miércoles, 2 de julio de 2008

EL REGRESO


De pronto,en la distancia,
ha surgido la pétrea
silueta de tu Iglesia
teñida por las púrpuras
doradas de la tarde.
Melancólicos cipreses,
allá en el Camposanto,
se estiran,
como buscando el apartar,
con sus dedos
alargados y fibrosos,
los cirros que estan jugando
a camuflar a la luna,
que hoy se ha escapado
para saludar al sol,
su furtivo enamorado.
El camino se hace blanco
y se desliza escalando
por los altozanos pardos
que ya ni apenas te ocultan.
Vuelvo a Chinchón,
a mi infancia,
y se mezclan en mi mente
dulces colores de juegos
de pídolas y de chitas,
de canicas y peones.
Dejo atrás años y años
de ausencia y de nostalgias,
prácticamente olvidadas.
Y cuando vuelvo a Chinchón,
el olor a tierra mojada
de esos primeros dias
del otoño, va llegando
- mensajero adelantado -
y me da la bienvenida.
Vuelvo a Chinchón,
a mi hogar.