domingo, 7 de diciembre de 2008

CINCO CARTAS AL PAPA. III


Madrid, 2 de Noviembre de 2007.
Su Santidad Benedicto XVI.
Ciudad del Vaticano.Roma.(Italia)

Santo Padre:
Ahora que ya ha pasado el tiempo desde la muerte del anterior Papa, del que S.S. fue íntimo colaborador, quiero comentarle que me parece desmesurado todo lo que se ha dicho sobre él; pero ya se sabe lo que pasa en estos casos, cuando uno muere todos son parabienes. Yo creo, y posiblemente sea deformación profesional, que Juan Pablo II tuvo una personalidad arrolladora y fue una personal fiel y consecuente con sus principios pero que, después de los veintitantos años de pontificado, la situación de la Iglesia ha experimentado un retroceso en la sociedad occidental; fue capaz de llenar los estadios en un día pero las iglesias se han ido quedando desiertas poco a poco. Los jóvenes le aclamaban, porque ya se sabe lo que les va la marcha, pero en las parroquias se van quedando sólo las viejas.
Claro que estamos hablando de una empresa divina, porque en una empresa comercial sus resultados quedarían, al menos, en entredicho.
Pero no debe hacerme demasiado caso, porque yo no debo estar suficientemente informado, y lo que acabo de escribir contrasta con las opiniones mejor fundadas y seguro más sensatas de tantos y tantos que han alabado le extraordinaria personalidad y la ingente obra de su predecesor, para el que no dudan en pedir su pronta beatificación.
No, no debe hacerme caso a mí.
Rece por este pobre católico en crísis.