jueves, 2 de diciembre de 2021

PROGRAMACIÓN NAVIDEÑA EN CHINCHÓN




Las actividades se desarrollarán del 3 de diciembre al 5 de enero, con la llegada de los Reyes Magos como colofón, aún pendiente de establecer su agenda oficial, debido a la cambiante situación sanitaria por el covid-19


El Ayuntamiento de Chinchón ha presentado hoy la programación ‘Navidad en Chinchón’ en la que se incluyen diferentes actividades propias de estas fechas y que ya son un clásico de estas fiestas.

 

El próximo viernes, 3 de diciembre, da comienzo el Mercado Artesanal en Chinchón, un espacio en el que se podrán encontrar productos realizados a mano, como bisutería, juguetes o textil, así como alimentación típica de León o Extremadura, entre otros. Este Mercado se desarrollará del 3 al 8 de diciembre en la Plaza Mayor, en horario de mañana y tarde.

 

El sábado 4 de diciembre, a las 17:00 horas se inaugura la exposición de belenes en la Ermita del Rosario. Una muestra que tiene como lema ‘Recycled Christmas’ y que incluye 11 belenes, elaborados con material reciclado, que se podrán visitar todos los sábados, domingos y festivos, en horario de 11 a 14 horas, hasta el 9 de enero de 2022.

 

Asimismo, y sin dejar de lado la tradición belenística, a partir del sábado día 4 se podrá disfrutar del belén barroco de la Hermandad de Nuestra Señora de la Misericordia. Las visitas al público se podrán realizar los sábados por la tarde, y domingos y festivos por la mañana.

 

La música estará presente en estas fiestas, con dos actuaciones en la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción. Por un lado, el domingo día 12, se celebrará un concierto de la mano de la Coral Polifónica de Nuestra Señora de la Asunción, a las 12:45 horas. Y el domingo día 26, recital de Navidad a cargo de los coros parroquiales, a partir de las 19:00 horas.

 

En esta programación no podían faltar los certámenes y este año se han preparado un total de tres: El concurso de belenes; el II Concurso de Fachadas de Navidad y el II concurso de villancicos en familia. Las fechas y bases de participación se están ultimando y serán publicados en los canales de comunicación habituales del Ayuntamiento, como son la web del consistorio, Facebook y Twitter.

 

Además, en las actividades de Navidad programadas para este 2021, está también el espectáculo de Rondalla navideña, interpretada por el grupo Arrabel, asociación cultural de música y danza fundada en 1982, cuya finalidad es recuperar, desarrollar y difundir la Cultura Tradicional Castellana. Tendrá lugar el sábado día 11 a las 18:00 horas en la Plaza Mayor.

 

Por último, teatro, con la obra infantil ‘Orejas de mariposa’ para el 26 de diciembre y el concierto de año nuevo, el 2 de enero, cortesía de la Banda de Música de Chinchón. Ambos espectáculos serán en el Teatro Lope de Vega.

 

Encendido luces y Reyes Magos

Uno de los momentos más esperados es el encendido de luces que será el viernes 3 de diciembre. Chinchon se iluminará en esa tarde-noche, con el gran árbol de Navidad, ubicado en la Plaza Mayor, como protagonista. Otro de los momentos destacados de estas fiestas será la llegada de los Reyes Magos, prevista para el 5 de enero.

 

El gobierno municipal ha informado que aún está pendiente de establecer el recorrido y formato que se le dará a esta visita tan esperada por los más pequeños, debido a la situación sanitaria, tan cambiante en las últimas semanas, por el incremento en los contagios de covid-19 a nivel nacional.

 

Desde la concejalía de Cultura han asegurado que se trata de una programación adaptada a las circunstancias actuales y teniendo muy presente la evolución de la pandemia, que pretende, principalmente, agradar a foráneos y visitantes, ensalzando el espíritu de ilusión, esfuerzo y unión propios de estas fiestas navideñas.





martes, 30 de noviembre de 2021

MUNDO RICO Y ESTUPIDO.




“Tal vez podemos preguntarnos por qué en Europa la tasa de inmunización supera el 70% de la población mientras en África apenas llega al 7% y si realmente creíamos que semejante imprudencia no iba a tener consecuencias”


Un artículo de Antón Losada en El Diario.es


Solo con lo perdido en la bolsas mundiales el pasado viernes por el pánico causado por la variante ómicron se habría podido vacunar África entera, probablemente varias veces. El mundo rico no es egoísta, es imbécil; no es insolidario, simplemente es estúpido y además no sabe de economía ni la mitad de lo que se cree. Resulta discutible que el dinero no da la felicidad, pero queda claro que no concede la inteligencia. Tanto citar a la dichosa mariposa que mueve las alas en Tokio y provoca un maremoto en California y va a resultar que no habíamos entendido ni una palabra de lo que significa.


No hay juegos suficientes en la teoría para explicar tanto egoísmo irracional. Incluso si se halla usted entre quienes creen que la pandemia es un invento y los muertos no mueren, debería convencerle este sencillo cálculo: cuántos miles de millones en pérdidas financieras, puntos del PIB y tasa de recuperación nos habríamos ahorrado si el mundo entero tuviera un nivel de inmunización similar al nuestro y las vacunas fueran la frontera entre nosotros y las mutaciones del virus.


Asustados por el poder de una variante de la que apenas sabemos algo con certeza, corremos a cerrar los cielos para darnos esta falsa sensación de seguridad que siempre genera prohibir lo que sea, mientras los casos empiezan a detectarse por todo el continente. Entre carrera y carrera y anuncios alarmantes de los gobernantes, tal vez podamos dedicar un momentito a preguntarnos por qué en Europa la tasa de inmunización supera el 70% de la población mientras en África apenas llega al 7%, si realmente creíamos que semejante imprudencia temeraria no iba a tener consecuencias y no íbamos a acabar pagándolo con creces y que más urgente que ponerse a hacer test en los aeropuertos puede que sea ponerse a vacunar donde no se ha hecho como si no hubiera un mañana.


Distraídos como estábamos en proteger el derecho fundamental a no creer en la pandemia e imponer a todos los demás los costes de vivir en una conspiración y asegurar el no menos derecho fundamental a que pudiéramos comprar lo que nos diera la gana en el puto Black Friday, se nos había olvidado que el virus no se queda quieto donde no vacunamos, también viaja y más rápido que nosotros, nuestros cierres de fronteras y nuestros test de antígenos. 


Lo barato siempre sale caro y en una pandemia, carísimo. Por ahorrarnos unos cientos de millones en vacunas para los países que no pueden permitírselas, ahora abonaremos la factura del miedo, las restricciones, los casos y los que no vivan para contarlo. Nos cansamos de repetir que la vacuna es la única solución viable para acabar con la pandemia, pero, al parecer, más allá de nuestras fronteras depositamos nuestra esperanza en que se acabe sola o acabe con todos. Pero, oye, no todo está perdido; aún estamos a tiempo de salvar la navidad.