viernes, 20 de mayo de 2022

SALÓN DEL CONCEJO.




Buscando en mis archivos, he encontrado esta fotografía del antiguo salón del Concejo del Ayuntamiento. Estaba en la planta principal y tenía una parte más elevada, separada con una barandilla de hierro, del resto de la estancia; donde se reunía el Consistorio municipal. 


Un cuadro del Corazón de Jesús, bajo un dosel de terciopelo rojo, presidía la estancia, acompañado a ambos lados, por las fotografías de Franco y José Antonio Primo de Rivera.


Desde esta estancia se accedía al balcón principal con vistas a la plaza. El suelo estaba entarimado y en la parte derecha se puede ver el tallimetro o tallador de los quintos, ya en desuso, pero que a los mayores nos retrotrae a tiempos pasados, cuando el alguacil nos tallaba porque habíamos entrado en quintas.


Entrañables recuerdos, no porque fueran mejores tiempos, sino porque, entonces, ¡éramos tan jóvenes!

miércoles, 18 de mayo de 2022

ABURRIR UNA PELOTA




En Extremadura dicen Encajar cuando tiran una cosa a un sitio donde queda detenida sin que se pueda recuperar fácilmente (por ejemplo, una pelota en un tejado o en un balcón)’. Y por extensión, enviarla a cualquier sitio de difícil acceso como un árbol o el corral de una casa.

Efectivamente ¿quién no ha encajao, siendo niño, una pelota en el tejado de un vecino? Esta es la palabra empleada tradicionalmente en la mayor parte de Extremadura con este sentido: No tires la pelota tan  alto que la vas a encajar.

Pues en Chinchón, y también en algunos pueblos de Toledo, a eso se le llamaba “aburrir”.

Y yo tengo que estar atento porque a los nietos de mi vecino se les suele aburrir la pelota en mi patio y procuro devolverla lo antes posible para que puedan seguir jugando.

Lo de “estar la pelota en tu tejado” tiene otro significado, pero hoy no voy a hablar de ello. Otro día.

lunes, 16 de mayo de 2022

ENMENDANDO A CALDERON



“Cuentan de un sabio que un día

tan pobre y mísero estaba,

que sólo se sustentaba

de unas hierbas que cogía.

¿Habrá otro, entre sí decía,

más pobre y triste que yo?;

y cuando el rostro volvió

halló la respuesta, viendo

que otro sabio iba cogiendo

las hierbas que él arrojó”


Más digo yo, 

que tan sabio no sería,

Si ni siquiera sabía 

buscarse el sustento diario.

Y es que hay mucho mentecato

Que confunde la sapiencia 

Con vivir en la indigencia.

Lo que es tal desatino

Como confundir,

la velocidad con el tocino.