lunes, 21 de octubre de 2019

LOS TIEMPOS CAMBIAN QUE ES UNA BARBARIDAD



En mayo de 2008 todavía no funcionaba Facebook en España; aunque estaba inventado desde el año 2004, no llegó aquí hasta el año 2009. Tampoco se conocía entonces Whatsapp que fue fundada a primeros de 2009 y no llegó hasta nosotros hasta un tiempo después.
En aquel mayo del 2008 las redes sociales se limitaban a los nostálgicos “e-mails” y algunos -pocos- blogs que empezaban a ser un medio para transmitir noticias y comentarios sobre lo que ocurría a nuestro alrededor.
Por aquel entonces fue pionero el blog “Chinchonsite” que empezó a comentar asuntos sobre la vida social y cultural en Chinchón, y el día 1 de mayo de 2008, en esas circunstancias, nació El Eremita. Durante más de once años ha sido un referente a la hora de conocer las noticias sociales y culturales de Chinchón, incluyendo algunas incursiones en la política y recogiendo relatos literarios y, sobre todo, un amplio recorrido por la historia y el patrimonio monumental de nuestro pueblo. Hablando, por tanto, de arte, literatura, historia y actualidad, siempre desde una óptica de Chinchón.
Han sido once años y medio, 3.317 publicaciones, con miles de fotografías que han sido vistas en cerca de 1.400.000 ocasiones.
¿Las reacciones? Pues de todo. La mayoría a favorables, si bien es verdad que durante estos años también he recibido muestras de rechazo, aunque sinceramente han sido minoritarios y me consuelo pensando que son la excepción que confirma la regla.
¿Satisfacciones? Bastantes, muchas más que los disgustos. Pero....
Pues eso, que los tiempos cambian que es una barbaridad y ya con Facebook y los Whatsapp estamos suficientemente informados de todo lo que pasa. Además, desde el Ayuntamiento nos informan puntualmente de los actos y celebraciones que hay en Chinchón, aunque no estaría mal que se remozase un poco su página web  y se diese contenido a la información histórica de nuestro pueblo.
Así que, por esto - y por algunas cosas más- he pensado que la vida del Eremita ha cumplido su cometido y, con la conciencia de haber colaborado en difundir la historia y la cultura de Chinchón, es la hora de decir
 ¡ADIÓS!