miércoles, 19 de noviembre de 2008

EL FORMIGO CONFORTATIVO.


Existe en el Archivo Histórico “Ciudad de Chinchón”, un documento catalogado con el número de signatura 16415, que recoge lo que bien podría ser la primera receta de la que se tiene constancia documental en Chinchón.
Es una receta que puede estar clasificada como culinaria y también como medicinal. Escrita en castellano antiguo y con una grafía de difícil lectura -como se puede observar en la reproducción- la hemos podido descifrar gracias a la inestimable colaboración de Pepe Zumel, reponsable del Archivo, que nos ha facilitado la siguiente transcripción:
Receta para haser formigo confortativo para la cabeza e salud de cuerpo e para muchas enfermedades que en él se engendran toma hun (sic.) celemin de harina de trigo muy bien cernida cuatro veces e gengibre blanco e canela fina e cla- vos de giroflé e granos de parayso e junçia en- ramada e macias. una onza de cada cosa e aza- fran media honza e alcaparra dos honzas o a este respecto mas o menos según la cantidad que tomares de la harina e todo esto sea molido e cernido fecho polvos buelto con la dicha harinba e faslo todo masa con yemas de huevos quantos sea menester que no lleve agua ninguna e fas desta masa tres panese cocelos en forno que no sea mucho turgente e pon de yuso de cada pan hun poco de otra masa delgada. Después guarda este pan e quando quisieredes aprovecharte del toma leche de avellanas e un poco de manteca de vacas e dos yemas de huevos e ralla del dicho pan lo que es menester e fas una escudilla de formigo e miga que esté un poco espeso e comelo despues de media noche a las dos o a las tres horas en la cama e bebe luego cuatro tragos de buen vino blanco puro e cubre la cabeza e tornate a dormir la mañana sobre ello e come a la ora acostumbrada buena vianda e a la noches cene poco por amor del formigo que tiene que tomar otro dia. E por esta manera continuará este formigo hasta veynte dias e esforzarle ha la cabeza e el cerebro e no avra --- nin dolor de oydos nin sordedad nin dolor de muelas nin de costado e sana los barros de la cara.
Debemos confesar que no hemos realizado esta receta, por lo que no podemos garantizar las extraordinarias bondades que se en ella se prometen. Les invitamos a dirigirse a cualquier herbolario y conseguir todos los ingredientes para comprobar personalmente sus beneficios. Es muy posible que, pasados los veinte dias que se recomiendan, no hayan terminado totalmente los dolores de cabeza, que tengan todavía algún dolor de oídos, que continúen las molestias de las muelas y que no hayan terminado de desaparecer los antiestéticos barros de la cara; pero seguro, que después de tomarse un buena escudilla de nuestro formigo y beberse cuatro buenos tragos de vino blanco, habrá dormido a pierna suelta hasta bien entrada la mañana del día siguiente.
Probablemente esta receta sea la precursora de esa costumbre, que aún perdura, de tomarse unas buenas sopas de ajo, cuando el alba empieza a clarear, después de una noche de farra y desenfreno.