOLSA.


Sin que sirva de precedente y sólo por la coyuntura económica mundial, me he permitido "apropiarme" de la viñeta de Forges en el País de hoy. Tambien trascribo el siguiente titular:
El Ibex registra la mayor subida de su historia.

La respuesta de la UE anima a los mercados e impulsa al selectivo español a ganar un 10,65 tras el desplome del viernes y situarse cerca de los 10.000 puntos.- El Dow Jones y el resto de los mercados europeos también en beneficios
ELPAÍS.com - Madrid - 13/10/2008
Lo siguiente es de fabricación propia:
Yo nunca entendí bien eso de la bolsa; y eso que me lo explicaron muy bien. Era algo así como que todo dependía de la oferta y la demanda. El valor real quedaba, más o menos, en un segundo lugar. Me dijeron que el único secreto estaba en tener buena “vista” y comprar algo que después quisiesen otros, y entonces venderlo y realizar los beneficios. Y para obtener ese beneficio no había que trabajar, sólo esperar. Alguien me dijo que eso se llamaba “especular”
En cambio si entendí muy bien eso del “valor añadido”. Algo se iba haciendo cada vez mayor con el esfuerzo y la contribución de muchos que iban añadiendo, cada uno, su poquito de valor hecho de esfuerzo y de trabajo. El valor final era la suma de los pequeños valores que se iban añadiendo; y el beneficio se repartía entre todos en función de la aportación de cada uno.
Pero lo que menos entendí de la bolsa era aquello de que el valor de las acciones de una empresa podía varias por causas absolutamente exógenas a la propia empresa. Un día EEUU decidía invadir Irak o Bin Laden se cargaba las torres gemelas, y el valor de las empresas caían por los suelos; aunque varios días después, manteniéndose la invasión y con las torres caídas, las bolsas volvían a subir.
Pero ahora, no. Ahora dicen que la cosa es distinta. Los bancos que hasta antesdeayer estaban ganando el dinero a espuertas, ahora están en crisis y no tenemos más remedio que ayudarles. Las grandes constructoras que se hicieron de oro en la última década, y “guardaron a buen recaudo” sus beneficios, presentan suspensiones de pago y piden a gritos ayuda al “padre estado”.
Sinceramente, esto de la bolsa no lo entiendo. Y es que la bolsa es y ha sido el emblema del capitalismo. Fracasado el comunismo a mediados del siglo pasado, la única alternativa era el capitalismo. Y parecía que nada podía hacerle tambalear. La sagrada ley del mercado se había adueñado de la economía mundial y nadie se daba cuenta que algo estaba empezado a fallar.
Se podía ganar dinero – mucho – sin dar golpe. Nadie parecía conformarse con las ganancias y cualquier medio era justificado cuando el fin era enriquecerse. Pero lo que era verdaderamente peligroso era el sentir que cualquiera que se conformaba con ir aportando su “valor añadido” a un proyecto para ganar el sustento, era considerado como un “mindundi”. Y es que el problema no está en la bajada de la cotización de muchos de los valores bursátiles, el verdadero problema es la falta de cotización de los “antiguos” valores de la honradez, el trabajo, el altruismo, y esas cosas que, lógicamente, no integran el IBEX 35.
Desde luego hay que salvar la economía mundial, hay que inyectar dinero líquido a la economía, pero debemos estar muy atentos para evitar que se intenten socializar las pérdidas y privatizar los beneficios de las empresas.
Sin duda, puede que estemos llegando a una nueva sociedad, una sociedad globalizada e intercomunicada en la que el desmán de un desaprensivo en cualquier lugar del mundo puede provocar una crisis de repercusiones imprevisibles en la economía mundial. Por lo tanto, esperemos que nuestros gobernantes tomen las medidas para volver a unas reglas de juego más acordes con esos viejos valores que se deberían incluir en DOW JONES, en el DAX, o al menos en el IBEX, para general conocimiento.

CHINCHÓN EN TIEMPOS DE BENITO HORTELANO:

En varias ocasiones me he referido ya a Benito Hortelano. Había nacido en Chinchón el día 3 de abril de 1819 (dicen que a las diez de la mañana) y fueron sus padres D. Juan Hortelano y dña. Josefa Valvo, que antes habían tenido ya doce hijos más. En sus “Memorias” nos describe así a Chinchón:
"Una campiña fértil y pintoresca, inmensos viñedos, olivos y tierras de panllevar componen la jurisdicción de esta villa, que está blasonada con los títulos de Muy Noble y Muy Leal. Exquisitas y abundantes aguas se encuentran en todo su distrito. Huertas y jardines riegan aquellas aguas, y convidan sus arboledas, de antiguos y copudos álamos negros, a pasar deliciosos días de campo bajo su fresca sombra y al arrullo de sus cristalinos arroyuelos que entre el verde césped serpentean. La variedad de pájaros que tímidamente se posan en los tristes y abatidos paraísos arrullan con sus melodiosos trinos la imaginación de los dichosos moradores de la noble villa. El ruiseñor, el jilguero, la alondra, el pardillo y otra variedad de inocentes avecillas tienen allí sus placeres."
Estas Memorias las escribió en el año 1860 cuando tenía 41 años. Moriría, después, cuando le faltaba menos de un mes para cumplir los 52. Su vida había sido azarosa, llena de sobresaltos y de avatares, estaba en tierras lejanas y, la melancolía se debió de apoderar de él en uno de esos días en que la nostalgia es más fuerte que la realidad y le llevó a idealizar su pequeño y lejano pueblo, allá en la meseta castellana. O mucho ha cambiado Chinchón, o no se le puede reconocer en la bucólica descripción de nuestro intrépido paisano.
"El pueblo está construido en una angosta cañada y terreno muy quebrado; las calles están empedradas y son inaccesibles para carruajes por su ásperas pendientes. Hay una Casa Municipal, una plaza espaciosa con balcones corridos y de tres o cuatro pisos (¿?). Dentro del pueblo existen tres fuentes públicas y varias particulares. Hoy (1860) hay dos cafés, varias alojerías, o sean establecimientos de helados, por cierto que los tienen bien exquisitos desde tiempo inmemorial. Existen dos Sociedades o Casinos literarios y de baile. Hay un teatro como para 600 personas, una cancha de pelota y otros establecimientos, posadas, billares, etc."
El teatro a que hace referencia no es el actual dedicado a Lope de Vega, que se inauguró en el año 1891, construido por la Sociedad de Cosecheros de Chinchón en la parcela de la Plazuela de Palacio que compraron a la condesa de Chinchón, y que había sido el solar del primitivo palacio de los Condes. El teatro citado debió de estar ubicado en los Alamillos y que posteriormente se dedicó a salones de baile.
"Antiguamente había muchas fábricas de paño, que fueron muy renombradas; 22 fábricas de jabón, que también tienen mucha fama y 14 molinos de aceite. De las primeras no existe ninguna; de las segundas quedan algunas.Hay fuertes y sólidos capitales, pues sus frutos, que consisten en vinos y legumbres, tienen un excelente mercado en Madrid, al que abastecen en no pequeña cantidad, particularmente en vino y aguardiente de anís, que con tanta justicia es celebrado; patatas, ajos, melones, judías, etc., son los productos que suministran a la Corte. El trigo, aceite y otros artículos, todos necesarios a la vida, se dan en abundancia para su consumo y algo más, por lo que no tienen que importar de afuera sino géneros manufacturados. El calzado se fabrica en el pueblo y los cueros se curten en las tenerías allí existentes. Con dificultad se encontrará un pueblo que tenga menos necesidades de afuera que éste, porque los géneros toscos, que son el mayor consumo, también se hilan y fabrican en él".

domingo, 12 de octubre de 2008

LOS FESTIVALES TAURINOS DE CHINCHON.

El día 17 de octubre de 1931, se coloca en la fachada del Asilo de San José una placa dedicada a Marcial Lalanda. Esta placa se quitó cuando se hizo la última restauración y, desgraciadamente, desapareció junto con la que se había colocado en homenaje a Julio Aparicio.
Años después, posiblemente en desagravio por la desaparición de estas lápidas, el Ayuntamiento de Chinchón, colocó en el porche del jardín cuatro lápidas iguales en reconocimiento a los cuatro toreros que hasta la fecha se han encargado de organizar los festivales taurinos.
Estas placas de mármol nos dicen que los toreros han colaborado en el mantenimiento de esta institución, organizando los ya célebres festivales taurinos de Chinchón.
Las necesidades asistenciales del Asilo requieren más fondos de los disponibles y la situación económica requiere adoptar medidas para captar fondos.
En Chinchón siempre hubo una tradición de ayuda a los necesitados, también hubo, desde antiguo, una gran tradición taurina. Estas dos tradiciones se unen y se crea la tradición de los festivales benéficos. Ya hemos contado que Salvador Sánchez Frascuelo toreó varias corridas a beneficio de los pobres en el último tercio del siglo XIX. Es ahora Marcial Lalanda quien toma el testigo y desde el año 1923 se encarga de organizar un festival taurino con carácter permanente para garantizar la supervivencia del Asilo de San José.
Después, fue Julio Aparicio quien tomó la responsabilidad de la organización del Festival de Chinchón desde el año 1953 al año 1980. Durante estos años también llegaron a Chinchón las figuras más importantes del toreo. Sin ánimo de hacer una lista exhaustiva, podríamos citar, a Luis Miguel Dominguín, Antonio Bienvenida, Antonio Ordóñez, Paco Camino, El Viti, Antoñete, y los rejoneadores Ángel y Rafael Peralta.
En el festival del año 1964 el marqués de la Valdavia impone a Julio Aparicio la Cruz de Beneficencia, que le había sido concedida por haber toreado más de doscientas corridas benéficas.
En el año 1958 es nombrado hijo adoptivo de Chinchón y se coloca una placa en su honor junto a la de Marcial Lalanda en la fachada del asilo.
El 5 de diciembre de 1970 la recién creada Asociación de Amigos de Chinchón concede a D. Marcial Lalanda y a don Julio Aparicio su primer "Ajo de Oro", distinción instituida para premiar a las personas que se distinguiesen por sus acciones a favor de Chinchón.
Desde 1981 se encargó de la organización del festival el rejoneador don Manuel Vidrié de quien tomó el relevo Julio Aparicio, hijo, en el año 1994. Para no hacer más extenso este apartado sugiero la lectura del libro "Toros en Chinchón" de J.M. Sánchez Vigíl y C. Alonso, donde encontrarán todos los pormenores de lo que aquí solamente se ha esbozado.
Con el paso del tiempo el resultado económico de los festivales fue cada vez más reducido, por ello, los responsables del patronato del Asilo decidieron, en el último tercio del siglo XX, solicitar ayuda económica a la Diputación Provincial, ya que habían aumentado considerablemente los gastos por haber aumentado el número de los ancianos que estaban acogidos.

Hay que destacar que los festivales taurinos, además de su labor caritativa, fueron el embrión del turismo de Chinchón. La gran afluencia de visitantes que cada fin de semana llegan hasta aquí, nos hacen recordar lo que antes se producía solamente el día del Festival.
Hay también que reseñar que para la realización de estos festivales, además de la inestimable y altruista participación de los toreros era imprescindible una infraestructura organizativa en Chinchón. Desde aquí quiero dejar constancia del trabajo, casi desconocido que hicieron muchas personas, entre las que podríamos destacar a don Pablo Cámara, a don Pedro del Nero y muy especialmente a don Mateo de las Heras, que además de implicarse en los trabajos de organización nos dejó unas interesantes crónicas de todos los festivales, gracias a las cuales, se han conservado datos imprescindibles para conocer su historia.