miércoles, 15 de diciembre de 2021

MEGAFONÍA

“Cuando suene ‘Noche de paz’, te verás sin saber por qué con una bolsa de grandes almacenes en la mano.





Un artículo de MANUEL VICENT

En el Pais, 12 DIC 2021 


Sobre todos los productos expuestos en los grandes almacenes, sobre todos los manjares que se exhiben en los supermercados de lujo la megafonía cierne estos días de Navidad una música de villancicos cargada de nostalgia. Todas las mercancías adornadas con lazos y guirnaldas quedan maceradas con estas dulces melodías. El perro de Pávlov está al acecho. Al sentir que suena en el aire noche de paz, noche de amor, a la clientela se le ablanda el corazón y con un reflejo condicionado se va directamente a la tienda de jamones; a algunos esa canción les lleva a soñar con angulas o tal vez a conformarse con un simple besugo, aunque a muchos les recuerde también un hambre antigua con las manos llenas de sabañones en los bolsillos. El villancico sube y baja por las escaleras mecánicas de los grandes almacenes, se disemina por todas las secciones, penetra en los probadores, te persigue por todas las plantas, no para anunciarte que el Niño Dios ha nacido sino para recordarte que tu destino en este mundo solo consiste en comprar. Puede que este villancico le traiga a mucha gente la memoria del primer juguete de los Reyes Magos. Los juguetes de la infancia son arquetipos que permanecen dormidos en el cielo de Platón. Allí está aquel caballo de cartón, aquel triciclo, aquella casa de muñecas, el costurero, el rompecabezas, el parchís, la primera bicicleta de tiempos de posguerra. Desde entonces el mercado ha evolucionado, los juguetes han cambiado, pero los villancicos han permanecido inmutables, de modo que el día de mañana los juguetes electrónicos del reino de MediaMarkt también estarán cargados de melancolía y al recordar aquella lejana videoconsola a muchos viejos se les saltarán las lágrimas. El perro de Pávlov está al corriente del corazón humano. Cuando suene Noche de paz, te verás sin saber por qué con una bolsa de grandes almacenes en la mano.


martes, 14 de diciembre de 2021

Y MANOLO SANTANA GANÓ WIMBLEDON




Era viernes, 1 de julio de 1966, en la pista central de Wimbledon. Manolo Santana ganaba la final al estadounidense Dennis Ralston, en tres sets: 6-4, 11-9 y 6-4. Yo lo vi por televisión y Santana lucia el escudo del Real Madrid cosido en su polo de vestir.

El pasado sábado, 11 de diciembre, murió en Marbella a los 83 años. Le recordaremos por tantos buenos ratos que nos hizo pasar delante de la tele, cuando había pocas cosas que celebrar. Y porque era buena gente.

lunes, 13 de diciembre de 2021

LA MALA EDUCACIÓN




No, no estoy hablando de la película de Almodóvar, estoy hablando de programas de televisión. Y da lo mismo si son de política, del corazón o deportes; solo hace falta reunir a un grupo de tertulianos, sean periodistas, influencer’s, comunicadores, polemistas o cualquier otro participante que se haya puesto de moda. Que por cierto no hay tantos, porque son casi los mismos los que se reparten por todos los platós.

Lo importante en estos programas es conseguir audiencia, y para eso vale todo: el insulto, la descalificación, la mofa, el ninguneo, el despreció, la mentira, (la mentira cotiza al alza en estos programas), el ridiculo, sea propio o ajeno, o sea todo lo que de pequeños nos enseñaban en casa y en el colegio que era de mala educación.

Desde “El chiringuito” a “Todo es mentira”, pasando por el corazoneo de Telecinco, vemos cómo se zahiere sin piedad a propios y extraños sin el menor pudor y ante la pasividad de la dirección, causando el malestar y desasosiego en cualquier espectador con un mínimo de sensibilidad que no esté ya “idiotizado” e insensible de tanto consumir estos deleznables productos.

Pero el caso es que son precisamente esta clase de programas los que tienen más éxito, y esto nos debería hacer pensar que algo está fallando en nuestra sociedad. 

Es una lástima que para esto no haya una vacuna como para la gripe; posiblemente sería necesario programar unos cursos, aunque sea a distancia, para enseñar un poco de educación y urbanidad, como cuando los de mi generación éramos niños… o posiblemente es que nosotros somos ya un poco mayores.