viernes, 17 de junio de 2022

EL CHORLITEJO PATINEGRO.




También conocido como chorlito alejandrinofrailecillo blancofrailecito o playero corredor es un pajarito que puedes encontrar en las playas y en los arenales costeros, también en la playa de las Marinas de Dénia.


Miden unos 15-17 cm. de largo y 42-45 de envergadura. El color varía dependiendo de la etapa en la que se encuentre, durante la etapa reproductiva el plumaje es pardo grisáceo muy claro en el dorso. Manchas en la coronilla, tras los ojos y laterales al pecho son oscuras en la hembra y de color negro en el macho, que en invierno se aclaran. Las partes inferiores son blancas. El pico es corto y negro. Las patas son grisáceas. Los machos se diferencian de las hembras por el enrojecimiento del plumaje en la nuca. La hembra es similar, pero en ella el negro es sustituido por un marrón más oscuro que el de las partes superiores y carece de plumas rojizas en la nuca.


Hacen el nido, de abril a agosto, sobre la arena y ponen de dos a tres huevos de color pardo muy claro con manchas negras y grises, más abundantes en el extremo más grueso. No es poco habitual que realicen dos puestas, la primera en abril o comienzos de mayo y la segunda entre finales de mayo y junio. El nido consiste en una depresión en la arena con forma de taza, que forran con conchas. Se ubican en montículos cercanos al agua, por lo general lo suficientemente alejado del límite de la marea alta. La hembra deposita habitualmente tres huevos que  serán incubados durante veinticuatro a veintisiete días. Los huevos y los polluelos tienen un gran mimetismo.





En zonas de agua salada su principal alimento lo constituyen diferentes crustáceos, lombrices y moluscos.  También pulgas de mar que captura en la retirada de las olas, corriendo velozmente sobre la arena con el cuerpo medio agachado. Su vuelo es ágil y rápido para capturar a sus presas eficazmente.

Si te acercas ahora a las Marinas, te vas a encontrar con zonas acotadas en medio de la playa y en el centro verás los huevos depositados en la arena en lo que se puede llamar nidos, aunque estos pajaritos no son muy trabajadores y no se molestan demasiado en formar nidos más confortables como hacen la mayoría de sus congéneres, y verás al cholitejo patinegro revolotear al rededor mientras caza, o al cuidado de los huevos, sin importarles demasiado las miradas de los curiosos bañistas que se paran para observarles.

Un espectáculo que te ofrece gratuitamente la naturaleza en estos calurosos días pre veraniegos en la costa mediterránea.

miércoles, 15 de junio de 2022

MENÚS A DOS MIL EUROS




Suena como inmoral anunciar menús a dos mil euros cuando hay quienes se están muriendo de hambre. Pero eso es como los desfiles de moda, en los que se exhiben los vestidos que nadie se llegará a poner; es pura propaganda de cara a la galería. 

No he llamado a Quique Dacosta, aunque estoy en Dénia, pero me figuro que no habrá tortas para reservar una mesa para esos menús.

Dicen que en ese menú se sirve una gamba roja de Dénia (una sola por persona) que es un bocado exquisito, aunque debe saber a demasiado poco; pero hay que advertir que en el mercado se puede encontrar esa misma gamba a poco más de ocho euros los cien gramos y con una cervecita es un aperitivo excelente.





Ya digo que no se si alguien llegará a pagar esos dos mil euros, pero ya han conseguido que yo hoy les haga propaganda en El Eremita, y además gratis.

domingo, 12 de junio de 2022

EQUILIBRIO




Con los años es más difícil guardar el equilibrio. De joven, aunque tropieces, es fácil recuperar la verticalidad y no quedar en evidencia. Luego, es más difícil. Tanto, que a veces te tienes que apoyar en un bastón para guardar la compostura; aunque haya quienes lo utilicen más por estética que por estática; incluso haya quienes lo usan para garantizarse un asiento en el autobús.

Pero no era a esa clase de equilibrio al que hoy quería referirme. Y es que de mayores nos es más difícil mantenernos en la equidistancia y ya nos importa menos aquello “del qué dirán”.

Cuando de más jóvenes, lo que pudiesen opinar los “otros” era muy importante; y más tarde la opinión de los jefes, y de tus círculos sociales podían modificar tu comportamiento, aunque a veces hubiera que hacer increíbles ejercicios de equilibrio para no quedar mal delante de ellos. Ahora, ya menos. Ahora ya nos manifestamos con menos cortapisas y, como decía la canción de Mecano, “lo que digan los demás, está de más”...

Vamos, que ahora lo de guardar el equilibrio ya nos importa menos, porque siempre tendremos la excusa de la edad para justificar nuestros resbalones.